Bolívar El Profeta

 Jorge Mier Hoffman

Yo espero mucho del tiempo: su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados; y los prodigios futuros deben ser muy superiores a los pretéritos

 

Simón Bolívar

4 de Julio de 1817… En la oscuridad de la selva amazónica, cuando salen de casería las alimañas, y las bestias salvajes más feroces esperan en sus comadrejas a una inocente víctima, la luz intermiten de intensos relámpagos, reflejan los cuerpos sudorosos que velozmente se internan cada vez más en la maleza, mientras un ejército de asesinos en su persecución, disparan incesantemente sus armas de fuego… Es una cacería que augura una jugosa recompensa por obtener la cabeza del líder de la revolución, Simón Bolívar, que junto con sus compañeros corren desesperadamente entre arbustos de espinas y tierras movedizas… Cuando todo parece perdido y no hay manera de salir de la emboscada fatal, las aguas del río Uriapari, bautizado en 1500 por Vicente Yánez Pinzón como Río Dulce, y que hoy conocemos como el soberbio Orinoco, son la única alternativa que encuentran esos valerosos hombres patriotas para salvar sus vidas de la persecución de los realistas… Los secuaces espías del español Pablo Morillo, ya sabían de los planes del Libertador, y se adelantaron en una emboscada fatal que pondría fin a los rebeldes.
Era un momento crucial en la guerra de independencia…Venezuela estaba sometida por el poder español y hordas de facinerosos venezolanos que, por dinero y poder, colaboran con la autoridad militar al mando del General en Jefe Pablo Morillo… Aparentemente ya nada se podía hacer… Los venezolanos han fracasado en todas las oportunidad por declarar su independencia: La Primera República del 19 de abril de 1810, fracasó luego de la capitulación de Miranda el 24 de julio de 1812… y la Segunda República del 7 de agosto de 1813, fracasó también, luego de la Emigración de Oriente que partió el 7 de julio de 1814 rumbo a Barcelona, cuando el realista Tomás Boves “El Urogallo”, perseguía a la indefensa población caraqueña por las selvas de Barlovento… A excepción de los Estados Unidos y la valerosa isla de Haití, el resto del continente estaba sometido al dominio y la esclavitud europea… Mientras el Nuevo Mundo era un hervidero de revolucionarios e ideales bolivarianos, en el viejo continente reinaba la tranquilidad y la seguridad que les proporcionaba el inmenso poderío militar y económico que fueron desplegados para asegurarse las riquezas americanas.

El mundo imperialista celebraba su victoria en Waterloo con la abdicación de Napoleón Bonaparte el 22 de junio de 1815

Para la iglesia católica, la monarquía, los sectores industriales e imperios financieros, que controlaban las incipientes regiones del Nuevo Mundo, no había manera de que revivieran los ideales de independencia… Dos fracasos consecutivos eran más que suficientes para amedrentar a los ilusos revolucionarios… La consigna era: Si en Venezuela no había independencia tampoco en el resto del continente..! Era una acertada concepción que compartía Bolívar:
“Venezuela es la puerta de entrada de Sudamérica; es el destino del continente, es ejemplo del mundo y la esperanza del universo”

Simón Bolívar
En toda esta vasta región americana de millones de individuos, millones de kilómetros inexpugnables, millones de enemigos, millones de recodos y millones de accidentes geográficos inaccesibles, sólo un hombre estaba empeñado en derrotar el Poder Imperialista… y sólo un hombre podía llevar sobre sus hombros tan inmensa responsabilidad… Ese hombre es Simón Bolívar..! Para la mayoría, su terquedad triunfaba sobre la razón, para él, lo guiaba la Providencia quién le había trazado el “destino” para cumplir una misión que sólo él era capaz de vislumbrar: La libertad de todo el continente..!
“Mi destino ha querido que una vasta porción del mundo se halla aprovechado de mis combates para romper las cadenas. Este es todo mi mérito. Hacer el bien y aprender la verdad son las únicas ventajas que la Providencia nos ha concedido en la tierra”

Simón Bolívar
“Veo a la América sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria y mostrando al mundo antiguo la majestad del mundo moderno”

Simón Bolívar
Ese 4 de julio de 1817 fue una noche de angustia para los hombres liderizados por Simón Bolívar… Cuatro flecheras patriotas que bajaban por el caudaloso Orinoco, son avistadas por seis lanchas cañoneras realistas frente a la localidad de Casacoima… El poder de fuego del enemigo aventajan abiertamente a los arcaicos cañones patriotas… De inmediato… las tropas al mando de Bolívar salen a enfrentar a los enemigos, pero ya éstos en mayor número han desembarcado cortando la retaguardia, lo que obliga a Bolívar a lanzarse a las aguas… le acompañan: Carlos Soublette, Juan Bautista Arismendi y su asistente Dionisio… Es una casería de fieras… Los perros sabuesos olfatean los ropajes de los infortunados patriotas que quedaron atrás en su huida por la selva infernal… Ocultos bajos las oscuras aguas permanecen Bolívar junto a sus oficiales, mientras los españoles con sus fieras rastrean la anegada orilla… La orden: disparar a matar..!
Se sabe que allí está el líder de la revolución bolivariana, quien pretende tomar Angostura para controlar la Provincia de Guayana… Bolívar es temido por su hazaña de lograr lo imposible, al fundar la Segunda República luego de una Campaña Admirable que se inició en Cúcuta en mayo de 1813 con apenas 500 hombres, y que en un tiempo record de tres meses acabó con las fuerzas realistas, cuando el ejército patriota hace su entrada triunfal a Caracas el 7 de agosto.
Sigilosamente los enemigos se internan cada vez más entre la maleza en busca de los rebeldes patriotas, sin sospechar que éstos estaban ocultos entre las frías aguas de la laguna… Los indefensos soldados mantienen sus cuerpos bajo las aguas, al momento que los candiles alumbran el espejo de laguna… La desesperación colma el ánimo de los infortunados hombres, cuando sus cuerpos entumecidos emergen para tomar aire, con el agua hasta el cuello y en espera de un milagro que los pudiera poner a salvo nadando a la otra orilla… La incertidumbre de una muerte inminente se hace sentir, cuando se ven rodeados de enemigos: en la orilla, los españoles dispuestos a acabar con los rebeles… en la superficie del agua, el caimán del Orinoco dejaba ver sus ojos asesinos esperando la oportunidad de atacar con su giro mortal que desmiembra la carne… en las profundidades, las temibles pirañas olfatean rastros de sangre, y que en miles descuartizan a un hombre en pocos minutos… más en las profundidades, se oculta la temible anaconda que busca su presa para lanzar su fulminante zarpazo mortal triturador de huesos… oculta bajo el fango movedizo espera amenazante la temible raya con su punzante cola de tridente, para penetrar las extremidades y desgarrar la piel… y como si no fuera suficiente el peligro que acechaba en la laguna, más temible aún resultaba la electrizante anguila que aletea bajo las aguas, para electrocutar a su víctima con más de 100 mil voltios, tan potente y tan mortal que puede dejar inconsciente a un caballo a una distancia de seis metros… Frente al peligro inminente de ser capturados y sometidos a mil suplicios antes de ser asesinados, uno de los oficiales fieles al Libertador, de nombre Dionisio, desenfunda su puñal… En su mente no está previsto enfrentar a los enemigos… Dionisio tiene una misión acordada con Soublette y Arismendi: acabar con la vida de Simón Bolívar si son apresados… La fidelidad al Libertador era tal, que sus hombres preferían asesinarlo antes de permitir el suplicio de tormentos y torturas que le esperaba en manos del enemigo… Para los patriotas todo estaba perdido..!
Bolívar se mantiene aislado del grupo, tiritando del frío luego de varias horas en el agua… Tiene 34 años de edad… ya había fracasado en todos sus intentos por recuperar a Venezuela de los españoles: la Primera República en 1812 con la capitulación de Francisco de Miranda… la caída de la Segunda República en 1814 en apenas un año de haberse fundado… el fracaso de la primera expedición de Los Cayos y la derrota de Ocumare donde perdió todo su equipo militar… y ahora un años después, estaba apunto de caer en su propia trampa: los enemigos en la orillas y en las aguas las temibles fieras asesinas..!
En ese momento de angustia, miedo e incertidumbre por el destino incierto, donde la oración parecía estar en la mente de sus compañeros de infortunio, Bolívar rompe el silencio para dirigirse a sus humedecidos compañeros:
“No sé lo que tiene dispuesto para mí la Providencia, pero ella me inspira una confianza sin límite… Salí de los Cayos, sólo, en medio de algunos oficiales sin más recursos que la esperanza, prometiéndome atravesar un país enemigo y conquistarlo. Se han realizado la mitad de mis planes; nos hemos sobrepuesto a todos los obstáculos hasta llegar a Guayana; dentro de pocos días rendiremos a Angostura y entonces iremos a liberar a Nueva Granada y arrojando a los enemigos de Venezuela, fundaremos la Gran Colombia. Enarbolaremos después el pabellón tricolor sobre el Chimborazo, e iremos a completar nuestra obra de libertad a la América del Sur, llevando nuestros pendones victoriosos al Perú”
Esas alucinadas palabras, lejos de impregnar de ánimo y entusiasmo a sus hombres, confundió aún más la situación en que se encontraban… Todos se miraban incrédulos ante la incoherencia de ese discurso fuera de orden, puesto que salvarse de una muerte segura era lo único que pasaba por sus mentes… Para Bolívar no eran sólo palabras lanzadas al viento… ni trataba de apaciguar el temor que reflejaban sus compañeros de arma… Era todo un plan estratégico que ya había trazado en su mente, como el más insigne guerrero que ha parido la Patria americana… Un guerrero que era capaz de transformar en victorias los momentos cruciales donde la lógica y la razón auguraban una derrota inminente… Era el plan maestro de la liberación de todo un continente, y que llevaría a cabo al salir de esa trampa mortal donde se encontraban… Pero sobre todo, eran palabras lanzadas al viento que se cumplirían al pie de la letra, como la voz del profeta Jeremías cuando vislumbraba el futuro, o de otros personajes dotados por la Providencia para predecir el destino, como una vez lo hicieron los profetas de la antigüedad.
Al oír esas palabras proféticas, que se cumplirán en el mismo orden que las expresó Bolívar, Jacinto Martel, quien no ocultaba su temor de morir en la laguna, murmuró al resto de sus compañeros:
“…Ahora si estamos sumidos en la última desgracia… Bolívar se ha vuelto loco..!”
El edecán del Libertador, Francisco O´Leary, en sus memorias, describe los hechos de Casacoima:
Lo que desconocían sus compañeros, es que tan lejos estaba el Libertador de creer que podía salvarse, que había desnudado su garganta y empuñado un puñal para degollarse antes que entregarse al enemigo”
Lo cierto, es que Bolívar era un aguerrido soldado que se crecía en las dificultades… Era capaz de convertir los problemas por muy difícil y complejos en simple soluciones… Era un maestro de la guerra que diseñaba planes y estrategias en cualquier lugar sin importar lo complejo de una situación embarazosa… Aún en medio de un duro combate, podía cambiar los planes, reformular el camino de la lucha y modificar las estrategias conforme al desarrollo de la acción, lo cual confundía aún más al enemigo… Nadie le superaba en energía e inspiración..! Bolívar era un visionario que convertía los sueños en realidad… Ese día Bolívar se presentó como un visionario y un profeta de la gesta libertadora, capaz de transmitir una energía glorificante de valor y heroísmo a todos aquellos que eran fieles a los ideales y principios de su consagración bolivariana, como la vez en que retó a la naturaleza en una Odisea digna de todos los elogios militares.
Ese 4 de julio en las frías aguas del Orinoco, estuvieron en inminente riesgo de perder la vida los principales caudillos de la independencia, encabezados por el Libertador… Para los soldados españoles, Bolívar y sus hombres habían muerto en la laguna, y así lo anunciaron efusivamente a sus superiores… La noticia fatal llegó hasta el Cuartel General Patriota… Por algunas horas reinó la incertidumbre por la pérdida de su máximo líder, hasta que de pronto..! aparecieron los cuerpos humedecidos que lograron llegar a la otra orilla cruzando el caño boca-negra… El General Arismendi llegó ayudado por Bolívar, que como hábil nadador, lo arrastró entre las tumultuosas aguas… Al llegar a salvo, Bolívar le preguntó: ¿..Cómo se había lanzado al agua sin saber nadar..?… a lo que Arismendi respondió: “Si en vez de agua hubiera sido plomo derretido, habría hecho lo mismo para no caer en manos de los españoles, ni vivo muerto”… Dionisio fue el último en llegar a tierra, a causa de un enorme cuchillo que no quiso soltar… Bolívar intrigado por el objeto que parecía innecesario y le hacía más difícil moverse entre las aguas, le preguntó: ¿..Porqué no más bien salvar algún objeto de mayor valor..? a lo que Dionisio respondió: “mi General, Yo necesitaba el cuchillo para matar a vuestra excelencia, antes que verle prisionero de los españoles”
Por tantos hechos heroicos que se suceden en Venezuela, donde el principal protagonista es Simón Bolívar, el diario estadounidense The Times lo presenta como un guerrillero: “que tiene de cabeza a la Corona Española“… Ahora Bolívar es una leyenda… su valor, heroísmo, persistencia y agresividad, colmaba de atención los titulares en los principales diarios del mundo… Se le presenta como un soñador que pretende un imposible:
Crear una nación poderosa por su extensión y riquezas, derrotando la resistencia española enquistada por 300 años en los virreinatos de: Venezuela, Nueva Granada, Santafé y Quito…
Un sueño que Bolívar hará realidad con la creación de la Gran Colombia, cuando integre las extensiones territoriales que hoy constituyen las repúblicas de: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá.
Bolívar siempre recordará aquella experiencia entre las aguas turbulentas del soberbio Orinoco, donde tuvo aquella visión premonitoria de la Gran Colombia, como la ideología integracionista de la Revolución Bolivariana:
“Yo deseo más que otro alguno, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad y gloria”

Simón Bolívar
A la óptica de hoy, la revolución de Bolívar: es la transformación total de los esquemas económicos y sociales a que nos han tenido acostumbrado el imperialismo económico insaciable de riquezas… es todo lo contrario al Neoliberalismo y la globalización, como modelos económicos esclavizantes, quienes pretenden imponer una economía de consumo indiscriminado, en menosprecio a la producción nacional, para incentivar la compra de productos importados… es una revolución humanista que busca la justicia económica, mediante la justa distribución de las riquezas, en función a la productividad y las necesidades de la población… es un sentimiento nacionalista de un alto sentido patriótico, para llevar la felicidad a la mayoría de la población por encima de las individualidades… Podemos resumir, que la revolución de Bolívar: es el camino a la felicidad de todas las naciones que quieran adoptarla, y no teman las amenazas de Imperios Económicos que dominan el panorama mundial.
AÑO DE 1823 Ese año fue de un siglo para la vida de Bolívar… No obstante el fuego asombroso que ponía para convencer a todos, de la necesidad de heroicos sacrificios para ganar en número y poder a la fuerza española en el Perú, poco era lo que lograba de sus más allegados colaboradores… Jamás un hombre tuvo mayor clarividencia y seguridad para empeñarse en un objetivo; Bolívar decía:
“Un espíritu profético me acerca a males remotos e inciertos. Yo los saboreos en la amargura de un hijo que mira destrozado el seno de su propia madre y la criatura de sus entrañas”

Simón Bolívar
Armado de una fuerza moral inmensa y una sabiduría extraordinaria, tres años le bastaron a Bolívar para realizar en esas milenarias tierras Incas una labor inconmensurable, sólo comparada con la mesiánica obra del dios inca Virakocha que surgió de las profundidades del lago Titicaca… Bolívar se convirtió en el Mesías de los nativos indígenas de América. Su obra fue mística y sagrada bajo la óptica de las religiones americanas, que de acuerdo a su mitología, debían esperar con fe y esperanza el regreso de su Dios, quién se fue, pero regresaría para traer nuevamente la felicidad a su pueblo: Quetzalcoatl, Virakocha, Kukulcáu, fueron los líderes religiosos de esas milenarias culturas que fueron exterminadas por un imperialismo que trajo el mal llamado “Descubrimiento de América
El éxito de Bolívar estuvo en adelantarse a los planes del enemigo, y vaticinar el ritmo de las batallas: cuando el Comando General patriota organizaba una incursión enemiga, Bolívar era capaz de predecir el desarrollo de la guerra, lo que le permitía planificar la ofensiva, seleccionar los equipos y la manera de emboscar a los realistas… Tal fue el caso de la famosa victoria de Ayacucho, lograda por su compatriota Antonio José de Sucre el 9 de diciembre de 1824: Para todo el Alto Mando Militar el destino de Sucre era incierto, ante el poderío militar del enemigo al mando del realista José de La Serna, quien se había acantonado en las laderas del cerro Condorcunca, donde siglos atrás las fuerzas militares de las tribus incas, acostumbraban ubicarse para destrozar a los enemigos que osasen retar la autoridad del rey… La Serna pretendía hacer lo mismo con Sucre, que en un número mucho menor de hombres avanzaba hacia la emboscada fatal… Las noticias presagiaban un desenlace fatal para el ejército patriota… Pero no para Bolívar, quién dos días antes de la gran batalla, ya vaticinaba una victoria inminente por parte de Sucre… tan seguro estaba el Libertador de la victoria, que el 7 de diciembre invita a la Conferencia de Panamá, donde se reunirían las naciones libres del yugo español… Aún no estaba claro el destino de Panamá, Quito, Guayaquíl, Perú y no existía Bolivia, pero Bolívar dejaba volar su imaginación para convocar una Conferencia Americana, la misma que décadas después se convertirá en la “Organización de Estados Americanos, OEA”… Al respecto escribió el Libertador:
“El día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes se fijará en la victoria diplomática de América una época inmortal. Cuando después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro Derecho Público, y recurden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respecto los protocolos del Itsmo. En él encontrarán la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿..Qué será entonces el Istmo de Corinto comparada con el de Panamá..?”

Simón Bolívar
Mientras Bolívar dicta las invitaciones para el Congreso de Panamá, sus amanuenses se miraban con cierta reticencia e incredulidad, ya que sus oficiales advertían un seguro fracaso de Sucre en Ayacucho, en momentos en que sus negociadores le informaban sobre la negativa del Congreso Colombiano en ayudar a la causa bolivariana, y sus asesores le aconsejan retirarse del Perú ante un fracaso inminente… todos esperaban lo peor… menos Bolívar: “Yo siento por lo presente y por los siglos futuros”… Sí.. Bolívar sentía ese don profético que una vez manifestó a un amigo de Bogotá:
“Ciertamente deseo mucho ver a Vd. y al Congreso para decirle mis cosas y darle mi testamento político para verlo cumplir antes de mi muerte y para morirme sin sentimiento ninguno dejando realizadas mis mandas de anarquías, divisiones, guerras y degollaciones; se entiende si el congreso lo quiere, porque en él depende el que yo sea o no profeta”

Simón Bolívar
El escritor Ricardo Alfaro en su análisis histórico sobre los protocolos del istmo, hace justicia histórica a Bolívar como el Profeta del Nuevo Mundo y visionario del porvenir:
“Lo que fue el genio político de Bolívar, y esa visión extraordinaria que le da título a que se le considere precursor de los principios, las ideas y los planes más grandiosos de la civilización contemporánea en el campo internacional… Tales fueron los célebres pactos a los cuales pusieron sus firmas en la ciudad de Panamá los representantes de la ideología internacional bolivariana. Tales fueron los acontecimientos inolvidables mediante los cuales el guerrero se despoja de sus arreos militares, y vestidos con la toga del magistrado, se ofrece a la veneración de la posteridad, glorificado con los títulos de: Padre del Panamericanismo, Precursor de la Organización Mundial, Apóstol de la Paz, Evangelista de la Conciliación, Arquitecto de la Justicia Internacional, Profeta de un Nuevo Derecho de la Gentes, Propulsor de la Solidaridad Humana… Bolívar es el gigante que se adelanta a su tiempo y sale al encuentro del porvenir con esas zancadas descomunales, que sólo puede dar el genio, en la marcha de la humanidad hacia la realización de su destino”
La idealización de una Conferencia de Países tiene una trascendencia histórica, por cuanto se ha convertido en la razón de ser y de existir de los pueblos del mundo… Bolívar se adelantó en el tiempo en lo que serían la: OEA (Organización de Estados Americanos), ONU (Organización de Naciones Unidas), OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), MERCOSUR (Mercado Común del Sur)… en fin, son organizaciones integradas por grupos de países que debaten el destino del planeta, ante la voracidad intervencionista de los Estados Unidos, Inglaterra y España, como manipuladores de estas organizaciones… Bolívar pudo visualizar el poder que tendrían estas organizaciones de países y el peligro para los pueblos del mundo, si eran manipulada por intereses particulares de algunas potencias… y así lo advierte en Carta enviada a Santander:
“No podemos permitir que los Estados Unidos participen en nuestros asuntos hispanoamericanos. Invitar a los Estados Unidos al seno de nuestra organización, donde se debate el destino de nuestros pueblos, es como invitar al gato a la fiesta de los ratones..!

Simón Bolívar
“Yo veo el Congreso del Istmo como una representación teatral, y veo nuestras leyes como Solón, que pensaba que sólo servían para enredar a los débiles y de ninguna manera para tratar a los fuertes. En tanto que esto pasa por mí, los diaristas proclaman a los héroes bajo las leyes y a los principios sobre los hombres. Aquí está la ideología: ésta será la patria celestial donde las leyes personificadas van a combatir por los héroes y los principios, como los genios del destino, dirigirán las cosas y gobernarán a los hombres. Vírgenes y santos, ángeles y querubines, serán los ciudadanos de este nuevo paraíso. Bravo… Bravísimo..! He querido yo llegar de esta célebre tragedia, arrepentida mil veces en los siglos y siempre nueva para los ciegos y estúpidos, que no sienten hasta que no están heridos… Qué conductores”

Simón Bolívar
Estas palabras proféticas de Bolívar resumen lo que será la conducta imperialista de las organizaciones de países manejados por los Estados Unidos… Una realidad actual que Bolívar pudo visualizar, en la célebre Carta de Jamaica, que más que un documento reflexivo de la historia del Nuevo Mundo, será un documento clarividente del porvenir de los pueblos del mundo.
“Yo busqué asilo en una isla extranjera y fui a Jamaica, sólo, sin recursos y casi sin esperanzas”

Simón Bolívar
Entre los documentos inmortales escritos por el Libertador durante el curso tempestuoso de su carrera emancipadora, la Carta de Jamaica representa una de las manifestaciones más evidente de su visión premonitoria… Un don profético que le incitaba a seguir sin importar las consecuencia, como si el destino ya se le hubiese presentado en toda sus manifestaciones. Para sus oficiales, esa era la razón por la cual Bolívar emprendía tareas suicidas que ningún otro mortal se atrevería retar, como si ya el futuro le indicaba el camino a seguir.
La Carta de Jamaica, en su momento, fue una obra maestra de la literatura fantasiosa pero de increíble realidad, como lo demostrarían los hechos con el transcurrir del tiempo
Jamaica es la mayor de todas las islas de las Antillas, con Kingston como su capital… Su población de origen africano, es descendiente de esclavos traídos para suplir la mano de obra que requerían las plantaciones, luego que fueron aniquilados los arawak (tierra de bosques y aguas) como nativos de la isla… Jamaica fue nuevamente conquistada en 1655 por una flota inglesa a las órdenes de sir William Penn, quien la transfirió a Inglaterra en 1670 por disposiciones del Tratado de Madrid; por lo tanto, los desterrados venezolanos encontraban en esa isla, la seguridad de la protección inglesa ante la persecución de los españoles.
Bolívar va rumbo a su segundo destierro… Deja atrás a su sufrida patria, padeciendo la venganza de los sediciosos realistas, quienes se aprovecharon de la ocasión para desbordar su más bajas pasiones: saqueaban las arcas del tesoro… expropiaban propiedades… quemaban haciendas… sacaban a familias enteras para ocupar sus viviendas… asesinaban sin piedad a todo aquél que defendiera el honor de su familia cuando los bárbaros irrumpían los hogares para robar y violar a las mujeres… exponían en jaulas de hierro las cabezas de los revolucionarios, como a José Félix Ribas… y sin misericordia, llevaban al patíbulo a personas denunciadas como “Bolivariano”.
Con la caída de la Segunda República, Venezuela cayó en la anarquía… no había autoridad… la población estaba a la merced de bandoleros y asesinos, que en su mayoría conformaban el ejército realista… Los bolivarianos que no lograron huir del país fueron llevados a las mazmorras para ser torturados de mil maneras, en una búsqueda facinerosa por encontrar a los líderes de la revolución y desaparecer el liderazgo de Simón Bolívar.
Decepcionado por la intriga, el celo y la conspiración, el 9 de mayo de 1815, desde Cartagena, Bolívar resignó el mando a su pariente, el General Florencio Palacios, en su destierro hacia Jamaica: “La renuncia a mi mando y el sacrificio de mi reputación y mi fortuna no importan… Voy a vivir lejos de mis amigos y de mis compatriotas… Pero no importa… volveré”… para embarcarse en el bergantín inglés “La Descubierta” que lo trasladará a la remota isla antillana.
Luego de tres días de navegación, el 14 de mayo de 1815, Jamaica recibe al héroe venezolano… Para entonces, la Revolución Bolivariana había colmado todos los espacios de la opinión pública mundial, y Simón Bolívar era un héroe indiscutible… En el puerto se encuentra el gobernador, duque de Manchester, quién lo conduce a Kingston, donde sería alojado en calidad de perseguido político… El pueblo, en su mayoría negros esclavos, se volcó a las calles para ver al hombre que pregonaba la “Libertad de los esclavos“… algo inusual, por tratarse de un hombre blanco de familia adinerada, en contraste al movimiento de liberación de esclavos decretado en Haití por su Presidente Alejandro Petión, con la notable diferencia, de que Petión era un mulato de familia humilde y de esclavos.
Durante una cena que le ofreció la aristocracia jamaiquina, todos esperaban a un venezolano afligido y entristecido por las penalidades; pero sin embargo, se maravillaron del espíritu combativo de Bolívar, quién desde la mesa de su anfitrión, con más de una docena de comensales, dibujaba como el mejor de los artistas una América libre del yugo europeo, olvidando por momentos que se encontraba en esa isla: exilado, derrotado, arruinado y proscrito de su patria… El desconcierto colmo el recinto, mientras él delineaba cada batalla que lo conduciría no sólo a Venezuela sino a liberar la América entera… Los asistentes anonadados se miraban entre sí con gestos de animosidad, como si en sus palabras hubiera incoherencia… para ellos, era incomprensible que ese hombre de pequeña estatura, no hubiese aprendido la lección que le daba España, al mandar el contingente militar más impresionante jamás visto en América, al mando del General Pablo Morillo; pero sobre todo, que allí en esa lejana isla, estaba totalmente solo, sin ejército, abandonado y sin dinero… ¿..Todos se preguntan..? Como alguien con tantas frustraciones y limitaciones podría pensar en liberar a todo un continente..! era sencillamente un acto de locura o paranoia mental..!
Pronto la sociedad jamaiquina se apartó de él… Veían con recelos el espíritu combativo del Libertador y sus planes revolucionarios… En los salones de sociedad se le tildaba de loco e ilusionado, y al poco tiempo, ya nadie lo invitaba a las reuniones sociales… En esa lejana isla Bolívar se encuentra patéticamente derrotado, y para colmo de males, está arruinado como el más pobre de los negros esclavos que deambulaban por la isla… No tiene nada que vender… Ha gastado su último peso que le quedaba luego de empeñar la vajilla de plata, como lo único de valor que pudo embarcar en Cartagena… Está en la ruina..! Necesidad que se evidencia en una carta que dirige al comerciante inglés Maxwell Hyslop:
“Suplico a usted me haga el favor de mandarme cien pesos, para pagar a esta mujer, dueña de la pensión, con los cuales serán trescientos pesos que usted me ha prestado… Ya no tengo un duro: ya he vendido la poca plata que traje. No me lisonjea otra esperanza que la que me inspira el favor de Usted. Sin él la desesperación me forzará a terminar mis días de un modo violento, a fin de evitar la cruel humillación de implorar auxilio de hombres más insensibles que su oro mismo. Si usted no me concede la protección que necesito para conservar mi triste vida, estoy resuelto a no solicitar la beneficencia de nadie, pues es preferible la muerte a una existencia tan poca honrosa”

Simón Bolívar
El Libertador prefería el suicidio antes que mendigar la misericordia de un pueblo que le debía haber vivido momentos de justicia y libertad… Que ironía..! el hombre más rico de América, dueño de inmensas haciendas, que derrochó fortuna en los mejores salones de Europa, ocupó los más prestigiosos cargos públicos, no cuenta con cien pesos para sobrevivir… Es la patética imagen de un verdadero líder que vive por un ideal… Pero su bondad era tan grande como sus necesidades, tal cual narra su edecán O´Leary:
“Algunos de sus conciudadanos, al igual que él, buscaron refugio en tierra jamaiquina. Careciendo de recursos, se veían obligados a buscar al Libertador, quién con genial largueza remediaba sus necesidades, sin importarle que era lo último que poseía”
Aún en la miseria se compromete a pagar 400 pesos, para transportar hacia Cartagena a un grupo de oficiales al mando del coronel Luciano D´Elhuyar, dispuestos a continuar la lucha: “Me constituyo responsable, y me obligo a pagar la deuda a M. Lafferque”… Triste despedida y una ayuda infructuosa, ya que el contingente nunca llegó a su destino, debido a una tempestad que hundió la embarcación con todos sus ocupantes. Aún en la miseria se compromete a pagar 400 pesos, para transportar hacia Cartagena a un grupo de oficiales al mando del coronel Luciano D´Elhuyar, dispuestos a continuar la lucha: “Me constituyo responsable, y me obligo a pagar la deuda a M. Lafferque”… Triste despedida y una ayuda infructuosa, ya que el contingente nunca llegó a su destino, debido a una tempestad que hundió la embarcación con todos sus ocupantes.
Continúa O´Leary: “Terribles debieron ser las angustias que entonces sufrió Bolívar, como lo demuestran todas las cartas que escribió en aquella época, que parecen dictadas por el genio de la desesperación”
Bolívar, un hombre de temperamento extrovertido y emprendedor pasa horas meciéndose en su hamaca
El tiempo se detuvo para él… Se consume entre el ocio y la inactividad… Para no enloquecer por el aburrimiento y el encierro en esa pequeña habitación de la pensión donde se aloja, se dedica a escribir: El 15 de agosto publica en el “The Royal Gazette” el primero de tres artículos contundentes sobre la emancipación americana, que causan sensación… y el 6 de septiembre publica su polémica y profética Carta de Jamaica, donde reitera su compromiso con la humanidad americana:
El 6 de septiembre de 1815, en Kingston, donde se hallaba asilado, Bolívar escribe la célebre Carta de Jamaica, dirigida a un caballero de esta Isla, que resultó ser, según meticulosas investigaciones, el Sr. Henry Cullen, vecino del puerto de Falmouth, cerca de Montego Bay, al norte de la isla… El texto más antiguo que se conoce, es el manuscrito borrador de la versión inglesa conservado en el Archivo Nacional de Colombia en Bogotá, Secretaría de Guerra y Marina, volumen 323. La primera publicación conocida de la Carta en castellano apareció impresa en 1833, en el volumen XXI, Apéndice, de la Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador, compilada por Francisco Javier Yánez y Cristóbal Mendoza. No se ha localizado el manuscrito original castellano, ni se conoce copia alguna entre 1815 y 1883, salvo las 2 publicadas en inglés: 1818 y 1825… Fue una Carta que Bolívar escribió desde su exilio, a pesar de su animosidad disminuida por la adversidad, la miseria y la pobreza que lo retenían en esa isla, acechado por asesinos y sicarios que buscaban la recompensa por su cabeza.
Al llegar a Kingston en 1815, Bolívar contaba con 32 años. Llevaba 3 años en plena responsabilidad en la lucha de emancipación, desde la declaración del Manifiesto de Cartagena del 15 de diciembre de 1812, con motivo de la caída de la Primera República. Durante este período escabroso para el destino de la independencia de Venezuela, Bolívar desarrolló una intensa actividad militar que le hizo ganar la fama de guerrero inmortal. Primero, en 1813, con la Campaña Admirable, que lo llevó vertiginosamente en pocos meses a Caracas el 7 de agosto de 1813 para la refundación de la República, empresa que termina un año después al fracasar frente a las huestes del asturiano José Tomás Boves y sus hordas de llaneros-bandoleros. Fue la caída de la Segunda República que culmina con otro importante documento, como lo fue el Manifiesto de Carúpano del 7 de septiembre de 1814… Luego de este segundo fracaso, Bolívar regresa a la Nueva Granada para intentar repetir la hazaña de la Campaña Admirable, pero la acción es rechazada por sus propios partidarios que lo culpaban del fracaso de la República. Sintiéndose incomprendido en Cartagena de Indias, decidió tomar el 9 de mayo de 1815 el camino de destierro hacia Jamaica, animado por la idea de llegar al mundo inglés que le aseguraba cierta protección.
En Kingston Bolívar vivirá desde mayo hasta diciembre de 1815, tiempo que dedicó a la reflexión, a la meditación y cavilación acerca del porvenir del continente americano. Algunos escritores, como el Dr. Cristóbal L. Mendoza, han descrito la Carta de Jamaica como un ardiente relámpago profético para predecir la suerte de los pueblos hispanoamericanos después de su independencia…
Dice Mendoza: “Desde aquel sitio distante del escenario de lucha, alejado del vértigo dentro del cual ha vivido hasta entonces, ociosa la espada, envuelto en densos nubarrones, Bolívar se sume en las incógnitas de la América nueva, sacudida para él en impulso incontenible, a pesas de sus parciales reveses y elevada por la virtualidad de sus fines a la categoría de hecho histórico trascendental en el ámbito humano. Lejos de abatirlo y como en tantas otras ocasiones, el infortunio es su acicate en el desamparo del exilio que lo reduce a mendigar y excita en su imaginación la perspectiva del Continente redimido, para contemplarlo transformado en la esperanza del Universo. Y consagra por entero sus recias facultades a reflexionar sobre la mutación de aquel “pequeño género humano, mundo aparte, cuya peculiar fisonomía requería, en su concepto, dotes de adivinación para conocer los caminos que tomarían sus partes dispersas por la desmembración del imperio español”
En esta Carta profética, en su primera parte, Bolívar analiza los sucesos históricos de todo el continente americano en la lucha por su libertad e independencia del poder español. Luego se exponen las causas y razones que justificaban la Revolución por la Independencia, como una gesta justa de los pueblos por lograr la reivindicación de su gentilicio histórico-cultural. Posteriormente, continúa su análisis con una llamada a la Europa para que coopere con la obra de liberación de los pueblos hispanoamericanos. En la tercera y última parte, Bolívar profetiza y argumenta sobre el destino de México, Centroamérica, la Nueva Granada, Venezuela, Buenos Aires, Chile y Perú. Finalmente, culmina su reflexión por la “unión… unión… unión” como un llamado de alerta que repetirá hasta su muerte. Aunque la Carta de Jamaica fue escrita nominalmente a Henry Cullen, pero su objetivo fundamental era llamar la atención de la nación liberal más poderosa del siglo XIX, Inglaterra, a fin de que se decidiese a involucrarse en la independencia americana. No obstante, cuando los británicos finalmente accedieron al llamado de Bolívar, éste prefirió la ayuda de Haití, donde encontró a un personaje insigne de la emancipación americana, y al que le debemos inmortal agradecimiento: El Presidente de Haití, Alejandro Petión.
Desde su llegada a Jamaica luego de la caída de la Segunda República, el Libertador ha emprendido una vigorosa campaña con el fin de crear un ambiente propicio para una nueva incursión libertadora; pero para ello, debe sembrar la conciencia revolucionaria en los pueblos del mundo, en quienes ha depositado el futuro del Continente… Desde su humilde habitación en esa pensión barata y acostado en una hamaca sin más lujo que un candil, escribe para los principales diarios de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, en la esperanza de que sus denuncias tendrán eco en la comunidad internacional… y en ese empeño de justificar su revolución, le escribió a ese amigo de la isla, donde se atreve a vaticinar algunas conjeturas sobre la suerte de los pueblos hispanoamericanos, así como la creación de su Gran Colombia: “Yo deseo más que otro alguno, afirma Bolívar, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”… Es la visión profética de Bolívar para crear una gran nación o liga de naciones independizadas por su espada… Fue el preámbulo de sus palabras proféticas en la laguna de Casacoima, y que cumplirá al pie de la letra con la liberación de Nueva Granada (Colombia), Venezuela, Quito y Guayaquil (Ecuador), Perú y el Alto Perú (Bolivia)… Naciones que tienen un mismo origen, una lengua, unas costumbres y una religión, y que en opinión de Bolívar, deberían tener por consiguiente un mismo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse… En esta Carta Bolívar vaticina el poder estratégico del Istmo de Panamá cuando escribe:
“Qué bello sería, que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los Griegos. Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un Augusto Congreso de las representaciones de la repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra con las naciones de las otras tres partes del mundo”
Simón Bolívar
Bolívar vaticinaba lo que sería el Congreso Anfictiónico que convocará once años después en la antesala de la Batalla de Ayacucho; pero también, Bolívar se adelantaba a la avaricia, traición y la conspiración de los Estados Unidos, cuando el gobierno estadounidense instigó a la separación de la Provincia del Istmo de la Nueva Granada, para convertirla en la estratégica nación de Panamá con un canal controlado por el imperio Norteamericano.
“La Carta de Jamaica es la comprensión cabal de los problemas surgidos de la Revolución y por su americanismo apasionado, rayando en lo sublime, bien puede considerarse como el pórtico armonioso de aquel otro monumento de sabiduría, de experiencia y de previsión admirado en el mundo con el nombre de Mensaje de Angostura y que es, como éste, uno de los más significativos exponentes de la talla inconmensurable del Libertador”
Carlos L. Mendoza
Sorprende la lucidez con que Bolívar vislumbra el destino de las naciones… De México vaticina una monarquía, como efectivamente se instaló con Maximiliano I, luego que el presidente Juárez, elegido presidente en 1861, tuvo que huir del país dos años después… y aunque parezca increíble, Bolívar pudo predecir con casi 50 años de antelación, una monarquía que se instalaría luego que el país azteca lograra su independencia.
AÑO DE 1830… Todos los males se han confabulado para destruir la obra bolivariana… Bolívar ha sido declarado enemigo de la oligarquía conservadora… La ambición política instigada por los Estados Unidos, invoca por la disolución de la Gran Colombia, quienes se proponen desmembrar esa poderosa nación bolivariana creada por el Libertador: Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia; pero que amenazaba con extenderse hacia la Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Puerto Rico, Cuba y el estado de Florida en Norteamérica… Para el mundo imperialista, Bolívar debía ser borrado de la historia, y para ello, todos los medios de comunicación conspiran en una campaña mediática de manipulación de masas y tergiversación de la Revolución Bolivariana.
El 1º de diciembre Bolívar se encuentra en el puerto de Sabanilla para dirigirse a Santa Marta, aceptando la invitación de los esposos Mier, familia adinerada que colaboraba con el proceso revolucionario, además del respeto y admiración que sentían por el venezolano… Don Joaquín Mier era natural de España, no conocía personalmente al Libertador; pero apenas conoció de su enfermedad, le extendió una invitación para que pasara unos días de reposo en su hacienda San Pedro Alejandrino… En su generosidad, Joaquín Mier hizo llegar una de sus embarcaciones donde se embarcaría la comitiva oficial… Para sorpresa del Libertador, al momento de su arribo a Sabanilla, en el puerto ya se hallaba la goleta de guerra norteamericana “Grampus”.

¿.. Qué hacía allí esa nave de guerra de los Estados Unidos..?

Al respecto el oficial de la armada, teniente naval Isaac Mayo, le informa al Libertador: “De parte del gobierno de Washington, tengo instrucciones precisas de escoltarlo en su viaje hasta Santa Marta”… Bolívar nunca entendió que hacía esa nave en Sabanilla, pero tal era su estado de ánimo, que acepto el gesto diplomático… Bolívar se embarcó de muy buen ánimo, y quiso permanecer en cubierta, acostado en una improvisada hamaca, que lo bamboleaba para evitar el mareo que lo hacía vomitar las bilis cada vez que pisaba una embarcación. Era una debilidad que nunca superó, y hasta causaba chistes entre sus amigos, cuando recordaban la Luna de Miel en travesía por alta mar con su esposa María Teresa, que lo obligó a permanecer en la cubierta casi todo el viaje… Su edecán Montilla le hace compañía, mientras el viento les obligaba a volcar la mirada hacia el horizonte, en un letargo melancólico de tiempos gloriosos, cuando el Libertador remontó el Magdalena en su célebre Campaña Admirable, mientras el General Montilla hizo lo suyo en Santa Marta, al derrotar al virrey Sámano que se había acantonado en Cartagena… Todo era familiar en ese remanso de agua que los llevaba con su corriente a Santa Marta, donde el destino había escrito los últimos días del Libertador.
Su rostro dejaba ver las cicatrices de las calumnias, que hacían más estragos en su cuerpo que todas las batallas libradas en 20 años de guerra… Todo anuncia una muerte inminente… En ese momento de meditación navegando por el nostálgico río, Bolívar se dirige a sus oficiales:
“Quiero morir primero que veros en la ignominia, que es todavía peor que la misma tiranía; y contra ésta: desgraciados los que desoigan mis palabras y falten a su deber”

Simón Bolívar
El dolor de sus palabras llenan de estupor a sus edecanes acostumbrados a oír la voz de mando del incansable luchador que nunca se fatigaba, y que siempre tenía la respuesta y la sabiduría para una situación compleja, cuando se presagiaba una derrota inminente… Todos sabían que Bolívar llevaba sobre sus hombros el peso de la revolución, y su ausencia desmembraría toda la obra realizada durante veinte años de batallar… ¿..Qué va a pasar de ahora en adelante sin el Libertador..? Es lo que con seguridad pasaba por las mentes de sus oficiales… Luego… cuando el fuego profético se manifiesta nuevamente en Bolívar, dirige la mirada hacia la nave de guerra “Grampus” que navegaba sigilosamente escoltando a la “Manuel”, al momento que conjuga el pasado, el presente y el futuro de su existencia, en palabras proféticas de un profundo significado, que dejó escritas durante toda su gesta emancipadora… Palabras que dejan ver su visión profética, como estos tres segmentos de sus pensamientos:
“Soy el hombre de la guerra y las dificultades… La guerra es mi elemento y los peligros mi gloria… Un hombre como yo curtido en las batallas no tiene cabida en el futuro del mundo”

Simón Bolívar
Sus palabras desconcertaban aún más a sus confundidos oficiales, por esa actitud de resignación que plasmaba el rostro de Bolívar, quien no dejaba de mirar a la nave de guerra estadounidense que navegaba a la par de su embarcación… Hasta que alguien se atrevió a preguntar:
“No entiendo lo que quiere decir su excelencia”
A lo que Bolívar replicó recordando el mensaje que dirigió al Congreso de Cúcuta diecinueve años antes, el 21 de diciembre de 1811:
“No me interesa gobernar a Colombia por no conocer ningún género de administración. Me repugna el trabajo de bufete por ser para mí un lugar de suplicio. Yo soy el hijo de la guerra, el hombre que los combates han elevado a la magistratura. Esta espada no puede servir de nada el día de la paz, y esta debe ser el último de mi poder: porque no puede haber República donde el pueblo no está seguro del ejercicio de sus propias facultades. Un hombre como yo es un ciudadano peligroso en un gobierno popular; es una amenaza inmediata a la soberanía nacional. Yo quiero ser un ciudadano para ser libre y para que todos lo sean. Prefiero el título de ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra y aquel de las leyes”
Simón Bolívar
Para sus oficiales, sus palabras denotaban el rencor por los traidores que se repartían su obra libertadora: en Venezuela, José Antonio Páez clamaba por la expulsión del Libertador del continente; en Nueva Granada, Francisco de Paula Santander dirigía, desde el exterior, a los conspiradores que, junto con Páez, alimentaban los ideales separatistas; en Ecuador, otro venezolano, José Flores, invocaba por una nueva nación con Quito y Guayaquil; en Perú y Bolivia, la oligarquía conservadora denigraba de su Libertador; mientras que en Panamá, desde Washington se estaba sembrando también la semilla separatista, para que los políticos invocaran su independencia de Colombia… y como si ello no fuera suficiente, para mayor desgracia de la moral bolivariana, los asesinos del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, eran protegidos en Venezuela por los políticos que hasta ayer eran fieles colaboradores del Libertador.
Esa era la nueva realidad política en una Gran Colombia agonizante, como agonizante se encontraba el espíritu combativo de Bolívar
Luego de renunciar a la presidencia de Colombia, los miserables pueblos, que hasta ayer enarbolaban las banderas de la unidad, ahora cubrían sus paredes con panfletos políticos y volantes perniciosos y denigrantes a la figura del Padre de la Patria… Ante la nueva realidad, Bolívar recuerda al filósofo Lucio Anneo Séneca con su doctrina del tiempo: “En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto”… Son las tres variables de tiempo que recorre el destino inconmensurable de la humanidad, y que una mente analítica como la de Bolívar conjugaba para ubicarse en el tiempo y el espacio de su existencia, como su secreto para vislumbrar el porvenir… Bolívar estaba conciente de la vulnerabilidad del hombre, de la evolución de la humanidad, de las debilidades humanas; pero sobre todo, de su poder de crear, transformar y destruir el orden natural de las cosas… y a la cabeza de ese nuevo porvenir, como un monstruo de mil cabezas que aún no despertaba, estaba la ambición imperialista y esclavizante de los Estados Unidos, que amenazaría el destino del planeta.
En ese momento de infinita reflexión que lo conduce a la muerte, se dirige a sus oficiales para vislumbra el futuro que le depara a la humanidad; futuro que podemos traducir en un mensaje subliminal de profunda realidad actual:
“En el futuro las armas no serán necesarias para esclavizarnos al Poder Supremo; un mundo de necesidades será la nueva manera de invasión… Los americanos hoy con mayor fuerza que nunca no ocupamos otro lugar en la sociedad que de siervos propios para el trabajo, y cuando más, somos simples consumidores. No somos capaces de producir ni siquiera nuestras propias necesidades, como una estrategia para evitar que tengamos capacidad de negociar”
Bolívar el estadista, político y filosófico de la sociedad americana, tuvo la grandeza de visualizar el futuro del planeta… En su momento, quizás éstas palabras no tenían sentido práctico para una sociedad que se debatía entre el poder militar y el eclesiástico, en una búsqueda de una identidad nacional; pero a la óptica de hoy, este mensaje tiene una vigencia histórica impresionante con la presencia de esePoder Supremo que amenaza la paz mundial… Es un Poder Supremo que pudo visualizar Bolívar, el cual utiliza los medios de comunicación, como los adoctrinadores del imperialismo, y que en lugar de balas de artillería, disparan misiles de publicidad, que, como una droga alucinógena, cautiva las mentes de los sumisos consumidores para crear una realidad virtual de necesidades y más necesidades, con el objetivo de esclavizar a la población a un consumismo enfermizo y exacerbado que favorece la penetración de los imperios económicos convertido en un Poder Supremo que hoy cobra vigencia en las palabras proféticas que alertaba Bolívar:
“Le temo al Poder Supremo cualquier sea la forma que se le dé. Nosotros seremos más fuertes cuando estemos más unidos, y esta unión no nos vendrá nunca de la satisfacción que da una independencia y una confianza sin límites; porque el día que nada temamos, ese día empiezan todos los peligros. Guarde Usted esta Carta; y si puede, hágala grabar en bronce, para que algún día se pueda comparar con los hechos”

Simón Bolívar
Para sus oficiales, ese Poder Supremo que invocaba Bolívar estaba representado en España, Francia, Alemania, Inglaterra, Portugal, o hasta la misma Rusia como firmante de la Santa Alianza, por cuanto la monarquía europea constituía la principal amenaza de América, ante la sed insaciable de riqueza que fueron expoliadas por 300 años… Sin embargo, nuevamente Bolívar dejó desconcertado a sus oficiales… no eran los europeos, como ya lo había vaticinado el Libertador:
“Cuando extiendo la visión sobre este continente, veo que está a la cabeza una nación muy belicosa y capaz de todo como los

Estados Unidos”
“Los Estados Unidos como el amo del reino más poblado de América, será bien pronto señor de toda la tierra”

Simón Bolívar
En su momento esa advertencia sobre un enemigo continental que amenazaría la paz del planeta carecían de sentido práctico, por cuando la sociedad colonial de la época giraba en torno a un comercio racional especulativo, y donde el poder militar europeo era determinante para esclavizar a los pueblos americanos… Por lo tanto, en opinión de sus más allegados colaboradores, en esa profecía no encajaban los Estados Unidos de Norteamérica, aún con todo el desarrollo industrial y tecnológico que ya poseían… Pero sin embargo, la profecía se cumplirá con los hechos criminales de una nación imperialista que dominará al mundo libre, y que evidencia la genialidad visionaria del Libertador, como el mismo decía:
“Un espíritu profético me acerca a males remotos e inciertos. Yo los saboreos en la amargura de un hijo que mira destrozado el seno de su propia madre y la criatura de sus entrañas”

Simón Bolívar
“El poder supremo celebrará su triunfo colonizador; mientras tanto nosotros, aquí en Venezuela, nos iremos hundiendo en un caos de estériles guerras civiles, con conspiraciones sórdidas y en ellas se perderán toda la energía, toda la fe, y toda la razón, necesarios para aprovechar y dar sentido al esfuerzo que nos hizo libres… No somos europeos ni somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles: Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer… así nuestro caso es el más extraordinario y complicado; por ello les digo a nuestros enemigos: por favor, carajos, déjennos hacer tranquilos nuestra edad media..!”
Simón Bolívar
Los países bolivarianos por décadas le dieron la espalda a los principios de la Soberanía Popular, delegando en las cúpulas partidistas el destino la nación… Las banderas bolivarianas están a media asta desde la desaparición física del Libertador, quién visualizó los grandes problemas que nos aquejarían, como las principales causas de la degradación, la injusticia social y la penetración imperialista… y con esa clarividencia de ver el futuro del Continente, nos alertaba sobre el temor al imperialismo con su artillería de consumismo más devastador que las armas de fuego:
“Le temo al Poder Supremo cualquier sea la forma que se le dé”

Simón Bolívar
Quizás para sus edecanes y colaboradores Bolívar deliraba…
Pero al pasar de los años cuando el mundo imperialista se fortalecía por las guerras y las necesidades que se sembraban en los pueblos del mundo, comienzan a tener sentido esas delirantes palabras proféticas del Libertador… Hoy: la droga, el narcotráfico, las mafias de juegos, los medios de comunicación, los perros de la guerra con su comercio de armas, el tráfico del Internet y su comercio virtual, el negocio del sexo, alcohol, cigarrillos, los vicios en general, y la economía de mercado a través las franquicias, se suman a ese Poder Supremo de “necesidades” que con tanto temor nos alertó el Libertador… y donde los Estados Unidos como la meca del consumismo, parecen destinados a plagar el planeta de destrucción, hambre y miseria, invocando el nombre de la libertad, como lo vaticinó Bolívar.
“Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria a nombre de la Libertad”

Simón Bolívar
De manera sorprendente, Bolívar gustaba invocar el futuro, mudo testigo de su obra, pero sobre todo, en su desesperación de despertar la conciencia nacionalista de los ciudadanos… En muchos de sus escritos encontraremos frases, palabras y hasta oraciones completas que invocan un futuro de prosperidad como la meta de su obra bolivariana:
“Veo a la América sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria y mostrando al mundo antiguo la majestad del mundo moderno”

Simón Bolívar
“Me parece oír la voz de un anciano que conoce los pasados y prevé lo futuro, y que dice la verdad”

Simón Bolívar
Un clásico ejemplo del pensamiento profético de Bolívar, está plasmado al final de su magistral discurso de Angostura, cuando el 15 de febrero de 1819, se dirigió al mundo para vaticinar el éxito de su revolución:

“Al contemplar la reunión de esta inmensa comarca, mi alma se remonta a la eminencia que exige la perspectiva colosal, que ofrece un cuadro tan asombroso.
Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos, que la naturaleza había separado, y que nuestra Patria reúne con prolongados y anchurosos canales.
Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana: ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuan superior es la suma de las luces, a la suma de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza.
Ya la veo sentada sobre el Trono de la Libertad empuñando el cetro de la Justicia; coronada por la Gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno”

Simón Bolívar
EL LIBERTADOR
Libertador, apóstol y vidente,
temple de ciudadano y de soldado.
El paladín que engrandeció el pasado.
El soñador que vislumbró el presente
Le dio a la libertad luz de la mente,
oro del arca, sangre del costado,
y al fin vio que en el mar había arado
y era flor de tiranos la simiente
Cinco patrias fundó su noble acero,
legándoles Unión como divisa
y democracia como timbre y dote
Y una tarde moría el majadero,
sin patria, perseguido y sin camisa,
como Jesús y Don Quijote
Diego Córdoba