Obama y Juan Gelman: dos campeones del 11.9

Oscar Abudara Bini
(Indymedia)
Publicado en enero de 2014

OBAMA LANZÓ UNA BOMBA, QUÉ BOMBA ARROJÓ OBAMA

A la manera de un regalo de Navidad, el presidente Barack Obama, permitió que los congresales Walter Jones y Stephen Lynch accedan a páginas clasificadas del Informe Oficial sobre el atentado a las Torres Gemelas.

Ya abundan las repercusiones en inglés y las primeras versiones en español, se encuentran en: Congresistas Jones y Lynch introducen una resolución para que ...spanish.larouchepac.com/node/20848

6/12/2013 - Según el Boston Globe, el congresista Stephen Lynch (demócrata ... El congresista Jones introduce una resolución para desclasificar el informe sobre el 11S ... D.C.

Hoy, el congresista Walter B. Jones (CN-3), y Stephen Lynch ...

Los congresales, uno republicano, demócrata el otro, entienden que en estas paginas “clasificadas” y “apartadas” del informe oficial, hay material suficiente como para citar al congreso al ex presidente Bush.

Mediante la Resolución HR 428 que se consigue en el sitio oficial del congreso de los EEUU,  los congresales piden que la desclasificación, se haga pública y masiva, entendiendo que esto será de vital importancia para los familiares de las víctimas.

Dos películas ya habían anticipado que las argucias de Bush, para atacar a Irak eran falsas.

Una está protagonizada por Matt Damon y otra por Sean Penn.

Las Viudas de Jersey, grupo de mujeres de ese barrio habían interpelado al coordinador del Informe Oficial, nos referimos a Kissinger y  preguntaron por qué se dejó salir en pleno shock del atentado a la familia Bin Laden.

Kissinger en ese momento dijo “no tengo comentarios”, pero la gaffe fue suficientemente grande como para forzarlo a renunciar al otro día a la dirección de la comisión oficial del 11.S.

Tal como lo publiqué en un libro del año 2008, a nivel oficial, además del affaire Kissinger son de rescatar los pronunciamientos de Andreas von Bülow, ex ministro de Defensa alemán y del ex presidente italiano Francesco Cossiga.

Pero creo que lo mas jugoso se encuentra en la interpelación realizada contra el Premier de Japón por parte de consejeros parlamentarios. (Esto último y en español se encuentra en la red Voltaire)

La novedad, que muy pocos imaginaban posible es que dos congresales norteamericanos y basándose en documentación oficial vengan a dar asidero a lo que los investigadores vienen reclamando desde hace 12 años.

Hasta ahora dos personalidades respondieron a mi pedido, confirmando la importancia de esta desclasificación.

Una es James Fetzer, miembro fundador de los Científicos por la Verdad del 11.S, profesor universitario de epistemología y persona que visitó Argentina en dos oportunidades, exponiendo en la Biblioteca Nacional.

La otra es Cinthya McKinney, ex congresal y ex candidata a la presidencia que compitió en su momento con el hoy presidente Barack Obama.
¿ Estamos olvidando el aporte sobre el 11.S del poeta Juan Gelman?
Ha muerto una de las plumas de la poesía argentina mas grandes de los últimos tiempos y cientos de miles de páginas se escriben en su honor.

Se valora la lucha del poeta en torno a los DDHH y sentó fama su batallar denodado para saber el paradero de sus familiares.

Entiendo que dentro de las honras que se le están brindando, corresponde recordar su brillante artículo sobre el 11.S.
La doble omisión
Invito al lector a reparar a título personal la doble omisión, primero a tomar conocimiento de  la desclasificación realizada en los EEUU y segundo a rendir homenaje al poeta leyendo con atención y respeto su artículo sobre el 11.S.

11S: ENTONCES, ¿CÓMO FUE?
  Juan Gelman

Son notorias las mentiras que la Casa Blanca fabricó para justificar la invasión y ocupación de Irak.

Los periodistas/investigadores Charles Lewis y Mark Reading-Smith descubrieron que W. Bush y siete otros jerarcas de la Casa Blanca propalaron al menos 935 mentiras en los dos años que siguieron al 11/S y precedieron a la invasión de Irak.

Cabe reconocer que el más prolífico en la cuestión fue el presidente W. Bush: 232 declaraciones falsas sobre el presunto arsenal de armas de destrucción masiva en poder de Saddam Hussein y 28 acerca de la supuesta relación del autócrata con Al Qaida y con los atentados.

Le siguió el entonces secretario de Estado Colin Powell: 244 y 10, respectivamente.

El vice Dick Cheney, Condoleezza Rice, Donald Rumfeld, Paul Wolfowitz, Ari Fleisher y Scott McClellan también aportaron a este arsenal masivo de falacias(www.publicintegrity.org, 23-1-2008).

Al parecer, no otra cosa sucedió con la versión oficial de los atentados mismos.

El Comité de Justicia del Senado estadounidense ha concluido un nuevo informe en torno de las fallas que impidieron frenarlos: echa la culpa al FBI, señala que había amplias evidencias de que se preparaba un ataque en suelo de EE.UU. y que jefes del organismo de espionaje las bloquearon (The New York Times, 28-8-08).

Pero hete aquí que casi 800 personalidades –catedráticos, arquitectos, ingenieros, altos funcionarios, políticos, ex espías, pilotos y sobrevivientes de las Torres Gemelas– echan por tierra las dos cosas: la versión oficial y el informe del Senado (www.reopen911.info).

Véanse algunos testimonios.

Los sobrevivientes, en primer lugar.

Personal de las Torres que se encontraba en el subsuelo B1, ubicado a 330 metros debajo de los pisos 93 a 98 donde impactó uno de los aviones, sintieron que “vibraba el suelo, las paredes comenzaron a resquebrajarse y todo temblaba”, declaró William Rodríguez, empleado de mantenimiento: era una explosión que venía de subsuelos inferiores.

Segundos después, Rodríguez escuchó el estallido de arriba y supo luego que se trataba de la embestida del Boeing 757 contra el edificio, en tanto Felipe David, compañero de tareas, irrumpía con quemaduras graves en el rostro y los brazos gritando “socorro”.

Anthony Saltalamacchia, supervisor del servicio, escuchó al menos diez explosiones procedentes de abajo antes de salir de la trampa.

Los testimonios coinciden, pero ninguno fue tomado en cuenta en el informe del Senado.

Los pilotos consideraron imposible que un avión se haya estrellado contra el Pentágono.

Señalaron que el agujero en el muro es más grande que el que podría causar un 757 y estimaron inverosímil que éste se deslizara luego durante 10 segundos en el césped del interior, como muestra una filmación oficial.

El comandante (R) de la Marina Ralph Koistad, piloto de combate con más de 23.000 horas de vuelo, reflexionó:

“¿Dónde están los daños provocados por las alas del avión en el muro del Pentágono?
¿Dónde las 100 toneladas del Boeing, los grandes fragmentos del aparato que siempre se proyectan lejos del lugar del accidente?
¿Dónde están las partes de acero de los motores, dónde el tren de aterrizaje, que es de acero?” (www.vigli.org/PDF911).

En efecto, no estaban, ni un solo desecho se encontró dentro o fuera del Pentágono.

Los pilotos subrayaron otro aspecto: las maniobras de los aparatos que chocaron contra las Torres eran impracticables.

Del capitán (R) Wittenber, con 35 años de experiencia en la fuerza aérea de EE.UU. y en varias líneas comerciales: “No creo posible que un presunto terrorista entrenado en un Cessna 172 entre en la cabina de un Boeing 757 o 767, pueda hacerlo volar vertical y horizontalmente y lograr virajes de 270 grados a gran velocidad, el avión sería incontrolable. Es ridículo pensar que un aficionado pueda ejecutar esas maniobras manualmente. Yo no podría hacerlo y soy absolutamente formal: ellos tampoco”.

Los testimonios de unos 500 ingenieros civiles y arquitectos confirmaron desde sus especialidades que la versión oficial de los atentados “es un cuento de hadas” (John Lear, piloto comercial, 19.000 horas de vuelo).

El arquitecto Frank De Martini y otros afirmaron que la solidez de las Torres tornaba inimaginable que se derribaran sólo por el choque de un avión.

“Fue claramente el resultado de una demolición controlada y programada para que se produjera en medio de la confusión imperante”, manifestó el ingeniero Jack Heller.

Esa clase de demolición no se improvisa.

Sus autores, ¿sabían previamente con exactitud el día y la hora de los atentados?

Pareciera que sí.

Diferentes organismos de profesionales exigen que se investigue a fondo la tragedia que costó la vida de casi 3000 trabajadores.

Para el piloto Glen Stanish, se trató de “una operación interna, concebida, organizada, cometida y controlada por un grupo muy vasto de criminales en el seno de nuestro gobierno federal de EE.UU.

Utilizada como una razón falsa, un pretexto, una mentira, para invadir dos países extranjeros ricos en recursos naturales, para extender un imperio, para modificar las fronteras de los países del Medio Oriente y como elemento de la ‘guerra antiterrorista’ o, mejor dicho, de la guerra contra la libertad”.

Hay más de cien periodistas y artistas que piensan lo mismo.

“Nunca creí la historia de la destrucción de las Torres Gemelas el 11/9”, selló Sharon Stone (pdf.lahamag.com, 2-08).

Que algo sabe en materia de historias.

Por ultimo
Argentina está en la pole position respecto del terrorismo de estado de los 70` y también del terrorismo de los 90`(atentados embajada Israel y AMIA) por la involucración positiva del estado, el pueblo y la nación en la lucha por verdad, memoria y justicia.

El mundo fue sometido a cinco grandes atentados (Lockerbie, Buenos Aires, Madrid, Londres y EEUU) y hasta la pasada navidad, solamente la Argentina asumió su rol participante en el encubrimiento.

El acuerdo de indagación argentino-iraní es la pieza de avanzada en el estudio, investigación y castigos reales por actos de terrorismo.

No sabemos aún si la desclasificación ordenada por el presidente Obama nos quitará la pole position y la vanguardia, deberemos esperar mas acontecimientos para saber si estamos ante una pequeña finta o algo sustancial.

Pero el hecho de que la primera potencia del mundo, asuma, por poquitito que sea, su potencial responsabilidad en el acto de terrorismo mas espectacular de la historia, nos muestra que el sendero abierto en la selva por argentinos, ha colocado un faro de luz para los demás.

La pluma y el espíritu de combate de Juan Gelman se alzó como un cóndor solitario en el delicado y casi tabú tema de los atentados realizados contra el Pentágono y las Torres Gemelas.

Nos parece que la inscripción en la historia e inmortalidad del gran poeta debería guardar un lugar para esta importante cuestión.