México. La "Caravana del Hambre" en la lente de Faustino Mayo

José Raúl Pérez Alvarado * ( Revista Contemporanea ) El conflicto de los mineros de Nueva Rosita con empresas privadas y el Estado mexicano tuvo su origen a finales del sexenio de Miguel Alemán (1946-1952), cuyo gobierno, en su afán por modernizar al país, consideró que el progreso nacional tenía que depender de la implantación de un nuevo modelo económico cimentado en un modo de industrialización con control obrero. Mientras, por una parte, el proyecto alemanista favorecía a los capitales privados —librándolos, por ejemplo, de pagar impuestos—, por la otra buscó manipular a los tres sindicatos independientes más importantes del país con el propósito de frenar sus reivindicaciones laborales y democratizadoras, lucha que para la administración alemanista representaba “un obstáculo que impedía modernizar y ampliar las operaciones de las empresas”.[1]