Por Juan Salinas y José Petrosino para Pajaro Rojo (Argentina) Publicado el 9 de octubre de 2016 El vicecanciller (y fugador serial de capitales) Roberto García Moritán miente descaradamente cuando dice que el objetivo “oculto, verdadero y espurio” del acuerdo que firmó el anterior gobierno con el de Irán era el levantamiento de las “notas rojas” sobre los altos funcionarios iraníes a los que el fiscal Alberto Nisman acusó de haber instigado el ataque a la AMIA. García Moritan hizo su presentación ante el inicuo juez Claudio Bonadío, el primero en la servilleta de su padrino, el encubridor Carlos Corach. García Moritán se presentó a declarar como testigo contra el ex canciller Timerman por “traición a la Patria”, según difundieron en TN un alevoso operativo mediático como “impactante novedad” dos lugartenientes de Jorge Lanata, el principal ariete de Héctor Magnetto: Nicolás Wiñazki y Luciana Geuna.