La Argentina importa inflación por suba de precios de materias primas
Pablo Waisberg
Diario BAE

“El
incremento de los precios, impulsado por la inflación de precios de los
alimentos y bebidas, se origina en el auge exportador de materias primas que
vive el sector agrícola a partir del fuerte incremento de los precios
internacionales de los principales productos de exportación. De esta manera, la
contención del gasto, la emisión monetaria, la cobertura de la seguridad social
y del alza de los salarios no atacará el corazón del proceso inflacionario y
sólo serviría para generar una parálisis de la actividad económica ligada al
mercado interno y una fenomenal concentración de los ingresos en una minoría
social ligada al negocio agro-exportador”, señaló Asiain en el informe “Precios
internacionales, alimentos e inflación”.
Desde
2003, los precios de los granos tuvieron crecimientos excepcionales. En el caso
de la soja, el poroto pasó de u$s150 a tocar los u$s650 por tonelada en la
última semana. En lo que va del año el precio de la oleaginosa acumula un salto
que se acerca casi al 50% si se mide desde el piso de u$s432 anotado el 13 de
enero.
En
la misma línea ascendente, el maíz se ubicó la semana pasada en los a u$s327 y
el trigo, que trepó más de 70% desde junio pasado, quedó en u$s325 por tonelada
en el mercado de Chicago.
El
documento, que se elaboró a partir de mediciones estadísticas provinciales,
compara la evolución de los precios de la canasta básica desde 2006 hasta 2012.
Allí se observa que la tasa de inflación general sigue la evolución de los
precios del rubro alimentos y bebidas. La coincidencia entre el incremento del
precio interno de los alimentos y bebidas y “el auge de los precios
internacionales de las materias primas lleva inevitablemente a preguntarse si
ambos fenómenos no se encuentran vinculados”, consideró Asiain.
“El
hecho de que los precios de exportación de la soja, el trigo y el maíz los
determinen en el mercado mundial en forma relativamente independiente de la
evolución de los costos de producción locales, sugiere que son los precios
internacionales los que impulsan, al menos en parte, la inflación interna en
alimentos y bebidas”, consideró el economista de la Cátedra Nacional
de Economía Arturo Jauretche.
Ese
impulso parcial está dado porque una parte de las materias primas que se
exportan son utilizadas como insumos para gran parte de los alimentos
destinados al mercado interno: el trigo y el maíz se utilizan para la
elaboración de harina, fideos, polenta, engorde de pollos, entre otros.
Asiain
concluye que la inflación en la
Argentina “tiene como un elemento impulsor al auge del precio
internacional de las materias primas” y señala que “la enorme rentabilidad que
genera el negocio exportador de granos y oleaginosas tiende a encarecer la
producción de alimentos para el mercado interno por el impacto directo del
mayor costo de la soja, el trigo y el maíz, como también por el encarecimiento
de los arriendos, servicios agropecuarios e insumos que genera”.
Sobre
esa base destaca la decisión de Brasil de fomentar la agricultura familiar en
pequeña escala para producir el 70% de los alimentos destinados a su mercado
interno. Y subraya: “Una política de estabilización de precios que mantenga el
crecimiento económico y la inclusión social debe estar orientada al sector
agropecuario, estimulando la producción de alimentos para el mercado interno a
precios económicos”.
Frutas y verduras, desplazadas por el negocio agroexportador
Los
cultivos exportables no sólo transmiten el incremento de los precios
internacionales, sino que “compiten por la tierra frente a la ganadería y otras
producciones regionales como el arroz o el algodón”, indicó Andrés Asiain. Así,
el precio de la hectárea evolucionó al ritmo de la rentabilidad del negocio
agroexportador.
Otras
producciones destinadas al mercado interno –hortalizas, frutas y verduras– que
tradicionalmente se ubican en las afueras de la ciudad, sufrieron el incremento
en los costos de los arriendos y fueron desplazadas lejos de los centros de
consumo “por emprendimientos inmobiliarios, muchos de ellos financiados por el
excedente económico del negocio agroexportador”, agregó. Esto elevó los costos
de los fletes.