Sandra Russo Pagina 12 [ x ] El mago lleva décadas enteras, más de un siglo, aplastando palomas en su manga, para después dejarlas salir revoloteando atontadas, sueltas entre el público que lo aplaude. “Sabemos cómo es el aplauso de dos manos, pero... ¿cómo suena el aplauso de una sola?”, era el acápite de un libro de Salinger. Ese aplauso al mago que una y otra vez hace su truco es un aplauso de una sola mano. No suena. No celebra. La paloma atontada es la noticia. Nos habla a veces de guerras, a veces de buitres, a veces de cualquier otro tipo de pulseada, de puja, de conflicto, porque de ese material están hechas la mayoría de las noticias. El aplauso de una sola mano, en estos casos, consiste en la mera y obstinada creencia de que eso que vuela es una paloma que un mago no sacó de la manga de su traje sino un contenido que llena un espacio que estaba vacío. Hay algo de hipnosis en esa insistencia de no ver más allá de la paloma atontada, de no ver su génesis, que es el truco...