Nos han declarado la guerra

Daniel Rosental

Quizá, en un futuro no muy lejano, las personas de bien, que somos la inmensa mayoría, nos preguntemos por qué motivo se llegó a naturalizar un sistema de vida que hace que menos de 100 personas en todo el mundo tengan, (en la actualidad) acceso al 50% de las riquezas que produce el planeta, en contraposición con 7mil millones de personas que tienen acceso al otro 50%.

Nos podríamos preguntar, entonces, que pan de la locura comimos para que haya 20 ó 30 individuos que amasaron fortunas de más de 100 mil millones de dólares, mientras 3 mil millones de personas sobreviven con un dólar diario. Cualquiera de esas 20 ó 30 personas están en condiciones de gastar un millón de dólares por día durante…300 años, y siguen hambreando al planeta.

Menudo trabajo el de los sociólogos, filósofos, psicologos sociales, desentrañar un misterio que excede a la simple interpretación de acumulación de riquezas, o a la teoría subjetiva de la búsqueda de poder, debiera, necesariamente haber algo mas, definido vagamente como factor humano.

La Argentina no es una isla en medio del océano, nosotros estamos gobernados por individuos de esa ralea, y cuando se está en esa condición, inexplicablemente, pareciera que no hay que cuidar la formas. Todo les está permitido por su condición, gozan de una impunidad absoluta.
El más elemental sentido común diría que la misma sociedad se debiera encargar de hacer pagar a quienes tanto daño social llevan adelante, pero esa misma sociedad aparece anestesiada, entregada sumisamente al expoliador, aceptando una condición de vida humillante y que no resiste el menor analisis. Rufianes, mafiosos, tratantes de personas, narco traficantes dirigen los destinos de la Patria. ¡Y fueron elegidos por los ciudadanos!
Se escudan en una Constitución y una legalidad de la que se burlan a carcajadas hirientes, mortales. Y estoy en el convencimiento que se los debe combatir con sus mismas armas, en todos los frentes, donde haya un ciudadano o patriota. No se les debe permitir avanzar con esta locura genocida, no se les debe permitir concluir su faena con la estocada final, debemos oponernos a todo lo que hagan o digan, por que son ellos, nada más, no debiéramos tener otros motivos, hay que combatirlos hasta echarlos.

No nos podemos sentar a la mesa de los rufianes, so pena de convertirnos en rufianes, no tenemos nada que negociar con estos individuos, so pena de ser sobornados, no debiéramos discutir sus políticas, so pena de caer en su discurso dominante e impuesto por nuestros enemigos.

No vinieron a gobernar, por que no saben que es eso, vinieron a hacer lo que mejor dominan: saquear y expoliar.
Entonces de que vale discutir sobre el impuesto a las ganancias, inflación, deficit, suspensiones, despidos, etc, cuando el modelo impuesto implica la pérdida de todos los valores humanos, soberanos, éticos y de independencia adquiridos. Hay quienes ingenuamente se quedan con “Cándido y el Optimismo”. yo prefiero los versos de Serrat.
“El viento lo canta llorando. Padre, ya están aquí… Monstruos de carne con gusanos de hierro. Padre, no tengáis miedo, decid que no, que yo os espero. Padre, que están matando la tierra. Padre, dejad de llorar que nos han declarado la guerra”.