Una nueva carta de participación: El gobierno que hace la diferencia

Roberto Follari 
APAS

Días atrás, el colectivo Carta Abierta, nacido ante las maniobras destituyentes en 2008, publicó un nuevo texto. El Dr. Roberto Follari, filósofo y miembro del párrafo mendocino de ese espacio, ofrece en APAS una reflexión acerca del nuevo escrito.

No podríamos ser exégetas de los compañeros que han escrito el texto, el cual se basta por sí mismo. Es tan claro en el contenido como expresivo en el estilo, tal cual desde los referentes de Carta Abierta se nos tiene acostumbrados.

Sí pueden subrayarse perfiles de esta Carta sobre la Diferencia, destacar algunos de sus bordes de sentido.

La diferencia ha sido tema central de la cultura y filosofía contemporáneas, desde Derrida a Vattimo; y es bienvenida a la hora de calificar al kirchnerismo como fenómeno. Implica una ruptura con el orden capitalista habitual, una hendidura en la pátina monótona del orden dominante, un escalpelo hundido en la tranquilidad de quienes siempre se adueñaron del poder del Estado. Implica una salida del homogéneo campo de la dominación, por la estipulación irreductible de una diferencia.

Es elocuente mostrar al kirchnerismo como capacidad para tomar decisiones en condiciones difíciles; y hacerlo poniendo a la vez en evidencia el permanente acoso mediático que recibe y su cortedad de miras, esa plétora de anti-pensamiento que pulula en la urgencia de las imágenes, la gritería y los sentidos comunes más arraigados.

Es destacable, en el escrito, la adhesión manifestada a un necesario cambio en las prácticas sindicales que permita el paso a una representación democrática, y a procedimientos límpidos en ese ámbito. También la exigencia de un control estatal del proceso de extracción minera que cuide a la vez el ambiente, y el compromiso por un derecho legalizado al aborto que proteja la salud de miles de mujeres de todo el país, especialmente las más pobres.

Es clara la referencia a que la saga histórica que se reconoce en el kirchnerismo, no va a admitir a presuntos sucesores que no coincidan en esa tradición de luchas populares, ya sea que esos pretendidos líderes provengan de dentro del movimiento o pretendan instalarse desde fuera de él. El lugar de revés que el kirchnerismo implica respecto de los moldes dominantes, no podría ser tergiversado o desviado sin dejar de ser rechazado por millares de voluntades que en él se reconocen.

Se destaca la decisión de no estar atados al orden financiero internacional, expresada, por ejemplo, en el caso de YPF, sobre lo que ninguna nueva legislación debiera retrotraer. También se señala el furor con que gobernantes del capitalismo europeo hoy condenan a sus pueblos a las peores condiciones según las exigencias del capital internacional, a la vez que desde allí mismo se ataca a toda marcha a las experiencias latinoamericanas de autonomía respecto a esa dinámica del capital, de modo que hay un continuo fuego diplomático y mediático en contra de los gobiernos populares de nuestros países.

Y se aboga por una nueva Constitución que, como bien se dice, no venga a ser la consagración de derechos adquiridos y consolidados, sino la apertura a nuevas condiciones en cuanto a peso del Estado, cuidado ambiental, lugar para las etnias tradicionales, federalismo, etcétera, que sin duda pueden abrir una agenda de amplia gama desde movimientos sociales y demandas ciudadanas plurales y diversos.

Carta Abierta, una vez más, se ha expresado desde su compromiso con la honda historia de la militancia popular en el país. En inequívoco apoyo del actual gobierno nacional, tan inequívoco como su exigencia de que el mismo mantenga y profundice su rumbo, como modo eficaz de enfrentar la interminable campaña de desprestigio que los profetas del odio le dedican desde sus sitiales políticos y mediáticos.