Fundación Eva Perón: Vivienda y Deseo

 Alfredo J. M. Carballeda

El peronismo logró construir una identidad de estética arquitectónica. La misma, fue sintetizada a partir de diferentes fuentes y corrientes, de ahí que el movimiento arquitectónico fue denominado “barroco”. En las casas individuales, el estilo que se utilizó fue llamado “pintoresquista”. Muchas de las residencias veraniegas del barrio Los Troncos en Mar del Plata, donde veraneaba la oligarquía, también se las reconocía como pintoresquistas. El mismo, de alguna manera expresó el deseo de una forma de casa llamada “Chalet Californiano”. Según distintas fuentes, especialmente desde el aporte de José María Castiñeira de Dios, quien era asesor de Eva Perón, cuenta que; cuando se comenzó a construir “Ciudad Evita ” el y otro compañero, ingresaron al despacho de Eva y vieron la maqueta de un chalecito californiano. Como poseían una visión nacionalista de la estética, que incluía la arquitectura, pidieron una reunión con ella. El planteo que sostuvieron  fue que, esa forma de vivienda , que se proponía como un emblema de la Ciudad que se estaba construyendo, representaba el símbolo de confort del imperialismo estadounidense. Cuentan que Eva los interrumpió y les dijo “La gente va al cine y ve esas casitas…y , yo lo que quiero es cumplirle el sueño a la gente”… Esta forma de vivienda que se podría comprender como una interpretación del deseo, terminó convirtiéndose en un emblema de la arquitectura justicialista, incluso adquiriendo formatos propios que fueron más allá de los “chalecitos californianos” al ser apropiados y resignificados en el deseo de quienes los habitaban o querían hacerlo. Este proceso que se inició a partir de la Fundación y su visión de la arquitectura culminó forjando una nueva identidad.


Francisco Bullrich, un representante de  empresas que fabricaban monoblocks, de construcción premoldeada planteó otra idea.< Estas, eran  en 1947, después de la guerra, encargadas de la reconstrucción de los suburbios de muchas ciudades europeas>. Bullrich, era el representante de una gran empresa europea y pidió una reunión con Evita. A esta reunión concurrió Castiñeira, que contó que el planteo que le hizo fue una cuenta muy fácil de entender, absolutamente irrebatible: por la misma plata con que se hacía un chalecito californiano como los que estaban por hacerse en Ciudad Evita, él le podía construir casi 50 unidades premoldeadas de monoblocks.

Sin embargo y contra toda lógica Evita le preguntó primero como se iba a ver estéticamente eso, y Bullrich le contesto con un eufemismo: “como una vivienda obrera”.

“¿Qué quiere decir?”, le pregunto Evita. Y entonces él le contestó, algo así como que se iban a ver como casas de pobres… Ella, le dijo que quería que “nuestros niños pobres no tengan nada que envidiarles a los hijos de la oligarquía”. Ese era el pensamiento de Eva Perón. Ella no quería que los pobres parecieran pobres en ningún aspecto de su vida, ni por su vivienda, ni por su comida, ni por su alojamiento.

Fuente: Diálogos entre Pedro Saborido y Daniel Santoro.