El costo económico y social del corralito de Cavallo y De la Rúa

Nicolás Furfaro
Tiempo Argentino


El cerco a los ahorristas argentinos, establecido por la Alianza el 2 de diciembre de 2001, tuvo que subsanarse años después con la emisión del Boden 2012 que terminaron de pagar los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.


La finalización del pago del Boden 2012 abrió la puerta para contrastar la relación entre el presente económico y la realidad social de la Argentina desde la perspectiva del manejo de una de las herencias más pesadas del neoliberalismo. Por un lado, el cumplimiento de las obligaciones en tiempo y forma sin necesidad de emitir nueva deuda muestra el éxito de la política de desendeudamiento con utilización de recursos propios que aplica el kirchnerismo desde 2005, cuestión que le permitió disminuir el peso de la Deuda Pública Total sobre el Producto Bruto Interno (PBI) de un 166% a un 41,8 por ciento. Por otro, los gastos financieros de los últimos años evitaron la realización de inversiones sociales que hubieran cooperado de forma determinante con el achicamiento de las brechas que existen entre las diferentes clases sociales y zonas geográficas del país. Así, los resabios del "corralito" y el "corralón", que nacieron de la gestión del ex presidente Fernando de la Rúa y su ministro de Economía Domingo Cavallo, pasaron de perjudicar al ahorrista común en beneficio de los bancos a obligar a las siguientes administraciones a tranferir una gran cantidad de fondos al especulador sistema financiero.
Si uno toma el último pago que anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, de unos 2197 millones de dólares, se pueden proyectar a grandes rasgos un conjunto de inversiones en medidas sociales que dejaron de realizarse. El análisis no es lineal y los resultados en ciertas áreas pueden parecer exagerados, pero los ejemplos sirven para mostrar el peso de las cifras que se manejan al hablar del pago de la deuda que generó la explosión de la crisis de 2001/2002. 
Una clara muestra reside en el Programa de Financiamiento del Bicentenario, que sólo en mayo pasado volcó $ 8000 millones en 388 proyectos de diferentes sectores productivos. Esta inyección se traducirá en inversiones por $ 12.210 millones en el futuro próximo, ya que para acceder a los préstamos las empresas debieron presentar un compromiso de inversión propia igual o mayor al 20% del crédito que recibieron. Considerando que la última cuota del Boden 2012 significó 10.100 millones de pesos y que tan sólo el 22% de los tenedores que cobraron están en el país y pueden utilizar los fondos para invertir en actividad nacional, cuestión que tampoco es segura, se perdió la oportunidad de generar inversiones por U$S 20.200 millones en medio de un contexto de crisis económica mundial. Además, este dinero hubiera dado lugar a más de 31 mil puestos de trabajo para ciudadanos que todavía no tuvieron la posibilidad de ingresar al sistema y que al estar registrados hubieran engrosado los ingresos del área previsional. 
Al mirar la salud pública, la última cuota se podría haber traducido en 361 nuevos hospitales con unos 4500 metros cuadrados de infraestructura, 45 camas, un quirófano, una sala de partos, un laboratorio, guardia y consultorios entre otras prestaciones que hubieran dado un arma valiosa a la prestación del servicio, que si bien es única a nivel mundial presenta deudas de infraestructura y expansión. Con el mismo dinero se podrían haber adquirido, en otro caso, 33.733 ambulancias de alta complejidad. 
También se perdió la oportunidad de dar mayor volumen al programa de créditos para la construcción de viviendas que lanzó la presidenta hace dos meses bajo el nombre Pro.Cre.Ar. El pago que realizó el Estado el 3 de agosto hubiera permitido la construcción de 50 mil viviendas más, equivalentes a soluciones habitacionales para 200 mil personas de ingresos bajos y medios que deben enfrentar un alquilar todos los meses y ven lejano el sueño de la casa propia. 
En tanto, en el área de seguridad también se puede realizar una proyección que ejemplifica la importancia de los fondos que se destinaron al pago de deuda. Los últimos 2197 millones de dólares hubieran dado la posibilidad de acceder a 102.654 patrulleros inteligentes para la Policía Federal con el fin de avanzar en una seguridad ciudadana con mayor equipamiento tecnológico. En la misma línea, el sector ferroviario dejó atrás una serie de proyectos y posibilidades que se hubieran financiado con cierta simpleza de no haber existido la deuda del corralito y el corralón. Para rehabilitar 1500 km de vías del Belgrano Cargas el país tuvo que firmar un contrato de financiamiento con China por U$S 9500 millones a pagar en 15 años, es decir U$S 10 mil millones menos de lo que la administración kirchnerista tuvo que destinar al Boden 2012 en siete años entre capital e intereses. Por otra parte, el proyecto de Tren para todos que impulsaron diferentes organizaciones en 2008 hablaba de una necesidad de U$S 3100 millones para reconstruir 18 mil kilómetros de vías, mientras que ese mismo año se pagaron U$S 2345,7 millones para el Boden 2012. «


depositaron los dólares
El pago de la última cuota del bono Boden 2012, el 3 de agosto, atenuó durante la última semana la fuga de depósitos en moneda extranjera de bancos privados, que hasta ese día caían más de U$S 100 millones y luego del servicio cerraron con un saldo positivo. "El 3 de agosto se efectivizó el último pago de Boden2012 mediante el uso del Fondo de Desendeudamiento Argentino. Como una parte de los pagos se realizaron a titulares con cuentas en el sistema financiero local, en la semana los depósitos en dólares del sector privado mostraron un crecimiento de 107 millones de dólares", estimó ayer el Banco Central en su Informe Monetario Semanal. Información oficial registró que entre el lunes 30 de julio y el viernes 3 de agosto, los depósitos en moneda extranjera de las entidades financieras privadas subieron a U$S 8613 millones. Precisamente, los datos del Banco Central difundidos hoy registraron que los depósitos en moneda extranjera del sector privado subieron de U$S 8511 millones a 8613 millones entre los viernes 27 de julio y 3 de agosto, un 1,2 por ciento.