(1861-1865) EL Legado de la Guerra de Secesión que desangró a los Estados Unidos
Por Albino Gomez*
Fue históricamente, la guerra más sangrienta que pelearon los Estados Unidos y la más grande que jamás se haya librado en nuestro hemisferio. En esa guerra murieron más de 600 mil hombres, el 2% de la población estadounidense, es decir que hubo en ella más muertos norteamericanos que en la Primera y Segunda guerras mundiales, juntas.
Los grandes cementerios militares de ese país, el de Arlington en Virginia, frenta a Washington D.C, , y el de Gettysburg en Pennsylvania, son productos de esa guerra que duró cuatro años y en la que el Norte triunfó finalmente, porque pudo implementar el concepto de la “guerra total” –quizá por primera vez en los tiempos modernos- que dio prioridad a la destrucción de las vías ferroviarias y de los aparatos de producción, por sobre la derrota del enemigo en el campo de batalla. Y eso fue así porque los ejércitos del Norte, no obstante ser más numerosos que los sureños, no podían ganar la guerra en los campos de batalla alejados de las poblaciones. También resultaron víctimas de esa “guerra total” las más orgullosas ciudades del Sur, como Savannah. Columbia y Richmond, que fueron destruidas por los incendios. La mayoría de los lectores podrá recordar que, en el popular filme Lo que el viento se llevó, se representa uno de esos impresionantes incendios de la Guerra Civil: el de Atlanta. Charleston se salvó y, gracias a ello, pudo preservar una gran muestra de la arquitectura del Sur que hoy atrae a turistas a la ciudad.
Charleston es un símbolo de la historia militar sureña. Tiene una base naval importante y un famoso liceo militar, The Citadel, emblemático de esa tradición. Pero el fundamento y núcleo de dicha tradición es la historia de la ciudad y del Estado, y el papel que ambos jugaron en la Guerra Civil. En ese paseo frente a la bahía, enramadas y glorietas alternan con las estatuas de los guerreros de la Confederación, y las viejas placas de bronce que citan en relieve a los que cayeron en batalla tan lejanas en el tiempo, pero tan presentes en el Sur como si se hubieran peleado ayer. También existen monumentos y placas en los viejos pueblos y ciudades del Norte, a pesar de que se ha dicho siempre que el Norte otorga pensiones a sus héroes, y no pedestales como el Sur. El hecho cierto es que, no obstante haber perdido el Norte más hombres que el Sur en el conflicto, sus monumentos no son tan conspicuos, y la memoria de la Guerra Civil no forma parte de la dinámica política de la región. Desde las enramadas, en un paseo que tiene el tono de la nostalgia, puede verse el puerto de Charleston y el Fort Sumter, donde históricamente comenzó la Guerra Civil cuando las baterías del estado rebelde de Carolina del Sur bombardearon el fuerte, propiedad del gobierno nacional, y lo rindieron el 12 de abril de 1861. Y en el Sur, en cualquiera de sus estados pueden verse banderas de la extinta Confederación, diseñadas con dos barras grisáceas estrelladas en diagonal, sobre un campo rojo. Y esos diseños o los colores, gris, rojo y blanco, de esas banderas, están incorporados –de una forma u otra- a las banderas estatales de ocho de los once estados que formaron la Confederación.
A esta altura de la nota es necesario aclarar que la Guerra Civil norteamericana –conocida también, muy propiamente, como la Guerra de Secesión- que tuvo como resultado la emancipación de los esclavos, tuvo un origen verdaderamente enmarañado. Porque la esencia de la lucha fue determinar si la Unión de estados establecida por la Constitución norteamericana de 1789 era simplemente una Liga federal, o sea una unión de estados soberanos, de la que un estado podía separarse por decisión propia (tesis sureña); o si esa Unión era algo perpetuo e indisoluble, que los estados no podían abandonar (tesis norteña). Y aunque la esclavitud fue la que dio a la lucha fraticida su contenido ético y su tono moral, dicha guerra no comenzó porque el Norte, por medio del recién elegido presidente, Abraham Lincoln, se hubiera propuesto abolir la esclavitud en los estados del Sur. Aunque pueda recordarse que cuando Lincoln fue elegido candidato a presidente por el Partido Republicano, en 1860, dijo que respetaría la institución de la esclavitud en el Sur, y prometió no rechazar una ley sobre esclavos fugitivos, que permitía a los esclavistas sureños recuperar fácilmente “su propiedad humana”, escapada hacia el Norte. Entonces, no necesariamente la presidencia de Lincoln no presentaba una amenaza directa a la esclavitud en el Sur, Pero sí su Partido Republicano, porque era antiesclavista y, aunque hoy pueda parecer extraño, era también proteccionista e intervencionista, ya que favorecía la intromisión del Estado en algunos aspectos de la economía. Téngase en cuenta que había sido fundado en 1854 para implementar un programa político-económico que favoreciera a la industria, radicada principalmente en el Norte, y las aspiraciones de los pobladores del Oeste, que querían ayuda del gobierno para emigrar y colonizar las tierras de los nuevos estados que se incorporaban a la Unión.
Pero volviendo al tema de la esclavitud, el problema existía porque la tenencia de esclavos en los Estados Unidos no fue una cuestión resuelta por la Constitución de 1789. Inicialmente, a cada estado se le reconoció el derecho de decidirse a favor o en contra de la esclavitud. Cuando se sancionó la Constitución, los trece estados originales eran esclavistas. Con el correr de los años, algunos estados originales abolieron la esclavitud y se fueron incorporando nuevos estados que no eran esclavistas. Cuando Lincoln fue elegido presidente, en 1860, de los 34 estados de la Unión, 19 no aceptaban la esclavitud y 15 eran esclavistas.
Por lo tanto, la victoria en las elecciones presidenciales de 1860 del Partido Republicano, que defendía la tesis de que los nuevos estados que se incorporasen a los Estados Unidos no debían ser esclavistas fue vista por el Sur como una amenaza directa a sus intereses políticos y económicos, que incluían la autonomía de los estados y el libre comercio. Así las cosas, los dirigentes sureños pensaban con razón que, a medida que aumentasen los estados no esclavistas en los Estados Unidos,disminuía la posibilidad de que de que el Sur pudiera controlar el gobierno nacional. En 1858, con la presidencia en manos del Parido Demócrata, se había propuesto que los Estados Unidos comprase Cuba a España, por ser aquélla una isla rica, llena de esclavos, y con un sistema económico basado, precisamente, en la esclavitud. Porque se suponía que la incorporación de Cuba a los Estados Unidos fortalecería la posición política y económica del Sur. Pero España no estaba dispuesta a vender. Entonces, con la derrota demócrata en 1860 y el proyecto republicano en el poder, el Sur no veía futuro político ni económico a su unión con el Norte.
Fue de ese modo que, el 20 de diciembre de 1860, Carolina del Sur se transformó en el primer estado que se separaba de los Estados Unidos. Luego, otros estados siguieron el ejemplo y, a principios de 1861, se constituyó la Confederación de Estados del Sur. Cuando Lincoln juró como presidente, el 4 de marzo de 1861, el país ya estaba dividido, pero no en guerra. La causa de la guerra fue que el gobierno nacional de Washington no reconociera a los estados del Sur el derecho a separarse de la Unión, y la Guerra propiamente dicha, comenzó cuando los estados rebeldes intentaron ocupar las instalaciones militares del gobierno nacional, establecidas en sus territorios, como ocurrió en Charleston –según hemos mencionado- el 12 de abril de 1861.
Pero no todos los estados esclavistas se rebelaron: Maryland, Kentucky y Delaware se mantuvieron leales. Porque Lincoln siempre insistió en que la guerra no se hacía para emancipar a los esclavos. La proclama de Lincoln de 1863, que emancipaba a los esclavos, fue una calculada medida de guerra que alcanzaba solamente a los esclavos de los estados rebeldes, y no liberaba a los esclavos en los estados leales. Porque Lincoln veía el problema con mucho realismo, y en su carta al editor Horace Greely, fechada el 23 de agosto de 1862, decía:
Mi principal objetivo en esta lucha es salvar la “Unión”, no es salvar o destruir la esclavitud. Si pudiera salvar la “Unión!sin liberar a ningún esclavo, lo haría; si pudiera salvarla liberando a todos los esclavos, lo haria; y si pudiera salvarla liberando a algunos y otros no, también haría eso.
Al comenzar la guerra, el Norte era tres veces más rico que el Sur: tenía 23 millones de habitantes; el sur 9,5 millones; estaba por delante del Sur en barcos mercantiles, 9 a 1; en producción industrial, 10 a 1; en producción de armas de fuego, 32 a 1. Tenía más campo en producción, más ganado, cosechaba más trigo y más maíz. Además, el Sur necesitaba crear un aparato estatal y un tesoro nacional para financiar la guerra. Desde cualquier punto de vista, ir a la guerra contra el Norte era un despropósito para el Sur.
Sin embargo, los estados del Sur “se tenían confianza”. Creían en su capacidad militar y que el Norte no iba a pelear. Parte de esa confianza procedía , tal vez, de que había muchísimas academias militares en el Sur, de las cuales egresaban más oficiales que en el Norte. Pero más importante que esta confianza militar, era la suposición de que el pueblo del Norte no tenía motivos para pelear y, que, por ende, pronto se cansaría de la guerra : “¿Por qué razón un hombre de Nueva York o Massachusetts iba a arriesgar su vida para impedir que un estado del Sur se independizara de la Unión?”
Inglaterra compartía el optimismo del Sur y quería que la Confederación de Estados del Sur estableciera su independencia. Fue por ello que durante la Guerra Civil reconoció a la Confederación como beligerante. Pero esta actitud no era de mera simpatía, sino que respondía a razones políticas y económicas. Por una parte, la independencia del Sur debilitaría a los Estados Unidos, una potencia emergente y, por otra, la política de libre comercio de la Confederación era beneficiosa para su propio comercio y para su industria textil que, en parte, dependía del algodón proveniente del Sur. En el segundo año de la Guerra y después de varias victorias sureñas, aún así, el Norte no aceptó la separación y, por preservar la Unión, llegó al sacrifico de perder más hombres en el campo de batalla que el Sur. Pero veamos cómo quedó el Sur, según palabras de los historiadores Charles A y Mary R. Reard:
“Las granjas, ´plantaciones y ciudades del Sur habían sido los escenarios de las batallas. Las grandes áreas, los edificios y los cercos habían sido demolidos y derribados; el ganado dispersado y los implementos de producción inutilizados. Millas de caminos ferroviarios habían sido levantadas y los vagones destruidos; las estaciones de ferrocarril y oficinas incendiadas. Familias líderes en el desarrollo de los negocios y de la agricultura. quedaron empobrecidas. El sistema financiero había sido desbaratado…De las cenizas de la guerra tenía que nacer el nuevo Sur.”
Los estudiosos dicen que los cuatro años que duró esa guerra violenta y sin cuartel, se forjó la idea y el sentimiento de nacionalidad de los Estados Unidos, a través de un conflicto en que el Sur fue yunque y el Norte martillo.
En el Sur, el sentimiento por la derrota , atroz –como se ha visto- en pérdidas humanas y materiales, se confunde, sin embargo, con el orgullo que da la conciencia de que esa derrota fue necesaria para consolidar la nacionalidad de los Estados Unidos. Y esa equivalencia de los aentimientos es parte integral de la compleja personalidad de la región. En la novela de William Faulkner, Intruso en el polvo, escrita en 1948, un personaje expresa aquella ambivalencia sentimental: “Por eso debemos resistir al Norte, no para preservarnos a nosotros (como Sur), ni a los dos (como Norte y Sur), sino para preservar a la nación…porque…fue para conservar esta nación intacta, que –varias generaciones atrás- .perdimos una guerra civil sangrienta en nuestro propio suelo”
La Guerra Civil por sí sola no explica la dinámica política de la región. La guerra fue seguida inmediatamente por un período de experimentación social, impuesta por el Norte al Sur, que se conoce como el Período de la Reestructuración. Este período histórico que duró 12 años, desde 1865 a 1877, es uno de los tramos más controvertidos de la historia norteamericana. Porque durante la Guerra Civil, el sentimiento antiesclavista creció en el Note. Al final de ella, los políticos republicanos que expresaban ese sentimiento dominaron el Congreso nacional y se enmendó la Constitución de los Estados Unidos para abolir la exclavitud para siempre y otorgar a los negros la ciudadanía y todos los derechos civiles y políticos correspondientes. Al principio, los estados vencidos del Sur intentaron soslayar la Constitución, promulgando reglamentaciones llamadas “códigos negros”, que colocaban a la gente de color en una situación social y política inferior.El Congreso en Washington D.C., dominado por los republicanos abolicionistas, respondió con una intervención militar del Sur para asegurar que se cumpliera la ley y se realizara un programa de reconstrucción de la vida política, económica y social de la región, integrando a negros y blancos.
En 1867, con el Sur dividido en cinco regiones militares y el ejército porteño garantizando los comicios, se realizaron las primeras elecciones en el Sur para elegir convenciones constituyentes para cada estado, con la participación de un gran número de negros. En estos comicios fueron proscriptos dirigentes blancos asociados a la vencida Confederación de Estados del Sur, o sea, los integrantes de la élite tradicional de la región. Su lugar fue ocupado por blancos advenedizos del Norte, despectivamente llamados carpetbaggers por los sureños tradicionales, porque supuestamente, todos sus bienes cabían en una valija de mano. También participaron blancos nativos que colaboraban con los propósitos de la econstrucción y eran llamados, despectivamente, scalawagas, o sea atorrantes.
De los once estados de la vieja Confederación, solo tres: Louisiana,Carolina del Sur y Mississippi, tenían mayoría negra-Por lo tanto, para ganar en estas elecciones, los negros tenían que aliarse con los blancos advenedizos y colaboracionistas, para formar una coalición que se presentara las elecciones. Los blancos que se identificaban con la rebelión perdida, y que no estaban proscriptos, votaron por los demócratas.
Ganaron los republicaron. Y las convenciones produjeron documentos democráticos, modernos, verdaderos exponentes de principios liberales que establecieron, entre otras cosas, el primer sistema de educación pública gratuito del Sur, financiado por el Estado.En los estados de Louisiana y Carolina del Sur, los negros constituían la mayoría de los convencionales. Fue un gigantesco paso adelante. Pero, para el sentimiento mayoritario blanco del Sur, estas elecciones resultaron traumáticas. De pronto, los sureños blancos tradicionales eran gobernados por legislaturas constituidas por sus ex esclavos, los negros; sus ex enemigos, los carpetbaggers; y por paisanos a quienes consideraban traidores, los scalawags.La reacción blanca fue extrema y escalofriante. Tomó la forma de sociedades secretas de terroristas, cuyas víctimas eran los negros, los carpestbaggers y los scalawags. La más famosa de estas organizaciones secretas de terroristas fue el Ku Klux Klan, organizada en Tennessee en 1867.Otras tenían nombres pintorescos como los Caballeros de la Cameli Blanca. Estos jinetes de la noche, fantasmalmente cubiertos con sábanas y capuchas para evitar ser identificados, incendiaban las casas y cosechas de los negros y de los blancos colaboracionistas; asesinaban y, en general, aterrorizaban a sus enemigos. De todos modos, la política de la Reconstrucción de los republicanos en el Sur tenía un objetivo político nacional que se cumplió. En las elecciones presidenciales de 1868, los demócratas, que se oponían a la Reconstrucción, perdieron la elección y ue elegido presidente el candidato republicano, general Ulyssis S. Grant, comandante en jefe del ejército de Estados Unidos, y vencedor de la Guerra Civil. Gracias l votao negro. Grant ganó e todos los estados del Sur, menos en Georgia y Louisiana, donde la violencia de las organizaciones secretas terroristas había quebrado la organización del Partido Republicano.
Sin embargo, la reacción blanca basada en el terrorismo contra el negro fue logrando su objetivo,ya que en las elecciones legislativas de 1870, el porcentaje el voto negro bajó en un 70% y los republicanos empezaron a perdr el control de los estados sureños. En 1871 se levantó la proscripción -con muy pocas excepciones- a los blancos rebeldes, la élite blanca. El Norte se estaba cansando de ocupar militarmente el Sur, a cambio de los votos electorales que necesitaba para ser elegido presidente. De este modo, el camino quedó libre para que, en el Sur, el negro no pudiera participar en el proceso político. En cada estado y aun en cada jurisdicción, se introdujeron distintas formas de voto calificado. Los republicanos estaban terminados en el Sur, que se transformó en una región con un solo partido, el Demócrata. En 1876, se dio el último gobierno estatal republicano del Sur. Incluso en Carolina del Sur, cuya población era mayoritariamente negra, volvió a manos de los demócratas.
La filosofía de la supremacía de la raza blanca u la violencia blanca habín ayudado a las clases dirigentes tradicionales del Sur a retener el mando, El gran experimento social del Parido Republicano, la Reconstrucción del Sur,con su sueño de la emancipación del negro, y de los gobiernos basados en una coalición multilateral de negros u blancos, desapareció por casi un siglo del panorama político del Sur.
El lector de hoy se asombrará por los cambios político-ideológicos de los Partidos Republicano y Demócrata. También, con la presidencia de un hombre de color como Obama, mucho mejor que el actual blanco Donald Trump.
*Periodista, escritor y diplomático