La complicidad de la Iglesia, jueces y medios hizo posible el robo de bebés

Gerardo Aranguren
Tiempo Argentino


  • Los abogados desentrañaron el entramado civil que colaboró con los represores. Destacaron la lucha de “Chicha” Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, por encontrar a su nieta apropiada durante la dictadura.



Pese a la incesante búsqueda de María Isabel Chorobik de Mariani, prueba de amor y valentía, Clara Anahí continúa desaparecida y su abuela la sigue buscando.” Con esta frase, la querella de la Asociación Anahí cerró ayer la primera parte de su alegato en el juicio oral por el Plan Sistemático de Robo de Bebés, durante la cual describió el caso de la nieta de “Chicha” Mariani. 
Acompañados por Chicha Mariani y Elsa Pavón, los abogados Valeria Theo, Elizabeth Gómez Alcorta y Pablo Lafuente dieron inicio ayer a su alegato en el proceso en que se acusa, entre otros al ex dictador Jorge Rafael Videla, por 20 casos de apropiaciones. 
El Tribunal Oral Federal Nº 6 dio comienzo a la audiencia cerca de las 10:15, cuando arrancó el alegato de la querella que representa a Chicha Mariani, a Elsa Pavón y a su nieta Paula Logares, a Clara Petrakos, Genoveva de Terruggi, Rosario Valenzi y Mirta Acuña de Baravalle. Antes del primer cuarto intermedio, cerca del mediodía, el público presente en la sala, entre ellos Nora Cortiñas de Madres Línea Fundadora, comenzó a moverse nervioso, acababa de conocerse la noticia de la muerte del secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. 
“El Plan Sistemático de Robo de Bebés hubiese resultado imposible sin la complicidad activa de importantes sectores de la Iglesia argentina, de jueces y fiscales y de los medios de comunicación”, señalaron los abogados que reconstruyeron el operativo en el que Clara Anahí fue secuestrada y su madre, Diana Teruggi, asesinada. 
El día 24 de noviembre de 1976, la casa de la calle 30 de La Plata, donde vivían Diana Teruggi, Daniel Mariani y la hija de ambos Clara Anahí de tres meses de edad, fue atacada por 200 hombres fuertemente armados de la Policía, el Ejército, la Marina y Gendarmería.  La única sobreviviente del asalto, en el que incluso se utilizó un mortero, fue la bebé de 3 meses a la que, según testigos,  metieron en un patrullero minutos después de que su madre fuera acribillada en el patio y su cuerpo enterrado como NN. Daniel Mariani, quien había salido de la casa algunos minutos antes, fue secuestrado en agosto de 1977.
Además de los testigos presenciales de la supervivencia de la niña, Chicha Mariani atestiguó que el titular de la Comisaría 5º Osvaldo Sertorio “le confirmó que la nena estaba viva y le preguntó si conocía la ropa de la beba porque la iba a tener que reconocer por eso, porque seguro le cambiaron la identidad y tenía ya otro nombre, como era la costumbre”. También había confirmado la apropiación el policía Daniel Del Arco, quien intentó extorsionarla para recuperar a la niña. 
“No queda duda de que a partir del momento en que se secuestró a Clara Anahí, se procuró hacer desaparecer todo rastro que vinculara a la niña con su verdadera familia”, señalaron los abogados y recordaron que con ocho meses de diferencia los padres de la niña fueron inhumados como NN por el mismo médico para evitar su identificación. También se realizaron investigaciones sobre el obstetra que atendió el parto y el tratamiento posterior de Clara Anahí y que poseía todos los datos médicos que permitirían su identificación. También se intentó ubicar al odontólogo de Diana Teruggi con el fin de suprimir sus fichas odontológicas.
Por último, reconstruyeron la lucha de Chicha Mariani por encontrar a su nieta y cómo durante esa búsqueda se conformaron también las Abuelas de Plaza de Mayo. El caso de Clara Anahí es uno de los 20 hechos de apropiación que esta querella le imputa a Videla, quien ayer se sentó solo, acompañado por los abogados defensores, que debieron despertarlo cuando la presidenta del Tribunal, María Roqueta, lo descubrió dormitando.