Mark Weisbrot: “Si hay que señalar a un culpable es el Tesoro de EEUU

Walter Goobar
Miradas al Sur [x]
La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos tiene profundas e inquietantes consecuencias para el funcionamiento del sistema financiero internacional, e incluso los Estados Unidos probablemente se vean afectados negativamente”, dice a Miradas al Sur Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y Política en Washington, y presidente de la ONG Política Exterior Justa. En esta entrevista, Weisbrot señala que el fallo contra Argentina y en favor de los fondos buitre por parte del máximo tribunal, “se parece a una novela de Agatha Christie, porque hay numerosos sospechosos que pudieron haber cometido el crimen” y no vacila en detallar sus nombres y sus móviles. “Todos, desde el FMI hasta el Vaticano quería que la Corte Suprema revocara el fallo del juez Thomas Griesa, y los gobiernos de Francia, Brasil y México, así como el economista ganador del Premio Nobel Joseph Stiglitz, presentaron escritos en favor de esa posición. Y, sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos –que se había presentado como amicus curiae apoyando la posición argentina–, posteriormente cambió su postura. Los jueces de la Corte Suprema deben haber tomado nota del giro del gobierno de Estados Unidos –particularmente, del Departamento del Tesoro–y eso puede haber sido determinante para que declinaran este importante caso”, dice Weisbrot desde Washington.
–¿Cómo calificaría la decisión de la Corte?

–Hay consenso entre los expertos que el impacto será dañino y no sólo para la Argentina. La Corte está diciendo que la voluntad de un solo bonista puede torcer la voluntad de todos los acreedores, y esto conlleva serias consecuencias porque la crisis de la deuda Argentina no será la última. Esto quiere decir que en el futuro veremos los efectos de esta decisión desacertada.
–Pareciera que la justicia de Estados Unidos se maneja con una política de doble standard: mientras la mayoría de financistas y banqueros que ocasionaron quiebras como las de Lehman Brothers y despojaron a los ciudadanos de todos sus ahorros gozan de libertad para seguir operando, todo el rigor recae sobre países como Argentina que pretende honrar sus deudas de manera razonable....
–Es cierto. En Estados Unidos y muchos otros países tenemos leyes de quiebra que están diseñadas para permitir a las empresas e individuos que enfrentan una deuda impagable puedan comenzar de nuevo. Sin embargo, no existe tal mecanismo legal para terceros países, por lo que estos acuerdos de reestructuración son la principal forma en que los problemas de deuda soberana impagable se pueden resolver.

¿No es paradójico que –pese al duro enfrentamiento que Argentina ha mantenido con el FMI–, este organismo haya apoyado la postura argentina?

–El 17 de julio, la Directora Gerente del FMI, Christine Lagardede, anticipó que el Fondo presentaría un escrito de amicus curiae ante la Corte Suprema. Pero cuando se reunió el Directorio del FMI, pesaron más las objeciones de los Estados Unidos, y el escrito nunca salió.
Después de la decisión de la junta del FMI, un periodista le preguntó el portavoz Bill Murray en rueda de prensa por qué el Fondo cambió su curso. “Vaya al Tesoro de Estados Unidos a pedirles que expliquen sus decisiones”, respondió. Pero nadie lo hizo. El papel que jugó el Tesoro en el caso está siendo ignorado por los grandes medios.
–¿Cree que el Tesoro hizo sentir su influencia en el FMI y en la Corte Suprema?
–Sin dudas. Esta podría ser la razón por la que la Corte Suprema no pidió un dictamen al Procurador General, y en última instancia, no tomó el caso. Pero, ¿quién es el responsable de la inversión de Washington?. Como en una novela de Agatha Christie, hay numerosos sospechosos que pueden haber cometido el crimen: El lobby de los fondos buitre –un grupo muy bien conectado, dirigido por ex funcionarios de la Administración de Bill Clinton–, conocido como el Grupo de Trabajo para América en Argentina, invirtió más de un millón de dólares en 2013 en el caso. Luego están los “conocidos de siempre” en el Congreso, en su mayoría neoconservadores y los representantes de Florida, que quieren un partido político diferente en el poder en Argentina después de las próximas elecciones. Y tienen aliados dentro del gobierno de Obama, que ha adoptado sobre todo una estrategia de Guerra Fría hacia los gobiernos de izquierda de América latina, entre ellos Argentina. En este caso estaban priorizando sus intereses estratégicos en los mercados financieros internacionales como lo demuestra el escrito de amicus curiae al Tribunal de Nueva York, hasta que alguien con aceitados vínculos en el Departamento del Tesoro, cambió de opinión.
–Qué papel juega el juez Thomas Griesa en este caso?
–No sé demasiado sobre Griesa, pero es evidente que está actuando como un extremista en sus decisiones que carecen de lógica. De alguna manera, su actitud es peor que la llamada “diplomacia de las cañoneras” que implementó Estados Unidos en el pasado, porque cuando se silenciaban las armas se volvía a algún tipo de normalidad. En este caso, en cambio, es una historia de nunca acabar.
–Bueno, a propósito de “diplomacia de cañoneras”, Griesa fue quien juzgó y condenó al general Manuel Antonio Noriega después de la invasión estadounidense a Panamá....
–¡No lo sabía! ¡Es muy impresionante!
Como conocedor del sistema estadounidense, ¿cuál sería su consejo para el gobierno argentino?
–Es una pregunta difícil...
–No le prometí preguntas sencillas....
–(Se ríe) No sabemos exactamente cuáles son las alternativas porque tampoco sabemos exactamente quiénes son los tenedores de los bonos en poder de los fondos buitre.Tal vez el Gobierno sí lo sepa y en ese caso contaría con información que yo no tengo, pero creo que la posición de Cristina Fernández de Kirchner de negociar pero no ceder a la extorsión es razonable. Creo que se podrían emitir nuevos bonos que estén fuera del alcance jurisdiccional de los Tribunales norteamericanos, y de esa manera se podría seguir pagando a los bonistas que aceptaron el canje. Es mejor un default técnico y seguir pagando a los acreedores por otros medios.
–¿Cree que el grupo Brics o el G-77 podrían actuar para concretar un salvataje de la Argentina, incluyendo la posibilidad de comprar los fondos buitre?
–Sí, ésa es otra posibilidad. Ellos saben que esto va a afectar a todas las economías emergentes en el futuro y que puede cambiar toda la relación entre deudores y acreedores. Ellos son conscientes del riesgo que esta situación representa.

*Codirector del Centro de Investigación en Economía y Política, en Washington.