El 17 de octubre de 1945 visto por mujeres

Mucho se ha dicho y escrito, pero siempre desde la visión del varón. Son pocas las oportunidades, salvo con Eva Perón, que se le dio voz a las mujeres que fueron protagonistas, junto a los hombres, de dicha jornada. Aquí dos notas del historiador Pablo Vázquez* al respecto.



El 17 de octubre con ojos de mujer
Por Pablo Adrián Vázquez
para APU
Publicado el 13 de octubre de 2015

Una cálida tarde de primavera nació el peronismo. El camino, que se inició con la Revolución del 4 de junio de 1943, tuvo su mojón el 17 de octubre de 1945. Decenas de miles de obreros se congregaron desde temprano en Plaza de Mayo y en otras plazas importantes del país con una consigna “Queremos a Perón”.

Ganar las calles, el esfuerzo por transformar el apoyo del pueblo trabajador en la patriada del 17 se vio coronado por la liberación de Perón y un nuevo esquema político de poder popular.

Mucho de ha dicho y escrito, pero siempre desde la visión del varón. Son pocas las oportunidades, salvo con Evita, que se le dio voz a quienes fueron protagonistas junto a los hombres de dicha jornada.

Beba Gil, subdelegada censista en Santa Cruz y enviada por Perón en los ‘50 para organizar en partido femenino chileno en el hermano país, relató desde su visión de mujer trabajadora que empezaba a interesarse en temas políticos: “…los primeros días de octubre al coronel Perón lo habían sacado del gobierno y se decía que estaba preso en la isla Martín García; al cobrar, no nos pagaron el 12 de octubre, feriado legal, y nos violentamos protestando frente a la prepotencia de los patrones”. (Gil, 2004: 23)

Ana Macri, delegada censista en Santa Fe Tucumán, y diputada en 1951, rememoró desde una joven que no había militado en política: “… salí y pude ver columnas de gente corriendo hacia Plaza de Mayo. Esta eclosión humana reclamaba a gritos la libertad del coronel Juan D. Perón, arrastrando a los transeúntes a unirse con el mismo fin” (Macri, 2006: 22)

Doña María Roldán, militante del gremio de la carne de Berisso, refirió desde su pertenencia sindical: “El 17… nosotros salimos todos a la calle, hasta el gato, porque teníamos miedo de que mataran a un hombre que queríamos como presidente… porque a las ocho menos diez, en Plaza de Mayo, yo estaba en el palco y dijimos si no aparece el coronel Perón dentro de diez minutos, era una orden del sindicato, mañana no trabaja nadie. Y a las doce de la noche Perón apareció…” (James, 2004: 71)

Blanca Luz Blum, poeta y colaboradora de Perón, describió los hechos desde el sector que acompañaba a Perón en la secretaría de Trabajo y Previsión: “Fue un amanecer limpio y puro el de ese 17 de octubre de 1945, cuando desperté y asomándome al balcón de mi departamento ubicado en Rodríguez Peña 1533 respiré hondamente y me dije: “así debe ser de limpio este día”. Inmediatamente me dispuse para pasar revista a los compañeros peronistas pertenecientes a diferentes ramas sindicales, que noche a noche y hasta el amanecer trabajaban organizando el Gran Día… apretando contra sus pechos aquella consigna concreta y seca como una bala: HUELGA GENERAL. (…)

A la medianoche del 16 de octubre, el círculo se había cerrado. Los ferrocarriles, no correrían por la pampa y se quedarían detenidos allí donde les encontrara las doce de la noche… El gremio ferroviario marcaba la pauta a seguir. ¡El magnífico gremio ferroviario!

Al amanecer, el pueblo peronista tomaría la ciudad de Buenos Aires con un solo grito: ¡MI VIDA POR PERON!” (Chávez, 1996: 75 – 76)

Delfina Bunge de Gálvez, escritora y periodista, escribió en las páginas del diario católico El Pueblo, y que luego le costó la reprimenda de parte del clero y de su sector social: “Emoción nueva la de este 17 de octubre: la eclosión entre nosotros de una multitud proletaria y pacífica. Algo que no conocíamos, que, por mi parte, no sospeché siquiera que pudiera existir… Nuestros primer impulso fue el del cerrar los balcones. Pero al asomarnos a la calle quedábamos en suspenso… Pues he aquí que estas turbas se presentaban a nuestros ojos como trocadas por una milagrosa transformación. Su aspecto era bonachón y tranquilo. No había caras hostiles ni puños levantados… Estas turbas parecían cristianas sin saberlo. Y sabiéndolo, eran argentinas… Supieron cantar el Himno Nacional con una nobleza como pocas veces alcanzó a ser coreada por el pueblo. Su actitud era tal que nos hizo pensar que ella podía ser un eco lejano, ignorante y humilde de nuestros Congresos Eucarísticos. Tal vez en aquellos Congresos aprendieron esta gente su nueva actitud…” (Chávez, 1996: 21 – 23)

María Granata, escritora y periodista, expresó, embanderada en el naciente movimiento, desde el poema 17 de octubre:

“Se levanta tu luz hecha de Pueblo,
de Pueblo que venía
entre arrancados párpados de sombra
para salvar sus días en tu día.

Que multitud de brazos encontrados,
de gritos que son canto,
de rostros que por fin se reconocen
en el amor y en la señal del llanto”.

Finalmente Eva Perón, en varias oportunidades expresó sus impresiones sobre el 17 y su participación. En un artículo del periódico Democracia de 1948 escribió: “Que el 17 de Octubre es una fecha definitivamente incorporada a las fechas que señalan nuestras gestas de más acertado sabor popular y más efectivo contenido nacional ya es incuestionable, como es incuestionable que nada ni nadie logrará borrarla de la vida de nuestro pueblo. Tiene para nuestra independencia económica y nuestra evolución social, el mismo significado que el 25 de Mayo tuvo para nuestra independencia política” (Vázquez, 2009: 173).

Más adelante refirió los hechos de octubre y su rol en los diversos discursos dados por ella en los siguientes 17, para profundizar sus conceptos en sus clases de la Escuela Superior Peronista de 1951, publicadas como Historia del Peronismo.

Memoria, identidad política y fe militante se conjugan en estos relatos que enriquecen la fecha que fue un antes y después en la historia social de nuestro país.

A 70 años que nuestros abuelos y abuelas ingresasen en la historia por la puerta grande, previo refrescarse “las patas en la fuente”, los ojos de aquellas mujeres protagonistas – sin distinción de estrato ni clase – nos dan nuevos elementos para seguir analizando cuando tomo forma de revolución “el subsuelo de la patria sublevado” para rescatar a su Líder.

Las mujeres y el 17 de octubre
Por Pablo Adrián Vázquez
para La Prensa
Publicado el 18 de octubre de 2018

El subsuelo de la patria sublevada, según el escritor Raúl Scalabrini Ortíz, o el aluvión zoológico, según el legislador radical Ernesto Sammartino. El 17 de octubre de 1945 generó las más diversas reacciones, sea desde su gestación hasta los estertores actuales, tanto de mítico apoyo como de cerrada desaprobación.

Quizás en estas décadas las pasiones y odios se han aplacado y se puede tener una mirada más objetiva sobre el acontecimiento histórico que simbolizó la irrupción de las masas en la vida política argentina.

Tulio Halperín Donghi, José María Rosa, Félix Luna, Fermín Chávez, Felipe Pigna, Claudio Panella, Luis Alberto Romero, Pacho O" Donnell, Daniel James, Hugo Gambini, Joseph Page, Jorge González Crespo y Raanan Rein, entre otros historiadores, han emitido sus juicios sobre dicha jornada.

Acción espontánea para unos, manipulación amparada por la policía y el ejército para otros, lo cierto fue que a ningún estudioso, como a ningún militante político, o persona común de la época, lo dejó indiferente el desarrollo del futuro Día de la Lealtad.

Una visión femenina

Mucho se ha dicho y escrito, pero siempre desde la visión del varón. Son pocas las oportunidades, salvo con Eva Perón, que se le dio voz a quienes fueron protagonistas, junto a los hombres, de dicha jornada, o aquellas, como Alicia Moreau de Justo y Victoria Ocampo, que fueron adversas a dicha movilización.

Mary Main (María Flores), autora de "La mujer del látigo: Eva Perón (1955)", caracterizó la manifestación afirmando que "...la oposición clamó que esos rufianes no eran verdaderos obreros pues los sindicatos dependientes de la confederación general del trabajo todavía no apoyaban a Perón; sin embargo, los obreros de la carne eran los más rudos y revoltosos de todos los trabajadores y no es irracional creer que muchos honestos obreros, que le debían el aumento de sus salarios, se encontraban dispuestos a reunirse para solicitar su regreso, Pequeños grupos de sujetos mal entrazados iban y venían por las calles gritando "Viva Perón", y trabándose en lucha con los estudiantes. La policía, indecisa vista la confusión de los hechos, se abstenía de intervenir, mientras la gente que se había reunido en la Plaza San Martín el 12 de octubre (en la Marcha de la Constitución y la Libertad) se encerraban en sus casas. Sabían que no podían esperar ninguna protección de las fuerzas policiales".

Mientras que en la publicación de 1975 de la Comisión de Afirmación de la Revolución Libertadora, la cumplirse el 20ø aniversario del golpe cívico militar contra Perón expusieron sus pareceres sobre el peronismo Lilianne Bachem de Aragón de Ruiz Moreno y Adela Grondona, entre la exposición de archivos de dudosa verosimilitud e impresiones subjetivas tildando todo el accionar de Perón, hasta cuando iba a dormir, como dictatorial. Lamentablemente ambas no brindaron ninguna referencia, ni siquiera condenatoria, al hecho del 17.

Delfina Bunge de Gálvez, escritora y periodista, contemporánea a dicho suceso, escribió en el diario católico El Pueblo: "Emoción nueva la de este 17 de octubre: la eclosión entre nosotros de una multitud proletaria y pacífica. Algo que no conocíamos, que, por mi parte, no sospeché siquiera que pudiera existir. Nuestros primer impulso fue el del cerrar los balcones. Pero al asomarnos a la calle quedábamos en suspenso. Pues he aquí que estas turbas se presentaban a nuestros ojos como trocadas por una milagrosa transformación. Su aspecto era bonachón y tranquilo. No había caras hostiles ni puños levantados. Estas turbas parecían cristianas sin saberlo.

Y sabiéndolo, eran argentinas. Supieron cantar el Himno Nacional con una nobleza como pocas veces alcanzó a ser coreada por el pueblo. Su actitud era tal que nos hizo pensar que ella podía ser un eco lejano, ignorante y humilde de nuestros Congresos Eucarísticos. Tal vez en aquellos Congresos aprendieron esta gente su nueva actitud".

Esas palabras inicialmente le costó el repudio de parte del clero y de su sector social, para luego replantearse dicho sector eclesiástico su apoyo al justicialismo.

Blanca Luz Blum, poeta uruguaya y colaboradora de Perón, describió en su libro "En los brazos de su pueblo regresa Perón (1972)" los hechos estudiados: "Fue un amanecer limpio y puro el de ese 17 de octubre de 1945, cuando desperté y asomándome al balcón de mi departamento ubicado en Rodríguez Peña 1533 respiré hondamente y me dije: "así debe ser de limpio este día".

Inmediatamente me dispuse para pasar revista a los compañeros peronistas pertenecientes a diferentes ramas sindicales, que noche a noche y hasta el amanecer trabajaban organizando el Gran Día. apretando contra sus pechos aquella consigna concreta y seca como una bala: Huelga general (...) A la medianoche del 16 de octubre, el círculo se había cerrado. Los ferrocarriles, no correrían por la pampa y se quedarían detenidos allí donde les encontrara las doce de la noche. El gremio ferroviario marcaba la pauta a seguir. ¡El magnífico gremio ferroviario! Al amanecer, el pueblo peronista tomaría la ciudad de Buenos Aires con un solo grito: ¡Mi vida por Perón!"

Doña María Roldán, militante del gremio de la carne de Berisso, refirió en su testimonio tomado por Daniel James en el 2004, desde su pertenencia sindical: "El 17, nosotros salimos todos a la calle, hasta el gato, porque teníamos miedo de que mataran a un hombre que queríamos como presidente. porque a las ocho menos diez, en Plaza de Mayo, yo estaba en el palco y dijimos si no aparece el coronel Perón dentro de diez minutos, era una orden del sindicato, mañana no trabaja nadie. Y a las doce de la noche Perón apareció".

Beba Gil, subdelegada censista en Santa Cruz y enviada por Perón en los "50 para organizar en partido femenino chileno en el hermano país, relató en su libro de memorias del 2004 desde su visión de mujer trabajadora que empezaba a interesarse en temas políticos: "...los primeros días de octubre al coronel Perón lo habían sacado del gobierno y se decía que estaba preso en la isla Martín García; al cobrar, no nos pagaron el 12 de octubre, feriado legal, y nos violentamos protestando frente a la prepotencia de los patrones".

Ana Macri, delegada censista en Santa Fe Tucumán, y diputada en 1951, rememoró en su testimonio publicado en el 2006 desde una joven que no había militado en política: ". salí y pude ver columnas de gente corriendo hacia Plaza de Mayo. Esta eclosión humana reclamaba a gritos la libertad del coronel Juan D. Perón, arrastrando a los transeúntes a unirse con el mismo fin".

El recuerdo de Eva

Finalmente la propia Eva Perón expresó, en varias oportunidades, sus impresiones sobre el 17 de octubre y su participación personal en dicho suceso. En un artículo del diario Democracia de 1948, y que recuperé en mi libro "Evita: su legado de puño y letra (2009)" escribió: "Que el 17 de Octubre es una fecha definitivamente incorporada a las fechas que señalan nuestras gestas de más acertado sabor popular y más efectivo contenido nacional ya es incuestionable, como es incuestionable que nada ni nadie logrará borrarla de la vida de nuestro pueblo. Tiene para nuestra independencia económica y nuestra evolución social, el mismo significado que el 25 de Mayo tuvo para nuestra independencia política".

Más adelante refirió los hechos de octubre y su rol en los diversos discursos dados por ella en los siguientes actos en honor a aquel "17", para profundizar sus conceptos en sus clases de la Escuela Superior Peronista de 1951, publicadas como Historia del Peronismo.

Memoria, identidad política y fe militante se conjugan en estos relatos de diversas mujeres, que no son los únicos pero sirven, aunque incompleto, como muestreo, para tratar de entender la fecha que fue un antes y después en la historia social de nuestro país.

La polémica sigue, aunque, repito, las emociones cedieron al análisis histórico y el estudio del fenómeno, tratando de no embanderarse en posiciones antagónicas irreductibles de aquel 17 de octubre de 1945, donde en una cálida tarde de primavera nació el peronismo.

* Lic. en Ciencia Política; Docente de la UCES; miembro de los Institutos Nacionales Eva Perón y Juan Manuel de Rosas.