China y la "Guerra del opio"

Dr. Roberto Celaya Figueroa, Dra. Dina Ivonne Valdez, Mtra. Beatriz Ochoa Silva*

 Introducción 

Las relaciones entre las naciones tienden por lo general a ser difíciles por los diferentes intereses y las variantes que pueden darse en los aspectos culturales, políticos y sociológicos, lo cual lleva en ocasiones a conflictos entre las partes; partiendo del hecho de que como seres humanos podemos aprender de la experiencia ajena (aunque hay quienes sostienen que nadie experimenta en cabeza ajena), un análisis histórico de las relaciones entre las naciones puede llevarnos a identificar patrones de comportamiento, conflictos de intereses y soluciones a problemas. Frederic Wakeman, Jr a través del análisis histórico que hace en "The Canton Trade and the Opium War" nos lleva a contemplar los antecedentes que originaron la guerra del opio en la China de mediados del siglo XIX, el desarrollo de la misma y los resultados del conflicto, de igual forma podemos contemplar que se corroboran en forma empírica algunos supuestos sobre los que basamos las relaciones actuales entre las naciones: lo negativo de la existencia de monopolios, el hecho de que las prohibiciones solo generan mafias, corrupción y crímenes y la desconfianza en el trato con naciones desarrolladas por su historial imperialista. 



Características comerciales imperantes

La manera en que se daba el comercio en la época previa a la guerra del opio era de subordinación: en primer lugar a los monopolios chinos (Cohong) y en segundo lugar a los Cohong establecidos en Canton (Hoppo), centro de contacto comercial de China con el mundo. También por la época existía en Canton un Comité de la East India Company, el cual era un monopolio Inglés que aglutinaba todo el comercio con Inglaterra. Supuestamente los funcionaros imperiales de la dinastía Ch’ing establecidos en Canton debían realizar sus actividades regidos por las “razones de estado” establecidas, aunque en realidad el interés del Emperador en Canton se basaba en que era una fuente importante de ganancias personales (de hecho, el desempeño de los funcionario en Canton se evaluaban en función de su capacidad para proveer de éstos flujos financieros hacia la corte Imperial). Los flujos financieros de los Cohong’s provenían especialmente del comercio de té y telas a los monopolios establecidos, principalmente a la East India Company. Por aquel entonces China era autosuficiente y tenía un balance comercial positivo en sus relaciones con el exterior (en ese entonces China exportaba, a través de la EIC un importe de $7 millones, mientras que importaba $3.5 millones). Lo que vino a destruir ese balance positivo fue: la creciente corrupción de los superintendentes Ch’ing, la creciente inestabilidad de los monopolios Ingleses y Chinos y el incremento en el comercio del Opio.

Corrupción y el grupo “Consoo” 

Si consideramos los datos anteriores llegaremos a la conclusión que las ganancias del Emperador eran en detrimento de las finanzas públicas del Imperio, si a esto le sumamos la corrupción que se desarrolló en Canton, no podemos menos que esperar el surgimiento de problemas. Uno de ellos fue el surgimiento de una fraternidad o grupo conocido como “Consoo” que buscaba aglutinar a los Cohong con la finalidad de autoprotegerse (algo así como una mafia). Dentro de la “organización” cada comerciante debía aportar el 10% de sus ganancias para pagar las extorsiones de los oficiales. El establecimiento de esta mafia fue la última fase del control comercial en Canton, y el inicio de su caída. Los eventos valorativos que se pueden considerar son: la creciente corrupción de oficiales que comenzó a darse, el tráfico de armas y el incumplimiento de los impuestos locales. Para ese entonces ya había grupos que se rebelaban con la situación que comenzaba a darse en la región, uno de estos fueron los rebeldes “White Lotus”, los cuales asediaron la región de Szechwan-Hupei de 1795 a 1803 y que obligaron al Emperador a emprender acciones para su eliminación. Claro esté que estas acciones requerían recursos de todos, incluyendo los Cohong’s, cuyos pagos los efectuó el “Consoo”.

 Monopolios Ingleses y Chinos.

De los datos anteriores se desprende que en China había dos grandes monopolios: los Cohong’s agrupados en el Consoo y la East India Company (EIC). Para 1783 la EIC había crecido y fortalecido en China a tal grado que sus dirigentes no creían que los Hoppo pudieran crear algún grupo con la fuerza suficiente para que se les enfrentara. Con todo y eso las ganancias de la EIC no eran del todo espectaculares (entre 1780 y 1790 fueron menos de 2 millones de libras), pero el gobierno Inglés la mantenía ya que necesitaba los flujos de recursos que le proveía para financiar su reciente conquista de la India (aunque esto no fue ningún impedimento para que se dieran enriquecimientos particulares entre los funcionarios de la misma). De la India la EIC comercializaba algodón, opio y especias a China, cuyos recursos obtenidos iban a parar a Londres. Con todo y esto, había una disparidad en el comercio con China ya que el consumo de té por parte de Inglaterra superaba con creces el comercio con China, en otras palabras, Inglaterra no había encontrado un producto que pudiera comercializar con China para que le proveyera del flujo de recursos necesarios para comprarles posteriormente te. 

El fin del monopolio. 

El crecimiento tanto del monopolio ingles como del chino y de sus interrelaciones comerciales comenzó a asemejarse a un macromonopolio de facto creado entre el Consoo y la East India Company. Para 1785, los primeros comerciantes Americanos llegaron a China, como la guerra de Independencia había terminado el país estaba en condiciones de iniciar sus relaciones comerciales con otros. Este ingreso de actores adicionales al comercio en Canton hizo que los monopolios comenzaran a debilitarse. Otro aspecto que afectó a los monopolios fue el cese de adelantos que se daban a los Cohong. Cada año la EIC daba un adelanto a los Cohong a cuenta de las cosechas siguientes, con lo que aseguraba la relación comercial exclusiva y excluyente entre ambos bandos, pero, como el comercio del te era tan estable los directivos de la EIC decidieron que no era necesario dar esos anticipos, con lo que la relación monopólica comenzó su debacle. Otro aspecto decisivo en el fin del sistema monopólico fue la abolición en 1813 por parte del parlamento inglés de la EIC en la India, aunque se permitió operar todavía a la EIC en China ya no contaría con la de la India para sus relaciones.

El comercio de Opio 

Podríamos considerar que el comercio de opio se expandió accidentalmente. Como vimos anteriormente, la EIC en la India exportaba especias, algodón y opio a China fluyendo luego los recursos de estas transacciones a Inglaterra, pero, para 1827-1828, una depresión mundial afectó el crecimiento y comercio de la India, con lo que éste país se enfocó en el comercio de Opio con China. El Opio había sido utilizado en China en forma medicinal desde el período T’ang y, aunque había sido prohibida su importación en 1729, continuó fluyendo hacia China en pequeñas cantidades. Para 1773 la EIC decidió crear su propio monopolio del Opio desde la India compitiendo con el que se comercializaba desde Portugal. Esta competencia hizo que los precios disminuyeran, se incrementara el consumo y creciera constantemente la demanda. Para 1836 el flujo de Opio de la India a Canton era del orden de los $18 millones, convirtiéndolo en el producto comercial estrella del siglo XIX. Después de siglos de comercio, Occidente había encontrado por fin un producto que solicitara China en cantidades suficientes para proveerles de los recursos que necesitaban. Otro efecto de este incremento en el consumo del Opio por parte de China se dio en el hecho de perder el equilibrio positivo comercial que China guardaba en su comercio exterior: durante la primer década del siglo XIX China tuvo un superávit comercial de $26,00,000, pero de 1828 a 1836 dicho balance se había tornado negativo arrojándole un déficit de $38,000,000.
Para 1833 se llegó la fecha decretada para la abolición de la EIC en China (veinte años después que en la India), con lo que se esperaba se diera un empuje al libre comercio entre los mercaderes de Occidente y China, pero China tenía otro punto de vista ya que su economía continuaba siendo cerrada a Occidente, de hecho las restricciones comerciales con Occidente permanecieron y los comerciantes fueron mantenidos fuera de las murallas de las ciudades. A pesar de ello Occidente, en la voz de Inglaterra, no iba a dejar escapar un mercado potencial de 400 millones de consumidores. A pesar de los intentos diplomáticos efectuados por Inglaterra en 1793 y 1816, China permanecía casi cerrada al comercio exterior, demás de que todo comercio exterior se hacía en Canton con las consabidas mafias creadas por los monopolios Chinos. Fue entonces que comenzaron a oírse voces que decían que si la diplomacia no era efectiva, entonces no quedaba otra más que la guerra para abrir China al comercio, al libre comercio, sin restricciones ni mafias. Poco antes de la guerra del Opio (1839-1842), las premisas Chinas sobre su superioridad no se ponían en duda: se consideraban mejor preparados para la guerra, mejor civilizados que los “bárbaros” del exterior y con un comercio fuerte respaldado por productos solicitados por todo Europa; claro está que estas premisas no eran del todo ciertas y en algunos casos totalmente erróneas. 

El asunto Napier 

Para tratar de que China se abriera al comercio Inglaterra envió a William John Napier, solo que los funcionarios Chinos tenían prohibido relacionarse con los funcionarios occidentales, por lo que Napier no fue recibido en Canton cuando quiso entrevistarse con el Gobernador General. Napier no aceptó la negativa y llevó dos naves a las puertas de Canton enviando tropas por tierra para forzar su recibimiento (y aceptación de las condiciones Inglesas sobre el comercio). El Gobernador ordenó detener todo comerció, bloqueó las fábricas y esperó a que Napier desistiera. Napier enfermó de Malaria sin lograr que sus peticiones fueran atendidas muriendo en octubre 11. Este hecho convenció a los oficiales Chinos de la superioridad de ellos y de la fortaleza ante los “bárbaros”, es decir, les dio una confianza sin sustento. Por otra parte, mientras la EIC estuvo funcionando como monopolio entre China e Inglaterra, los precios pudieron ser controlados, ahora, con la eliminación de la EIC comenzó un proceso de inflación en los productos Chinos. Lo anterior se utilizó como un argumento más para presionar a Londres en cuanto a forzar a China a abrirse al comercio exterior. Inglaterra nombró a Charles Elliot para ir a China con la comisión de encontrar una solución al conflicto. Elliot llegó a China en 1838 y, aunque no tenía instrucciones precisas, esperaba que el poderío naval que desplegaba hiciera reconsiderar a los Chinos en sus actitudes. Cuando los funcionarios Chinos vieron eso enviaron una comitiva a disculparse con Elliot, con el cual éste creyó que los Chinos habían cambiado de postura. Elliot regresó  creyendo que había conseguido lo que Inglaterra esperaba de él, cuando en realidad China no cambió un ápice su actitud en lo referente al comercio.

Debate acerca del Opio

 Por los años de 1836 alrededor de 1,820 toneladas de Opio entraban a China cada año. La adicción se incrementaba cada vez más y más, algunos cálculos estiman que había alrededor de unos 12 millones de adictos en China. Este problema en el consumo del Opio en China comenzaba a tener consecuencias en los fondos de recursos a las arcas Imperiales y a las gubernaturas locales. Como cada vez salía más dinero de China, la moneda se devaluó, generando inconformidad en el pueblo y los comerciantes. Por otro lado, la intoxicación de las gentes con Opio daba pauta a que voces en el gobierno Imperial se pronunciaran en contra del comercio y consumo del Opio. El Imperio estableció patrullajes especiales para detener el contrabando de Opio, con lo cual solo generó más corrupción y problemas en ambos bandos, ya que en ocasiones estos oficiales eran atacados para robarles los cargamentos. El Opio había sido tratado de prohibir en el siglo XVIII sin lograrlo, por lo que pronunciamientos como los del Hsü Nai-chi iban más enfocados a la legalización del comercio y consumo del Opio. Su argumentación (que podemos referenciar con las argumentaciones actuales respecto a la legalización de las drogas) giraba principalmente en señalar que las prohibiciones no habían tenido gran efecto en el comercio y consumo del Opio, mientras que si habían generado corrupción y mafias, lo cual era mucho más negativo para el Imperio. Por otro lado estaban lo s que se pronunciaban por continuar con la prohibición en cuanto al comercio y consumo del opio, su principal argumento era que el hecho de que las leyes se violaran no debería dar pauta a cambiarlas e inclusive eliminarlas. Ésta última postura fue la que convenció al Emperador el cual redobló los esfuerzos por eliminar el comercio de Opio. Para 1838, a la vista de los pocos resultados obtenidos, gente como Huang Chüeh-tzu se pronunciaron por implantar la pena de muerte de los consumidores de Opio argumentando que la única forma de destruir ese comercio ilegal era eliminando de raíz el problema. Claro está que no se aceptó su moción sino que se continuó con la postura de enfrentar a los contrabandistas. Lin Tse-hsü fue comisionado para llevar esta delicada misión. Para Lin Tse-hsü estaba claro que la guerra del Opio se ganaría aplicando mano firme a los contrabandistas (fueran nacionales o extranjeros) y ayudando a los consumidores a rehabilitarse (algo similar a las posturas actuales respecto de la droga)., esto último mediante una “concientización moralizadora”.

Acciones en Canton

Las medidas enérgicas no se hicieron esperar y los arrestos comenzaron a efectuarse, de hecho se creo un Comité para la supresión del Opio con poderes para arrestar a quien contrabandeara ese producto. Tal y como se había definido en la mente de Lin Tse-hsü, los arrestos debían hacerse todo aquel relacionado con el comercio del Opio, fuese nacional o extranjero, esto dio pauta al arresto de Ingleses relacionados con el Opio, entre los que destaca el arresto de Lancelot Dent, presidente de la Cámara de Comercio Británica. Este tipo de acciones (embargos y destrucción de cargamentos de Opio con las consabidas pérdidas para las arcas inglesas y el arresto de ciudadanos ingleses) hicieron que Elliot comenzara a vislumbrar problemas en su relación con China. 

El camino a la guerra 

Mientras que las acciones enérgicas contra el comercio de opio comenzaron a dar frutos, el gobierno Inglés comenzó a ser presionado para que otorgara protección a sus ciudadanos ubicados en China (lo cual planteó problemas en cuanto a la determinación de jurisdicciones). Las medidas emprendidas en China obligaron a que la comunidad inglesa se mudara a Macao ya que su seguridad no estaba asegurada en China. Elliot encaminó sus barcos hacia Hong Kong, esperando una recapacitación del funcionario Chino, lo cual no obtuvo, ante la falta de provisiones y no pudiendo regresar, Elliot intentó desembarcar por la fuerza mediante unos disparos de sus barcos rompiendo el escuadrón Chino que le cerraba el paso. Aunque se dieron unos disparos no se puede considerar propiamente que la guerra había empezado, pero si que ambas partes se encaminaban hacia ella. Lin Tse-hsü envió una carta abierta a la Reina Victoria, entonces soberana de Inglaterra, en la cual le solicitaba vehementemente detener el comercio del Opio señalando que había sido mal informada de la situación en China por gente como el capitán Elliot. Mientras tanto, flotillas chinas se comenzaron a desplazar para detener la incursión de Elliot, Elliot asumió que los Chinos se preparaban para atacar con lo que se movilizó río arriba en noviembre de 1839. A pesar de ello hubo escaramuzas entre los barcos chinos e ingleses que arrojaron el hundimiento de cuatro barcos chinos en lo que se conoció como la batalla de Chuenpi. Con todo y eso, los informes de Lin hacia el gobierno Imperial no podían ser más optimistas la señalar que los “bárbaro” occidentales no sabían usar la espada, que éstos no eran rápidos en sus movimientos (señalando la causa de ello la vestimenta ajustada de los ingleses) y concluyendo que podrían ser controlados sin dificultad alguna. Contrastando con la eficiencia del ejército inglés, la armada del Imperio Chino estaba prácticamente desarmada y muy mal entrenada. Tal vez por ello se optó por reclutar gente de las localidades para que ayudaran en detener la incursión de los ingleses, claro está que 7 esta medida no fue del todo positiva ya que dentro de los reclutados estaban bandidos, contrabandistas y asaltantes rurales. Mientras que los Chinos no establecían propiamente un plan a seguir e caso de confrontación y se veía el desorden imperante en sus fuerzas, el Capitán Elliot instaba a Londres de tomar medidas enérgicas para legalizar el comercio de Opio y quitar a Lin del poder. Hay que aclarar que así como había voces en Londres que estaban a favor de la guerra con China para imponer por la fuerza el comercio de Opio, había otros que no estaban de acuerdo con ello. Es un hecho interesante el que las resoluciones anti-guerra que se debatieron en el parlamento inglés no fueron aprobadas por tan solo cinco votos. 

La guerra 

El inicio formal de la guerra del Opio se dio de Junio de 1840 a Enero de 1841. La estrategia inglesa era pasar Canton y moviéndose al norte tomar la Isla Chusan, enviando entonces una nota al Emperador con las condiciones inglesas. Para Junio 21 dieciséis buques de guerra partieron de Macao llegando para Julio 5 a Chusan. Contrariamente a lo que esperaba el gobierno de la Isla (de que los barcos venían a hacer comercio), se solicitó que se rindiera en el acto, como los Chinos no aceptaran esto, la Isla fue bombardeada por nueve minutos, después de lo cual las tropas pudieron tomar la ciudad sin problema alguno. Ante esto, el Emperador comenzó a pensar que los ingleses muy bien podrían tomar Pekín y, con la carta que recibió vía Elliot, orilló a que se determinara remover a Lin de su puesto e iniciar pláticas con los ingleses. Lin dejó Canton en Mayo 3 de 1841 y fue exiliado a Ili (cerca de Rusia) aunque para 1845 fue llamado de nuevo a servir en el Imperio muriendo naturalmente cinco años después. Ch’i-shan fue quien remplazó a Lin Tse-hsü. Aún cuando se iniciaron las pláticas los requerimientos ingleses eran por demás inaceptable para el gobierno Chino: como el de ceder una Isla completa a Inglaterra, abrir más puertos y pagar indemnizaciones por las pérdidas dadas en el comercio del Opio. A estas alturas había un nuevo debate en Pekín, aquellos que se pronunciaban por exterminar a los ingleses y los que buscaban llegar a un acuerdo con ellos. Mientras tanto Elliot continuaba avanzando llegando 7 de Enero de 1841 a estar a las puertas de Canton. Ch’i-shan, tratando de evitar una masacra firmó el Acuerdo de Chuenpei el 20 de Enero donde China se comprometía a ceder Hong Kong a los Ingleses, así como otorgar una indemnización de $6 millones estableciendo las bases de una relación directa y equitativa entre funcionarios ingleses y chinos. Desafortunadamente ningún gobernante Chino aceptó los términos del acuerdo. El Emperador chino ordenó reforzar Canton y puso a su sobrino, I-shan, como cabeza de la “Armada de Exterminación” para acabar con el enemigo. Ch’i-shan fue depuesto y sacado de Canton encadenado el 13 de Marzo. 

La caída de Cantón 

El 21 de Mayo de 1841 se inició la campaña de “exterminio” de los enemigos de China, con nefastas consecuencias para las tropas imperiales, ya que la armada inglesa hundió 71 barcos chinos haciendo que éstos perdieran la batalla quedando Canton a merced de las armas inglesas. Ante esto, el gobierno de Canton firmó de nuevo un acuerdo con las mismas cláusulas anteriormente citadas a cambio de que Canton no fuera destruida. Este triunfo ingles tuvo efectos sociales y políticos enormes en China ya que comenzó a generar un odio xenofóbico hacia los extranjeros (sobre todo los ingleses) y un incremento en los disturbios internos, después de todo, China no era la Ciudad Celestial, ni el Emperador tenía la fuerza suficiente para controlar el país. 

La fase final de la guerra 

Si bien se habían firmado los acuerdos, las hostilidades no habían terminado del todo, con 50 barcos de guerra, los ingleses tomaron la isla de Chusan, planeando tomar el puerto cercano de Ningpo, con lo que controlarían totalmente la costa Chekiang. El avance de las tropas inglesas no fue detenido logrando éstas la captura de cuatro ciudades, aunque los oficiales chinos mentían constantemente acerca de sus derrotas ante la corte (errores ocasionados en ocasiones por las diferencias de lenguaje en la China, ya que había lenguas autóctonas, lo cual ocasionaron por ejemplo, que se atacara a los ingleses solo armados con cuchillos mientras que éstos traían armas de fuego). Al mismo tiempo, las tropas Chinas habían comenzado a levantarse de sus derrotas y nunca como antes estuvieron en posibilidad de pelear con los ingleses como cuando se enfrentaron en Chen-hai, el problema, por irónico que pudiera parecer, era que las tropas chinas estaban totalmente indispuestas ya que se la habían pasado fumando Opio poco antes de la batalla. Esto marcó el fin de la ofensiva China. 

Los Tratados de Nanking. 

Las principales fallas en la contraofensiva china hicieron que la corte dejara de lado la postura guerrera-defensiva, depusiera a los funcionaros que la habían apoyado e iniciara conversaciones con Inglaterra. Ch’i-ying fue la persona encargada de para negociar la paz con Inglaterra en Chekiang. A pesar de la resistencia Imperial a ceder a las peticiones inglesas, la argumentación de Ch’i-ying de escoger entre la guerra y la paz hizo que el 15 de Julio el Emperador cambiara de parecer y le otorgara a Ch’i-ying plenos poderes para llegar a un acuerdo con los ingleses, en otras palabras, China estaba cediendo a las condiciones de Inglaterra. 9 En las negociaciones efectuadas en Nanking en el verano de 1842 y firmadas el 29 de Agosto de 1842 se establecieron las bases de la nueva relación entre China y el Occidente y las nuevas condiciones del comercio internacional, a saber:
 1.-China indemnizaría a Inglaterra con $21,000,000 
2.-Cinco puertos serían abiertos al comercio (Canton, Amony, Foochow, Ningpo y Shangai)
 3.-Las relaciones entre funcionarios ingleses y chinos se daría en igualdad de condiciones.
 4.-Habría consulados ingleses en cada puerto. 
5.-Se aboliría el monopolio Cohong. 
6.-Se pondría tarifas uniformes a la exportación y a la importación.
 7.-Honk Kong sería cedida a Inglaterra. 

Bibliografía: Frederic Wakeman, Jr, "The Canton Trade and the Opium War", en Denis Twitchett y John K. Fairbank ed., The Cambridge History of China, Vol. 10, Cambridge, Cambridge University Press, 1978. 

* Profesores Investigadores del Instituto Tecnológico de Sonora

Fuente: itson.mx