Mariano Grondona vs. La Patria Grande

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 Pablo Adrián Vázquez*

Mariano Grondona, en su columna dominical de la Nación, se refirió al recientemente creado Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. (Ver http://www.lanacion.com.ar/1429933-la-batalla-cultural-ha-llegado-hasta-la-historia-argentina)
 
Mario "Pacho" O 'Donnell, Presidente de dicha institución, le respondió, en una charla esclarecedora, cordial y sin concesiones, sobre los objetivos y alcances del nuevo organismo. A la vez que manifestó su intención de polemizar con Luis Alberto Romero y demás catedráticos alarmados por la aparición del “peligroso” Instituto Dorrego.
Para Grondona parece un exceso incluir, entre las figuras que el Instituto estudiará y reivindicará, a "José de San Martín, Martín Güemes, José Gervasio Artigas, Estanislao López, Francisco Ramírez, Angel Vicente "Chacho" Peñaloza, Felipe Varela, Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas, Juan Bautista Bustos, Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón".
 
Pero sus objeciones se profundizan cuando el cita en una “segunda lista” de "próceres iberoamericanos", a “Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins, José Martí, Augusto Sandino, Luis Alberto Herrera y Víctor Raúl Haya de la Torre”.
Allí refiere que no se encuentran “figuras notorias de la extrema izquierda como Fidel Castro y Hugo Chávez (sic)” o el propio Néstor Kirchner.
 
Es bueno recordarle a Grondona que, como cito alguna vez Jorge Abelardo Ramos: “somos argentinos porque fracasamos en ser americanos”. Que no se puede entender la historia nacional, popular y federal sino en clave iberoamericana. Que las luchas populares de los pueblos de este continente son nuestras luchas.
 
Todos los varones citados, más las mujeres como Juan Azurduy, Manuela Sáenz y Bartolina Sisa, entre otras, pensaban en “americano”. Entendernos como pueblo argentino es vernos en conexión con el resto de las nacionales americanas, sus procesos emancipatorios y sus luchas contra la dependencia imperialista.
 
El Grondona estudiante antiperonista y “comando civil” del ’55, el periodista cercano a Onganía, sostenedor de un liberalismo económico que en Argentina fue aliado al proceso de desindustrialización, y contrario al gobierno actual puede no sentirlo, pero lo sabe.
 
Es más, lo sabe – y comprende -  aquel Grondona que aporta categorías para el debate a través de sus libros, difusor del liberalismo desde lo académico, el que citó a Arturo Jauretche en sus textos sobre clase media, el que sufrió “aprietes” durante el Proceso, y se separó de Bernardo Neustadt por la apología menemista de éste en los ’90.
 
Ese mismo lo sabe y comprende, y hasta se puede debatir con él, a pesar de no coincidir en la mayoría de nuestros planteos.
 
El mismo – a mi aporte personal – que conocí años atrás, amable y cordial, en el programa especial con la presencia del ex Presidente Mijaíl Gorbachov, siendo aún estudiante de Ciencia Política, asistiendo al mismo por mi buen promedio en materia sobre Política Exterior.
 
Pero, de ese fracaso referido por Ramos hemos aprendido a costa de tiempo perdido y sangre de inocentes derramada para, en la actualidad, replantearnos una meta marcada por la historiografía Nacional, Popular y federal.
 
Es por eso que la actitud de dominados esta siendo abandonada en Argentina y el resto de Suramérica. Se busca, con dificultades y contradicciones lógicas de todo nuevo proceso, unirse en torno de un proyecto en común con fuerte base en reafirmar una identidad cultural en común.
 
Según Eva Perón: "América simboliza el continente de la esperanza. Para los hombres y para los pueblos de empresa, esa esperanza representa la libertad suprema y la felicidad de los hombres"
 
Y esa esperanza debe encontrase en el actual proceso de integración regional donde permitiría, a través del Mercosur, Unasur y CEAC, resurgir en dicha unión nuestra identidad de "Patria Grande".
 
Para ello debemos plantarnos con coraje, deponer falsas y mediocres consignas chauvinistas, pero con una firme voluntad para afirmarnos desde una historia en común.
 
Historia donde se destaca la visibilización del poder popular, reflejo fiel de las diversas fuerzas organizadas de nuestra comunidad, las cuales se reencuentran, en este tiempo, con el Gobierno y el Estado, planteando una conciencia del hacer con idealismo, pasión y fe.
 
El aporte de la corriente historiográfica nacional, popular y federal debe deponer actitudes mezquinas, no generar enfrentamientos estériles, sumar voluntades, con acciones positivas, ya que si al enemigo hay algo que le sobra es tiempo, paciencia y astucia.
 
Por eso el Presidente Juan Perón planteó que "la democracia social que deseamos no se funda esencialmente en la figura de caudillos, sino en un estado de representatividad permanente de las masas populares".
Es en este sentido que dicha corriente, a través del estudio científico y la divulgación, puede reflejar esta actual recuperación y revalorización de nuestra identidad iberoamericana, en su rescate de próceres, procesos políticos y participación popular de siglos atrás.
 
Participación popular vital para tiempos de reafirmación soberana, ya que como afirmó el Presidente Hipólito Yrigoyen: "las revoluciones no las hacen los partidos políticos (ni los grupos). La realizan las fuerzas conjuntas del pueblo".
 
Finalizando, no figura el estudio sobre Fidel Castro y Hugo Chávez, porque los mismos están “vivitos y coleando”, en tal caso se pueden estudiar desde la ciencia política,  y siguen siendo protagonistas de la política continental.
En cuanto a Néstor Kirchner, aún no tenemos la debida distancia del tiempo para medirlo desde la Historia, pero téngase por seguro que con el correr de las décadas estará en nuestros estudios, tal como está en mi corazón de militante peronista.
 
* Académico de Número y miembro de la Comisión Directiva del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego