Túnez, Hamás, Palestina y los judíos



Alain Gresh
http://blog.mondediplo.net

El Primer ministro del gobierno palestino en Gaza, Ismael Haniyeh, dirigente de Hamas, luego de una visita de cinco días, abandonó Túnez el lunes 9 de enero. Estuvo acompañado en el aeropuerto por el primer ministro tunecino Hamadi Jebali y el presidente del partido Ennahda, Rached Ghannouchi que había ido a recibirlo. Esta larga visita, realizada por invitación del gobierno, ilustra los cambios acontecidos en la escena árabe en el último año.

Recordemos en primer lugar que el gobierno que preside Haniyeh surgió de las elecciones democráticas celebradas en Palestina en enero de 2006. Fueron los occidentales y algunos países árabes, así como Fatah, los que se negaron a reconocer los resultados del sufragio popular, lo que derivó en una escalada entre entre Hamás y Fatah y en la creación de dos autoridades en Palestina.

La visita de Haniyeh se incribía en el marco de una visita a la región: Turquía, Sudá, Catar y Barhéin. La etapa de Bahréin fue un poco extraña en la medida en que este país no juega un papel importante y en donde además se aplasta a la oposición; pero para Hamás se trataba de mostrar un gesto de buena voluntad hacia Arabia Saudí, a su juicio muy reticente. La gira de Haniyeh consolida el lugar de Hamás en la escena regional y confirma que la victoria vinculada a las fuerzas de los Hermanos Musulmanes (En Túnez, en Egipto, en Marruecos y tal vez en Libia) genera ya consecuencias en la geopolítica regional y especialmente en el conflicto israelí-palestino.

Fatah no ha ocultado su descontento por no haber sido asociado a la recepción de Haniyeh en Túnez. Como, por otra parte, estalló un incidente debido a un oscuro problema vinculado a la entrada de una delegación de Fatah a Gaza, se podría poner en duda el avance de la reconciliación de las dos organizaciones. El mismo Abas ha llamado a revisar dicha reconciliación («Abbas : Fatah must reevaluate reconciliation pact with Hamas », Haaretz, 9 de enero).

Con ocasión de su visita a Túnez Haniyeh se entrevistó con las autoridades y recorrió las ciudades símbolicas de la revolución tunecina. En una concentración en Túnez fue ovacionado por unas 5.000 personas y convocó a los pueblos de la primavera árabe a luchar contra Israel.

Pero fue un incidente a su llegada al aeropuerto lo que despertó la polémica, como informa el diario tunecino Le Temps (“¿Ha perdido Ennahda el control de su tropa?”). “Decenas de jóvenes proclamaban eslóganes antijudíos cuando, el jueves, llegó el jefe de gobierno del movimiento islamista palestino Hamás, Ismail Haniyeh, al aeropuerto internacional de Túnez Cartago. Kufiyas alrededor del cuello y banderas palestinas en la mano, los jóvenes mostraron su odio a los judíos gritando con fervor consignas tales como “Matar judíos es un deber”, “Echar a los judíos es un deber”. Alrededor de 2.000 personas recibieron al secretario general del movimiento Hamás.

En reacción, como informó AFP. Peres Trabelsi, uno de los representantes de la comunidad judía, declaró: "En Túnez no hay sionistas no queremos vernos mezclados en los problemas de Medio Oriente, Túnez es nuestro país”. Esta comunidad cuenta con unas 1.000 personas (grente a 100.000 que había en el momento de la independencia en 1956).

Ajmi Lourimi, miembro del buró político de Ennahda declaró según informa  Le Temps: “Los eslóganes antijudíos proclamados el jueves en el aeropuerto de Túnez Cartago constituyen un acto aislado que no refleja la posición de Ennahda ni la del gobierno tunecino.Las personas que fueron a recibir a Ismail Haniyeh no eran exclusivamente militantes de Ennhada. Y en un acontecimiento de este tipo no se puede impedir que asistan personas de otras ideas junto a nuestros militantes. Los simpatizantes de Ennhada impidieron también que un joven hiciera ondear una bandera negra emblemática de otro partido. Y además,¿cómo se puede pedir a un gobierno que prohíba las manifestaciones que le son hostiles en el nuevo clima de libertad que reina en el país, impedir que la gente asista a recibir a un dirigente de un país hermano o proclamar tal o cual eslogan? Ennhada, que cree en la cohabitación entre diferentes religiones y respeta la libertad de culto, denuncia que estos eslóganes antijudíos son la expresión de una minoría sin representatividad en la sociedad tunecina. Contrariamente a lo que piensan algunos intelectuales, Ennhada controla plenamente sus bases, pero hay que tener en cuenta que los niveles de conciencia política no son los mismos entre los militantes y los simpatizantes de un mismo partido. No es necesario dar a este episodio una gran importancia o hacer de él un coco”.

El 9 de enero, Rached Ghannouchi publicó también un comunicado afirmando que los judíos de Túnez eran “ciudadanos a carta cabal con los mismos derechos y deberes que los demás ciudadanos”.

Sin embargo estas manifestaciones, aunque limitadas son inquietantes. No solo desestabilizan a algunos de los miles de judíos que viven en el mundo árabe, sino que se inscriben en un clima general contra las minorías, como la de los cristianos en Irak, obligados a dejar el país luego de la “liberación” de los EE.UU. o la de los coptos en Egipto.

Para los judíos de Túnez existe también otra dimensión que merece citarse. No son solo los extremistas islámicos los que consideran que los judíos de Túnez no son ciudadanos: tampoco los considera así el gobierno israelí. El viceprimer ministro Sylvan Shalom, nacido en Túnez, declaró en diciembre de 2010: “Invito a los judíos que viven en Túnez a venir a instalarse aquí lo más rápidamente posible”.

Los judíos tunecinos han rechazado vivamente esa invitación. También el partido Ennhada –cuyo dirigente Ghannouchi se había reunido con representantes de esa comunidad– calificó de “irresponsable e irracional” el llamado realizado por Shalom a los judíos de Túnez. Según AFP Ennhada ha afirmado que “Túnez es, ahora y en el futuro, un Estado democrático que respeta a sus ciudadanos y vela por ellos cualquiera que sea su religión… Los miembros de la comunidad judía de Túnez son ciudadanos que gozan de la plenitud de sus derechos y sus deberes”.

Se confirma de este modo el peligro que implica esta posición israelí que llamando a los judíos del mundo a instalarse en Israel, pone en duda su pertenencia a las diferentes comunidades nacionales.

Como dije en otra oportunidad “El estado judío contra los judíos”…