Por Teodoro Boot para Diario Registrado Publicado el 2 de febrero de 2014 En marzo de 1946, el coronel Juan Domingo Perón, quien pasaría a la leyenda con el mote de Tirano Prófugo, estaba recién en vías de ser Tirano y todavía muy lejos de la condición de Prófugo: acababa de imponerse, muy sorprendentemente, al menos para los partidos políticos tradicionales o con ínfulas de serlo (conservadores, radicales, radicales antipersonalistas, socialistas, socialistas independientes, demócrata progresistas, demócratas mendocinos, liberales y autonomistas correntinos y comunistas de todas las provincias) sobre todos ellos reunidos en la autodenominada Unión Democrática, inspirada en los pactos entre las tres potencias que habían salido triunfantes de la gran conflagración conocida como segunda guerra. Se entiende: el Tirano todavía en proyecto era antidemocrático y adhería a las concepciones totalitarias del fascismo.