Se teme que la Provincia ajuste a los trabajadores de la enseñanza pública para transferir recursos a la privada

Agencia periodística de Buenos Aires
Agepeba


La flamante ministra Nora De Lucía ya informó que entre sus primeras actividades figura un encuentro, el martes, con la entidades empresarias de la educación privada. Scioli acaba de tener un gesto significativo: elogió con entusiasmo al Colegio Saint George, de Quilmes, uno de los más elitistas del país.
Hace pocas horas, el gobernador Daniel Scioli visitó el colegio Saint George de Quilmes, uno de los más elitistas de la Provincia y el país. Su presencia allí tuvo lugar en medio del reclamo de los institutos privados por los recortes en el sector que emprendió el Estado provincial y de designación de Nora De Lucía como nueva ministra de Educación, quien ya formuló dos adelantos que hablan por sí solos: que el martes se reunirá con las cámaras empresarias de colegios y escuelas privadas, y que reforzará “los controles” sobre el sistema de licencias de los docentes de la enseñanza pública.
“Son instituciones de elite que eligen diplomáticos, empresarios y las celebrities para sus hijos. Las vacantes son escasas y sus cuotas llegan hasta los 4.000 pesos”, decía del Colegio Saint George, en febrero de 2010, el portal Infobae.
“Esperamos seguir adelante con el sistema educativo más grande de Latinoamérica de 4 millones y medio de alumnos. Es lo mejor que podemos hacer para el desarrollo humano de la provincia”, dijo Scioli en Quilmes. “Es una alegría personal y un orgullo para esta institución haber recibido al gobernador”, destacó Edgar Castro, presidente del Directorio del Colegio Saint George. Hasta aquí todo muy diplomático, pero están en juego millones de pesos que, temen los sindicatos docentes, sean derivados del sector público al privado, en una típica conducta política de los pasados ’90, bajo el imperio neoliberal.
En tanto, De Lucía dijo que no se irá atrás con los recortes anunciados para el sostén de la educación privada, pero rápidamente relativizo: se analizará “caso por caso”. Las empresas privadas, una vez más, amenazan con el cierre de establecimientos
Ayer, los representantes de la Asociación de Instituciones y Escuelas Privadas de la Provincia realizaron una concentración frente a la gobernación y presentaron un petitorio a Scioli para que “revea” la quita de subsidios.
La reunión de la nueva ministra está prevista para el martes, pero entre sus primeros gestos de gestión, De Lucía recibió ayer mismo a alguno de esos empresarios.
Mientras tanto, la flamante encargada de la cartera de Educación confirmó que se incrementarán los controles – habló de mecanismos “on line” – sobre el régimen de licencias de los docentes públicos. “Vamos a trabajar para que los maestros estén en las aulas”, dijo la funcionaria, casi en tono de amenaza.
De Lucía asumió ayer, después que su antecesora en el cargo, Silvina Gvirtz, presentara su dimisión con fuertes denuncias sobre las políticas de ajuste que se aprestaría a implementar el gobierno de Scioli, y que ella rechazó.
Durante la asunción de De Lucía, Scioli agradeció al vicegobernador Gabriel Mariotto la rápida aprobación del pliego por parte del Senado. Por su parte, al finalizar esa votación en la Cámara Alta, la que garantizó el funcionamiento institucional, Mariotto había dejado caer el siguiente mensaje: “Celebro las discusiones militantes que se están dando en este cuerpo, y reitero que Nora (De Lucía) cuenta con este Senado para discutir lo que haya que discutir”.
En las filas sindicales no pasan desapercibidas las siguientes palabras del gobernador: De Lucía tendrá como misión “buscar la optimización” del sistema educativo. “Optimización” fue uno de los tantos eufemismos con que, en la Argentina de la pasada década del ’90, se designaban a las políticas de ajuste.
Tampoco las de la nueva ministra.  “Vamos a tomar todas las medidas necesarias para que el sistema tenga la mayor transparencia posible”, dijo. “Transparencia”, palabra que, utilizada en el contexto en que se pronunció, puede ser interpretada como otro eufemismo.
Por su parte, los sindicatos de la educación pública aguardan preocupados. El titular de Suteba, Roberto Baradel, ya se expresó: dijo que la designación de De Lucía “no era una buena señal”.