Ulrich Brand* La Jornada [ x ] N i bien se sabía que a finales de enero habría elecciones legislativas en Grecia y que una victoria del partido izquierdista Syriza era probable, una serie de políticos/as y comentaristas de toda Europa saltaron a asegurar que no hay alternativa posible a la política actual, y punto. Seguridad, estabilidad y orden, fueron los lemas del momento. Difamando al líder de Syriza, Alexis Tsirpas, como populista antieuropeo (diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, Alemania), vaticinaron que un gobierno encabezado por Syriza sería un drama, e indefectiblemente llevaría al caos. El ministro de Finanzas alemán, Schäuble, incluso amenazó de frente a la población griega, mientras el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, recomendó a los/as griegos/as no equivocarse al momento de votar. Finalmente, el FMI bloqueó el desembolso de una cuota crediticia.