Ser zapatista en España
Marcos Roitman Rosenmann La Jornada En España nos encontramos con una situación peculiar. La izquierda institucional se divide continuamente. Durante el último año han aparecido partidos que se desgajan de Izquierda Unida, para seguir, curiosamente, en su seno. No hay quien entienda. Se declama la unidad y la cohesión, pero se practica la división. Los problemas se acrecientan y la soluciones no llegan. Prima el protagonismo y el ansia de poder. En ocasiones mediocre, provinciano y caciquil, donde sólo se discute el nombre del próximo secretario general o regional, y no los principios, el proyecto y la obligación ética y política de elaborar un programa de acción abajo y a la izquierda.