EEUU: Las mediciones amañadas subestiman la inflación: La recuperación económica virtual de EE.UU.

Paul Craig Roberts
Global Research

Desde mediados de 2009 EE.UU. ha gozado de una recuperación virtual por cortesía de una medida amañada de inflación que subestima la inflación. Las ‘prenstitutas’ financieras esparcen la propaganda gubernamental de que los precios aumentan menos de un 2%. Pero cualquiera que compre combustible, alimentos, atención sanitaria o cualquier otra cosa sabe que la baja inflación no es más real que las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein, los supuestos ataques de Gadafi contra los manifestantes libios o las armas nucleares de Irán. Todo es una mentira para servir a los traficantes de influencias. Durante el gobierno de Clinton, los economistas republicanos impusieron un cambio en el modo de medir el IPC para ahorrar dinero privando a los pensionistas del ajuste por el coste de la vida. Anteriormente el IPC medía el cambio del coste de un estándar de vida fijo. La nueva medida asume que los consumidores se ajusten a los aumentos de precios reduciendo su estándar de vida mediante la sustitución por productos de calidad inferior, más baratos. Si sube, por ejemplo, el precio de un entrecot, se supone que los consumidores lo sustituirán por un bistec de menor calidad. En otras palabras, la nueva medida de inflación mantiene baja la inflación porque refleja un nivel de vida más bajo.


El estadista John Williams (shadowstats.com), quien sigue de cerca la recolección e información de estadísticas económicas oficiales de EE.UU., informa de que la subida del IPC, según el método de medida oficial del gobierno en 1990 fue de un 5%. Si se utiliza la metodología oficial de 1980, John Williams informa de que la tasa actual es de cerca del 9%.
La cifra del 9% está más de acuerdo con la experiencia de la gente en las tiendas de comestibles.

Oficialmente la recesión que comenzó en 2007 terminó en junio de 2009 después de 18 meses, convirtiendo la "Recesión de Bush" en la más prolongada desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, John Williams dice que la recesión no ha terminado. Que solo la información sobre el PIB, deformada por una medida errónea de la inflación, muestra una recuperación. Otras medidas de actividad económica más fiables no muestran ninguna recuperación.

Williams informa de que la economía comenzó a declinar en 2006, siguió cayendo en 2008 y 2009 y ha estado rebotando en el fondo desde entonces. No solo no hay ninguna señal de recuperación, sino que además “la declinación económica se intensifica”. La ausencia de una recuperación económica “es evidente en las informaciones [oficiales] de casi todas las principales series económicas. Ni una sola de esas series muestra un modelo de actividad que confirme la recuperación [mostrada] en las series del PIB”.

Williams concluye que “la recuperación oficial simplemente es una ilusión estadística creada por el gobierno mediante la utilización de una inflación subestimada al desvalorizar el PIB”. En otras palabras, los aumentos del PIB de los que se habla se deben a aumentos de precios, no a aumentos de la producción real.

El resultado del engaño económico del gobierno de EE.UU. es el mismo que el engaño que Washington ha utilizado para iniciar guerras en todo Medio Oriente. La propaganda gubernamental produce una realidad virtual que no refleja la auténtica realidad. Históricamente ha habido numerosos gobiernos que se han mantenido engañando al pueblo, pero Washington ha llevado ese éxito a un nuevo nivel. Mientras los estadounidenses crean todo lo que dice Washington, estarán condenados a la ruina.

Los ingresos medios de un núcleo familiar a finales de 2011 han vuelto al nivel que tenían en 1967-68. Además, Williams ha desvalorizado los ingresos domésticos para llegar a su valor real utilizando la medida oficial de inflación, que subestima sustancialmente la inflación. Si Williams hubiera utilizado la metodología oficial del gobierno de 1990 o 1980 para calcular el índice de precios al consumo, los ingresos medios reales de los núcleos familiares serían menores.

Además, el bajo ingreso medio real del núcleo familiar en 2011 es la suma, en la mayoría de los casos, de dos generadores de ingresos por familia, mientras que en 1967-68 un solo perceptor de ingresos podía producir el mismo ingreso real. Como señaló el Premio Nobel de Economía Gary Becker, mi excolega como columnista de Business Week, cuando el marido y la mujer tienen que trabajar para mantener el mismo poder de compra, se elimina el ingreso de la mujer en servicios domésticos en especie. Por ello, la medida monetaria del ingreso de la familia con dos salarios exagera el ingreso, porque no es ajustado a los beneficios perdidos previamente suministrados por la esposa que dirigía el grupo familiar en casa.

Los estadounidenses están mucho más oprimidos por los agentes del poder en Washington de lo que muestran las estadísticas. Además, los jóvenes nacen dentro del sistema opresor y explotador estadounidense y no conocen otra cosa. Son alimentados por los medios de las ‘prenstitutas’ con interminable propaganda sobre lo afortunados que son y lo indispensable es su maravilloso país. A los estadounidenses los mantienen en un estado constante de entretenimiento y muchos nunca llegan a comprender la pérdida de sus libertades civiles, sus oportunidades de trabajo y carrera, y el respeto que ganó EE.UU. durante la guerra fría de décadas contra el comunismo soviético.

El 13 de septiembre, el presidente de la Reserva Federal Ben “Helicóptero” Bernanke anunció el "Relajamiento Cuantitativo 3". Bernanke dijo que la recuperación es débil y requiere más estímulos de la FED. Dijo que esta comprará 40.000 millones de dólares mensuales en bonos hipotecarios con el fin de seguir bajando las tasas de interés por debajo de la tasa de inflación y ayudar a vender más casas.

¿Pero cómo se venden casas a grupos familiares que se las arreglan con niveles de ingreso reales de 1967-68 y que no tienen absolutamente ninguna seguridad laboral? Su empresa puede ser adquirida y deslocalizada de un día al otro o pueden ser reemplazados por trabajadores extranjeros con visas H-1B. Los precios de las casas han bajado, pero no a niveles de 1967-68.

El anuncio de Bernanke de que la compra por parte de la FED de bonos hipotecarios se hace para estimular el mercado de la vivienda y la economía es desinformación. Bernanke está comprando los bonos para aumentar el valor de los derivados y de los documentos de débito en los portfolios de los bancos. Las menores tasas de interés aumentan el valor de los documentos de débito en los balances de los bancos. Al privar a los ahorristas estadounidenses de una verdadera tasa de interés por sus ahorros, Bernanke hace que los bancos en quiebra parezcan solventes.

Es lo que está sucediendo en el EE.UU. de “la libertad y la democracia”. La vasta mayoría de los estadounidenses, especialmente los pensionistas, se ven obligados a gastar sus ahorros y reducir su capital porque no pueden obtener un verdadero interés por sus ahorros. Los beneficiarios son losbanksters, que pueden pedir prestado a tasas interés de casi cero, cobrar el 16% a los consumidores por sus tarjetas de crédito y utilizar la generosidad de la Reserva Federal para especular con los canjes de tipos de interés y los swaps de incumplimiento crediticio. Los contribuyentes estadounidenses se quedan colgando ante los juegos en descubierto de los banksters.

¿No especularías tú también si los contribuyentes estadounidenses tuvieran que cubrir tus apuestas, pero las ganancias fueran solo tuyas?

El futuro del orden político estadounidense es dudoso. Los regímenes de Bush y Obama han abusado de tal manera de la Constitución y del derecho estatutario, que el EE.UU. que nos dejó Ronald Reagan ya no existe. EE.UU. va de camino al colapso o a la tiranía.

Supongamos que un milagro produzca una recuperación económica. ¿Qué pasará con los inmensos excedentes de reservas bancarias que la Reserva Federal ha suministrado a los bancos?

Si esas reservas bancarias se utilizan para expandir los préstamos, el suministro de dinero superará la producción de bienes y servicios y la inflación aumentará.

Si la FED trata de sacar el excedente de reservas del sistema bancario vendiendo bonos, las tasas de interés aumentarán, destruyendo así la riqueza de los dueños de bonos y sacando liquidez del mercado bursátil. En otras palabras, otra depresión que anula la restante riqueza estadounidense.

El anuncio de la Reserva Federal del "Relajamiento Cuantitativo 3" muestra que la FED seguirá creando más dinero a fin de proteger los valores de los activos dudosos de los bancos insolventes. La Reserva Federal representa a los banksters, no al público estadounidense. Como cualquier otra institución gubernamental estadounidense, la Reserva Federal está muy lejos de preocuparse por los ciudadanos de EE.UU.

A mi juicio, la compra de bonos por parte de la Reserva Federal a fin de reducir las tasas de interés ha producido una burbuja del mercado de bonos que es mayor que las burbujas inmobiliarias y de derivados. Económicamente, no tiene sentido que un bono tenga una tasa de interés real negativa, especialmente cuando el gobierno que emite el bono maneja grandes déficits presupuestarios que parece incapaz de reducir y cuando el banco central está monetizando la deuda.

La burbuja ha sido protegida por la “crisis” del euro, que posiblemente es más una crisis virtual que real. La crisis del euro ha llevado a que el dinero busque refugio en dólares, apoyando así el valor del dólar, a pesar de que la Reserva Federal imprime dinero con el cual comprar el interminable flujo de bonos del gobierno para financiar déficits presupuestarios anuales de más de un billón [millón de millones] de dólares, aproximadamente 5 veces mayores que los “déficits de Reagan” que según Wall Street arruinarían la economía de EE.UU.

Por cierto, el valor de cambio del dólar de EE.UU. es en sí una burbuja lista para estallar. El rápido aumento del precio en dólares del oro y la plata desde 2003 indica una huída del dólar estadounidense.

La burbuja del mercado de bonos estallará si la burbuja del dólar estalla. La Reserva Federal puede sustentar la burbuja del mercado de bonos comprando bonos, y no existen límites de la capacidad de la Reserva Federal de comprar bonos. Sin embargo, la interminable monetización de la deuda, incluso si el nuevo dinero se coloca en los bancos y no llega a la economía, puede asustar a dueños extranjeros de activos denominados en dólares.

Los bancos centrales extranjeros pueden decidir que quieren menos dólares y más metales preciosos como reservas. Otros países, notando la decadencia del dólar estadounidense, se organizan para comerciar sin utilizar la moneda de reserva mundial. Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica quieren realizar su comercio mutuo en sus propias divisas. China y Japón también han negociado el ajuste de sus balances comerciales en sus propias divisas.

Estos acuerdos reducen sustancialmente el uso del dólar estadounidenses en el comercio internacional, y por lo tanto la demanda de dólares. Cuando cae la demanda, sucede lo mismo con el precio, a menos que disminuya la oferta. Pero la Reserva Federal ha anunciado, esencialmente, un suministro ilimitado de dólares. Por lo tanto nos vemos ante una paradoja. Se supone que el dólar estadounidense mantendrá su valor a pesar del enorme aumento de la oferta.
Además, China, el mayor acreedor de EE.UU. y, en el pasado, un seguro comprador de bonos del Tesoro de EE.UU., posee unos dos billones en activos denominados en dólares, primordialmente bonos del Tesoro. ¿Cómo trata Washington a su mayor acreedor extranjero? No con aprecio o deferencia. Washington rodea China de bases navales y aéreas, interfiere en las disputas de China con otros países y presenta acciones artificiosas contra China en la Organización Mundial de Comercio. Washington afirma que las  empresas estadounidenses no se van de EE.UU. por el menor coste de la mano de obra en China, sino gracias a lo “subsidios” chinos a las firmas estadounidenses relocalizadas.

En mi artículo del 30 de abril “Fraguando un conflicto con China”, escribí que a Washington le gustaría una guerra fría con China en lugar de las guerras calientes en Medio Oriente. El problema de las guerras calientes es la pérdida de prestigio de superpotencia por la incapacidad de Washington de prevalecer después de once años, y aunque las guerras calientes son lucrativas para el complejo militar/seguridad, las guerras no generan el nivel de beneficios que fluirían de una carrera armamentista de alta tecnología con China. Además, Washington cree que el desvío de inversión china de la economía al fortalecimiento militar reduciría el ritmo al cual la economía china está sobrepasando la economía de EE.UU.

¿Qué pasaría si, en lugar de morder el anzuelo de Washington, China atacara el talón de Aquiles de Washington –el papel del dólar como moneda de reserva– y decidiera lanzar un billón de dólares de deuda del Tesoro de EE.UU. al mercado de bonos en lugar de involucrarse en una carrera armamentista de 30 años? Para impedir que el precio de los bonos se derrumbe, la Reserva Federal podría imprimir dinero para comprar los bonos. Pero si China entonces lanza el billón de dólares impresos a los mercados de divisas extranjeras, Washington no puede imprimir euros, libras británicas, rublos rusos, francos suizos y otras monedas para comprar dólares.

Desesperado, Washington trataría de organizar swaps de divisas con países extranjeros a fin de adquirir las divisas extranjeras para comprar los dólares que, de otra manera, harían bajar la tasa de cambio del dólar y destruirían el control de las tasas de interés de la Reserva Federal.
Pero si los chinos no quieren los dólares, ¿habrá otros países dispuestos a canjear sus monedas por el dólar abandonado de EE.UU.?

Algunos de los Estados títeres de Washington obedecerían, pero el mundo en general se alegraría por el final de la hegemonía financiera de Washington y rechazaría la oferta.

Tarde o temprano el dólar colapsará por el abuso del papel del dólar como moneda de reserva por parte de Washington y el dólar perderá su estatus de “refugio”. La inflación estadounidense aumentará y la estabilidad política de EE.UU., así como su poder hegemónico, se desvanecerán.

El resto del mundo dará un suspiro de alivio. Y China habrá derrotado a la superpotencia sin una carrera armamentista y sin un solo disparo.

Paul Craig Roberts fue editor de The Wall Street Journal y secretario asistente del Secretario del Tesoro estadounidense. Es autor deHOW THE ECONOMY WAS LOST , publicado por CounterPunch/AK Press. Su último libro publicado es Economies in Collapse: The Failure of Globalism, publicado en Europa en junio de 2012.

Traducción: Germán Leyens (Rebelióm)