Se fortalece el sionismo en el segundo gobierno de Obama

James Petras

El sociólogo norteamericano James Petras hizo este lunes en CX36 (*) un profundo análisis sobre la política estadounidense de cara al nuevo mandato de Barack Obama. En ese marco, destacó el fortalecimiento del sionismo dentro del gobierno norteamericano. Obama –dijo Petras- “tiene en calendario una visita a Israel” y previamente mantendrá “una ronda de consultas con todos los presidentes de las principales organizaciones judías sionistas en la Casa Blanca” porque “ellos fijarán la agenda para su visita a Israel”. Al respecto dijo que “Obama tiene un miedo enorme y mucha dependencia con los sionistas; ya nombró un sionista muy ortodoxo para manejar las finanzas” pues “el Secretario del Tesoro es un sionista confeso, activo, y él va a negociar la política económica en el exterior para los Estados Unidos”.  Además “Israel hoy está decidiendo si Estados Unidos entra en guerra con Irán o no. Lo que limita cualquier nueva opción para los Estados Unidos que ya no puede negociar con seriedad con Irán”, aseveró. Lo que sigue es la transcripción completa del análisis de James Petras donde también abordó las contradicciones que surgieron tras la designación de Jorge Bergoglio como Papa y la coyuntura venezolana de cara a las elecciones del 14 de abril.



Efrain Chury Iribarne: Recibimos como cada lunes a esta hora a James Petras desde Estados Unidos. Buen día. ¿Cómo está?

James Petras: Estamos bien. Bien congelados, con -7º y una nevada pendiente para la tarde. Pero por lo menos a esta hora hay sol.

EChI: Bien Petras, en el arranque teníamos dos temas para plantear: ver lo que está pasando en Venezuela, pasados unos días del fallecimiento de Hugo Chávez y en plena campaña electoral. Y por otro lado, el nombramiento del nuevo Papa, un jesuita latinoamericano.

JP: Podríamos empezar por Venezuela, donde podemos ver que la candidatura de Nicolás Maduro está bien montada, bien organizada, logrando enorme respaldo popular y electoral. Por otro lado vemos una confusión en la oposición, donde empezaron con una campaña virulenta, atacando a la familia de Chávez, manipulando al muerto, lo que cayó como una bomba, porque la respuesta electoral y popular fue muy negativa. Entonces, de repente el candidato opositor pide disculpas ‘si ofendí a alguien’.

En primera instancia uno pensaba que era simplemente una provocación, buscando fomentar la inestabilidad; pero parece algo menos grave, como un simple mal calculo electoral. Ahora, ellos saben que no pueden ganar, lo que está en cuestión es el margen de la derrota y si pueden conservar algunos lugares como Miranda, donde Capriles es gobernador. Pero más allá de eso no tienen ninguna chance.

En otro orden los Estados Unidos siguen en la campaña para demonizar al gobierno del ex presidente Chávez. Las paginas editoriales aquí siguen hablando de una dictadura, de un gobierno autoritario y de una economía fracasada. Simplemente repitiendo lo que han hecho en los últimos diez años. No han dejado de hacerlo.

También podríamos ver un hecho bastante siniestro. Una campaña económica tratando de generar tensiones entre el sector privado, en particular con las inversiones, buscan presionar y generar un sentido de que hay un ambiente hostil a la inversión, que en Venezuela no se puede confiar, que hay demasiada intervención del gobierno, etc.

Entonces, desde afuera, hay un ataque desde los medios de comunicación, como el 'Washington Post' particularmente; pero también 'New York Times', 'Financial Times' y por supuesto, el 'Wall Street Journal'; sembrando dudas sobre la estabilidad del país y el ambiente hostil haca las inversiones.

Esto me parece que es la primera etapa, porque este sector capitalista venezolano o capital extranjero, es más susceptible a este tipo de presiones que vienen del gobierno y los medios de prensa de Estado Unidos. Es el lazo débil en la economía política de Venezuela, porque nunca apoyaron a Chávez, por lo menos la mayoría estuvo involucrado en el golpe de Estado, en el 'lock out', etc. Entonces, ¿cómo va el gobierno a responder si estos sectores empiezan una campaña de desinversión?

Es una pregunta práctica y crítica, porque si a partir de las elecciones ellos empiezan a desinvertir en el país, a perjudicar la producción y la distribución; eso va a obligar al gobierno a tomar medidas. O bien intervenir y profundizar el proceso de socialización, o buscar entendimiento dando pasos atrás para generar alguna supuesta reconciliación. En este sentido, la campaña norteamericana busca polarizar la situación. No entre el electorado, porque entienden que ya está perdido. Pero en las cúpulas económicas queda todavía la economía en manos del sector privado, particularmente un sector banquero, de producción y distribución, e incluso un porcentaje bastante grande en la producción de alimentos.

En otras palabras podríamos decir que Chávez dejó un enorme legado popular, dejó una situación bastante avanzada en la economía; quedó estable el sistema político y el ejército. Lo único que quedó pendiente, con una fuente de oposición es el sector económico, las cúpulas. Y si Estados Unidos busca una confrontación, ya debe saber que va a perder, porque contra las fuerzas populares, el ejército y el gobierno, no puede ganar. Con esta política busca tal vez radicalizar la economía venezolana para aumentar las presiones desde afuera, movilizar a los gobiernos europeos tachando al gobierno ya como “comunista”. A partir de esto buscará romper la unidad en América Latina, por lo menos las alianzas regionales.

No creo que esto tenga mucha perspectiva en el corto plazo, pero más allá debemos analizar qué puede pasar en el próximo período en América Latina. Si ganan las fuerzas más derechistas, podrían buscar una alianza alternativa con el eje de México, Colombia, Chile, Paraguay, y Centroamérica. Un eje contrarrevolucionario como forma de contrastar a los gobiernos del centro izquierda y contra la radicalización en Venezuela.

Pero en el gran cuadro, debemos anotar que los esfuerzos de los Estados Unidos para consolidar o mantener su influencia, no son muy optimistas para la Casa Blanca y podríamos discutir eso más adelante en este espacio. Hablar del cuadro mundial y sobre las perspectivas de los próximos cuatro años del gobierno de Obama.

EChI: Bien, pasamos al otro tema entonces.

JP: Si, pues la elección en el Vaticano tiene opiniones mixtas. Hay un escritor y periodista argentino, Horacio Verbistky, que acusa a Francisco I de ser un colaborador de la Junta Militar dictatorial. Pero Adolfo Pérez Esquivel dice que el Papa nunca tuvo vínculos con la Junta, si tuvo algún problema fue porque la cúpula de la Iglesia toleraba o no denunciaba a la dictadura, ni se hizo esfuerzo alguno para proteger a los curas de la Teología de la Liberación.
Pérez Esquivel es un hombre muy honrado, muy comprometido, ganó el premio Nobel de la Paz por su lucha contra el terrorismo del Estado, entonces debemos darle algún peso a su declaración de que el Papa no es una persona tan reaccionaria, tan cómplice con la derecha. Pero no está muy claro.

Ahora bien, creo que su política es ese modo de ser muy populista, tiene una postura humilde, un hombre de la vida cotidiana, modesto en su estilo de vida, su manera de comportarse. Pero al mismo tiempo es una persona de la confianza de los cardenales y los sectores conservadores como el ex Papa Benedicto.

Por tanto es un cuadro bastante contradictorio, me atrevo a decir que es un estilo del Papa polaco (Juan Pablo II) pero con más astucia. No es tan demagogo. Pero va a tratar de hacer el doble juego: satisfacer a la derecha dentro de la Iglesia y proyectar una imagen de preocupación por la pobreza, los pobres y la paz.

EChI: Si le parece podemos ir a lo que proponía, sobre las perspectivas de los próximos cuatro años del gobierno de Obama.

JP: Ya tiene en calendario una visita a Israel y tenía también una ronda de consultas con todos los presidentes de las principales organizaciones judías sionistas en la Casa Blanca, donde ellos fijarán la agenda para su visita a Israel. Esto lo digo con toda seriedad. Obama tiene un miedo enorme y mucha dependencia con los sionistas; ya nombró un sionista muy ortodoxo para manejar las finanzas, lo que llamamos aquí Secretario del Tesoro, que es como un ministro de Economía o de Hacienda en América Latina; es un sionista confeso, activo. Y él va a negociar la política económica en el exterior para los Estados Unidos. Es una influencia fuerte pro-Israel, en el sentido de ser incondicional. Se llama Jack Lew.


Ahora, más allá de eso, en los últimos tiempos Israel esta tomando más territorio, construyendo más casas en el sector palestino. El nuevo gabinete de Benjamin Netanyahu es lo más derechista imaginable, incluso en los cargos importantes como Economía y Comercio, está un señor Naftali Bennett, que representa a los colonos israelitas que están ocupando en forma violenta los terrenos palestinos. Por tanto, tienen ya una representación fuerte en el gabinete, en el centro neurológico de la toma de decisiones. Y tienen una perspectiva de ampliar y profundizar los asentamientos exclusivamente judíos.

Ahora, Obama al elegir a Israel como su primera visita está demostrando la importancia que tiene; lo que se suma al hecho de la ronda de consultas que mantuvo con los sionistas antes de ir, para fijar la agenda y evitar cualquier conflicto con Netanyahu. Además, Netanyahu le va a presentar a su gabinete y le va a indicar la política que van a seguir, y Obama tendrá que tragarlo. En vez de discutir, Obama va a afirmar la alianza con Israel.

Por otro lado hay que recordar que Israel tiene un compromiso incondicional: si ellos atacan Irán, Estados Unidos automáticamente va a tomar partido por Israel y entrará en la guerra.
Es decir: Israel hoy está decidiendo si Estados Unidos entra en guerra con Irán o no. Lo que limita cualquier nueva opción para los Estados Unidos que ya no puede negociar con seriedad con Irán. Mientras tanto, están replegados en Afganistán y no tienen ninguna posibilidad de conseguir un gobierno pro occidental en Siria, porque toda la información que estamos recibiendo es que todos los grupos islamitas vinculados con Al Qaeda y otros grupos terroristas, están encabezando la lucha violenta contra el gobierno nacionalista de Bashar al Assad. Por lo que lo más probable es que surja un gobierno no sólo anti Bashar al Assad sino también antinorteamericano, en las fronteras con Jordania, Israel y Líbano. O sea, un factor de desestabilización en toda esa región.

Washington no tiene muchas cartas para jugar. En tanto, Europa con Hollande mandando armas, los ‘otanistas’ entrenando grupos de choque en Siria, dejan a Washington jugando un papel marginal. Mientras tanto, buscan fomentar una alianza con Turquía, pero Turquía tiene sus propias aspiraciones hegemónicas, lo vemos en el hecho de que el principal socio comercial con Irak actualmente y con los kurdos en el norte de Irak es Turquía.

Por un lado, Estados Unidos quiere fortalecer la alianza con Turquía pero Turquía tiene sus propias ambiciones imperiales en esa región. Y más allá de eso, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan sabe que no puede reconciliarse con Israel, y Washington insistió en que Erdogan debe mejorar sus relaciones con Israel. Pero Erdogan se da vuelta y acusa a Israel de ser como los fascistas, dice que el sionismo es una ideología fascista, y eso provocó la respuesta de Estados Unidos criticando a Erdogan.

Entonces, Estados Unidos tiene enormes debilidades y pocos aliados dispuestos a trabajar por los intereses pro Israel y pro EEUU. Eso en primer lugar. En segundo lugar, Washington quiere montar una agresión contra China. Hace tiempo han tomado medidas como por ejemplo la de mandar una flota armada, crear bases militares, fomentar conflictos en las fronteras de China con los otros países limítrofes, incluso con Japón.

Pero hay problemas. Primero, el comercio e inversiones de China con Asia son más importantes que su comercio con los Estados Unidos y viceversa. Para Asia en su conjunto China ha pasado a ser su principal socio comercial, entonces provocar una ruptura parece poco factible.

Mientras tanto, están buscando provocar una ruptura con China a partir de los ejercicios militares con Corea, utilizando a Corea del Norte como pretexto para montar nuevos misiles apuntando hacia –supuestamente- Corea del Norte. Chuck Hagel, el ministro de Guerra -lo que llaman aquí Defensa-, anunció que van a duplicar el número de antimisiles en Alaska, Japón y otros lugares, supuestamente dirigidos a Corea del Norte. Pero los chinos no están engañados, de hecho anoche el Ministro de Exteriores de China anunció que es una mala política, que va a generar inestabilidad, peligros, etc. Entienden que esta política militarista también podría servir como punta de lanza contra China.

Entonces, económicamente Estados Unidos no tiene la capacidad de montar un cerco hostil contra China, no estamos en la misma situación que cuando hicieron el cerco contra Japón en los años 30, cuando Japón estaba creciendo y los gobierno coloniales de Holanda, Inglaterra, Francia pudieron montar un cerco, boicoteando, bloqueando a Japón. Pero ahora las cosas son mucho más diversas, hay gobiernos independientes, el capitalismo chino tienen mucha representación en los países de la región. Esta política también tiene pocas posibilidades.

En otras palabras, si analizamos realmente lo que está pasando, vemos que las perspectivas de Estados Unidos están muy limitadas. Primero porque no han podido marcar una independencia de Israel y forjar un acuerdo sobre Palestina. Esto está fracasado, no hay forma de reconstruirlo.

Segundo, en los lugares más conflictivos hay otras fuerzas que están dominando la política, los Al Qaeda con el respaldo de Arabia Saudí; los otros islámicos con Turquía.

En relación con África del Norte, otro lugar conflictivo, las fuerzas populares han renacido y la combinación que Washington arregló, el recambio con Mohammed Mursi en Egipto y otros en Túnez ya están muy debilitados, y la segunda fase de esta lucha demuestra que no hay ninguna posibilidad de montar un proyecto neoliberal que va a provocar un levantamiento generalizado, incluyendo no solamente a la izquierda, sino también a la masa pobre islámica. Entonces, la situación es muy inestable para todos los nuevos clientes de Washington.

Y más allá de África ¿qué puede hacer Obama cuando las principales inversiones y comercio son con China? Otra vez. Invirtiendo en industrias extractivas, construyendo ferrocarriles, puertos, aeropuertos… Estados Unidos no puede competir, está montando misiones militares, pero eso no tiene compensación económica, solamente va a profundizar la deuda interna y el déficit fiscal, en un momento donde Estado Unidos está en un empate interno porque no tiene manera de resolver el problema fiscal.

Por estas razones, yo no tengo ninguna ilusión respecto al próximo período gubernamental. Los Estados Unidos van a seguir con sus agresiones, su militarismo, no tiene capacidad de renovar la economía, reinventarse hacia un proyecto con proyecciones económicas, y va a quedar en una situación donde el repliegue de Afganistán resultará en un gobierno antinorteamericano. Es inevitable. Eso lo saben incluso en la Casa Blanca.

Un amigo en Washington me contaba que están buscando un arreglo con los talibanes, un arreglo que lo pueden vender como un éxito, pero fíjate que el presidente Hamid Karzai, sabiendo esto, está denunciando los drones de Washington contra su propio pueblo. Karzai se puso ahora como nacionalista humanitario contra sus ex patrones. ¿Dónde quedan aliados fieles y subordinados de Estados Unidos? En muy pocos lugares.