Informe Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina

Tiempo Argentino


La proporción de hogares que no pueden cubrir la canasta básica alimentaria es del 3,3% (2,2 millones de personas) y la pobreza en hogares es del 13,6% (8,5 millones). Destacan el impacto de la AUH, pero advierten por la inflación.


La tasa de indigencia en áreas urbanas disminuyó del 9,2% al 5,4% entre el último trimestre de 2010 y el mismo período de 2011. Así lo demostró el informe Barómetro de la Deuda Social Argentina 2012: Asimetrías en el Desarrollo Humano y Social, presentado ayer por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA). Serían, entonces, 2 millones de personas las que no cuentan con ingresos que cubran una canasta básica alimentaria de 36 pesos por día para una familia de dos adultos y dos niños.

En cuanto a la tasa de pobreza por ingresos, se evidenció una caída del 26,6% al 21,9 durante el mismo período, lo cual significa una mejora social real, señala el informe. Sin embargo, 8,5 millones de personas todavía no contarían con suficientes ingresos que les permita a una familia tipo de dos adultos y dos niños cubrir una canasta básica total diaria de $ 74 (equivalente a $ 720 por adulto por mes). La proporción de hogares indigentes también descendió del 5,2% al 3,3% en el último año, mientras que la de pobreza en hogares retrocedió de 17,1% al 13,6 por ciento. 

El informe aprecia el impacto de las mejoras en el monto y la cobertura de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la recuperación de la demanda del empleo y las mejoras salariales. Destaca otros avances, como una disminución del 32,2 al 31,1% en la insuficiencia de ingresos para mantener el nivel de vida entre 2007 y 2011, y un incremento del 16,5 al 17,6% de la capacidad de ahorro. Pero, aclara, esta “dinámica positiva se atenuó como consecuencia del aumento de la tasa de inflación”, entre otras variables.

“Los sectores más pobres no pueden darse la posibilidad del desempleo frente a las urgencias de la subsistencia”, dijo Agustín Salvia, investigador jefe  del Observatorio  de la Deuda Social Argentina, a Tiempo Argentino. “Si bien la pobreza no se limita a los aspectos económicos y materiales, dichos elementos resultan fundamentales para que las personas puedan acceder a condiciones que aseguren una vida digna como miembros activos de una comunidad económica, social y política”, destacó Salvia.

Aunque entre 2007 y 2011 la problemática del hacinamiento retrocedió ligeramente tanto en los hogares cuyo principal sostén económico era un varón como en aquellos otros donde dicho rol estaba a cargo de una mujer, en este último caso para todos los años el indicador se ubicaba 2 puntos por debajo del valor de los hogares con jefes varones. También se observó que el promedio del ingreso total familiar se mantuvo casi constante entre los años 2007 y 2010. Sin embargo, en el último año (2010-2011) tuvo lugar una recuperación de la capacidad adquisitiva de los hogares, con aumentos del ingreso total familiar y per cápita del 10 al 15 por ciento.

El informe abunda en otros datos, como el miedo a la inseguridad. Este problema se agravó, según el trabajo, del 24,6% en 2007 al 29,3% en 2011. El miedo pasó del 72,5% al 82,2 por ciento. Si bien creció la conformidad con el funcionamiento de la democracia, la disconformidad es alta, del 40%. Y seis de cada diez consideran que no hay igualdad de oportunidades para la educación, el trabajo y la vivienda.

Según la mayor parte de los especialistas, el año 2007 fue el mejor momento del modelo político-económico posdevaluación a lo largo de la primera década del siglo XXI. Es "un parámetro ideal a partir del cual evaluar los eventuales logros o retrocesos".