Celso Amorim: Brasil superó el complejo de “país marginal”

>Por Marco Aurelio Weissheimer

PORTO ALEGRE – El éxito de la política exterior brasileña en los últimos años se debe a la fuerte presencia del presidente Lula, a la constelación política que se formó en el país y también a una actitud de pérdida del temor, en el sentido etimológico de la palabra, o sea, una actitud de no tener miedo a la propia sombra. Brasil dejó de tener miedo a la propia sombra. Fue así que el ex-ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, definió la política externa implementada por el país en los últimos ocho años. El canciller que recorrió el mundo al lado del presidente Lula habló para un auditorio apiñado de estudiantes de Relaciones Internacionales – en su mayoría -, en la tarde de esta quinta-feira (7), en la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS).
Celso Amorim estuvo en Porto Alegre invitado por el gobierno gaúcho, con apoyo de la Fundação de Economia e Estatística (FEE), do Centro de Estudos Internacionais sobre Governo (Cegov) e do Núcleo de Estratégias e Relações Internacionais (Nerint), de la UFRGS. En la apertura del encuentro en la Facultad de Derecho, el gobernador Tarso Genro presentó a Amorim como responsable por una línea de política externa que colocó al Brasil en otro nivel en el mundo. El recordó el reconocimiento internacional que el canciller brasileño obtuvo.
En 2009, la revista Foreign Policy, una de las más respetadas publicaciones de política externa del mundo, designó a Celso Amorim como el mejor canciller del mundo. Al año siguiente, la misma revista lo escogió como uno de los cien pensadores globales más importantes del planeta. Quién sólo parece no haber descubierto eso, señaló el gobernador, fue la prensa brasileña que, durante la gestión de Amorim en el Itamaraty, lo presentó como si fuese “un nacionalista fundamentalista que no gustaba de los Estados Unidos”, criticándolo a partir de “una visión desleal y servil de política externa”.
En su charla, Celso Amorim, habló de la pérdida de miedo de la actual política externa brasileña y del sentimiento que el periodista y dramaturgo Nelson Rodrigues definió como “complejo de perro de calle o perro sin linaje o genealogía”, aún muy presente en algunos sectores de la sociedad brasileña.
 “Recientemente leí un artículo comentando la Apología de Sócrates, de Platón, donde dice que ser corajudo no es no tener miedo, sino no tener miedo de aquello de lo que no es  preciso tener miedo. Mucha de la opinión transmitida por los medios de comunicación excita constantemente nuestro miedo. El miedo existe, es algo que está dentro de cada uno de nosotros. Por ello precisamos trabajar para evitar que él predomine sobre nuestros sentimientos, perspectivas y visiones”.
Nuestros más feroces críticos, añadió Amorim, no pueden negar que Brasil ha adquirido una nueva posición en el escenario internacional. “Quién haga una pesquisa en la prensa internacional respecto a lo que fue transmitido sobre Brasil en la época de la última elección presidencial verá como nuestra política externa fue tema de debate fuera del país”. Varios adjetivos fueron utilizados para definir nuestra política. El periódico Le Monde la clasificó como “imaginativa”. La propia Foreign Policy usó un término que no es muy común en lengua portuguesa, llamando a nuestra política “transformadora”, después de nuestro reconocimiento del Estado palestino.
 “Una amiga mía bromeó”, contó Amorim, “que, a fines de 2010, cuando todo el mundo pensaba que el gobierno ya había acabado, vino el reconocimiento del Estado palestino, y después, en los últimos días, se produjo la adopción de cuotas para negros en la primera fase del examen para el Instituto Rio Branco (Itamaraty). Esas cosas agitan mucho la cabeza de las personas. Hasta por eso es blanco de críticas y polémicas. Es un área de política que sacude muchos conceptos”.
Ese fue, justamente, uno de los principales puntos de la conferencia de Amorim. Él enfatizó la importancia del concepto de pérdida del miedo en la política y en la vida (de las personas y de los Estados), defendiendo que Rio Grande do Sul vuelva a tener esa postura en el escenario nacional. “Rio Grande do Sul siempre fue un Estado muy politizado que diversas veces influenció a Brasil con ideas, energía y voluntad política”. Más que una disposición voluntarista, añadió, esa es una exigencia del mundo de hoy que está mudando de modo dramático.
La política externa de los gobiernos Lula y Dilma
Interrogado sobre una supuesta solución de continuidad entre la política externa del gobierno Lula y del gobierno Dilma, tema que viene siendo martillado con insistencia en la prensa brasileña, Amorim negó que eso esté aconteciendo. Las líneas generales de la política son las mismas: defensa del interés nacional, una visión de solidaridad en relación a los otros pueblos y países y principio de no indiferencia en relación a los problemas del mundo.
“Não vejo diferença nem profunda, nem superficial, na condução da nossa política externa. Isso não quer dizer que não possam existir diferenças pontuais na hora de decidir sobre questões particulares”.

Una de esas diferencias puntuales, que viene siendo objeto de gran interés mediático, estaría en la cuestión de los derechos humanos. Como suele acontecer en la insólita “diversidad” de opiniones de la media brasileña, varios columnistas políticos repiten, con algunas variaciones, el mismo comentario: en cuanto al gobierno Lula fue pragmático en esta área, cerrando los ojos para algunos casos de violación de los derechos humanos; mientras que el gobierno Dilma estaría rumbeando hacia una posición más principista en el área, lo que habría sido confirmado por el reciente voto de Brasil en la ONU a favor del envío de un relator especial a Irán para investigar la situación de los derechos humanos en aquel país. Sobre ese tema, Celso Amorim comentó:
“Creio que a palavra chave quando se fala em Direitos Humanos é dignidade. Este foi um dos principais conceitos que orientou o governo Lula, tanto em sua luta contra a fome e a pobreza, quanto em seus votos na Organização Mundial do Comércio. Esse debate sobre direitos humanos no plano internacional é muito complexo. Os Estados Unidos já mudaram de posição mais uma vez nesta área em relação a China, por exemplo, dependendo de suas motivações políticas e comerciais. Quem se atreve, por exemplo, a pedir na ONU o envio de um relator especial aos Estados Unidos para investigar a situação dos presos em Guantánamo? É fundamental que a política tenha um substrato moral, mas não podemos esquecer que ela é “política” e, nesta dimensão, na maioria das vezes, o diálogo tem um efeito mais positivo do que condenações”.
Revuelta Árabe: el papel central de Egipto
Celso Amorim también habló sobre las revueltas que están ocurriendo en diversos países de Oriente Medio y de África. Para él, el mundo está atravesando un período de mudanzas dramáticas, de consecuencias aún imprevisibles. En el caso de las llamadas revueltas árabes, el ex-canciller brasileño considera que el caso más importante para seguir no es propiamente el de Libia, país con cerca de 4 millones de habitantes, sino el de Egipto, con 80 millones de habitantes y una posición clave en la definición del problema palestino.
Amorim elogió el voto brasileño en el Consejo de Seguridad de la ONU, absteniéndose en la votación que aprobó la creación de una zona de exclusión aérea. Cuestionó los resultados alcanzados hasta la fecha por las fuerzas de la OTAN. Según él, la zona de exclusión aérea instalada en Irak años atrás es un juego de niños comparado con lo que está siendo hecho ahora en Libia, que no se limita a un control del espacio aéreo. Además, la alegada protección a la población civil también esta rodeada de dudas. Hay población civil en torno a Kadafi y entre los rebeldes. Están siendo protegidos o bombardeados? – se interrogó.
El ex-titular del Itamaraty defendió que Brasil debe continuar ejerciendo una diplomacia activa en el mundo. “ Brasil pode e deve influir nos assuntos globais. Isso é de interesse do mundo e do Brasil”, resumió, recordando que Brasil no tiene ningún conflicto con sus viecinos y es internacionalmente respetado por su capacidad de diálogo. “Que outro país recebeu em um único mês os presidentes do Irã, de Israel e da Autoridade Palestina?” – resumió.
"Obama perdió una gran oportunidad"
Sobre una supuesta decepción con la reciente visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, por no haber hecho un pronunciamiento más incisivo en defensa de la presencia de Brasil como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Amorim fue taxativo: “Não há nenhuma decepção. O presidente Obama é que perdeu uma grande oportunidade de firmar uma parceria estratégica com um país que está se tornando uma potência mundial. Acho que ele e seus assessores não perceberam isso. As declarações dele em favor da presença da Índia no Conselho de Segurança enviaram um péssimo sinal ao mundo. Parece que ter a bomba atômica é uma condição para ingressar no Conselho como membro permanente”.
El elogio a la pérdida de miedo en la política y en la vida, hecho por Celso Amorim, fue muy aplaudido por los estudiantes de Relaciones Internacionales que, al final del debate, hicieron fila y disputaron centímetros para llegar cerca de él y sacarse una foto con uno de los brasileños más influyentes del planeta en los últimos años.