Carlos Mugica; cristiano y peronista

Daniel Dibártolo
Secretario Gremial de SADOP - CDN 

mugicaconchicos-2-1-b Con el espíritu del padre Mugica 500 mil jóvenes de 15 a 29 años de todo el país son capacitados para ser incluidos laboralmente.

Un programa de capacitación e inclusión juvenil destinado a 500.000 jóvenes de entre 15 y 29 años de todo el país lleva el nombre “JOVENES PADRE MUGICA”. 

El programa funciona en el marco del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y tiene como objetivo capacitar a los jóvenes en oficios e inclusión laboral a través de la formación de más de 50.000 promotores solidarios. 
 

La participación, la promoción del servicio solidario, el compromiso social, la generación de espacios de capacitación en oficios y su posterior inclusión laboral, constituyen algunas de las líneas de desarrollo del programa, junto con el financiamiento de proyectos productivos, realización de orquestas juveniles y publicaciones barriales, radios comunitarias y el acceso a nuevas tecnologías.
 

El programa en sí mismo es significativo e importante.  

Sin embargo, nuestra reflexión quiere subrayar que su nombre sea PADRE MUGICA. 

Carlos MUGICA fue un sacerdote comprometido con su pueblo que dio su propia vida en la lucha por el Reino de Dios y su justicia. 
 

Murió asesinado a la salida de una Misa que él mismo ofició en el barrio porteño de Villa Luro, el 11 de mayo de 1974.
 

Conocí al Padre Mugica en Mar del Plata cuando en febrero del año en que lo asesinaron, predicó un retiro a más de 100 jóvenes del Movimiento Juvenil Diocesano en la Casa de los Jóvenes – antigua casa de la compañía de Jesús ubicada en Marcos Sastre y Juan A. Peña -.
 

El Padre Carlos Mugica fue uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo; su acción pastoral tuvo epicentro en la atención de la Villa 31 en Retiro (Capital Federal) donde aún resuena su voz orientadora y se recuerda su compromiso efectivo con los villeros.
 

Su opción por los pobres lo llevó a abrazar el peronismo. 
 

Descubrió que el pueblo humilde y sencillo amaba a Perón y a Evita y que ellos simbolizaban el ansia de justicia y liberación. 
 

Carlos Mugica fue cristiano y peronista.  

Se lo recuerda como el cura que viajó en el charter que trajo a Perón a la patria.  Así fue.  

También fue el sacerdote que acompañó al grupo juvenil católico que desarrolló una misión rural en Santa Fe y del cual surgieron varios referentes de la futura organización Montoneros.
 

Con sus amigos y compañeros discutió a fondo la metodología de la violencia como acción política y, al regreso de Perón a la patria, se diferenció de ellos reivindicando la revolución en paz que proclamaba el líder justicialista.
 

Carlos Mugica encarnó el espíritu de Medellín y San Miguel, dos encuentros fundamentales del episcopado latinoamericano y argentino respectivamente, que marcaron la pastoral de la Iglesia en aquellos años.
 

El Padre Mugica expresó la villa aunque no vivió en la villa. 
 

Aceptó un cargo en aquel conflictivo Ministerio de  Bienestar Social y renunció a ese mismo cargo en una asamblea de la villa 31 cuyas imágenes se conservan.
 

Pudo encabezar la lista de Diputados Nacionales del FREJULI en 1973. No lo hizo en el marco de una determinación eclesiástica que acató. 
 

En aquel retiro de la Casa de los Jóvenes se mostró en toda su dimensión: pasión por Cristo y su Evangelio, convocatoria a ser coherentes hasta las últimas consecuencias, compromiso político como transformación de la realidad de injusticia. 
 

Lo vimos con el ideal de los jóvenes, la fuerza de la madurez y la entrega de los que aman por encima de todo.
 

Todavía recuerdo la noche de su asesinato. 
 

Estábamos reunidos en la casa de Cacho (un adulto con espíritu joven que nos acompañaba como asesor). 
 

No lo podíamos creer. Intuíamos lo peor, eso que luego pasó.
 

Treinta y cuatro años después, esta ola de recuperación de la memoria está reubicando las cosas en su lugar y reponiendo en la escena colectiva lo que quisieron borrar de nuestra historia.
 

Por eso, como cristiano y peronista, valoro que un programa social lleve el nombre PADRE MUGICA y, asimismo, aguardo que su mensaje y su coherencia sean luces que iluminen nuestro camino en la historia. 
DDB/ 
El Correo-e del autor es Daniel Dibartolo dibar@speedy.com.ar