El ministro de Economía denunció presiones en favor de los holdouts, pero descartó cualquier arreglo
Cristian Carrillo
Pagina12
Lorenzino advirtió que el embargo de la Fragata Libertad y el fallo de una cámara de Nueva York favorable a los buitres no son casuales. Pero rechazó una negociación y dijo que hacerlo sería injusto con quienes entraron a los canjes y soportaron la quita.
“Vamos a seguir pagándoles al 93 por ciento de los acreedores que entraron al canje”, señaló Lorenzino.
“Jamás vamos a pagarles a los fondos buitre, y el que cree otra cosa, no ha entendido nada”, señaló ayer el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. El funcionario aseguró que las presiones que está recibiendo la Argentina de esos fondos, con apoyo de las calificadoras de riesgo (ver aparte), son “ataques a los que no siguen el libreto” de la ortodoxia. “No es casual lo de la Fragata (Libertad) ni el fallo de Nueva York”, aseguró el titular del Palacio de Hacienda, en referencia al embargo de la nave en Ghana y al dictamen de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que determinó que existe discriminación del país en el tratamiento de los bonistas que rechazaron los dos canjes de deuda. El fallo de la Cámara convalida la interpretación de pari passu –tratamiento igualitario de los acreedores–, pese a que el pedido de los fondos buitre permitiría que un solo acreedor pueda obtener el cobro del total de sus tenencias, por fuera del arreglo global al que arribó el 93 por ciento de los bonistas, con una quita de capital.
“Vamos a seguir pagándoles al 93 por ciento de los acreedores, que entraron al canje, en dólares, euros y yenes, como corresponde. Vamos a respetar al 93 por ciento de los bonistas, muchos argentinos, que hicieron el esfuerzo que quieren aprovechar algunos vivos”, afirmó Lorenzino durante la tradicional velada que organiza la Agrupación Oesterheld en el centro cultural Torcuato Tasso. La reestructuración de la deuda se realizó en dos tramos, uno en 2005 y otro en 2010, que arrojó un nivel conjunto de adhesión de casi 93 por ciento del universo de tenedores de títulos argentinos. El resto, unos 3600 millones de dólares de precio nominal, más intereses, está en un 90 por ciento en manos de fondos buitre, que desde entonces litigan en distintos juzgados para que se les reconozca la totalidad del valor técnico de sus tenencias.
Tras probar distintas vías y estrategias, esos fondos presentaron un nuevo amparo bajo la cláusula pari passu. Se trata de un principio jurídico, de la frase en latín que literalmente significa “con igual paso”, pero que se traduce como en “igualdad de condiciones”. Esto implica que cuando hay dos o más acreedores de un mismo deudor, todos tienen iguales derechos en el trato. La Corte de Apelaciones de Nueva York aprobó la semana pasada una moción de primera instancia del controversial juez neoyorquino Thomas Griesa, que sostiene que el país discrimina porque no les paga a estos fondos de igual manera que a los bonistas que ingresaron a la reestructuración. Si Argentina les pagara a los buitres los pondría en una situación de privilegio respecto de los que entraron al canje y soportaron la quita. Además, “se vería resentida la capacidad de pago del país y afectaría a terceros”, señalan desde el equipo de Finanzas, que comanda Adrián Cosentino. “Sería injusto”, sumó el ministro de Economía.
“La capacidad y la voluntad de pago de la Argentina quedó demostrada una y otra vez. No la van a cambiar con fallos”, sostuvo Lorenzino. La referencia del ministro es sobre la posibilidad de reabrir el canje, una especulación que deslizaron distintos especialistas, como un gesto que sirva para dejar sin argumentos a los fondos buitre. De hecho, el fallo de la Cámara utiliza como ejemplo de la supuesta discriminación la ley cerrojo, norma que se creó en 2005 para dejar expreso que no se abonaría a los que no ingresen en el canje.
Para permitir el ingreso de nuevos bonistas al canje es necesario que se suspenda la cláusula cerrojo, lo que debe hacerse desde el Congreso. No obstante, la intención del Gobierno es seguir por la vía legal. “La ley cerrojo fue darles a los acreedores una demostración como país y al mundo de que la propuesta era la última. Hoy tenemos que estar más unidos y organizados que nunca. La ley cerrojo fue votada con amplísima mayoría. No nos van a empujar a la trampa del default ni del endeudamiento a la que nos quieren volver a llevar”, agregó Lorenzino. El funcionario consideró que “pretender que le hagan caso a la Justicia estadounidense, desconociendo la ley argentina, es desconocer lo que se hizo en estos últimos nueve años en el país.” “Nosotros vamos a seguir honrando nuestros compromisos, sea de la forma que sea, como lo venimos haciendo desde 2003”, concluyó.