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Mostrando entradas de agosto 14, 2011

El pueblo

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>Por Horacio González * Alrededor del concepto de pueblo se rehace incesantemente la vida política. Pero no hay un pueblo homogéneo, ni siquiera una historia homogénea del pueblo. Las teorías políticas contemporáneas han escapado elegantemente de las palabras vulgo o plebe y, en verdad, la sociedad contemporánea se funda sobre este abandono de las tesis más notorias de la ilustración del siglo XVIII (esto es, lenguajes como los de Mariano Moreno o Echeverría, con sus mayores o menores matices). Pueblo no es lo que crea una capa generosamente ilustrada de una sociedad, sino un saber compartido y emancipado que surge del interior mismo de los estratos desfavorecidos y ofendidos del vivir común. Todos nuestros nacionalismos populares surgieron de la tesis de que el pueblo se constituye con su saber ya emprendido, con un saber de sí mismo y un saber general que sale de su misma condición popular, asimilado a lo genérico nacional. La disputa por la interpretación de la literatura gauches

Las “otras guerras” de EEUU matan a más gente que las de Afganistán, Pakistán e Irak

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Estallido en Londres: Ensayo de "terrorismo social" para criminalizar las protestas masivas

>Por Manuel Freytas (*) manuefreytas@iarnoticias.com ¿A quién le sirve una turba de violencia callejera anárquica? Una pregunta básica que seguramente se formularon los expertos y estrategas de "guerra psicológica" que diseñaron y aplicaron en Londres las nuevas tácticas orientadas a direccionar y conducir protestas y estallidos sociales urbanos, con objetivos establecidos por el poder dominante. Se utilizan las mismas técnicas de aprovechamiento político  del "terrorismo islámico", exportadas y proyectadas mediáticamente en el plano interno (a nivel psicológico) como "terrorismo social". Una estrategia dirigida a dividir la protesta social (entre "pacifistas" y "violentos") y a preparar las bases operativas de la "democracia blindada" para contener y reprimir los estallidos sociales (legítimos) de hambrientos, marginales y desocupados que se avecinan como desenlace de la crisis del sistema capitalista con epicentro en

Al fondo a la izquierda

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>Por Fernando Bogado A los 94 años, después de publicar sus extraordinarias memorias (Tiempos interesantes), el gran historiador inglés Eric Hobsbawm –que dedicó su vida a analizar y explicar la era moderna, desde la Revolución Francesa hasta los estertores del siglo XX– tenía un libro más por escribir: Cómo cambiar el mundo. Tras sentirse parte de la generación con la que se extinguiría el marxismo de la vida política e intelectual de Occidente, las crisis financieras, la espiral conflictiva del capitalismo y los cambios en América latina le dieron la alegría de volver a su querido Marx. En el libro, despeja con su habitual lucidez las malas interpretaciones, archiva los preceptos que envejecieron y despliega las herramientas que ofrece el autor de El Capital para entender el mundo en el siglo XXI y hacerlo un lugar mejor. Imaginen la escena: Eric Hobsbawm, reconocido historiador inglés de corte marxista, y George Soros, una de las mentes financieras más importantes del mundo, s