Evita, el 22 de agosto de 1951 y los EEUU

Pablo Adrián Vázquez*

evitabrazos
Para la embajada norteamericana “la señora de Perón, una fanática, podría volverse comunista.”
Si Estados Unidos tuvo sus reparos sobre Perón y su movimiento, más escozor le provocaba la figura de su mujer. Las descripciones desde los informes de la embajada norteamericana son más que elocuentes.

Ante la visita de Edward Miller, Secretario Adjunto del Departamento de Estado, se afirmó: “(Evita) expresó su odio irreversible, profundo y corrosivo hacia “la oligarquía”, un grupo que, según ella, consideraba que los descamisados eran basura, y que los habían mantenido en la opresión”. Ella “alternaba entre un feminismo interesante, un olfato político elemental, la conciencia que tiene de su dominio sobre los partidarios de su marido y su deseo de ser la (primera) dama y al mismo tempo la jefa política femenina”. Y culmina con esta consideración lapidaria: “El objeto de este informe es destacar que la propia señora de Perón afirmó, para demostrar su fanatismo, que ni ella ni su marido n sus partidarios so comunistas pero si les presentaba la alternativa entre el regreso de la oligarquía al poder y entregar el país a los comunistas no se dudaría un segundo en elegir este último camino”.

Impulsada la candidatura del matrimonio presidencial en agosto de 1951, Evita tenía que sortear varios obstáculos. Podía ser candidata? Contó con el beneplácito del Líder? Sí, pero con otro sentido: Perón sabía que la postulación de ella suprimía las intenciones de Alberto Tessaire y que le daba una carta para negociar en caso de descomprimir la tensión política.

También Evita no podía ser candidata por su edad (aunque nacida en 1919, figuraba en la partida nacida en 1922 y se debía tener 30 años para la elección) y, sobre todo, por la oposición de la Iglesia, Fuerzas Armadas, los EE.UU, y hasta dentro del peronismo.

Según el ex Canciller Hipólito Paz: “La candidatura no era políticamente viable. Lo confirma un diálogo de Perón con el embajador de Brasil, Joao Batista Luzardo” y con el periodista brasileño Gerardo Rocha.

El diálogo entre Evita y su pueblo el 22 de agosto fue más que elocuentes para presagiar tempestades… EE. UU respiró aliviado!

En una fecha, donde se confunde el Cabildo Abierto con su posterior Renunciamiento, el ejemplo de Evita (nos) marca como militantes a seguir la lucha por una Argentina mejor, no importando el lugar que ocupemos. Y que en las actuales circunstancias políticas, más que apoyar renuncias hay que reafirmar el actual proyecto nacional con quien hoy lleva los destinos de la patria por buen rumbo.

* Politólogo; Docente UNLZ y UCES; Miembro de los Institutos Nacionales Eva Perón, Rosas y Manuel Dorrego.