Sarmiento: Derribando al Hombre de Bronce

Relatos del Sur
Parte I
Publicado el 14 de febrero de 2015
Fue un hombre que se construyó a sí mismo. El padre del aula, no escatimó adjetivos a la hora de referirse a los indios y los gauchos, y si fuese por él, dejaba que el sur del país lo ocupasen los chilenos.

UN POSIBLE PRINCIPIO.


                                  Aprendimos que Domingo F. Sarmiento era un prócer, un niño modelo que jamás mintió. Además era un buen compañero y fue a la escuela –sin faltazo– nueve años seguidos. ¿Qué pasa si lo pensamos lejos del bronce?¿Qué ocurre si derribamos la estatua, la figura luminosa que nos vendió la historia oficial, junto a nuestra maestra de grado?
                              Casa natal de SarmientoComencemos por el principio: Se llamaba Faustino Valentín Quiroga Sarmiento, y nació en uno de los barrios más pobres de San Juan de la Frontera, el Carrascal. En esta casa, que actualmente es un museo.
             El 15 de Febrero se cumplieron 205 años de su nacimiento, vió la luz en 1811. La familia de José Clemente Quiroga Sarmiento, y Paula Albarracín Irrazábaltuvo 15 hijos, aunque muchos niños fallecieron. Faustino fue uno de los seis sobrevivientes.
¿Quiroga Sarmiento?.  Sí, era pariente del caudillo Juan Facundo Quiroga. José Clemente y José Prudencio-padre de Juan Facundo- eran parientes lejanos.

 ¿EL NIÑO MODELO?.

                                                     Cada vez que teníamos malas notas en la escuela, siempre nos dijeron que Sarmiento era el mejor de la clase.
“Hiciéronme sombra, sin embargo, de tiempo en tiempo, niños altamente dotados de brillante inteligencia y mayor contracción al estudio que yo.” 1 
                            

A los diez u once años, lejos de ser obediente, pulcro y estudioso, jugaba al ejército. Había formado una bandita que atacaban con palos y piedras a otros chicos del pueblo, a los golpes definían sus diferencias. “hicimos tres o cuatro jornadas más o menos lúcidas, con más o menos pedradas y palos dados y recibidos, terminando un domingo en deshacer un ejército y tomar prisioneros…”.2   


¿A usted lector no le gustaba la matemática?.

                          A mí tampoco, y a Sarmiento menos. “Al fin me hostigó la escuela, y la gramática, la aritmética, el álgebra, a fuerza de haberlas aprendido en distintas veces. Mi moralidad de escolar debió resentirse en esta eterna vida de escuela”3  Una mañana arreciaba el sol en el Carrascal, y nuestro personaje se hallaba en la despensa de sus padres, no trabajando, sino leyendo un libro contra el mostrador.
            -No se que voy a hacer con este chico se la pasa leyendo-, dice la madre, a una señora; que pretende que el joven le venda azúcar y yerba.
-¿Para que lee tanto?, inquiere la mujer.
-Estoy estudiando para ser presidente.-dice el joven Faustino-.
La señora ríe, y Valentín le tira azúcar sobre el rostro, y se marcha diciendo groserías ante la mirada atónita de la madre.

LECTURAS Y PENSAMIENTOS.

                                                       Sarmiento desea irse a estudiar, viajar y salir de su vida provinciana, es rechazado y no obtiene una beca de estudio para la mejor escuela de Buenos Aires, el Colegio de Ciencias Morales. Su familia no es aristocrática, y posee escasos recursos. Si, por esos años debido a Bernardino RivadaviaEsteban Echeverría consigue su beca de estudios en Europa. Lo más cerca del viejo continente que puede estar el sanjuanino en su juventud, es leyendo a sus autores,  Guizot,  Goethe,  Tocqueville,  Shakespeare,  Lerminier   LamartineDeBarón de Montesquievextrae la teoría de los climas, y otras ideas sobre los pueblos y la raza. Piensa acerca de nuestra América“…los estados sudamericanos pertenecen a una raza que figura en la última línea entre los pueblos civilizados”.  4 

                                                          libros3Aquellas no son menos crueles que estas líneas en una carta a Bartolomé Mitre : “Se nos habla de gauchos… La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”. Acerca de nuestro territorio, el prócer se baja de la estatua una vez más y alega: “Magallanes pertenece a Chile y, quizá, toda la Patagonia… No se me ocurre , después de mis demostraciones, cómo se atreve el gobierno de Buenos Aires a sostener ni mentar siquiera sus derechos.(…). Es una tierra desértica, frígida e inútil. No vale la pena gastar un barril de pólvora en su defensa. ¿Por qué obstinarse en llevar adelante una ocupación nominal?”. 6
                            Forjado en el espíritu de época, el positivismo filosófico y el liberalismo del siglo XIX, completó su formación política e intelectual.Además perteneciente a la mentada Generación argentina del 80´, Sarmiento prefigurando lo que iría a realizar, Julio Argentino Roca, dice en el diario El Nacional: ¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. 7
Si bien es necesario comprender las concepciones ideológicas de aquel momento histórico, y al prócer como hombre de su tiempo.Lo bajamos del pedestal, y las palabras ya no pertenecen al maestro, sino expresan contradicciones, y desnudan al hombre.
Citas:
 1. Sarmiento. D. F. Recuerdos de Provincia. Pág. 131.
 2. Sarmiento. D. F. Ob. Cit. Pág. 136.
 3. Sarmiento. D.F. Ibídem. Pág.130.
 4. Martínez Estrada. Sarmiento. Pág. 170.
 5. Rivera Carlés R. Rosas. Pág. 131.
 6. Rivera Carlés R. Ob. CitPág. 314.
 7. Rivera Carlés. R. Ibídem. Pág.314.

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Parte II
Publicado el 16 de septiembre de 2016


Por ver grande a la Patria tu luchaste/ con la espada, la pluma y la palabra”. (Himno a Sarmiento).


1. AULAS PARA LA IGUALDAD.


                                                                gobernador-sarmiento  No hace falta construir la estatua de mármol, eso lo hizo el escultor francés Auguste Rodine. El niño Sarmiento no fue nueve años consecutivos a la escuela, la instrucción pública se daba entre los seis y trece años. Sin embargo fue un convencido de la Educación Pública, convicción que consolida a finales de la década del 40´, tras realizar una serie de viajes por Europa, y Estados Unidos. Allí se convence que los yanquis antes de fundar una aldea, lo primer que hacen es talar un bosque y fundar una escuela. Pero, ¿Para qué es importante la universalidad, que accedan todos a la escuela?. Una educación común es necesaria para “que sin las odiosas distinciones de ricos y pobres, de amo y de siervos, de noble y plebeyo, adquieresen los conocimientos…” .1
                                                              Es decir a principios de 1850, antes de ser Presidente de la República rescata la educación como igualador social, para paliar las desigualdades entre ricos y pobres. Ya entendía que el acceso a la educación debía ser plural. Y termina diciendo, donde “ha habido educación popular (…) se han hecho las bases del gobierno democrático, y se ha formulado una sociedad de seres inteligentes…”.2Ergo, una buena educación gestaba una mejor sociedad, un pueblo más complejo, mejor preparado. Sus ideas ya estaban casi treinta años antes que sancionara la Ley de Educación Común 1420, en 1884.

2. UN PUEBLO SIN CORAZÓN.


Imágen de la Plaza principal de Chile, Plaza de las Armas, en 1870. Sarmiento vivió 10 años de exilio en tierras araucanas.
                                                         
plaza-de-armas-chile                                                                                                                                                                                                                 Exhiliado en Chile se transforma en un furioso antirosista, desarrolla su actividad como periodista y escribe en varios diarios como El MercurioEl Nacionaly funda, El Progreso.
Es un observador agudo de la sociedad chilena. Hipercrítico del egoísmo social en el que está inmerso el país trasandino. Se pregunta: “¿No existe el espíritu público en Chile?, ¿La caridad está muerta en los corazones?. Y dispara la siguiente inquisitoria, ¿El egoísmo predomina a tal grado, que no haya quien pueda jactarse (…) de las necesidades puramente materiales de la vida, comer, vestir, lucir. Una suma de cincuenta pesos, para socorrer al prójimo mejorando su situación de manera efectiva y duradera?. En esos cuestionamientos demanda generosidad a los que mejor la pasan socialmente que se hacen incapaces de mirar a sus compatriotas. Condena la mezquindad que arroja a una mayoría del pueblo chileno a no saber ni leer, ni escribir, y “formar hijos de pobres, rotos y desvalidos”. Más que interesante una visión de Sarmiento que en tiempos actuales sería encasillada dentro del pensamiento progresista.
                                     Tomando el pensamiento vivo del sanjuanino, inferimos que el individualismo, el salvarse ante una multitud que sucumbe no es viable para construir una Nación. ¿Qué sociedad están fomentando estos ganadores indiferentes de las penurias del resto?. Parece preguntarle a los chilenos en 1845.

Pianista oriundo de La Plata. Dedicado al Jazz, reversionó clásicos del tango y de Charly García. Aquí, en una particular ejecución del Himno a Sarmiento.

3. ESTANCIEROS CON OLOR A BOSTA.


                                                        Sabemos que Sarmiento, junto con Mitre y Avellaneda fueron parte de las presidencias liberales, (1862-1880) que promovieron la producción de materias primas, y desarrollaron el modelo agroexportador. Ahora, en su viaje a Estados Unidos en la década del 60´observa, “En Missouri para cien mil familias hay 54000 fincas, lo que muestra que la mitad de los habitantes poseen un pedazo de tierra”.Continúa, como contraejemplo toma nuestro país y se pregunta, ” ¿Cómo es que en Buenos Aires con tanta tierra hay tan pocas divisiones territoriales y tan pocas familias que poseen una?”4 Esto es fundamental, ya que está haciendo énfasis en el proceso de concentración de la tierra. Era necesario distribuir la tierra para que no haya grandes terratenientes, como sucedía en Norteamérica donde había innumerables minifundios. Entonces el boom de exportaciones que se produce hacia 1890, encuentra unos pocos grandes beneficiarios, que son los dueños de la tierra. Este proyecto es el que criticaba Sarmiento, y advertía entonces la tendencia al latifundio.
Su concepción era que no existía país desarrollado que avance concentrando la tierra. Grandes masas de tierra en pocas manos sólo podían verse en la rusa tártara.
                                                  Fue Domingo F. Sarmiento quien pujaba por lograr una pequeña colonia de agricultores en Chivilcoy, la idea era promover una gran cantidad de propietarios de tierras. El modelo es exitoso, aunque se topa con la negativa de extenderlo a otras zonas de la llanura. El Presidente de la Sociedad Rural Argentina hacia 1870, lo advierte del error de implantar colonias agrícolas en una zona ganadera.
Es el Presidente de la Nación quien monta en cólera, y afirma:
Nuestros hacendados no entienden jota del asunto, y prefieren hacerse un palacio en la Avenida Alvear que meterse en negocios que los llenarían de aflicciones. Quieren que el gobierno, quieren que nosotros que no tenemos una vaca, contribuyamos a duplicarles o triplicarles su fortuna a los Anchorena, a los Unzué, a los Pereyra, a los Luros, a los Duggans, a los Cano y los Leloir y a todos los millonarios que pasan su vida mirando cómo paren las vacas”.5
                                          Lejos de amilanarse el cuyano que creía en la necesidad de implantar los ferrocarriles, mejorar las comunicaciones, e industrializar el país, para provocar una verdadero desarrollo termina con una frase fuerte acerca de la aristocracia terrateniente, “Sí, aristocracia con olor a bosta”. 6
Un grupo de ideas claras, para revisarlas, no entrando en un museo, cómo una reliquia que nos dejó el tiempo, sino para reflexionar sobre los problemas actuales que hoy nos aquejan.
Citas:
1 y 2. Sarmiento D. Obras Completas. T.XII. Pág.110.
3. Sarmiento. D. Ob.CitPág.31.
4. Sarmiento. D. Obras Completas. T. XXIII. Pág.218.
5 y 6. Pigna. F. Los Mitos de la Historia Argentina 2Pág. 281.