Los límites de AFP


Iroel Sánchez

El  pasado viernes fue día de alegría generalizada enCuba. La noticia de la llegada a La Habana del héroe cubano René González -sometido a libertad supervisada en EE.UU. luego de cumplir trece años de injusta prisión- para estar junto a su hermano gravemente enfermo de cáncer circuló como pólvora.
Comentarios en los centros de trabajo de quienes vieron la noticia en el sitio Cubadebate, llamadas por teléfono, gritos entre vecinos que conocieron de la buena nueva por el noticiario del Canal Habana, reflejaban la atmósfera con que los cubanos acogieron la llegada a su país de un hombre que -como sus cuatro compañeros que permanecen en prisiones norteamericanas- se jugó la vida por salvarlos del terrorismo y renunció a pactar con sus captores una libertad sin honra.
Todos felices la tarde del viernes 30 de marzo en la Isla, menos el corresponsal de la agencia AFP en La Habana a quien lo que más le llamó la atención fue cómo la prensa cubana “se limitó a informar oficialmente este sábado, sin fotos ni comentarios, sobre la visita ¨privada y familiar¨ de unos de ellos a la isla”, aunque sin aludir a la causa real de ese extraño comportamiento.
Al parecer, el empleado de la agencia de prensa francesa no conoce el papel desempeñado por los medios de Miami en la condena de René y sus cuatro compañeros, algo que ayudaría a entender el cuidado con que los medios cubanos reflejaron su llegada a la Isla. No hay que ser muy sagaz para saber que la misma jauría mediática que, pagada por el gobierno de EE.UU.,  creó el ambiente propicio para que el proceso contra René y sus compañeros terminara en las desproporcionadas penas de cárcel que se les impusieron está pendiente de cualquier detalle para ensañarse con quien debe regresar a Miami, luego de las dos semanas que se le concedieron para visitar Cuba, y crear una situación que facilite volverlo a colocar tras las rejas.
Llama además la atención que en el despacho de AFP se nombre a René “el agente”, como si éste actualmente cumpliera alguna misión del gobierno cubano. Sin embargo, cuando esa agencia reseñó el juicio por perjurio en El Paso, Texas, al terrorista Luis Posada Carriles, éste era “el ex agente de la CIA” y “activista anticastrista”, usando el mismo lenguaje de la prensa de Miami que tiene prohibido llamar terrorista al autor de la voladura en pleno vuelo de un avión civil de pasajeros donde murieron 73 personas.
El cable de AFP se titula “Medios cubanos limitan información sobre la visita de agente condenado en EEUU” y en la tercera oración atribuye ese comportamiento a que “toda la prensa en Cuba está bajo control estatal”. Tal vez sería bueno preguntarnos bajo qué control y cuáles límites están AFP, la prensa de Miami y todas las transnacionales de la información que  siempre repiten que los terroristas de origen cubano asentados en Estados Unidos son “activitas anticastristas”.