"Una colonia de segundo orden
Por Oscar Denovi
para el Instituto Nacional de investigaciones históricas Juan Manuel de Rosas
"Una colonia de segundo orden recién rebelada de España, ha querido también imitar lo que se ha hecho en Madrid; ha repelido seis misiones, algunas del más alto rango, y últimamente, ha hecho el ultraje a Inglaterra de no recibir a su ministro y rechazarlo poco menos que con insultos..." 1 de febrero de 1849. Benjamín Disraeli, ante el cuerpo diplomático, al inaugurarse las sesiones del Parlamento. Por ese entonces, el brillante político inglés, había dejado de pertenece al partido whig – liberal – en una evolución ideológica y de intereses sociales, que le hicieron cruzar la vereda para liderar el partido tory – conservador – como jefe de ese partido se dirigía a los representantes extranjeros, refiriéndose a las tratativas llevadas a cabo con la Argentina, después de haber perdido en una confrontación bélica (1) con aquel pequeño país, conocido desde entonces, precisamente por ese acontecimiento, que se había reflejado en la prensa del mundo de entonces. A pesar de las palabras del diputado, predominaba en el ambiente Londinense y en las instituciones ligadas a la corona británica, la opinión de hacer la paz con la Confederación Argentina lo que se lograba casi simultáneamente sellándola en el tratado Arana – Southern, firmado el 24 de noviembre de 1849 Esta gestión diplomática había demandado desde Julio de 1846 – Tomas Samuel Hood, agente confidencial de Gran Bretaña desembarco el 13 de ese mes y año en Buenos Aires – y tres días después presenta al Ministro Dr. Felipe Arana proposiciones que decían lo siguiente: “ 1) El General Rosas cooperaría con las potencias interventoras a obtener una inmediata suspensión de las hostilidades entre las fuerzas de la plaza de Montevideo y las sitiadoras. 2) Desarme de las legiones extranjeras de Montevideo. 3) Simultaneo retiro del territorio oriental de las fuerzas auxiliares argentinas. 4) Subsiguiente levantamiento del bloqueo de Buenos Aires, evacuación de la isla Martín García, devolución de los buques de guerra argentinos apresados, y saludo de 21 cañonazos al pabellón azul y blanco. 5) Admisión de ser navegación interior la del río Paraná y sujeta a reglamentos argentinos. 6) Declaración de que los principios bajo los cuales habían obrado las potencias interventoras, interrumpiendo los derechos beligerantes de la Confederación Argentina, habrían sido aplicables a la Francia o la Gran Bretaña en iguales circunstancias.7) Nueva elección del presidente del Estado Oriental con arreglo a su Constitución, bajo la previa declaración del general Oribe de que este aceptara el resultado de ella. 8) Amnistía general y completa y olvido de lo pasado, sin que ella impidiese que aquellos emigrados de Buenos Aires cuya residencia en Montevideo pudiese dar justa causa de queja al gobierno argentino y comprometer la buena inteligencia entre las dos republicas, fuesen removidos según su elección al mas próximo puerto extranjero. 9) Una vez convenidos los generales Rosas y Oribe, si el gobierno de Montevideo rehusase desarmar y despedir las fuerzas extranjeras de guarnición en esa plaza, los plenipotenciarios declararan que han recibido ordenes para cesar toda ulterior intervención, y se retiraran, obteniendo previamente del general Oribe la promesa oficial de una amnistía plena y garantía para los extranjeros que habitan la ciudad o la campaña sobre toda futura consecuencia que pudiera resultar.” Tan auspicioso comienzo de lo que la historiografía revisionista denomino “La Misión Hood “, que preanunciaba un rápido acuerdo que establecería la paz en el Río de la Plata, no prosperaría tan rápidamente como los términos de su redacción lo sugerían. Había recogido el documento las conversaciones sostenidas en octubre de 1845 en Buenos Aires, un mes antes que se iniciaran las acciones bélicas mayores con la Vuelta de Obligado como primera Batalla – desde el 8 septiembre de ese año, en que se declaro el bloqueo, solo había habido escaramuzas, combates menores y la captura de la flota argentina, que por orden de Rosas no presento combate – y la batalla de la Angostura del Quebracho del 4 de junio de 1846, librada en el Paraná en ese punto, distante al norte de San Lorenzo en unos quince kilómetros. Los negativos resultados de la guerra y la operación comercial planeada aguas arriba del Paraná, habían decidido a las jefaturas diplomáticas de Inglaterra y Francia a hacer la paz con la Confederación Argentina y la República del Uruguay. Se aceptaba la propuesta del gobierno argentino de modificar el punto 4 del documento presentado por Mister Hood, generalizando el armisticio a todas las partes al mismo tiempo. Pero ambas chancillerías no contaban con que sus agentes en Montevideo Mister Ouseley y Monsieur Deffaudis, comprometidos en negocios con los emigrados y el gobierno de Montevideo, obstaculizaran las tratativas para favorecer a sus socios, y obtener ganancias adicionales a las obtenidas hasta entonces. Las limitaciones de espacio no nos permiten abordar los pormenores de las maniobras impuestas por los agentes mencionados, de los cuales el francés fue el más comprometido. Lo cierto es que Hood es finalmente desconocido por los jefes de las escuadras, y la guerra que había finalizado en las tierras y las aguas del Paraná, donde el gobierno argentino facilito instrumentos para su cese ante la propuesta del plenipotenciario ingles, volvió al territorio uruguayo por acción de tropas francoriveristas (*) que fueron batidas en detalle por las fuerzas que respondían a Manuel Oribe, finalizando estas acciones en los primeros meses de 1847. El 8 y 10 de mayo de 1847, desembarcan en Buenos Aires, John Hobart Caradoc, Lord Howden por Inglaterra, el primer día mencionado, y el Conde Colona Walewski por Francia, el segundo día, que vienen como plenipotenciarios a proseguir las tratativas sobre la propuesta presentada por Mr. Hood en el mes de julio del año anterior. Ambos en la conferencia conjunta celebrada con el Ministro argentino Felipe Arana el 11 de mayo, así lo manifestaron. Pero el día 14 los plenipotenciarios presentaron un documento escrito, destinado a ser refrendado por las partes que difería de lo dicho en la reunión y de lo tratado y conformado por Oribe y Rosas sobre las bases de Mister Hood. Nuevamente se producía un estancamiento. Y nuevamente es el agente francés el que opone cuestiones, y entorpece los avances que se logran en conversaciones tendientes a solucionar el conflicto. Esta gestión finaliza con la decisión de Howden de ordenar el abandono del bloqueo por parte de la flota británica, lo que sucede a mediados de julio de 1847. De allí en más, solo los buques franceses continuaban la hostilidad frente a Buenos Aires. Abandonadas las tratativas por los representantes de ambas potencias, pasarían varios meses sin emisarios en Buenos Aires, y solo la diplomacia argentina en Europa, Moreno en Inglaterra, Sarratea en Francia, maniobraban para lograr un acuerdo satisfactorio. En marzo de 1848 desembarcan en Montevideo los sres Robert Gore y barón Gros. Vienen con otra estrategia diplomática porque se declaran mediadores entre el General Oribe y el gobierno de Montevideo. Estos nuevos agentes en la negociación intentan separar los objetivos de paz de los gobiernos de Manuel Oribe y de Juan Manuel de Rosas, que hasta entonces se habían mantenido en acuerdo entre los dos gobiernos. Tal pretensión, tramitada ante el Jefe uruguayo que la rechazo, presentada luego al gobierno argentino como una medida de coerción sobre los puertos uruguayos que respondieran a Oribe, con la propuesta de levantar el bloqueo a los argentinos, fue rechazada por Buenos Aires, poniéndole fin a esa misión poco brillante, en julio de 1848. Hacia fines de ese año 48, Mister Henry Southern llega a Buenos Aires, solicita al gobierno argentino permiso para entregarle la carta de SMB que lo acreditaba como ministro plenipotenciario, pero no informa sobre el objeto de la misma ni adelanta ningún documento sobre la cuestión de la disputa. El gobierno argentino se niega a acreditarlo, sin antes recibir las satisfacciones debidas a las graves ofensas recibidas por Gran Bretaña en unión con la Francia, pero comunica que esta dispuesto a conversar sobre la base de los puntos sometidos por Mr Hood, con las modificaciones oportunamente presentadas por el gobierno argentino y el de Manuel Oribe, aceptadas en el pasado y base de negociaciones anteriores. (**) A su vez, en marzo de 1849, el Almirante Lepredour, que comandaba la flota francesa en el Río de la Plata, recibía de su país, instrucciones sobre la prosecución de las negociaciones que dicho marino había elevado a Paris en enero, sobre la base de los términos de la propuesta Hood y sus modificaciones por los gobiernos argentino y uruguayo. Esto coincidía con la propuesta que sobre la base Hood, había elaborado Felipe Arana y presentada a Mr Southern, y que Lepredour separadamente del agente británico, presentaba al gobierno argentino. Las negociaciones entraban en su faz definitiva, a pesar de las intrigas de los emigrados y del gobierno de Montevideo. **) No se emplea el término de tropas franco uruguayas, porque las contribuciones de hombres del ejército de Rivera, casi en absoluto no eran uruguayos, sino extranjeros mercenarios contratados en Europa. (1) Diversos son los factores que intervinieron para que las dos grandes potencias al momento en que se produce “La Guerra del Paraná” salgan derrotadas, una de ellas, Francia por segunda vez, en una confrontación de la que había sido protagonista solo cinco años antes. Podemos apreciar lo siguiente: a) Diferentes intereses entre los aliados europeos. b) Información errónea de los agentes en el Río de la Plata sobre la popularidad del gobierno de Rosas. c) Planeamiento militar cuantitativo equivocado, sobre el fin de la guerra se solicito a ambos gobiernos el envío de 10.000 tropas francesas y 10.000 británicas. (***) A las noticias sobre la actitud del gobierno argentino respecto de Mr. Southern se refiere Disraeli en el último párrafo de lo dicho ante los diplomáticos en 1849, trascripto en el principio de este articulo.