La USAID en Venezuela
José Steinsleger
Periodico La Jornada (Mexico)
El castigado contribuyente de Estados Unidos (tan celoso de su
bolsillo) podría preguntarse qué sentido tiene el despilfarro oficial de
millones de dólares para acabar con el ultrademocrático presidente de Venezuela,
Hugo Chávez. Desde el fallido golpe de abril 2002, la ecuación no ha sido
refutada: a mayor
ayudapara fortalecer la oposición, mayor popularidad del líder bolivariano.
El año entrante Chávez cumplirá 15 años al frente del architolerante proceso
que viró de raíz el falso republicanismo del país andino-caribeño. Y en la
actualidad, cuando se apresta para la tercera relección, los sondeos de opinión
dan a Chávez más de 60 por ciento de popularidad.
¿Qué hizo la oposición con los 57 millones de dólares que recibió de la
Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID, por sus
siglas en inglés)? ¿Cómo se financia hoy, cuando la Ley de Defensa de la
Soberanía Política y la Autodeterminación Nacional prohíbe desde finales de 2010
el financiamiento externo para fines políticos?
La impetuosa investigadora y abogada estadunidense Eva Golinger nos recuerda
que en enero 2002, cuando el señor Russell Porter llegó a Venezuela para dirigir
la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (sic, OTI, división de la USAID
dedicada a la promoción de
transicionesen países estratégicamente importantes para Washington), su tarea era ayudar con una
transición hacia la democracia(sic).
Venezuela contaba desde finales de 1998 con un gobierno democrático que
apoyaba la mayoría del país. Mas no a la medida del imperio… ¿Se entiende? Y a
pesar de que Mark Feierstein (actual titular para América Latina de la USAID),
tras mucho investigar
descubrió(sic) que Chávez era “…extremadamente popular entre sus partidarios, aunque muchos se sienten incómodos con él” (sic). ¿Se refería a los que anhelaban radicalizar la revolución, o a los que lucran con el discurso revolucionario?
Porter no quiso ser menos, y luego de consultar a la oposición, escribió en
un informe de 2002 (luego del golpe): “Hay un consenso de que Chávez no
terminará el año como presidente. Para preservar la democracia, un apoyo
inmediato es necesario para los medios independientes y la sociedad civil… Una
de las grandes debilidades en Venezuela es la falta de una sociedad civil
vibrante” (sic).
Según informes públicos emitidos en España por la Fundación de Relaciones
Internacionales y Diálogo Exterior (FRIDE) –vinculada a la injerencista National
Endowment Democracy (NED)–, la USAID/OTI desembolsó 10 millones de dólares
(2001-05) para financiar alrededor de 64 grupos y programas.
La USAID aumentó su presupuesto y reorientó la estrategia de su gestión
enfocándola en la juventud (sector que no había sido explotado), con talleres
sobre cómo utilizar redes como Twitter y Facebook. Desde 2006, USAID gastó más
de 34 por ciento del presupuesto en el país (15 millones), hasta completar 57
millones de dólares en 2010.
El patrón de financiamiento ha sido más o menos igual al de otros países
peligrosos(Ecuador, Bolivia, Nicaragua…): apoyar a líderes e instituciones calificadas de
moderadas, pero que en la práctica buscan la desestabilización de los gobiernos democráticos.
Documentos desclasificados del gobierno estadunidense revelan que en los
meses previos al golpe de 2002, seis oficinas del Departamento de Estado
gastaron 695 mil dólares para financiar conferencias y seminarios que favorecían
a la oposición. La NED tenía un programa de 900 mil dólares que trabaja con el
Instituto Demócrata (NDI), el republicano (IRI) y el Centro de Solidaridad
Laboral, para fortalecer a la central sindical CTV.
Los programas de la USAID/NED/OTI, o sellos
no lucrativoscomo Transparencia Internacional, de Alemania (TI), y Development Alternatives Inc (DAI, contratista del Departamento de Estado), financian y asesoran a partidos políticos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y medios de comunicación vinculados al antichavismo.
El bosque de siglas y grupos mercenarios que viven de la USAID es frondoso.
Sólo el Plan Consenso País aglutina organizaciones como Alianza Bravo Pueblo
(Antonio Ledezma), Fedecámaras (Hugo Fonseca y Jorge Botti), Asamblea de
Ciudadanos (Maxim Ross), RCTV (William Echeverría), Sinergia (Jorge Reyes),
Cedice (Aurelio Concheso), la Iglesia Católica ( Mikel de Iana), Gente de
Petróleo (Nelson Benítez), Alianza Cívica (Elías Santana), COPEI (Eduardo
Fernández), Un Solo Pueblo (William Ojeda), Coordinadora Democrática (Diego
Urbaneja), Asamblea de Ciudadanos (Axei Carriles), Acción Democrática (Ramón
Rangel), CTV (Alfredo Padilla), Liderazgo y Visión (Alonso Domínguez), Red
Democrática Universitaria (Tomás Páez), Visión Emergente (Cipriano Heredia) y
Bandera Roja (Carlos Hermoso).
Lo cierto es que más allá de lo que se opine sobre Chávez, los expertos de la
USAID que
entrenany
capacitana la oposición
democrática, aseguran el futuro exitoso de la revolución bolivariana. Pues los unos han probado ser más torpes y brutos que los otros. Y hasta la fecha, no han podido encontrar un solo líder que los represente.