El peronismo y su relación con el eje izquierda/derecha

Veo tres interpretaciones en torno a este tema:

1) El verdadero peronismo es de izquierda.
2) El peronismo no es de izquierda ni de derecha.
3) En el peronismo conviven la izquierda y la derecha como diferentes líneas internas.

Trataré de explicar cuál de las interpretaciones creo que se acerca más a la realidad. Me basaré en los hechos políticos que el peronismo ha construido en sus casi 70 años de historia, ya que me parece el análisis más coherente con el espíritu movimientista. Perón hacía sus análisis a partir de los hechos y estaba atento a cualquier cambio de la realidad para pensar y actuar en consecuencia. Muchas de sus posiciones políticas las justificaba señalando hacia dónde parecían ir las sociedades, a través de una atenta lectura de su historia.

Primera interpretación

La justicia social fue lo más importante del primer peronismo. Es natural asimilar justicia social con izquierda; agregando los principios de soberanía política e independencia económica, podría concluirse en que el peronismo verdadero es una izquierda nacional.

Pero, ¿qué hacemos con el menemismo? Si eso no era peronismo, ¿por qué fue votado mayoritariamente luego de 6 años de gobierno? ¿Hay que creer que la mayoría de sus votos del 95 fueron antiperonistas? Quienes lo votaron desde el peronismo, ¿solo se dejaron engañar?

Una de las persistencias en la historia peronista, es el pragmatismo, entendido como diálogo con la realidad. Partir de los hechos y tratar de darles solución, sin aferrarse excesivamente a marcos teóricos. De allí que Perón usara tantas veces la frase de Aristóteles: “la única verdad es la realidad”. A mi no me sorprende que luego de la caída del muro en el 89, el peronismo haya girado a la derecha. Perón justificaba muchas posiciones de izquierda, vinculadas a la justicia social, explicando que el mundo de los años 50 contaba cada vez más con países viviendo en sistemas comunistas. Seguramente hubiera tomado nota de los acontecimientos del 89. Es cierto también, que su posición siempre incluía mucho pensamiento propio y una búsqueda dialéctica de superar contradicciones, de allí su tercera posición, ni yanquis ni marxistas.

Menem no solo prosiguió esa línea fundamental del peronismo que es la observación de la realidad y el intento de actuar en consecuencia, sino también, la otra persistencia que encuentro en estos 70 años: la alianza con los trabajadores. Menem tuvo a la CGT de su lado (¿además del “traidor” Menem, también la CGT “traidora”?). La nula inflación dio al salario de los trabajadores formales un muy aceptable poder adquisitivo. Al mismo tiempo, Menem dejó que se hundan los desocupados (cerca de un 25%) y los jubilados. Tuvo una interpretación muy acotada de su alianza con los trabajadores. Abandonó a los que dejaban de serlo por edad y a los que perdían su trabajo por el cierre de industrias. Pero mantuvo la alianza con los trabajadores formales y la CGT. Menem hizo un gobierno de derecha y es parte del peronismo, entonces, no es cierto que el peronismo verdadero sea de izquierda. Además, no fue el primero, hubo antes hombres de derecha tan contundentes como Lopez Rega.


Segunda interpretación

Sostiene que el peronismo está más allá de la izquierda y la derecha. ¿Es posible? No hay un eje más extendido universalmente para pensar la política que el de izquierda y derecha. Si se nos habla de demócratas y republicanos en EEUU, todos sabemos cuál es la izquierda relativa entre ellos. Podemos señalar lo mismo entre países como Corea del Norte y Corea del Sur. Si hablamos de políticos peronistas, ¿alguien duda entre Kirchner y Reutemann, cuál está a la izquierda? Tratar de rechazar un eje tan omnipresente es inútil. En todo caso es posible ser un partido de centro, moderado, poco conflictivo en su seno y en su relación con la sociedad. Pero eso no es el peronismo, no encaja con su historia. En distintas épocas es muy fácil determinar cuál era la línea de izquierda y cuál la de derecha. Ezeiza es un mal recuerdo, pero un claro ejemplo de lo que digo.

Tercera interpretación y conclusiones

La interpretación más lógica. Una crítica que se le hace es que, si en un partido coexisten líneas de izquierda y de derecha, ese partido carece de sustento ideológico, es solo un rejunte de intereses.

Esto es un error que proviene de suponer que el eje izquierda/derecha, es el único válido. Este eje es importante, pero no puede ser el único. ¿Por qué toda la complejidad de distintas sociedades se podría representar en un único corte? En otros países hay divisiones referidas a religiones o etnias, por ejemplo.

Como dije, en el peronismo siempre encontramos: pragmatismo entendido como relación dialéctica con la realidad (recordemos que nació con la gestión de Perón en la secretaría de trabajo, es decir, con hechos concretos) y alianza con los trabajadores. Vistos estos ítems desde su principal opositor, el radicalismo, notaremos que es el reverso. Siempre se presentó como un partido principista (“que se rompa pero que no se doble”). Nació como un partido de oposición y denuncia. En todos sus gobiernos se los acusó, con o sin razón, de inoperancia. A la vez, el conflicto con las centrales obreras fue una constante de los gobiernos de Illia, Alfonsín y De la Rua. No apunto a juicios de valor, solo señalo que fue el reverso del peronismo en los dos aspectos.

Los ejes citados aquí no son para nada intrascendentes. ¿Es lo mismo ser constantemente aliado de los trabajadores, que estar enfrentados con ellos? ¿No hay una diferencia importante entre encarar la gestión tomando como base lo concreto, respecto de actuar fundamentalmente en relación a principios y teorías?

Mi tesis, es que en el peronismo conviven líneas de izquierda y derecha, y está bien que así sea. El gobierno actual se inclina a la izquierda, manteniendo las persistencias mencionadas del peronismo. Respeta la alianza con los trabajadores a través de las paritarias y de la cercanía política con las centrales obreras. Su pragmatismo es evidente, de hecho es una de las críticas de los opositores, que lo ven como un defecto. No es raro tampoco, que tras la debacle del neoliberalismo en América Latina en los años 90, sumadas a las crisis actuales del capitalismo en los países centrales, el peronismo haya girado nuevamente a la izquierda a comienzos de este siglo.