Cómo George Soros tumbó la libra esterlina y ganó mil millones de dólares

Por  gurusblog.com
publicado el 17 de mayo de 2014

Si por algo es conocido George Soros es por en 1992 haber logrado doblegar al Banco de Inglaterra, tumbar la libra esterlina y embolsarse cerca de mil millones de dólares directamente en su bolsillo y todo en tan sólo 24 horas, en una época en la que la palabra Hedge Fund casi ni era mencionada en la prensa.


George Soros 47th Munich Security Conference 2011 crop.jpgPara muchos, el ataque de Soros a la libra esterlina es el perfecto ejemplo de la figura del malvado especulador al que se suelen referir los políticos. Sin embargo, creo que vale la pena repasar la historia del ataque de Soros a la libra esterlina, entre otras cosas porque igual nos permite darnos cuenta que el triunfo de los malvados especuladores no sería posibles sin los errores económicos de los políticos.

El ERM

Caminando hacia la integración europea y mucho antes de llegar a la moneda única en 1979 se creó en Europa el denominado ERM (Exchange Rate mechanism) por el que algunos países europeos acordaron establecer un tipo fijo en el tipo de cambio de sus divisas respecto al marco alemán con una banda de fluctuación del -/+ 6%. Con ello se abandonaba la fluctuación de tipo de cambio fijada por el mercado y se establecía así un tipo de cambio artificial anclado al marco alemán.

Sin embargo mantener un tipo de cambio fijo entre las divisas comporta que los Bancos Centrales de cada país tenían que intervenir en el mercado para mantener el tipo de cambio dentro del rango de fluctuación acordado.

Básicamente existen dos modos de manipular el precio de un tipo de cambio de divisas por un Banco Central.

El primero es vendiendo o comprando reservas en divisas. Si quieres que el franco francés se revalúe respecto al marco, el Banco de Francia ponía a la venta sus reservas de marcos y dólares y compraba francos. Si quería devaluar el franco francés se ponía a comprar en el mercado marcos alemanes, incidiendo así sobre la oferta y demanda de francos franceses y por lo tanto en su precio.

La otra opción que tienes es tocando los tipos de interés. Si quieres que tu moneda se devalúe, bajas los tipos de interés y haces menos atractivo que los inversores inviertan en tu moneda, si subes los tipos de interés al pagar más por el dinero atraerás inversores que compraran tu moneda y por lo tanto esta incrementará su precio. Sin embargo, tocar los tipos de interés tiene sus efectos secundarios no deseados. Subir tipos para apreciar tu moneda también implicará ralentizar el crecimiento económico en tu país al encarecer el precio del dinero.

El error del Reino Unido

En 1990, en el Reino Unido, la situación económica no era precisamente buena. Un elevado nivel de inflación, baja productividad, exportaciones no competitivas, muchos empezaban a ser los partidarios de poner en orden la política monentaria atándose a un organismo externo que obligara a poner disciplina monetaria y económica en el país.

Por entonces Primera Ministra del Reino Unido. Margaret Tatcher siempre se había opuesto a la entrada del Reino Unido en el sistema ERM. Sin embargo, en 1990, una debilitada Dama de Hierro no pudo oponerse a la corriente que corría entre los miembros de su propio partido conservador que liderados por John Major querían que el Reino Unido entrara en el sistema de tipo de cambio fijo europeo.

En octubre de 1990, el Reino Unido entraba finalmente en el sistema ERM a un tipo de cambio de 2,95 marcos alemanes por cada libra esterlina, lo que obligaba a Londres a mantener el tipo de cambio entre la banda de fluctuación acordada que iba de los 2,78 a los 3,13 marcos alemanes por libra esterlina.

La cosa pareció funcionar bien en el Reino Unido entre 1990 y 1992. La inflación bajo, los tipos de interés se redujeron y el desempleo quedó en unos niveles históricamente bajos. Sin embargo, en 1992 las cosas se empezaron a torcer para la economía Británica. Afectada por una recesión económica mundial el paro se disparó del 7,7% al 12,7%.

En condiciones normales el Reino Unido podría haber bajado los tipos de interés e impulsado el gasto público para reducir la inflación, pero dentro del sistema ERM esta política económica agresiva para combatir la crisis hubiera significado que la libra esterlina hubiera perdido su banda de fluctuación de precios respecto al marco. Así que mientras al pueblo británico le tocaba lidiar con una recesión el gobierno se encontraba con las manos atadas en materia de herramientas económicas.


Mientras tanto en Nueva York…

En 1992, George Soros tenía 62 años de edad y era responsable desde su creación en 1970 del Quantum Fund. Un Hedge Fund que invertía el dinero siguiendo tendencias macro económicas. Soros era ya por aquel entonces un hombre rico, pero ni era tan rico ni tan conocido como lo es hoy en día y más en una época en donde los Hedge Funds no eran especialmente conocidos por el gran público.

En 1992 ya era vox populi que el gobierno británico había cometido el error de entrar en el ERM con un tipo de cambio respecto al marco alemán demasiado alto. También es cierto que todo el mundo también estaba convencido de que mientras el Banco de Inglaterra siguiera comprando libras a 2,95 marcos alemanes el status quo del sistema ERM se mantendría.

Danke Schön !

Todo parecía estar mas o menos calmado y bajo control hasta que en verano de 1992 los alemanes decidieron clavarle un puñal por la espalda al Reino Unido.

El 25 de agosto, Reimut Jochimsen, miembro del consejo del Bundesbank, indicó en un discurso que podría darse una potencial reodenación del ERM.

El 10 de septiembre, un funcionario del Bundesbank indicó a la prensa que una devaluación de la libra esterlina era inevitable.

La puntilla llegó cuando en una entrevista concedida al WSJ por Helmut Schlesinger, por entonces presidente del Bundesbank, concedió que la posiblidad de que un par de divisas pertenecientes al ERM corría peligro de tener que abandonar el sistema si la bajada de tipo de interés en Alemania no daba el resultado esperado.

La gran apuesta

Al día siguiente cuando el George Soros abrió el WSJ y leyó lo insinuado por Helmut Schlesinger la suerte para libra estuvo echada. Desde el mes de agosto, el Quantum Fund había estado construyendo una posición de cerca de $1.500 millones para apostar a una caída del tipo de cambio de la libra esterlina. Con las palabras de Schlesinger el mercado había simplemente dejado de creer que el Reino Unido tenía la voluntad y la capacidad de mantener los tipo de cambio de su divisa.

Druckenmiller, un miembro del equipo de Soros en Quantum Fund, también había leído la noticia en el WSJ esa misma mañana y se fue a ver a Soros a su despacho. Le preguntó si incrementaban la apuesta contra la libra esterlina. La respuesta de George Soros no pudo ser más contundente y clara….

Los políticos dle Reino Unido metiéndose en un sistema de tipos de cambio fijo a un precio demasiado alto y la indiscreción de los miembros del Bundesbank le habían servido a Soros una oportunidad en bandeja de plata. Apostando contra una caída de la libra esterlina había mucho que ganar y poco que perder. Así que Soros decidió aprovechar la oportunidad e ir directo con todo a la yugular del Banco Central de Inglaterra. Las probabilidades de que la libra esterlina se revaluara con fuerza eran mínimas, y las probabilidades de una caída eran cada vez más altas.


La pesadilla dura un día

Aquel día, mientras en Europa se iban a dormir, en el Quantum Fund de Soros se inició una actividad frenética buscando en el mercado a cualquiera que les prestara dinero y poniéndose cortos en libras esterlinas. Otros hedge funds también habían visto la apuesta clara y empezaron a replicar el movimiento de Soros, En un sólo día, Soros había incrementado su apuesta por una caída de la libra esterlina de $1.500 a $10 mil millones.

Cuando en el día siguiente, el denominado miércoles negros, los mercados abrieron en Londes, los funcionarios del Tesoro Británico vieron asombrados como miles de millones de dólares en libras esterlinas había sido vendidas en el mercado y que el tipo de cambio de la libra esterlina caía a niveles que la dejaban peligrosamente muy cerca de los niveles de tipo de cambio mínimos establecidos en el sistema ERM.
A las 8:40 am los funcionarios del Banco de Inglaterra, respondieron al mercado comprando mil millones de libras. La compra no movió el precio de la libra esterlina ni un tick. En esos momentos ya todo el mundo estaba vendiendo libras esterlinas.
A las 9.00 am , Norman Lamont, Ministro de Economía del Reino Unido, llamaba al Primer Ministro John Major y le explicaba que era posible que el Banco de Inglaterra no fuera capaz de comprar suficientes libras para detener la caída del precio de la libra esterlina y contener la hemorragia. La única opción que les quedaba era subir los tipos de interés para intentar así disuadir a los especuladores. Major se opuso a subir los tipos de interés. En medio de una recesión económica era algo que el gobierno no se podía permitir sino quería hundir aún más el país en la recesión y suicidarse políticamente.

A las 10:30 am Normal Lamont volvió a llamar a Major. O subía tipos o los especuladores iban a sacar a la libra del ERM.

A las 11:00 am, el Gobierno de Major anunciaba una subida de tipo de 200 puntos básicos del 10% al 12%. No paso absolutamente nada, la libra esterlina seguía cayendo. Poco después el Gobierno Británico anunciaba una nueva subida de tipos de 300 puntos básicos, del 12% al 15%.

¿Resultado? Nada. A esas horas todo el mundo ya intuía que si el Gobierno Británico había tomado una medida tan desesperada como subir los tipos de interés en 500 puntos básicos en plena recesión económica solo podía ser debido a que el Banco Central de Inglaterra se había quedado sin capacidad de poder comprar libras esterlinas y tapar la hemorragia.

Al otro lado del atlántico Druckenmiller y Soros leyeron la señal de la subida de tipos de interés correctamente. Un último acto de desesperación y una señal de que el final estaba muy cerca y que era el momento de darle la puntilla y el empujón definitivo a la libra esterlina. 

A las 7:30 pm, el Reino Unido sacaba la bandera blanca y Norman Lamont, Ministro de Economía del Reino Unido, anunciaba que el Reino Unido abandonaba el ERM o tipo de cambio fijo y que iban a dejar que la libra esterlina fluctuara libremente.

Game Over

La jornada había dejado claros vencedores y claros perdedores. Ese día, la libra cayó un 15% respecto al marco alemán y un 25% respecto al dólar.

Soros y su Quantum Fund, que habían apostado cerca de $15 mil millones a la caída de la libra esterlina vieron como en sólo un mes el valor de los activos de Quantum Fund pasaba de los $15 mil a los $22 mil millones. Una ganancia de $7.000 millones. Teniendo en cuenta que los gestores de un hedge fund se suelen embolsar un 20% del importe de las plusvalías, ese año Soros y los demás socios de Quantum Fund se llevaron a su bolsillo más de $1.400 millones, convirtiendo a Soros en multi millonario.
La compra masiva de libras esterlinas por parte del Gobierno británico para llevar a cabo una defensa sin sentido de su divisa le costó a los contribuyentes cerca de 3.300 millones de libras. En el sin sentido de no reconocer un error político y económico (La entrada en el ERM a un tipo de cambio demasiado elevado) el Gobierno Británico había optado por transferir directamente 3.300 millones de libras del contribuyente a los malvados especuladores para intentar ocultar su error político y elevar un 50% los tipos de interés en mitad de una recesión económica.
Con la credibilidad hecha añicos, John Major, defensor a ultranza de la entrada del Reino Unido en el ERM, sufrió una severa derrota electoral en las siguientes elecciones.

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