Las huellas de Marianne o el itinerario republicano en el Sur de América

Carlos Abel Suárez 
Sin Permiso


En una conferencia que dio en 2006 en Buenos Aires ante un auditorio colmado en su mayoría por mujeres, la historiadora Florence Gauthier, profesora de la Universidad de París y una de las más destacas especialistas contemporáneas en la Revolución Francesa, resumió un aspecto original de sus investigaciones, que le han llevado más de 25 años. Explicó allí el recorrido de la filosofía del derecho natural moderno a través de las revoluciones del Siglo XVII, las guerras religiosas del Siglo XVI y del Renacimiento. "Este derecho natural moderno fue el resultado intelectual de una experiencia histórica terrible: el "descubrimiento de América", lo que Bartolomé de las Casas llamó "la destrucción de las Indias", afirmó Florence Gauthier.  Destacó asimismo la importancia de las ideas del jesuita Juan de Mariana, que vivió entre los años 1536 y 1624 recorriendo la convulsionada Europa de esa época. En el proceso de esas indagaciones descubrió que el nombre "Marianne" apareció durante la Revolución Francesa en un sentido peyorativo: los partidarios del ancien régimenllamaban "marianos" a los revolucionarios, aludiendo a la influencia de Juan de Mariana.  De esos dichos surgió Marianne, el recordado símbolo de la república revolucionaria. Esa mujer desafiante, que empuña con una mano el fusil y con la otra la bandera, retratada por Eugene Delacroix, entre muchos otros registros simbólicos, devino en una de las formas tan curiosas, tan paradojales, que toman las ideas cuando se transforman en fuerzas sociales.

Poco tiempo después de escuchar a Florence Gauthier y de entrevistarla en la radio, recordé que Juan de Mariana se había mentado en 1922, en San Juan, durante el proceso penal que se instruyó a propósito del asesinato del gobernador Amable Jones. Entonces se acusó al caudillo radical Federico Cantoni y a sus partidarios de haber instigado la ejecución de Jones, un psiquiatra nacido en San Juan, pero que por más de 30 años había estado ausente de la provincia, al que Hipólito Yrigoyen impuso como gobernador a despecho de los líderes locales del radicalismo. Tras una gestión muy accidentada, durante la que Jones se deslizaba a una forma de gobierno autoritaria y autista, se desató una rebelión popular; el gobernador fue ejecutado y poco tiempo después Cantoni - desde la cárcel – ganó las elecciones y asumió la gobernación. Consolidando de esta manera una ruptura definitiva de Yrigoyen con los cuyanos.
"Al tirano Jones hay que sacarlo, vivo o muerto, de la casa de gobierno. Cada hombre debe tener listo un máuser, y el que no lo tenga, un winchester, y al que le falte un winchester, una escopeta, y al que carezca de esto, un revólver, y el que no pueda tener arma de fuego debe buscar un palo, un azadón, una cortapluma o un zuncho. Pero hay que sacarlo, vivo o muerto", fue el discurso de Cantoni, que constituyó una evidencia para incriminarlo

¿De dónde salieron Marianne y los marianos?
Las ideas de Mariana, que junto a sus colegas Francisco Vitoria y Francisco Suárez, entre otros pensadores, integraban la Escuela de Salamanca,  no sólo influyeron a los jacobinos franceses, sino que recorrieron gran parte de Europa de la época.
La Escuela de Salamanca logró unificar la crítica que despertó la tragedia provocada por el choque del descubrimiento de América y la destrucción de las Indias, construyendo una respuesta en los planos político, filosófico y teológico, precisó Florence Gauthier.
"La humanidad dejó de ser definida como lo había sido hasta el momento, esto es, en relación con una religión o una historia particular, y pasó a ser entendida de una forma de todo punto "moderna": la humanidad la conforman todos los seres humanos que habitan cualquier parte de la tierra, los cuales se presentan ante los demás participando de la infinita diversidad de las formas de vida de nuestra especie. El único criterio que aquí cuenta, pues, es la pertenencia a este género humano". (1)
¿Cuáles fueron los aportes de Mariana a la teoría política? Hay dos cuestiones sobresalientes: 1) que la soberanía reside en el pueblo, constituye su bien común, sures pública. El rey "ha recibido el poder de manos del pueblo"; 2) resistir a la opresión de un tirano es un derecho natural de las personas, de los pueblos y de la humanidad entera. El tiranicidio es legítimo.
Además, para la historiadora francesa, hay un concepto fundamental para  esta Escuela: "La humanidad tiene el derecho de nacer libre, no esclava, derecho que los poderes públicos tienen el deber de proteger". Lo que no es otra cosa que el derecho a la existencia.
Si bien las teorías y los supuestos de acción política de Mariana y la Escuela de Salamanca fueron derrotados, quedaron semillas y rastros, que observaremos cómo se propagaron hasta llegar al Sur de América.
Juan José Godoy y Del Pozo nació en Mendoza en 1728, fue ordenado sacerdote jesuita en Chile donde residía la jefatura de la Orden y luego se desempeñó en Mendoza hasta la expulsión de los jesuitas en 1767. Desde ese momento su vida adquiere características casi novelescas; en realidad su derrotero atraviesa las mismas vicisitudes por las que pasaron los revolucionarios o transformadores  de todos los tiempos, antes y después de Godoy. Destierro, persecución, intrigas, apremios económicos, espías (la Ocrana, la CIA, la KGB, la Gestapo y otras "agencias" que  aprendieron la conspiración, el sabotaje, la manipulación, la propaganda y los asesinatos de los agentes secretos del Imperio español) que dejaron constancias increíbles de su pasos.
Varios historiadores ilustran sobre la figura de Godoy, entre ellos los chilenos Jaime Miguel Eyzaguirre, Ricardo Donoso, Adolfo Bulnes, Toribio Medina  y Walter Hanisch, el mendocino Aníbal Verdaguer, el santafesino Guillermo Furlong, y el sanjuanino Maurín Navarro.
Hanisch señala que "el jesuita chileno de Mendoza, Juan José Godoy, fue un precursor de la Independencia, buscó el auxilio inglés y norteamericano y después de una dramática captura ocasionada por este asunto, murió encarcelado en España". El autor destaca lo de "precursor" de la Independencia de la América del Sur, un concepto que aparece en casi todos los escritos sobre el personaje.
Cuando se ordena la expulsión de los jesuitas, Godoy se resiste.  Furlong  así lo consigna: "Aunque parezca mas novelesco que histórico, cierto es que se dio a la fuga, yendo de Mendoza a Córdoba, y de Córdoba a Jujuy, y de aquí a Chuquisaca, Charcas o Sucre. A caballo y en lo mas crudo del invierno, hizo la larga travesía de dos mil kilómetros, por las serranías cordobesas, por las llanuras desérticas de Santiago del Estero, por los lechos de los ríos jujeños, por los caminos de cornisa en las regiones del Alto Perú"
La biografía de este Che del siglo XVIII es más bien un prontuario, como suele  ocurrir. En Charcas - como un clandestino diríamos ahora-,  denunciado por el Arzobispo es detenido y enviado a Lima; desde allí junto con otros jesuitas fue embarcado rumbo a Panamá, un viaje accidentado atravesando por tierra el istmo hasta arribar a Cartagena de Indias, Colombia,  desde lo trasladan junto a los otros confinados a Cádiz. Desde allí a Italia, donde los jesuitas cuyanos fueron Internados, según los relatos, en una suerte de campo de concentración ubicado en Inmola. Se conoce por la correspondencia de Godoy, que sometida a férrea censura (o autocensura) sólo cuenta los aspectos poco relevantes de su vida, que pasó por varias ciudades italianas, Bolonia, Livorno, Florencia, también habría estado en Normandía con destino a Londres. En ese momento ya es considerado un ex jesuita y un subversivo marcado muy de cerca por los espías de la corona. El propósito de su viaje es concreto, tal como hizo Francisco de Miranda buscaba apoyo en Inglaterra para la independencia americana. Una empresa muy complicada como sabemos porque la corona británica manejaba sus solidaridades igual que todas las potencias hasta hoy: según sus intereses geopolíticos que cambian en función de las relaciones de fuerza e intereses de cada coyuntura.  Juan José le cuenta a su hermano: "escribo esta carta a usted, del lugar donde jamás pensaría, desde la capital de Inglaterra, el 24 de septiembre de 1784. Tres años y cuatro meses ha que estoy en Londres, pienso pasar a Charleston o Filadelfia o a otra ciudad de las Provincias Americanas".  De esos años hay numerosos informes sobre espías de la corona infiltrados en las reuniones de los "conspiradores" donde advierten sobre planes para embarcar armas y llegar a la isla de Juan Fernández, en el Pacífico Sur, desde allí cruzar al continente donde contarían con el apoyo tanto de criollos, como "gente de color e indios". Cuando España despierte habrá perdido para siempre Chile, Paraguay y Perú, informa el espía.
Fracasadas las tratativas de Godoy en Inglaterra, tal como había anticipado viaja a América. Por los espías sabemos que vive en  Charleston. Eran los años en que terminaba la guerra de la Independencia y comenzaba el gran debate de los padres fundadores. El propósito del ex cura - ya abiertamente un conspirador - era el de buscar apoyo para su causa liberadora.  Algunos biógrafos comentan que allí se interesó en el debate suscitado por la Independencia, conociendo entre otros textosCommon Sense, escrito por el militante de las revoluciones norteamericana y francesa Thomas Paine, que publicado en Filadelfia en 1976 tuvo gran difusión entre los revolucionarios de la época. Paine, que fue un adelantado de la idea del derecho a la existencia (de la renta básica de ciudanía) da sólidos argumentos en este ensayo a favor de la ruptura de las colonias americanas con la corona británica.
Godoy, que no era el único que estaba en Londres gestionando en la naciente revolución americana una solidaridad activa con la independencia de las tierras y la soberanía de los pueblos de sus orígenes, se topó en medio de sus gestiones con un cambio en la estrategia de sus enemigos. El tablero internacional había cambiado, particularmente se alteraron las conflictivas relaciones entre el imperio español, Inglaterra y el mundo colonial. La corona española en consecuencia adopta un papel más activo frente a los proto-independentistas, pasó entonces de la "inteligencia" a la acción. Un cambio que tuvo consecuencias dramáticas para Godoy: le montaron una emboscada para exterminarlo. Un agente encubierto que se vinculó a Godoy simulando apoyar la causa liberadora lo conduce a una ratonera. Capturado mediante engaños lo trasladan a Cartagena de Indias. Según Donoso al enfrentar al tribunal de la Santa Inquisición sólo declara que su padre se llamaba "don Clemente Godoy, natural de la ciudad de Mendoza, y su madre dona María del Pozo, natural de la ciudad de San Juan, y ya difuntos";  casi nada más se supo de su vida. Habría muerto solitario y acallado en una prisión de Cádiz, en una fecha no determinada. Sin embargo, la leyenda siguió andando, hay numerosas referencias de otros ex curas que hasta pasados los años 90 del Siglo XVIII todavía pensaban que Godoy andaba por ahí conspirando.
La real Universidad de San Felipe
Una usina de las ideas de la Escuela de Salamanca fue la real Universidad de San Felipe - antecesora de la actual Universidad de Chile - que fue fundada en 1722 para instalar la primera cátedra veinte años más tarde. Buena parte de las figuras representativas de la Revolución e Independencia de América del Sur egresaron o estuvieron vinculadas al caldo de cultivo de sus claustros.
La expulsión de los jesuitas significó para la Real Universidad de San Felipe  la pérdida de gran parte de sus profesores que revistaban en la Orden, quedando en manos de los dominicos.  Sin embargo, las teorías reseñadas no fueron exterminadas.  El soberano español había ordenado expurgar las bibliotecas de los jesuitas de determinados autores, pero la medida no fue acatada, precisan los historiadores. José Gregorio Cabrera, el sacerdote encargado de la destrucción de los libros reprobados tuvo la valentía de argumentar que "si los libros iban a pasar a la Universidad, creía que sus doctores estaban lo suficientemente versados en esos estudios para darse cuenta de sus doctrinas y no era necesario destruirlas". Una valentía e inteligencia que no tuvo Heidegger, el filósofo del nazismo, cuando acompañó la quema de los libros prohibidos por Hitler en su misma universidad.
"El pueblo que ha conferido a los reyes el poder de mandar, como todo poderdante, puede revocar sus poderes y nombrar otros guardianes que mejor correspondan a la felicidad común", escribió el Dr. Juan Martínez de Rozas uno de los líderes de la liberación de Chile.
Esta idea que fue compartida por numerosos activistas de la revolución tiene el sello indiscutible de la teoría política de Mariana, cuya influencia se esparció en Chile y Cuyo, llegando su eco al Paraguay y al Alto Perú.  La encontramos en José Fermín Sarmiento, personaje descollante de la revolución paraguaya y diputado a la Asamblea del año XIII, quién había argumentado que "el poder emana del pueblo y en caso de incapacidad o ausencia del monarca, la soberanía revierte al pueblo, quien la retoma"; propuso también instituir el juicio de residencia a los ex gobernantes.
Asimismo la huella se puede encontrar en Fray Justo Santa María de Oro, diputado al Congreso de Tucumán, que intervino de modo determinante a favor de la forma republicana de gobierno. Consta en actas que puso como condición indeclinable consultar al pueblo antes de optar por una monarquía constitucional, tal como se inclinaba la mayoría de los congresales. En caso de triunfar la idea de una monarquía, Oro amenazó con renunciar a su mandato.  No fue ésa una declaración formal sino su más fuerte convicción, tal como consta en su advertencia al Cabildo sanjuanino de que "nada (es) más incompatible con la felicidad de mi representación que el sistema de una monarquía constitucional".
Similar convicción animó a Francisco Narciso Laprida, que a los 21 años se graduó en la Universidad de San Felipe. Conocedor de las teorías de Mariana y Vitoria, integró muy pronto las logias revolucionarias y cultivó la amistad de Martínez de Rozas. Sus convicciones republicanas fueron la guía de toda su vida pública hasta su muerte (casi un "desaparecido" pues su cadáver nunca fue encontrado), ejecutado por los seguidores del cura Aldao en la batalla de Pilar (Mendoza), relatada magistralmente por Domingo Sarmiento en Recuerdos de Provincia. Una precisa muestra de su formación en las ideas marianistas se encuentra en su alegato, ante las autoridades de Buenos Aires, en defensa de los presos por una revuelta popular contra el gobernador Saturnino Saraza., a quienes los sanjuaninos acusaban de quinta columna de los realistas. "No hay duda que mis convecinos, lejos de parecer delincuentes perturbadores del orden, deberían calificarse de fieles y celosos conservadores de su libertad y de sus glorias", aseguró Laprida. El sanjuanino fue además un adelantado en postular el sufragio universal al impugnar su propia elección como diputado de San Juan al Congreso de Tucumán, porque no habían votado "los arrabales", es decir, los pobres.
En este listado de personajes destacados en los primeros años de la independencia no podemos olvidar al sobrino nieto del ex jesuita Juan José Godoy: Tomás Godoy Cruz, el brazo político por excelencia de San Martín en la gobernación de Cuyo y en la epopeya liberadora americana.
Godoy Cruz, diputado en el Congreso de Tucumán en 1816 y sucesor de San Martín en la gobernación de Mendoza, venía de la misma formación marianista, que los antes citados. Había egresado de la U. San Felipe, donde también había estudiado su padre Clemente. No hay duda de que en su notable preocupación intelectual y política había avanzado hacia otras fuentes del republicanismo y de las ciencias.  Una vez más las pruebas las encontramos entre los rastros dejados por sus enemigos. Cuando Facundo Quiroga, con su divisa Religión o Muerte invadió Mendoza en el otoño de 1831, Godoy Cruz huyó a Chile junto a su padre, que murió en la travesía.  Por el inventario de sus bienes, mandados a expropiar por Quiroga, nos enteramos que Don Tomás, junto a sillas, mesas, lavatorios, 2 tasas grandes y una jarra de loza y otros enseres domésticos, poseía una estupenda biblioteca. El escribiente anota libro por libro,  textos en castellano, francés, inglés y en latín, de matemáticas, física, derecho constitucional, derecho de gentes, militares, agricultura, química, medicina, tres tomos de cirugía forense,  El Quijote, la Constitución de Cádiz, varios tratados de Economía Política, "una colección de las obras de Rousseau en pasta, contenida en 24 tomos", diversas enciclopedias y atlas, literatura clásica y de su tiempo, historias de América y de Europa, (La) "Riqueza de las Naciones (de Adam Smith) en un tomo de pasta", dos tomos "en pergamino de política Bobadilla" (jurista español vinculado a la escuela de Salamanca) y "55 ejemplares del Contrato Social de Roso (sic) a la rústica", queda claro por cierto sobre sus preferencias.-  
Notas:
(1)    Florence Gauthier, (2007) De Juan de Mariana a la Marianne de la República francesa, o el escándalo del derecho de resistir a la opresión. Revista Sin Permiso Nº 2, Ediciones de Intervención Cultural, España.


Carlos Abel Suarez es miembro del comité de redacción de Sin Permiso.