Rosas y J. B. Alberdi

La Gazeta Federal

Los antecedentes

A los 25 años Juan Bautista Alberdi, formaba parte de Asociación de Mayo; jóvenes románticos, idealistas y liberales, obnubilados por las nuevas corrientes filosóficas y encandilados los “las luces” de Europa, creen poder convencer a Rosas de sus ideas. Alberdi lo llama “el Gran Rosas”. Pronto, al ver que Rosas no está en camino de aplicar las libertades ni filosofías de la Revolución Francesa, serán sus enemigos. Alberdi publica artículos en “La Moda” de crítica costumbrista, con el seudónimo de Figarillo. Este grupo de jóvenes afrancesados se sienten en cierta forma amenazados y Alberdi, temeroso, pide audiencia a Rosas: “Más tolerante que sus consejeros, me dispensó de ella, mandándome palabras calmantes por medio de Mariño”confesará Alberdi.


Emigrado en Montevideo (1838), junto a otros jóvenes se dedicará a combatir a Rosas. Alberdi reconoce que emigran espontáneamente, sin ofensas ni odios ni sin motivos personales, y solo por combatir la “tiranía”. Desde “El Nacional” predica la alianza entre los emigrados y la escuadra francesa que bloquea y ataca. A la confederación. Cuales son los argumentos? “nosotros no somos hijos de nuestra tierra sino de la Humanidad” (...) “para los espíritus vastos y serios que saben no estacionarse en el círculo estrecho de la Nación, la patria es la Humanidad”. Dice Alberdi. Juan Cruz Varela, se extraña por la “propaganda anti-americana y anti-patriótica” (Escritos póstumos)

El cambio

En 1847 desde Chile, publica “La Republica Argentina luego de 37 años después de la revolución de Mayo” donde dice ...”Rosas es un mal y un remedio a la vez”… “Bolívar no ocupó tanto el mundo con su nombre como el actual gobernador de Buenos Aires “….”el nombre de Washington es adorado en el mundo, pero no más conocido”….”los Estados Unidos, a pesar de su celeridad, no tienen hoy un hombre público más expectable que el General Rosas” ...”se habla de él popularmente de un cabo al otro de América”…”no hay lugar en el mundo donde se ignore su nombre....”porque no hay uno a donde no llegue la prensa inglesa y francésa que hace diez años lo repiten día por día”... ”que orador, que escritor célebre del siglo XIX no le ha nombrado, no ha hablado de él muchas veces? Guizot, Thiers, O´Connell, Lamartine, Palmerston, Aberdeen. ¿Cuál es la celeridad parlamentaria de esta época que no se haya ocupado de él”... (…..y pensar que la historia oficial trató de ignorarlo, de “borrarlo”) A pesar de ser un adversario político de Rosas, dice honestamente ...”Si se pidiesen títulos de Rosas a la nacionalidad argentina, yo contribuiría con un sacrificio no pequeño al logro de su rescate”...”El primer partido de América que haya repelido a los estados de Europa, es el de Rosas”

El encuentro de Alberdi con Rosas

En 1857 Alberdi era Ministro de la Confederación en Londres. En una reunión privada se encuentran Rosas y Alberdi, los dos viejos adversarios.
Alberdi mismo relatará el encuentro. Dice que cuando entró encontró a Rosas hablando con las damas en ingles, y lo describe como “un hombre entretenido y de cierta distinción”. Se dan la mano “con palabras corteses”, sin odios ni rencores. Conversan privadamente. ¿De que hablan ?
Según Alberdi, Rosas le pide decirle al general Urquiza que le está ...”intensamente agradecido por su conducta recta y justa hacia él; que si algo poseía hoy para vivir, a él se lo debía”... Reitera sus palabras de...”respeto y sumisión al gobierno nacional”... y “habla con moderación y respeto de todos sus adversarios”. (¿hay acaso muchos que actúen así, sin rencores?...esto no hace más que demostrar una vez más la grandeza de Juan Manuel de Rosas)
Con Alberdi hablan de cosas de la vida cotidiana en Inglaterra, de caballos ingleses y de su caballo, de su difícil situación económica, y le declara no haber traído dinero de Buenos Aires, pero sí todos sus papeles históricos en cuya autoridad descansa...”El dice que guarda sus opiniones, sin perjuicio de su respeto por la autoridad de la Nacion”(¿hay acaso muchos que actúen así, con ese respeto?
Dice Alberdi que Rosas no es fanfarrón ni arrogante, y que se muestra “juvenil y atento” a pesar que a sus 74 años se encuentra en el destierro y en la pobreza, abandonado de todos, calumniado e injuriado.
Esta entrevista inicia una amistad entre los dos hombres, y Alberdi llegará a comprender a Rosas.

Carta de Alberdi al General Rosas

Al Señor general D. J. M. de Rosas
Caen, 220 de septiembre; 1864.
Mi honorable Señor General. Había esperado tener el gusto de visitarle este año en Southampton, para responder a sus atenciones que no olvido a pesar del tiempo transcurrido, pero mil obstáculos menudos me obligan a postergar el cumplimiento de ese deber. No quiero sin embargo dejar pasar el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los testimonios de mi constante aprecio y distinción, de un modo directo, pues por intermedio de amigos, no he cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente por ellos que su salud y su espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus bellos años.
El ejemplo de moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra América despedazada por la anarquía es, para mi una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi distinguido señor General, y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle mis respetos amistosos con que soy de Vd. General, su atento compatriota y servidor.

J. B. Alberdi.

P.D.: Yo partiré en toda la presente semana para Paris, donde estaré á la orden del Señor General; 14, Rue St. Florentín.

Correspondencia de Alberdi a Máximo Terrero

En 1863, en correspondencia posterior Alberdi le dice a Máximo Terrero: ”...el señor Elizalde ha entrado en sus últimos trabajos diplomáticos con la misma política exterior que el general Rosas tuvo antes que conociera la Europa. Fiel a su destino se ve que Elizalde marcha siempre a raya del general Rosas ¡ Ah, si al menos imitasen su energía y dignidad” ”que justificación solemne recibe con todo esto el general Rosas”...
Le expresa que no quiere molestarlo..”en su retiro digno y laborioso”...y que Rosas “está dando lecciones a los generales americanos que la demagogia echa a las playas europeas, llenos de plata y ávidos de placeres” (1 de octubre de 1863)

En 1864, la escriba a Máximo Terrero

Caen, 14 de agosto de 1864

Mi querido amigo y señor: mucho me ha gustado su franca, calorosa é interesante carta del 11 de este mes llena de sentimientos que hacen honor á su corazón de hijo y de amigo de su país.
Nada más público y notorio que la honorabilidad con que lleva el General Rosas su vida de refugiado en el país de los libres. Si estuviera en Roma como Fernando II o en Austria, o en Turquia, sería eso una ventaja para sus detractores. Pero les dice el verlo considerado por el León partido liberal británico y por el glorioso veterano de la Libertad, Lord Palmerston?
El ejemplo del General Rosas de refugiado digno, resignado, laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sitio en la vieja historia de Roma.
Ningún general de los muchos que la ola de la revolución americana ha echado a las playas de Europa ha dado el ejemplo honroso del General Rosas. Solo él no ha conspirado para recuperar el poder ni ha hecho la corte a los Reyes, ni buscado espectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños. Ni el mismo San Martín llevó con más dignidad su proscripción voluntaria. Es indigno y vergonzoso atacar á un hombre semejante y en semejante situación.
Sin duda alguna se exagera en mucho del trabajo de una publicación explicativa. Ciertamente que una época de 20 años no se expone en un volumen corto. Pero no se trata de una historia ni de una crónica, ni de una biografía completa. Eso ni es obra del momento, ni será obra del General Rosas.
Otro será quién lo haga. Exponer la historia de su vida en 10 volúmenes sería sepultarla por ahora. Lo que la historia del momento exigiría de él, es una palabra, algo breve y corto, para servir a la historia. Hoy todo el mundo habla, nadie calla, empezando por Napoleón, pasando á Lord Palmerston y acabando por Mitre. que no es tonto en majadear con sus disertaciones históricas, en que habla más de sí mismo que de Belgrano.
Cuarenta ó cincuenta páginas debe seria extensión obligada o máxima de la memoria. Lo demás debe constar de documentos. Total un volumen brevísimo-. La impresión de esto no puede costar en Francia arriba de mil francos. Y como se podrían vender ejemplares (aun para mejor propagarlos) talvez se ganaría en vez de perder.
La memoria o manifiesto debe ser sin frases. Ya la simple idea de manifiesto hace bostezar, porque el ordinario consta de palabras y frases mas o menos retumbantes.
Debe reducirse á tres cosas : cifras, documentos y hechos. Nadie cree hoy en frases, pero todos creen en los números, y en lo que se toca y palpa.
Cifras y solo cifras para cosas de este orden: cuanto valía el papel moneda (o las onzas como allá dicen) bajo el Gobierno de Rosas; cuanto vale hoy.
A cuanto subía la deuda entonces; á cuanto sube hoy.
Cual era el presupuesto entonces; cual es hoy.
Documentos y solo documentos de este orden: la ley que dio todo el poder al General Rosas y todo lo que á ella se refiere. Sus renuncias reiteradas. Las aprobaciones Legislativas de sus actos. Los votos en su honor.
Sus títulos y honores recibidos.
Tratados internacionales que pusieron fin á las cuestiones.
Sobre el territorio de la Provincia o Nacional, el mejor documento seria un extracto o resumen de la carta geográfica de sir W. Parish, con la demarcación de la frontera de entonces y la de la frontera de hoy. según Mr. de Moussy, respecto de los Indios. Lo que no se ve, no se estima á este respecto.
No hay que olvidar el testamento de San Martín.
En cuanto a los hechos, señalar cual era entonces la seguridad de la propiedad. y de la vida, en la campaña para los neutrales a la lucha política y la que hoy existe.
Cuanta fortuna tenía el General Rosas al entrar al poder: cuanta tiene hoy.
El grande hecho que todos ven: como ha vivido y procedido en Europa desde que bajó del poder.
Altas atenciones de que es objeto.
Nada de recriminaciones.
Para responder al reproche de barbarie inferido á su manera de atacar y defenderse, mostrar o señalar la historia contemporánea de Estados Unidos, Rusia, Italia, Alemania, etc.
Que personas lo acompañaron en su Gobierno como amigos y servidores oficiosos. como legisladores, ministros, guerreros, publicistas, consejeros, cortesanos: donde están hoy? que posición tienen?
Todo esto no es ocuparse de la persona de Rosas, sino del país, de quien fue expresión de la sociedad de que es miembro a pesar del destierro: hasta por patriotismo argentino. El General Rosas debe defender el decoro de su país, defendiendo ó explicando su conducta pública.
Callar, es dar la razón al que habla aunque no la tenga. Fíjese en el articulillo sobre la Posteridad que le envío.
Por lo que hace á mi, le confieso que me irrita el espectáculo de tanta duplicada é hipocrecía que nos dan los que se gozan de deprimir al caído al mismo tiempo que parecen gozarse en obrar peor, que lo hizo, según ellos, ese adversario, a quien persiguen.
Convenido respecto al aviso anticipado que le daré en caso que yo haga la visita consabida.
Con mis seguridades de amistad por Ud.

Juan Bautista Alberdi

Otra correspondencia

En carta a Manuelita (13-01-1864) le dice que ...”difícilmente se puede dar cabeza que exprese la posesión de un talento superior tan elocuente como la de nuestro antiguo Jefe Supremo del Río de La Plata”... y agrega que “lord Byron habría envidiado la fascinación irresistible de su mirada”
A Terrero, el 19 de julio de 1863 ...” En el mismo lugar en que debiera tributarse elogio y respeto al general Rosas, que tuvo tan alto el estandarte de San Martín, lo ultrajan del modo más cobarde e ingrato”...” Me gusta mucho oírle a Ud. que el general Urquiza contempla y respeta al general Rosas, en lo que prueba cordura y sensatez”
Y todo esto no lo dice un “fanático Federal”. Lo dice un antiguo adversario y enemigo político, en su madurez intelectual y despojado de pasiones.
Al saber del incendio de la chacra de Rosas, le escribe a Terrero diciendo que “ teme sea obra de los enemigos de Rosas con el fin de hacer desaparecer sus papeles” y el 8 de agosto de 1863, desde Caen...”La causa real del general Rosas se halla triunfante y respetada hasta en esos puntos más vulnerables, por sus enemigos; y él ¿es acusado criminalmente?”... Luego se pregunta porque ha sido procesado Rosas...”el único que lleva vida digna y se tiene en una reserva llena de decoro y de honor”.
Habla luego de su proyecto de una defensa de Rosas, y cree que ...”una corta Memoria, bien acompañada de una masa de documentos, sería más eficaz que un grueso libro”...y pidiendo disculpas de no haberlo visitado añade...…”El ejemplo de moderación y dignidad que está dando a nuestra América, despedazada por la anarquía, es para mí, una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales”
El 14 de agosto de1864, en carta que contiene el plan de la Memoria propuesto por Alberdi, el mismo agrega que ...” El ejemplo de Rosas, de refugiado digno, resignado. Laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sino el de la vieja Roma” ...y comparándolo con otros generales desterrados en Europa, dice ...”solo él no ha conspirado para recuperar el poder, ni ha hecho la corte a los reyes, ni buscado espectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños”...”Es indigno y vergonzoso atacar a un hombre semejante y en semejante situación”...y opina que la “Memoria debe ser sin frases y reducirse a cifras, documentos y hechos: valor de la moneda en tiempo de Rosas y en la actualidad; la deuda de entonces y al de hoy; la ley que dio el poder a Rosas; sus renuncias; las aprobaciones Legislativas de sus actos; los títulos y honores recibidos; las fronteras de entonces y las de hoy; la fortuna que tuvo Rosas y la que tiene hoy”... y haciendo referencia al sable de la independencia agrega... ...”no hay que olvidar el testamento de San Martín”...”como vive en Europa y las atenciones de que es objeto” .
Cree que Rosas “debe defenderse hasta por patriotismo, por decoro de su país. …Callar sería dar la razón al que habla, aunque no la tenga”
En 1865 en carta a Terrero le dice que ...”Cuando veo la nación sin gobierno, yo le preguntaría a Urquiza ¿para que volteó a Rosas? ¿no dijo que Ud que era para organizar y constituir un gobierno nacional regular? Lo que hoy existe ¿es gobierno regular? ”
El 13 de marzo de 1866, hablándole a Terrero de su folleto “Crisis de 1866”...”Había una página en que parangonaba los gobiernos, o , más bien, las personas del general Rosas y del General Mitre, para hacer resaltar la enorme superioridad del primero.” ... y preocupado por la salud de Rosas ...”Hoy es necesaria su vida, no solo para ustedes y muchos amigos, sino para la historia y tal vez para el porvenir inmediato de nuestro País”
En 1867 dice Alberdi...”Mi pasado político me gobierna un poco, pero él no me impedirá, llegada la oportunidad que ha de venir, de tributar a la justicia histórica, en obsequio de muchos títulos que le asisten a él, el testimonio público de mis convicciones al su respecto”
Alberdi dirá también que . (J.B.Alberdi. Obras Completas, T.I. Bs.As. 1886)
“Mientras se levantan altares a San Martín –dice el ilustre escritor–, su espada está en Southhamptom, sirviendo de trofeo monumental a la tumba de Rosas, puesta en ella por la manos mismas del héroe de Chacabuco y Maipú” y agrega: “Su conducta en Europa no ha sido inferior a la de San Martín”.
Afirma que su respeto al vencedor, “sin coacción ni motivo de temor, es tenido en todo país civilizado como respeto liberal a la Ley. Este solo antecedente lo hace merecedor de que sea la tierra clásica de la libertad la que pese ligera sobre sus restos mortales”. Y en un rasgo de noble arrepentimiento exclama: “Yo combatí su gobierno. Lo recuerdo con disgusto”.
Alberdi - en un comienzo enemigo de Rosas - comprende finalmente su error y trata de enmendarlo. Una verdadera honestidad intelectual de este hombre singular, que reconoce los méritos de su viejo adversario, sin rencores ni pasiones. Otros en cambio terminaron escribiendo una “historia oficial” totalmente tergiversada.

El juicio a Rosas

En agosto de 1856, la Comisión de Negocios Constitucionales del Senado de Buenos Aires formalizó la presentación del “caso Rosas”, al que declaraba “reo de lesa patria por la tiranía sangrienta que ejerció sobre el pueblo y por haber hecho traición a la independencia de a patria”. Nada menos que a Rosas, (que defendió la independencia a todo transe, recibiendo por ello el legado del sable del Libertador), acusaban de tricion a la patria los liberales que fueron precisamente los que entregarían después de Caseros la soberanía de los ríos interiores, las misiones orientales y la banda oriental al Imperio Brasilero… y la economía al imperio inglés.
Lo acusaban además del "robo" de dinero público, justamente a Rosas que fue un meticuloso administrador de la cosa pública, y siendo un hombre rico antes de su gobierno, dejó el país con unos pocos de patacones en el bolsillo y un cajón de papeles que para defender su honra ante la posteridad.
Fue talvez por esta última acusación de robo que Rosas decide romper su silencio de años de exilio, y presenta tres protestas por escrito en tres idiomas, descalificando la legitimidad de los funcionarios que pretendían juzgarlo. Estas protestas fueron entregadas o gobiernos europeos y distintas personalidades del país, incluido Urquiza y Alberdi para su difusión.
El propio Alberdi opina que Rosas “debe defenderse hasta por patriotismo, por decoro de su país. …Callar sería dar la razón al que habla, aunque no la tenga”

En carta fechada en Londres el 8 de septiembre de 1857, Juan Bautista Alberdi le dice a Félix Frías:

“Le doy mil parabienes por su noble conducta con la oposición hecha al frío, rencoroso y triste proceso contra Rosas. A vd., secretario de Lavalle, soldado de tantos combates contra el tirano caído, le tocaba el alto rol de respetarle en el rol de vencido que ha llevado hasta aquí con silencio y resignación loables. Le incluyo un artículo de un diario de París, que le dará idea del sentimiento de toda la buena Europa sobre esta pobre causa”

En carta del 16 de octubre de 1857 el mismo Alberdi le escribe a Juan María Gutiérrez sobre este asunto:

“En el proceso contra Rosas se ha visto aquí, por los amigos de Buenos Aires, una prueba de que Alsina es incorregible y que nada serio hay de que esperar de él. Toda la prensa de Europa ha protestado contra ese hecho loco y odioso: mucho más cuando ven a Rosas llevar aquí su papel de vencido con tanto juicio, pues no imita a tantos caudillos caídos que han agitado su ostracismo para recuperar su autoridad…”

Alberdi y los caudillos federales

“Artigas, López, Güemes, Quiroga, Rosas, Peñalosa, como jefes, como cabezas y autoridades, son obra del pueblo, su personificación más espontánea y genuina. Sin más título que ese, sin finanzas, sin recursos, ellos han arrastrado o guiado al pueblo con más poder que los gobiernos. Aparecen con la revolución: son sus primeros soldados” (Alberdi, Juan Bautista. Los Caudillos. Colección Grandes Escritores Argentinos, 3; W. Jackson, Inc. Buenos Aires) (AGM-PLA.p.165)
“No teniendo militares en regla, se daban jefes nuevos, sacados de su seno. Como todos los jefes populares, eran simples paisanos las maás veces. Ni ellos ni sus soldados, improvisados como ellos, conocían ni podían practicar la disciplina. Al contrario, triunfar de la disciplina, que era el fuerte del enemigo, por la guerra a discreción y sin regla, debía ser el fuerte de los caudillos de la independencia. De ahí la guerra de recursos, la montonera y sus jefes, los caudillos: elementos de la guerra del pueblo: guerra de democracia, de libertad, de independencia”. (Alberdi, Juan Bautista. Grandes y pequeños hombres del Plata. Edit. Garnier Hnos. Bibl. de Grandes Autores Americanos, París).(AGM-PLA.p.173)

Los que atacan a Rosas

El general Rosas, confinado en Southampton, no comprende como habiendo servido tantos años y con tanto aplauso de la América, es perseguido como un malvado por el gobierno de su país. La cosa es clara. Son los intereses y las personas que él contrarió o atacó las que lo persiguen, no su país. Como esas personas están a la cabeza del país, toman su nombre para vengarse, como en otro tiempo lo tomaban para quejarse y defenderse. El país es atacado, decían ellos, cuando eran ellos los atacados. Hoy dicen. el país se venga y castiga, cuando son ellos los que castigan y se vengan.

(J.B. Alberdi - 1864)