Dólar, tierras y soberanía económica… en el Libro Negro de la Segunda Tiranía
Federico Bernal
INFOnews
Cuando se avanza en la renacionalización de la cultura y la economía, en la renacionalización de la tierra y del sector agropecuario, brota (y se brota) siempre un mismo sector. Su poderoso poder de lobby comienza a rodar. Cuando se tocan a fondo los pilares estructurales de la Argentina semi colonial, ahí están, infaltables e infatigables, el puñado de miles de la SRA y CRA, con su grupo de choque en la Federación Agraria de Buzzi. Pero, aunque no vencidos, están cada vez más solos. Los cuarteles dieron paso a las cacerolas, y las cacerolas a los dólares. Ahora es cuando más conciencia nacional debe forjarse, tomarse. De su brasero vendrán las mejores e indestructibles soluciones a una Argentina para los 40 millones.
EL LIBRO NEGRO DE LA SEGUNDA TIRANÍA. Lleva de prólogo el discurso completo del “excelentísimo señor vicepresidente provisional de la Nación, contraalmirante don Isaac F. Rojas”. Sus palabras: “Esta revolución –nuestra Revolución Libertadora– ante la insólita situación de malversación de caudales públicos y violación de las normas de la moral, la ética y el derecho, por parte de numerosos funcionarios públicos del régimen depuesto, debió, como uno de sus primeros objetivos, crear un organismo de auténtico cuño revolucionario, a fin de determinar […] los latrocinios e impudicias que el país sufriera durante la tiranía; fue así que nació como una verdadera necesidad pública, la Comisión Nacional de Investigaciones.” Dicha Comisión –creada por decreto el 7 de octubre de 1955 y que lleva la firma del dictador Lonardi– culminó su labor investigativa en 1958, a su vez plasmada en el documento denominado Libro Negro de la Segunda Tiranía. El espíritu denunciador, la moralina liberal y reaccionaria, el pensamiento, los argumentos y conceptos reflejados en el citado documento, siguen vigentes en buena parte de las voces opositoras. Pero si en algún lugar subsisten, es en el diario La Nación y, por supuesto, en los militantes y dirigentes de La Martínez de Hoz. A librar pues la batalla cultural.
“CONCEPCIÓN TOTALITARIA DEL ESTADO”. “El 29 de julio de 1947, Perón expresó: 'En este país jamás se había ejercido otro gobierno que el político. Nosotros tomamos las riendas no sólo del gobierno político sino también del económico y social. Orientamos las tres actividades para tener un gobierno integral'. Esa integridad es lo que en otros países se ha llamado totalidad. El integralismo de la dictadura peronista es totalitarismo. […] Son antiindividualistas […] son estatistas […] y son antidemocráticos” (Pág. 124).
“LA COMERCIALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA" Y EL IAPI. “La comercialización de los granos y subproductos con destino a la exportación, es la fuente principal que tiene nuestro país para el ingreso de divisas. Con el mentido propósito de defender sus intereses, el Estado dispuso realizar y fiscalizar las adquisiciones y ventas en el mercado, tanto externo como interno, en función de la comercialización exterior. Estas tareas fueron competencia del IAPI y de la Dirección General de Granos y Elevadores […]. A partir del 1º de enero de 1955 quedaron a cargo del Instituto Nacional de Granos y Elevadores” (Pág. 101).
“RESULTADOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LA DICTADURA”. “Nuestra situación económica al terminar la Segunda Guerra Mundial. La ganadería, la agricultura, la industria, habíanse desarrollado libremente. En poco más de medio siglo, a partir de 1880, nuestro país se había convertido en uno de los primeros y mejores productores de carne, en uno de los principales exportadores de cereales y en la nación más industrializada de América del Sur. No tuvo necesidad de que ningún gobierno 'encauzara' su trabajo. La iniciativa privada era más ágil e inteligente que el dirigismo estatal. […] La política económica de la Nación a partir de 1946 se basó en tres principios fundamentales: a) La liberación de todo influjo extranjero; b) El monopolio estatal de las principales fuentes de riqueza; c) La reforma de la legislación bancaria. […] Con la reforma del sistema bancario se puso en manos del Poder Ejecutivo, a falta de recursos presupuestarios, medios ilimitados de pago para financiar inversiones del Estado, cubrir pérdidas cuantiosas en sus operaciones comerciales derivadas primordialmente del mantenimiento de tipos de cambio artificiales bajos, y suplir con emisiones de moneda aquella parte del ahorro privado que antes se orientaba hacia la inversión hipotecaria para la construcción de viviendas. En virtud de esa política se rescató la deuda exterior, se hicieron diversas adquisiciones –ferrocarriles, transportes de la Ciudad de Buenos Aires, teléfonos, compañías de gas, etc.–; se crearon las flotas mercante y aérea y se organizó el IAPI para comerciar con el exterior. […] A la inflación que comenzó entonces su espiral aún incontenida, el dictador le quitaba importancia. Era menor que en otros países y eso debía conformarnos. Sería, entretanto, para dar la sensación de enriquecimiento colectivo; los negocios e activaban y aumentaban los salarios. Era bastante por el momento; […]” (Págs. 155 y 156).
BATALLA CULTURAL Y CUESTIÓN NACIONAL. Nació "La Martínez de Hoz", en honor, claro, al primer presidente de la Sociedad Rural Argentina. La inauguró Hugo Biolcati, cuando unas semanas atrás arengaba a la militancia chacarera encaramado en una columna de la Legislatura bonaerense. Rechazan la “concepción totalitaria del Estado”, pues existe en el poder un proyecto de país que desde 2003 no sólo tomó las riendas del gobierno político sino también del económico y social. Bajo el brazo llevan una versión actualizada del Libro Negro de la Segunda Tiranía. La reacción de la provincia más emblemática del Estado de la Pampa Húmeda se niega a pagar impuestos, a redistribuir sus extraordinarias ganancias entre los millones de bonaerenses y, por supuesto, a compartirla con el Estado Nacional del que reniegan porque les sobra y los infecta de argentinidad. Quince años con impuestos inmobiliarios congelados mientras el valor de la hectárea se quintuplicó; desde 1955 sin un revalúo integral de las tierras en la provincia de Buenos Aires. Paralelamente, La Martínez de Hoz presiona a los productores sojeros del Estado de la Pampa Húmeda para que retengan unas 16 millones de toneladas de soja, frenando la liquidación de 8000 millones de dólares (36 mil millones de pesos). Sus ingentes ganancias desde 2003, y fundamentalmente, la registrada en los últimos meses ante una soja imparable, ensanchan sus espaldas financieras posibilitando el máximo de especulación, violando los plazos de venta de la oleaginosa, colocándose fuera de la ley, perjudicando las cuentas públicas, contribuyendo a la corrida contra el peso y nutriendo al dólar ilegal. La desdolarización de la economía es el campo de batalla donde hoy por hoy ya se libra la batalla cultural en la Argentina, batalla cultural cuya derrota popular explicó, como la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sostuvo en su discurso del 30 de mayo pasado, que nos hayan “podido vencer política y económicamente”, casi sin interrupción durante estos 202 años de historia. Pero con el punto de inflexión en 2003, y desde entonces, gracias a la notable recuperación de las fuerzas democráticas, nacionales y populares la derrota cultural ha sido revertida. ¿Cómo convertirla en triunfo definitivo? Abordando todas las cuestiones desde la resolución de la cuestión nacional, centrando y concentrando los esfuerzos, las soluciones y las respuestas desde la experiencia histórica, para a partir de allí apuntar a la eliminación definitiva de los pilares que sostienen a los sempiternos sectores contrarios a una Argentina para todos.