Leonardo Jeff: “Aquí hay muchos sordos”

Laura Colmenares y Bárbara Perrera
APAS

La protesta social, el empoderamiento de los sectores juveniles y trabajadores; y la respuesta represiva gubernamental tiñen el escenario chileno de los últimos dos años. Entrevista con el historiador trasandino.

En declaraciones a la Radio Pública de Argentina, Leonardo Jeff, académico chileno y director del Centro de Estudios Latinoamericanos analiza el ambiente convulsionado que vive el país que conduce Sebastián Pinera. Los incesantes reclamos sectoriales, la crítica a la mercantilización de la educación, la respuesta represiva del Gobierno y las próximas elecciones, configuran un escenario político y social complejo e incierto.

- Desde su visión integral de la temática educativa ¿cuál es el eje del conflicto que se da en Chile desde hace dos años de manera tan profunda?

- El meollo es la lucha por la defensa de la educación pública, la educación que está a cargo del establecimiento del Estado para que sea efectivamente gratuita. Ustedes no lo pueden concebir porque la educación en la Argentina, las universidades nacional y públicas son gratuitas. Pero acá, la universidad estatal es pagada por las familias. 

Lo segundo es luchar contra el lucro en la educación, porque se ha convertido en un buen negocio para consorcios económicos de carácter nacional y trasnacional. Entonces, estamos también luchando porque hay en el país prácticamente 60 universidades, de las cuales son 16 del Estado de Chile, 9 son privadas trasnacionales y el resto -35- son privadas, formadas durante el gobierno militar. Y de esas 35, muchas de ellas son realmente un negocio. 

En un estudio que hecho por el ministerio de Educación de Chile sobre el estado financiero de las universidades aparece que el 90 por ciento tiene vínculos con empresas privadas en un promedio de 6 por universidad. Frente a esa situación, incluso el Ministro de Educación parece no tener muchas posibilidades de intervención.

Es cierto que las universidades tienen vínculos con empresas, pero habría que ver qué tipo de empresas. Yo, por ejemplo, digo categóricamente que a Universidad Andrés Bello, la Universidad de las Américas y la Universidad Viña del Mar pertenecen a un consorcio de carácter norteamericano. Ellos lo que buscan es la venta obligada de sus inversiones. Para ello, utilizan una figura, porque la ley no permite que las universidades persigan fines de lucro, y la figura es tener una empresa que les arrienda los inmuebles donde ellos funcionan. A través de ello -del arriendo- obtienen las utilidades. Ese es el caso más corriente de diferentes universidades privadas. Hay algunas otras universidades que tienen empresas pero que tienen que ver con su quehacer, así que habría que hacer un distingo muy claro de qué empresa se trata.

- ¿Se puede pensar que el reclamo estudiantil comienza a ser parte de los reclamos de otros sectores sociales, como la Confusam, por ejemplo?

Unos días atrás, la Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada (Confusam) dio un abrazo simbólico al Congreso pidiendo una constituyente en Chile, una reforma de la Constitución. Yo creo que hay reclamos de muchos sectores y pasan por un periodo de mayor intensidad durante el año 2011. Ahora se está retomando fuerza y hay muchos sectores afectados, entre ellos -además de los trabajadores de la salud- los deudores hipotecarios por asuntos de vivienda. Así que hay un movimiento que trasciende la educación.

- ¿Cuál es la respuesta del sistema político frente a estos reclamos crecientes?

En principio, yo creo que el Gobierno no entiende nada de lo que se tratan las demandas estudiantiles. El ministro de Educación ha dicho recientemente que los estudiantes perdieron sus banderas de lucha. Las banderas de lucha están muy claras, lo que pasa es que él no quiere escuchar, no quiere oír. Y no hay peor sordo que el que no quiere oír, como dice el dicho. 

Además, las clases políticas, los partidos, los parlamentarios tienen sensibilidades muy diferentes. Hay algunos muy sensibles, pero son la minoría. Y frente a una posibilidad de una Asamblea Constituyente, la mayoría se opone a ello porque no está establecido en la Constitución para que exista una constituyente. Entonces, si ellos no quieren, no hay paso para ello, salvo que haya una presión social que los obligue a hacer una reforma en la Constitución y establezca la Asamblea Constituyente.

Pero observamos que el oficialismo, el Gobierno, ante los reclamos está reprimiendo. Y tampoco hay salida política. Cualquier analista podría plantear que es un callejón sin salida, y puede terminar en situaciones mucho más complejas. 

- La presión social, ¿cómo se cataliza?

Desgraciadamente el Gobierno actúa reprimiendo. Y la represión es cada vez más fuerte. En las principales ciudades de Chile, donde se hacen las manifestaciones, se observa la fuerza policial extremadamente armada en términos provocativos. El otro día un alumno de la Universidad fue tomado en la calle, subido a un bus de la policía, paseado durante varias horas, con la incertidumbre de saber qué le podía pasar, y así, hay una serie de otras medidas en las que la policía arremete con fuerza contra los manifestantes. 

Incluso hay denuncias de abusos de algunos estudiantes detenidos. Y esto está recordando los viejos tiempos de la Dictadura. Realmente uno no ve los procedimientos policiales. La incorporación de lo que se ha insistido tanto, que ellos tienen que ser formados en el respeto a los derechos humanos; en este caso los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de este país.

- En estos días denunció el ingreso de personal policial o carabineros a las universidades ¿Esto está permitido? ¿Se pueden hacer estos procedimientos?

El único autorizado a solicitar la fuerza pública es el Rector de la universidad, salvo que se esté cometiendo un delito flagrante.

Las organizaciones estudiantiles están denunciando que les impiden realizar asambleas dentro de las universidades o las instituciones educativas; y hemos visto cómo se saca a los estudiantes de una manera abrupta.

Lo que pasó días atrás fue en el Instituto Nacional, el establecimiento educacional más antiguo del país, fundado en 1813, que se apronta a conmemorar los 200 años. Ahí entró un bus policial dentro del recinto. Eso es inadmisible. Ahora, las asambleas, por lo menos en mi universidad, la Universidad de Valparaíso, que es una Universidad del Estado de Chile, se pueden realizar normalmente, no hay problema. El problema se produce en la calle.

- ¿Qué es lo que sigue, cuál es su impresión del futuro inmediato?

Yo creo que van a haber manifestaciones cada vez más fuertes, para ver si los partidos políticos pueden entender lo que está pasando porque pronto, hacia fin de año, hay elecciones de alcaldes, que equivale a las elecciones de intendentes y de concejales en Argentina. Y esa elección va a ser muy importante en la perspectiva de la elección presidencial que hay el próximo año. Así que en la medida en que se acerquen esos comicios, la fuerza del movimiento social se va a manifestar para hacerse oír, porque aquí hay muchos sordos.