Sobre petroleo e indemnizaciones. Cuando Trotsky enfrentó a los “trotskistas”
para Izquierda Nacional
publicado el 14 de marzo de 2014
publicado el 14 de marzo de 2014

Por
supuesto, León Trotsky, desde Coyoacán, salió inmediatamente al cruce de los
“trotskistas”. Apoyó la nacionalización del petróleo y fue todavía más lejos.
Considerando que México era una país pobre y que su deuda externa era grande,
propuso no dar la espalda al auxilio que podía prestar el capital extranjero:
“Darle la espalda al capital extranjero y hablar de colectivización y de
industrialización es emborracharse con frases”, escribió contra sus pretendidos
seguidores. Y, como si fuera poco, añadió provocativamente: “El Frente Popular
no tiene en América Latina un carácter tan reaccionario como en Francia o
España. Puede tener un carácter progresivo en la medida que está dirigido
contra el imperialismo”.
Galicia
y sus amigos ultraizquierdistas se escandalizaron ante las posturas de Trotsky.
Antes de que reaccionaran, Trotsky ya había impulsado su expulsión de la
naciente IV Internacional. Pero los ultraizquierdistas mexicanos no eran los
únicos que estaban escandalizados ante las posiciones de “El Viejo”. En
Argentina Liborio Justo confesó estar haciendo “entrismo” en el trotskismo
desde aquella época, y en un libro célebre por su desparpajo (“León Trotsky y
Wall Street. Cómo la
Cuarta Internacional se puso al servicio del imperialismo
yanqui”) desarrolló otro argumento típico de la ultraizquierda cipaya. Además
de repetir que “había que exigir que la expropiación de las compañías
extranjeras se hiciera sin indemnización y no pagando al imperialismo, como
hizo Cárdenas”, agregó que “Cárdenas, al actuar en la forma en que lo hacía
estaba obrando con el asentimiento tácito de Washington”, porque “alejaba de la
proximidad de las fronteras de los Estados Unidos a los interese petroleros
ingleses y favorecía a un país que le estaba económicamente subordinado (...).
El petróleo que antes había sido extraído por los ingleses, después de
nacionalizarlo comenzó a ser vendido por México a importantes compañías
yanquis. Si los intereses yanquis hubiesen estado realmente en juego, jamás el
gesto de Cárdenas hubiera sido posible”. Liborio cita una declaración del grupo
de Galicia que decía: “La burguesía mexicana, a pesar de sus posturas
antiimperialistas, sirve al imperialismo norteamericano contra el imperialismo
inglés. Cárdenas grita contra el gobierno de ‘Su Majestad’, pero agacha la
cabeza ante El ‘Buen Vecino’“.
Como
se ve, nada de lo que dicen el PO, el PTS y cía es novedoso. Los mismos
argumentos empleaban los “comunistas internacionalistas” mexicanos hace más de
setenta años para enfrentar una medida defensiva de un país semicolonial ante
el imperialismo, y para oponerse a las posiciones de León Trotsky, que por lo
visto no era “trotskista”. Tampoco es novedoso el argumento “milcíadespeñista”
(que paradójicamente es también el de la derecha nacionalista de Irazusta y
cía) consistente en ver en cada medida antinorteamericana una medida proinglesa
y en cada medida antiinglesa una medida pronorteamericana. Semejante método de
interpretación, como es evidente, invisibiliza a las masas explotadas y a los
países oprimidos como factor interviniente en la arena política mundial. Es
decir que se trata de un método interpretativo claramente antimarxista.