En España, Italia, Portugal y Grecia, entre otros países, realizaron huelgas y manifestaciones en repudio de las recetas de austeridad

Elena Llorente
Pagina12


Como pocas veces en la historia de Europa, los sindicatos del Viejo Continente hicieron ayer una jornada de lucha “por el trabajo y la solidaridad” y contra las medidas de austeridad impuestas en la región que están dando pie a “peligrosos procesos de recesión”, dijeron los organizadores. Y el llamamiento tuvo un gran éxito. Al menos en 23 de los 27 países de la Unión Europea hubo huelgas o manifestaciones de algún tipo en respuesta a esta convocatoria de la Conferencia Europea de Sindicatos. En Grecia, Portugal, España (ver aparte) e Italia se organizaron paros generales además de marchas en las ciudades más importantes y, en muchas de ellas, hubo duros enfrentamientos con la policía.

En Italia, la Central General Italiana de los Trabajadores (CGIL) –de izquierda y la más combativa de las tres que hay en el país– llamó a un paro de cuatro horas y a actos en cien plazas de toda la península, a excepción, claro, de las ciudades y regiones del centro del país azotadas desde hace varios días por inundaciones a causa de lluvias interminables y el desborde de los ríos. El corazón de las protestas fue esta vez la ciudad de Terni, donde las acerías Thissen Krupp son un símbolo de las luchas sindicales de los últimos años. La secretaria general de la CGIL, Susanna Camusso, criticó allí duramente al gobierno de Mario Monti. “La austeridad está estrangulando al trabajo y empobreciendo a los países que así se están quedando sin futuro”, dijo, y agregó refiriéndose a los doce meses de este gobierno: “Este año ha sido sólo de desastres y no de repuestas al mundo del trabajo”.


Pero las marchas no se limitaron a Terni. Miles de estudiantes, de profesores y de trabajadores así como de desocupados salieron a la calle en Milán, Bolonia, Nápoles, Roma, Brescia y Padua, entre muchas otras ciudades. En la capital fueron detenidos unos 60 manifestantes, sobre todo estudiantes que habían salido a manifestar contra los recortes con que se ha castigado al sistema educativo. Casi al final de la manifestación estudiantil se colocó delante un numeroso grupo de jóvenes con cascos de motocicletas en la cabeza y cubriéndose con una suerte de escudos de cartón el cuerpo y la cabeza –al estilo de los soldados de la antigua Roma–, y así se lanzaron a enfrentar a la policía que en dos avanzadas los terminó dispersando a palos. En otros puntos de la ciudad llovieron botellas y adoquines contra la policía y la respuesta general fue gases lacrimógenos y palos para todo el mundo. En Turín, Bolonia, Milán, Brescia, Génova y Padua hubo varios policías heridos, dijeron fuentes oficiales, que nada informaron sobre los estudiantes, mientras en Nápoles, cerca de 300 estudiantes con cartelones bloquearon la estación de trenes durante media hora. “Queremos defender la escuela pública, no queremos que cada estudiante sea una unidad aislada que se limite a recibir la educación sin decir nada”, dijo uno de ellos a los periodistas. “Que el gobierno invierta más en el conocimiento”, “Hoy sólo sentimos miedo al futuro, inseguridad”, dijeron otros mientras marchaban delante del Coliseo.

En Portugal, en lo que fue bautizado como una “jornada de luto europea”, hubo una huelga de 24 horas que paralizó principalmente el transporte. La adhesión al paro fue entre el 60 y el ciento por ciento en las ciudades de Oporto, Lisboa, Coimbra y Braga. “La huelga pone de manifiesto una vez más que las políticas europeas, cuya cara está representada por la canciller alemana Merkel, no son la solución”, dijo el dirigente de la CGT portuguesa, Augusto Praa. A la protesta, según informaron los organizadores, adhirieron entre otros el 90 por ciento de los trabajadores de la salud pública y de los hospitales así como el servicio de limpieza ciudadano. La huelga en Portugal se produjo en un día nefasto desde el punto de vista de las noticias porque el Instituto de Estadísticas del país dio a conocer que la economía portuguesa registró una nueva caída, en el tercer trimestre de este año, que llevó el descenso del PIB al 3,4 por ciento en relación con septiembre de 2011, mientras el desempleo subió en el mismo período al 15,8 por ciento.

La imagen de una mujer de mediana edad que cabizbaja marchaba por las calles de Atenas con un cartel que decía “Tengo miedo del hambre, Dios mío” y que dio la vuelta al mundo en Internet, es el símbolo más representativo de las protestas en Grecia. Unas 10.000 personas marcharon por las calles de Atenas. Los manifestantes se reunieron en la central plaza de Klafthmonos y desde allí caminaron pacíficamente hasta el Parlamento. Es la tercera huelga general del 2012 para los griegos que ya no saben cómo demostrar su repudio a las medidas de austeridad europeas. “Basta de recortes, desarrollo ahora”, decían algunos de los cartelones de la manifestación.

Pero ayer hubo también protestas en París y, curiosamente, hasta en Bélgica y Gran Bretaña. En Bélgica se verificaron paros de autobuses y ferrocarriles y en Bruselas, los sindicatos además, armados de silbatos, cacerolas, banderas y carteles en varios idiomas, protestaron frente a las embajadas de España, Portugal, Grecia, Irlanda y Chipre y luego se trasladaron hasta la de Alemania, a la que le tiraron huevos. Mientras la manifestación en París fue pacífica, en Gran Bretaña las medidas tuvieron repercusiones sobre todo a nivel del transporte y particularmente de los trenes y los aviones que viajaban hacia el continente.

La protesta paralizó España

Adrián Pérez
Pagina12
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Fue la segunda huelga general en ocho meses contra el ajuste implementado por Rajoy.
Miles de españoles se echaron a la calle como ese animal de negra espuma al que Miguel Hernández invitaba a despertarse como lo hace el toro embestido por traiciones lobunas. La Península Ibérica amaneció paralizada por la segunda huelga general en ocho meses contra el ajuste implementado por el gobierno de Mariano Rajoy. Como es habitual en las últimas manifestaciones, la protesta social fue reprimida por la policía y dejó como saldo 142 detenidos y 74 heridos, según datos del Ministerio del Interior español. Las movilizaciones más masivas se vivieron en Madrid y Barcelona. Según la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO.), centrales sindicales que convocaron a la huelga general, un millón de personas protestó en ambas ciudades. En cambio, para el gobernante Partido Popular hubo 35.000 personas en la capital española y 50.000 en la ciudad condal, mientras que la guardia urbana de Barcelona estimó que la asistencia fue de 110.000 personas. UGT y CC.OO. coincidieron en señalar que el acatamiento de la medida de fuerza fue del 76,7 por ciento. El sector empresario calificó el paro como “un torpedo contra la recuperación” y calculó que su cumplimiento fue del 12 por ciento.

Ayer policías y manifestantes chocaron en Madrid en una batalla campal cuyo epicentro se produjo en las puertas del Congreso de los Diputados. Los manifestantes se congregaron allí, convocados por la Coordinadora 25S, con la intención de acampar a la espera de una nueva sesión parlamentaria. “No sabemos si en ese pleno se votarán los Presupuestos de la Deuda y de la Vergüenza para enviarlos al Senado, o si, en un nuevo acto de indignidad política y desprecio a la voluntad popular, habrán sido cobardemente aprobados el mismo día 14”, señaló ese colectivo en un comunicado.

Por la noche, las fuerzas de seguridad arrojaron latas de gas lacrimógeno y pelotas de goma contra manifestantes que respondieron lanzando piedras y botellas. Los disturbios se extendieron hasta la estación de Atocha, donde se levantaron barricadas con contenedores ardiendo. Más temprano, la policía cargó en varias ocasiones contra huelguistas en la zona de la Gran Vía y en la Plaza de Cibeles, donde se reunieron centenares de sindicalistas, estudiantes e integrantes del movimiento de indignados. También hubo incidentes en Barcelona. CC.OO. y UGT proclamaron el éxito de la huelga general y cifraron su adhesión en un 76,7 por ciento de los trabajadores, es decir, 9,1 millones de asalariados en una masa laboral de 11,9 millones de trabajadores. España tiene cerca de 5,8 millones de desempleados y supera, por primera vez desde el retorno de la democracia, la tasa del 25 por ciento de desocupados de su población activa.

Para conocer los alcances del paro, Página/12 conversó telefónicamente con Luis María González, integrante de CC.OO. El coordinador de la Secretaría de Comunicación de esa central obrera afirmó que el paro fue exitoso y provocó la paralización de buena parte del sector productivo. “Fue una huelga compartida con países como Italia, Grecia y Portugal y donde se registraron movilizaciones convocadas por la Confederación Europea de Sindicatos para rechazar las políticas de recorte impuestas en toda Europa”, dijo el gremialista.

Sobre el tenor de la huelga en España, González manifestó que se trata de una exigencia enviada al gobierno de Mariano Rajoy para que cambie con urgencia su política económica y la reoriente a la actividad productiva. “No se puede combatir dogmáticamente el déficit público si al mismo tiempo no se incentiva la inversión, la actividad económica y la creación de empleo”, insistió el portavoz. Además, estimó que la protesta, que se extendió por más de 120 ciudades de España, atrajo la participación de al menos cinco millones y medio de personas en todo el país. “Han intervenido no sólo trabajadores sino también un sector muy amplio de la ciudadanía que compartió la filosofía de esta huelga contra los recortes”, evaluó González, para quien se trató de una jornada que significó “un rotundo paro laboral”, con multitudinarias manifestaciones para defender el Estado de Bienestar, los servicios públicos y los derechos laborales.

Asimismo, destacó la normalidad de la medida de fuerza y los escasos incidentes que se produjeron. “Esperemos que el gobierno no ignore la movilización social que se ha producido en España, de la misma forma que las autoridades europeas no pueden ignorar las huelgas en toda Europa”, exclamó González.

Por su parte, Alfonso Alvarez, secretario general de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), expresó que el balance del paro es positivo. Y, en un tono más crítico que su colega, aseguró: “Gran parte de los trabajadores están radicalizando sus posturas y entienden que al actual modelo sindical se está mostrando incapaz de solucionar el problema de los asalariados. Por eso –agregó– están buscando alternativas sindicales como respuesta a la agresiones del Estado y del capital”.

Según el sindicalista de la CNT, el seguimiento de la huelga en Córdoba, la región donde vive, fue importante. “Ha habido dos manifestaciones: una convocada por UGT y CC.OO., y otra organizada por la CNT y el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores)”, dijo. Y afirmó que el gobernante PP tiene que cambiar la actual política de recortes, porque la salida a la crisis no pasa por crear mayores niveles de pobreza. “Lo que hay que hacer es impulsar políticas de mayor protección social capaces de generar empleo”, evaluó.

La economía griega profundiza su caída
Mientras los griegos realizaban un paro de tres horas y se movilizaban por las calles de Atenas, la autoridad de estadísticas del país publicaba un dato más que preocupante: el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 7,2 por ciento en el tercer trimestre de 2012 con respecto al mismo período del año anterior. Ese dato marca una aceleración de la recesión tras un repliegue del 6,3 por ciento del PIB en el segundo trimestre.

Grecia atraviesa el quinto año consecutivo de recesión, con una caída acumulada del PIB del 22 por ciento según estimaciones oficiales. El dato sobre la contracción de la economía el 7,2 por ciento es el peor en lo que va del año y pone en cuestión las previsiones del gobierno de que la caída iba a ser del 6,5 por ciento en el conjunto de 2012.

La protesta de ayer tenía como lema denunciar las destructivas políticas neoliberales impuestas en Europa que matan a la gente y a los países en nombre de la llamada crisis de deuda y fue organizada por las principales confederaciones sindicales del país heleno, GSEE (sector privado) y Adedy (empleados públicos), así como por el sindicato de trabajadores municipales (Poeota). Estas dos últimas organizaciones mantendrán la huelga hasta hoy.

Al menos media docena de edificios públicos fueron ocupados en protesta por los planes de despedir a 25.000 funcionarios hasta finales de 2013 y varios ayuntamientos iniciaron una campaña de desobediencia al gobierno de Samaras, negándose a enviar una lista de candidatos al despido. Los letrados y jueces también participan en la huelga, que ellos mantendrán durante toda la semana.

Los profesores de todos los niveles educativos pararon ayer tres horas para denunciar la rebaja de sus salarios, el anunciado cierre de 2000 escuelas y los recortes en el presupuesto de Educación. Durante tres horas del paro los hospitales públicos atendieron sólo urgencias y, en el caso de los periodistas, sólo trabajaron aquellos que debían cubrir las protestas. Aunque algunos trenes dejaron de funcionar, el transporte urbano continuó circulando para permitir a los manifestantes acudir al centro de Atenas.

La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, considerada por los griegos afectados por la crisis como la responsable de las políticas de austeridad que los asfixian, se ha convertido en el chivo expiatorio de la calle. Merkel, que estuvo en Grecia hace un mes, fue recibida con gritos de ¡Merkel fuera! o ¡Asesina! por los manifestantes. Y la líder alemana señaló a la prensa helena: “Atentas seguirá en la Zona Euro, pero para ello desearía que cumpla con la troika”, dijo en alusión a los compromisos que acordó Grecia con los prestamistas del paquete de ayuda.