La secular lucha de Yasir Arafat

 Por Ramón Álvarez

para La vanguardia

publicado el 22 de enero de 2021

Un desconocido universitario se convirtió en el líder del pueblo palestino gracias a un movimiento secular que articuló lucha armada y unas reivindicaciones fundamentadas en la historia y el derecho internacional



El contexto

Ni en su día la administración colonial ni después los principales actores del orden internacional consiguieron acabar con un conflicto que ha marcado todo el siglo XX y sigue latente en el presente: la convivencia en Palestina y en lo que hoy es Israel. Tierra prometida del pueblo judío y hogar de los árabes palestinos, el conflicto de intereses en la región –sólo en su planteamiento contemporáneo– se remonta a finales del siglo XIX, con la llegada de las primeras oleadas de inmigrantes judíos y los primeros llamamientos a la constitución de un estado hebreo.

Una situación de tensión que se transformó en conflicto abierto cuando la Administración británica de Palestina realizó en noviembre de 1917, en plena Gran Guerra, la Declaración Balfour, que invitaba al pueblo judío a establecer un “hogar nacional” en la región. Ello supuso el primer gran conflicto armado por el control del territorio: la Gran Revuelta Árabe de Palestina, declarada en 1936 con apoyo de la Alemania nazi y la Italia fascista.

Fue, a la postre, la primera derrota palestina. En el plano militar, pero fundamentalmente en el político. Ya que, finalizada la Segunda Guerra Mundial, en 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución que ponía fin al Mandato Británico de la región y dividía formalmente Palestina en dos territorios: el árabe y el hebreo.

Sin un acuerdo entre los pueblos que habían de convivir y ante la expulsión masiva de palestinos de sus hogares, un día después de la declaración de independencia de Israel por Ben Gurión el 14 de mayo de 1948, tropas palestinas, libanesas, sirias, iraquíes y un gran contingente egipcio invadió el nuevo estado y rodeó Jerusalén. Arrancaba la guerra Árabe-Israelí, que daría inicio a lo que después se conoció como Nakba, o catástrofe palestina.

FILE PHOTO: U.S. President Bill Clinton (C) looks on as Israeli Prime Minister Yitzhak Rabin (L) and Palestine Liberation Organization (PLO) leader Yasser Arafat shake hands after the signing of the Israeli-PLO peace accord at the White House in this September 13, 1993 file photo. REUTERS/Gary Hershorn/Files/File Photo

El primer ministro de Israel Isaac Rabin y Yasir Arafat tras firmar los Acuerdos de Oslo en presencia del presidente estadounidense Bill Clinton 

 Reuters

Un desconocido Yasir Arafat, un universitario palestino con un amplio conocimiento del judaísmo, participó en este conflicto, que acabó con la consolidación del estado de Israel y su claro alineamiento con Estados Unidos. Todo ello en una región que, tras el derrocamiento del rey Faruq de Egipto, la llegada al poder de Gamal Naser en 1956 y la creación de la República Árabe Unida junto a Siria en 1958, se decantó abiertamente por el bloque socialista.

Fue el mismo bloque que abrazó Al Fatah, la organización fundada por Arafat tras la guerra del Sinaí, un nuevo conflicto árabe-israelí que concluyó también con victoria hebrea. El movimiento, que apoyaba el panarabismo y el socialismo, supuso el inicio del Movimiento de Liberación Nacional de Palestina y de la Organización para la Liberación de Palestina. Esta fuerza política y armada pronto articuló un discurso sustentado en la historia, el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas que Arafat presentaría ya en 1974 ante su Asamblea Nacional en una intervención histórica que reproducimos extractada.

Con el respaldo de la Liga Árabe y como milicia irregular, Al Fatah tuvo un papel decisivo en el inicio de la guerra de los Seis Días de 1966, y a partir de ahí asumió un papel de liderazgo en el movimiento armado y político palestino. Y, como presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Arafat ejerció de mediático portavoz de la que ya nació como principal organización palestina, convirtiéndose en el interlocutor de los intereses de este pueblo.

Como tal acabaría en la tribuna de la ONU y, dos décadas después, firmando los históricos Acuerdos de Paz de Oslo de 1993, que le valdrían el premio Nobel de la Paz de 1994 junto a los dirigentes israelíes Shimon Peres e Isaac Rabin. Por aquellos acuerdos, Israel y Palestina se reconocerían mutuamente. Desde 1996 hasta su muerte en 2004, Arafat sería el presidente de la Autoridad Palestina.

El discurso

“Señor presidente, le doy las gracias por haber invitado a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a participar en esta sesión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Estoy agradecido a todos los representantes de los Estados de las Naciones Unidas que contribuyeron a la decisión de introducir la cuestión de Palestina como un tema separado en la agenda de esta Asamblea. Esa decisión hizo posible la resolución de la Asamblea de invitarnos a hablarle sobre la cuestión de Palestina.

”Un gran número de pueblos, incluida Palestina, siguen siendo víctimas de la opresión y la violencia. Sus áreas del mundo son presa de luchas armadas provocadas por el imperialismo y la discriminación racial, ambas con toda forma de agresión y de terror. Esos son los casos de los pueblos oprimidos, obligados por circunstancias intolerables a la confrontación con tal opresión. Pero dondequiera que ese enfrentamiento se produce es legítimo y justo.

”Es imprescindible que la comunidad internacional apoye a estos pueblos en sus luchas, en el fomento de sus causas legítimas y en el logro de su derecho a la libre autodeterminación. En sus esfuerzos por reemplazar un anticuado, pero aún dominante, sistema económico mundial, los países de Asia, África y América Latina afrontan ataques implacables sobre estos esfuerzos.

”El saqueo, la explotación, el desvío de la riqueza de los pueblos empobrecidos debe terminarse inmediatamente. No debe haber ninguna disuasión a los esfuerzos de estos pueblos para desarrollar y controlar su riqueza. Además, hay una profunda necesidad de llegar a precios justos para las materias primas de estos países.

Un gran número de pueblos, incluida Palestina, siguen siendo víctimas de la opresión y la violencia”

”La carrera armamentista en todo el mundo no muestra signos de disminución. Como consecuencia, el mundo entero está amenazado con la dispersión de la riqueza y el derroche total de sus energías. La violencia armada se hace más probable que en todas partes. Esperamos que las Naciones Unidas se dediquen con gran determinación a frenar la adquisición ilimitada de armas, para evitar incluso la posibilidad de la destrucción nuclear; para reducir las enormes sumas gastadas en tecnología militar, para convertir los gastos de guerra en proyectos para el desarrollo, para aumentar la producción, y para beneficiar a la humanidad común.

”Y, aun así, la máxima tensión existe en nuestra parte del mundo. Allí, la entidad sionista se aferra tenazmente a los territorios árabes ocupados; el sionismo persiste en sus agresiones contra nosotros y contra nuestro territorio. Febrilmente están realizando nuevos preparativos militares. Estos anticipan otra quinta guerra de agresión que se lanzará contra nosotros. Tales signos llevan como posible visión más cercana que hay una probabilidad de que esta guerra podría presagiar la destrucción nuclear y la aniquilación catastrófica.

”La cuestión de Palestina pertenece a esta perspectiva de aparición y lucha. Palestina es crucial entre los que lucharon sin descanso por esas causas justas de las masas trabajadoras bajo el imperialismo y la agresión. Al abordar hoy nuestra causa la Asamblea General, nuestro pueblo proclama su fe en un futuro no comprometido, ya sea por las tragedias del pasado o por las limitaciones actuales.

”Hablamos también de nuestras raíces porque hasta algunos ven nuestro problema como un mero problema de refugiados. Porque han interpretado la cuestión de Oriente Medio como poco más que una disputa fronteriza entre los estados árabes y la entidad sionista. Por cuanto han imaginado que nuestro pueblo no reclama derechos legítimos o propios, y que lucha sin lógica ni motivo válido, por el simple deseo único de perturbar la paz y aterrorizar arbitrariamente.

Algunos ven nuestro problema como un mero problema de refugiados”

”No puedo renunciar a esta oportunidad para exhortar directamente al pueblo estadounidense desde esta tribuna, pidiéndole que dé su apoyo a nuestro pueblo heroico y a su lucha. Les pido de todo corazón para respaldar el derecho y la justicia, que recuerde ante todo a George Washington, el Washington heroico cuyo propósito era la libertad de su nación e independencia; a Abraham Lincoln, apóstol de los desposeídos e infelices, y también a Woodrow Wilson, cuya doctrina de los 14 puntos sigue siendo suscrita y venerada por nuestro pueblo.

”Pregunto al pueblo estadounidense si las manifestaciones de hostilidad y enemistad que tienen lugar fuera de esta gran sala reflejan la verdadera intención de la voluntad de Estados Unidos. ¿Qué crimen, pregunto, ha cometido nuestro pueblo contra el pueblo estadounidense? ¿Por qué se nos combate así? ¿Realmente les sirve a sus intereses esta beligerancia injustificada? ¿Sirve a los intereses de las masas estadounidenses? No, definitivamente no.

”Las raíces de la cuestión de Palestina se remontan a las postrimerías del siglo XIX, en otras palabras, a ese período que llamamos la era del colonialismo y asentamientos, tal como lo conocemos hoy en día. Tal como el colonialismo y sus demagogos dieron títulos a sus conquistas, al saqueo y los ataques sin límites a los nativos de África con un llamamiento a una misión de ‘civilizar y modernizar’, también lo hicieron las olas de inmigrantes sionistas, disfrazando sus objetivos cuando conquistaron Palestina.

”Así como el colonialismo como un sistema y los colonialistas como su instrumento utilizaron la religión, el color, la raza y el idioma para justificar la explotación de África y su sometimiento cruel por el terror y la discriminación, también fue con estos métodos como Palestina resultó usurpada y su pueblo perseguido desde su país de origen.

¿Qué crimen ha cometido nuestro pueblo contra el pueblo estadounidense? ¿Por qué se nos combate así?”

”Así como el colonialismo utiliza con indiferencia a los miserables, los pobres y los explotados como mera materia inerte con la que construir y llevar a cabo el colonialismo de los colonos, también eran indigentes, oprimidos judíos europeos empleados en nombre del imperialismo mundial y de los dirigentes sionistas. Los judíos europeos se transformaron en los instrumentos de agresión y se convirtieron en los elementos del colonialismo de los colonos íntimamente vinculados a la discriminación racial.

”La teología sionista fue utilizada contra el pueblo palestino: el propósito no era sólo el establecimiento del colonialismo de los colonos al estilo occidental, sino también la ruptura de los judíos con su tierra natal y, posteriormente, el alejamiento de sus naciones. El sionismo además de ser una ideología imperialista, colonialista y racista, también es profundamente reaccionaria y discriminatoria, y se une con el antisemitismo en sus principios retrógrados, siendo, al fin y al cabo, otra cara de la misma moneda.

”La invasión judía de Palestina se inició en 1881. Antes de que la primera ola de inmigrantes comenzara a llegar, Palestina tenía una población de medio millón, la mayoría de los habitantes eran musulmanes o cristianos, y sólo 20.000 eran judíos. Cada segmento de la población tenía la característica de la tolerancia religiosa de nuestra civilización.

”Palestina era entonces una tierra verde, habitada principalmente por una población árabe en el curso de la construcción de su vida y en la dinámica del enriquecimiento de su cultura autóctona. Entre 1882 y 1917 el movimiento sionista estableció alrededor de 50.000 judíos europeos en nuestra patria. Para hacer esto recurrió a artimañas y engaños para implantarlos en nuestro medio.

El sionismo además de ser una ideología imperialista, colonialista y racista, también es profundamente reaccionaria y discriminatoria”

”Su éxito en el Reino Unido para emitir la Declaración Balfour demostró una vez más la alianza entre el sionismo y el imperialismo. Por otra parte, al prometer al movimiento sionista lo que no estaba en su mano dar, Gran Bretaña mostró cómo era la opresiva dominación del imperialismo. A medida que se constituyó entonces la Liga de las Naciones, se abandonó al pueblo árabe, y las promesas de Wilson y otras quedaron en nada. En la apariencia de un mandato, el imperialismo británico fue cruel y directamente impuesto sobre nosotros. El mandato otorgado por la Sociedad de Naciones posibilitaba a los invasores sionistas consolidar sus logros en nuestra patria.

”Durante un período de 30 años después de la Declaración Balfour, el movimiento sionista, junto con su aliado colonial, tuvo éxito en lograr la inmigración de más judíos europeos y la usurpación de las tierras de los árabes de Palestina. Así, en 1947 la población judía de Palestina era aproximadamente 600.000, poseyendo menos de 6% de las tierras fértiles de Palestina, mientras que la población árabe de Palestina ascendía aproximadamente a 1.250.000.

”Como resultado de la connivencia entre la potencia mandataria y el movimiento sionista y con el apoyo de algunos países, esta Asamblea General a principios de su historia aprobó una recomendación para dividir nuestra patria Palestina. Esto ocurrió en una atmósfera envenenada con acciones cuestionables y una fuerte presión. La Asamblea General dividió lo que no tenía ningún derecho a dividir: una patria indivisible. Cuando rechazamos esa decisión, nuestra posición correspondió a la de la madre natural que se negó a permitir que el rey Salomón dividiera en dos a su hijo, cuando la madre antinatural que reclamó el niño para sí misma aceptó su desmembramiento.

La Asamblea General de la ONU dividió lo que no tenía ningún derecho a dividir: una patria indivisible”

”Además, aunque la resolución de partición concedió a los colonos colonialistas el 54% de la tierra de Palestina, su descontento con la decisión los llevó a emprender una guerra de terror contra la población civil árabe. Ocuparon el 81% de Palestina, desarraigando un millón de árabes. Así, ellos ocuparon 524 ciudades y aldeas árabes, de las cuales destruyeron 385 completamente, borrándolas en el proceso. Una vez hecho esto, construyeron sus propios asentamientos y colonias en las ruinas de nuestras granjas y arboledas.

”Aquí se encuentran las raíces de la cuestión de Palestina. Sus causas no surgen de un conflicto entre dos religiones y dos nacionalismos. Tampoco es un conflicto fronterizo entre estados vecinos. Es la causa de las personas privadas de su patria, dispersada y desarraigada, viviendo en su mayoría en el exilio y en campamentos de refugiados.

”Con el apoyo de potencias imperialistas y colonialistas, la entidad sionista consiguió ser aceptada como miembro de las Naciones Unidas. Además, tuvo éxito que la cuestión de Palestina fuera eliminada de la agenda de las Naciones Unidas y en engañar a la opinión pública mundial, presentando nuestra causa como un problema de refugiados que necesitan de la caridad de los benefactores, o de asentamientos en una tierra que no era la de ellos.

”No satisfecho con todo esto, la entidad racista, fundada en el concepto imperialista-colonialista, se convirtió en una base del imperialismo y en un arsenal de armas. Esto le permitió asumir su papel de subyugar al pueblo árabe y de cometer una agresión contra ellos, a fin de satisfacer sus ambiciones de expansión en las tierras de palestinos y árabes. Además de los muchos casos de agresión cometidos por esta entidad contra los estados árabes, ha lanzado dos guerras a gran escala, en 1956 y 1967, poniendo así en peligro la paz y la seguridad mundiales.

La nuestra es la causa de un pueblo privado de su patria, dispersado y desarraigado, que vive en su mayoría en el exilio y en campamentos de refugiados”

”Como resultado de la agresión sionista en junio de 1967, el enemigo ocupó el Sinaí egipcio hasta el canal de Suez. El enemigo había ocupado los Altos del Golán sirios, además de todos los territorios palestinos al oeste del Jordán. Todos estos acontecimientos han dado lugar a la creación en nuestra zona de lo que ha llegado a ser conocido como el ‘problema de Oriente Medio’. La situación se ha vuelto más grave por la persistencia del enemigo en el mantenimiento de su ocupación ilegal y en consolidarlo, estableciendo así una cabeza de playa para el empuje del imperialismo mundial contra nuestra nación árabe.

”Han ignorado todas las decisiones del Consejo de Seguridad y recurrimos a la opinión pública mundial para la retirada de los territorios ocupados en junio de 1967. A pesar de todos los esfuerzos pacíficos en el plano internacional, el enemigo no ha sido disuadido de su política expansionista. La única alternativa abierta ante nuestros países árabes, principalmente Egipto y Siria, fue dedicar esfuerzos exhaustivos en la preparación de la fuerza para resistir la invasión bárbara armada.

”Bajo estas circunstancias, la cuarta guerra estalló en octubre de 1973, llevando a casa del enemigo sionista la quiebra de su política de ocupación, de expansión y su dependencia en el concepto de poder militar. A pesar de todo esto, los dirigentes de la entidad sionista están lejos de haber aprendido alguna lección de su experiencia. Se están haciendo los preparativos para la quinta guerra, recurriendo una vez más al lenguaje de la superioridad militar, la agresión, el terrorismo, el sometimiento y, finalmente, siempre a la guerra en sus relaciones con los árabes.

”Si la inmigración de los judíos a Palestina hubiera tenido como objetivo que pudiéramos vivir codo con codo, disfrutando de los mismos derechos y asumiendo las mismas obligaciones, habríamos abierto nuestras puertas a ellos, en la medida de su capacidad de absorción. Tal fue el caso con los miles de armenios y circasianos que aún viven entre nosotros en igualdad como hermanos y ciudadanos.

Si la inmigración de los judíos a Palestina hubiera tenido como objetivo que pudiéramos vivir codo con codo habríamos abierto nuestras puertas”

”Pero el objetivo de esta inmigración fue usurpar nuestro territorio nacional, dispersar a nuestro pueblo y convertirnos en ciudadanos de segunda clase. Por lo tanto, desde su creación, nuestro desarrollo no ha sido motivado por factores raciales o religiosos. Su objetivo nunca ha sido el judío, como persona, sino el sionismo racista y la agresión desembozada. En este sentido, la nuestra es también una revolución para el judío, como ser humano. Estamos luchando para que judíos, cristianos y musulmanes puedan vivir en igualdad, con los mismos derechos y las mismas obligaciones, sin discriminación racial o religiosa.

”¿Por qué nuestro pueblo árabe palestino debe pagar el precio de este tipo de discriminación en el mundo? ¿Por qué nuestro pueblo se encargará de los problemas de la inmigración judía, si estos problemas existen en las mentes de algunas personas? ¿Por qué los partidarios de estos problemas no abren sus propios países, lo que puede absorber y ayudar a estos inmigrantes?

”Los que nos llaman terroristas quieren evitar que la opinión pública mundial descubra la verdad acerca de nosotros y la justicia de nuestra causa. Tratan de ocultar el terrorismo y la tiranía de sus actos, y nuestra propia postura de legítima defensa.

”La diferencia entre el revolucionario y terrorista se encuentra en la razón por la cual cada uno lucha. Porque todo el que defiende una causa justa y lucha por la libertad y la liberación de su tierra de los invasores o contra los colonos y los colonialistas no puede ser llamado terrorista, caso contrario, el pueblo de Estados Unidos, en su lucha por la liberación de los colonialistas británicos, habrían sido los terroristas; la resistencia europea contra los nazis sería terrorismo; la lucha de los pueblos de Asia, África y América Latina también sería terrorismo; y muchos de ustedes que están en esta sala de la Asamblea serían considerados terroristas.

Estamos luchando para que judíos, cristianos y musulmanes puedan vivir en igualdad, con los mismos derechos y las mismas obligaciones”

”El terrorismo sionista que se libró contra el pueblo palestino para expulsarlos de su país y usurpar sus tierras está registrado en sus documentos oficiales. Miles de personas fueron asesinadas en sus pueblos y ciudades, decenas de miles de personas fueron obligados a punta de pistola a abandonar sus hogares y las tierras de sus padres. Una y otra vez nuestros niños, mujeres y ancianos fueron desalojados y tuvieron que vagar por los desiertos y escalar montañas sin comida ni agua.

”Durante decenas de años los sionistas han hostigado a los líderes culturales, políticos, sociales y artísticos, aterrorizándolos y asesinándolos. Nos han robado nuestro patrimonio cultural, nuestro folclore popular, y lo han reclamado como suyo. Su terrorismo, incluso llegó a nuestros sitios sagrados en nuestra Jerusalén querida y pacífica. Ellos han tratado de desarabizar y hacer que pierda su carácter cristiano y musulmán, expulsando a sus habitantes y anexándolo.

”El reducido número de árabes palestinos que no fueron desarraigados por los sionistas en 1948 son en la actualidad refugiados en su propia patria. La legislación israelí los trata como ciudadanos de segunda clase e incluso como ciudadanos de tercera clase, ya que judíos orientales son ciudadanos de segunda clase, y han sido objeto de todas las formas de discriminación racial y de terrorismo, después de la confiscación de sus tierras y bienes.

”¿Necesitamos recordar a esta Asamblea las numerosas resoluciones aprobadas condenando las agresiones cometidas por Israel contra los países árabes, las violaciones israelíes a los derechos humanos y de las normas de los Convenios de Ginebra, así como las resoluciones relativas a la anexión de la ciudad de Jerusalén y su restauración a su estado anterior?

El reducido número de árabes palestinos que no fueron desarraigados por los sionistas en 1948 son en hoy refugiados en su propia patria”

”A través de nuestro Movimiento de Liberación Nacional de Palestina, la lucha de nuestro pueblo ha madurado y crecido lo suficiente como para dar cabida a la lucha política y social, además de la lucha armada. La OLP fue un factor importante en la creación de un nuevo individuo palestino, capacitado para dar forma al futuro de nuestra Palestina, no sólo con el contenido de la movilización de los palestinos para los desafíos del presente.

”Soy un rebelde y la libertad es mi causa. Sé muy bien que muchos de ustedes aquí presentes una vez estuvieron exactamente en la misma posición de resistencia que ahora ocupo y desde la cual debo luchar. Alguna vez tenía que convertir los sueños en realidad por su lucha. Por lo tanto, ahora deben compartir mi sueño. Pienso que esto es exactamente por qué puedo pedirles ahora ayudar, ya que juntos traemos nuestro sueño en una realidad brillante, nuestro sueño común para un futuro de paz en la tierra sagrada de Palestina.

”En mi carácter formal de presidente de la OLP y líder de la revolución palestina, proclamo ante ustedes que cuando hablamos de nuestras esperanzas comunes para los palestinos del futuro incluimos en nuestras aspiraciones a todos los judíos que ahora viven en Palestina que acepten vivir con nosotros en paz y sin distinción o discriminación en la tierra palestina.

”En la misma condición, exhorto a todos y cada uno de los judíos a reconsiderar el pasado al que los gobernantes sionistas los han conducido, es decir, a un abismo que termina en un continuo derramamiento de sangre y guerra constantes.

Soy un rebelde y la libertad es mi causa. Muchos de ustedes una vez estuvieron exactamente en la misma posición de resistencia”

”Anuncio aquí que no deseamos ni una gota de sangre árabe o judía para ser derramada; tampoco nos deleitamos en la continuación de la matanza, que se terminaría una vez que alcancemos una paz justa, basada en los derechos de nuestro pueblo, esperanzas y aspiraciones finalmente establecidos.

”Les apelo a que acompañen a nuestro pueblo en su lucha por alcanzar su derecho a la autodeterminación. Este derecho está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y ha sido confirmado en varias ocasiones en las resoluciones aprobadas por este augusto cuerpo desde la redacción de la Carta. Hago un llamamiento, además, para facilitar el regreso de nuestro pueblo a su patria desde su exilio involuntario, impuesto por la fuerza de las armas, por la tiranía, la opresión, de modo que podamos recuperar nuestra propiedad, nuestra tierra, y a partir de entonces vivir en nuestra patria nacional, libre y soberana, gozando de todos los privilegios de una nación.

”Sólo entonces podremos verter todos nuestros recursos en la corriente principal de la civilización humana. Sólo entonces podrá la creatividad palestina concentrarse en el servicio de la humanidad. Sólo entonces nuestra Jerusalén podrá reanudar su papel histórico como un santuario de paz para todas las religiones.”Apelo a ustedes para que nuestro pueblo pueda establecer una soberanía nacional independiente en su propia tierra.

La guerra estalla en Palestina, pero es en Palestina donde nacerá la paz”

”Hoy he venido portando una rama de olivo en una mano y el arma de un luchador por la libertad en la otra. No dejen que caiga de mi mano el ramo de olivo. Repito: no dejen que caiga de mi mano la rama de olivo.

”La guerra estalla en Palestina, pero es en Palestina donde nacerá la paz”.

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