México: Peña Nieto el actor ignorante que quiso ser presidente

 J. Fernando García Arellano
SDPnoticias



Enrique Peña Nieto pronunció un largo discurso como si fuese el ganador. Horas antes Josefina abrazo la derrota, muchos dicen que con dignidad, pero sinceramente me parece que el asunto no debe trascender, llegó a perder desde el inicio de la campaña con todas las adversidades en su contra: el PAN no la quería, Felipe Calderón tampoco. Parecía aliviada, como tranquila por aceptar lo que ya sabía que vendría: la salida de la derecha de la escena política y la recepción a las fuerzas centralistas del PRI. Quadri, el “ciudadano-académico” que se vendió al mal y a las propuestas neoliberales más exageradas de la campaña, aceptaba su derrota, tomando atribuciones electorales le pidió a Obrador que reconociera su derrota. No sorprende, sinceramente, la actitud del ahijado político de Elba Esther: desde los debates era notoria la intención de minimizar las propuestas de la izquierda y ensalzar a Peña Nieto. No olvidemos lo que ha dicho la mtra. Gordillo: “Busqué a López Obrador y no me quiso recibir.” Felipe Calderón se apresuro a felicitar al candidato del PRI, con mucha emoción, como si entregar el poder que su partido había ganado fuera tan fácil, con una sonrisa que rayaba en la burla, asegura que la transición será llevada a buen término. Supongo que busca eximirse de un juicio político, para él y todo su equipo, iniciando por García Luna. Andrés Manuel, contra cualquier expectativa ultraconservadora, no salió a insultar a nadie ni a denostar la elección; hizo lo que ninguno de sus adversarios al reconocer que era prematuro decir algo cuando los resultados no estaban totalmente computados.

El discurso de Peña Nieto nos recuerda que el PRI es diferente (en apariencia), ahora viene con todas las artimañas de los productores de Televisa para capturar las mejores escenas y vendernos una política mediática represora. Después de su largo mensaje se escuchaban los gritos de los “paleros” y una melodía: Cielito Lindo. Para que cantemos y no lloremos…Es el regreso del PRI de siempre, del PRI represor y lo notamos con las palabras de Peña Nieto, quien sutilmente amenazó al movimiento #yosoy132: “quien no tenga un compromiso firme con la democracia, las libertades y la transparencia, no tiene cabida en este proyecto para transformar a México.” O más bien, quien no piense como yo, no tiene cabida en este proyecto. Inmediatamente ha convertido al movimiento estudiantil en la fuerza de oposición, de disidencia. La promesa de persecución no pudo esperar, ahora habrá de enfrentar con más asambleas, marchas, debates, a un gobierno que se prepara a la intolerancia frente a la crítica.

Es un actor y nadie lo puede negar. Un histrión ignorante que ha logrado escalar en la política gracias a que sus promotores son mentes al servicio de intereses económicos. Es un actor que se llevó el protagonismo de una telenovela con una trama llena de corrupción y muerte. Lograron convencer, de manera muy ilegítima, a las personas para que fueran cómplices de este melodrama. Perdónalos, Carlos Fuentes, porque no saben lo que hacen. Ahora nos corresponde luchar para clarificar las anomalías electorales, las imprecisiones de captura entre las mantas y los datos duros que presenta el PREP. Estamos unidos, bien organizados e informados. A resistir y a defender nuestra democracia porque podría ser la última batalla antes de perder todas nuestras libertades. No perdamos la esperanza.