1970 El presidente de Perú, Juan Velasco Alvarado, nacionaliza los principales bancos del país.

Por Ronald Ramírez Olano
publicado el 8 Mayo de 2010

Al final del mandato del primer gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde el país ya removido por la acción guerrillera y por un movimiento laboral en franco proceso de radicalización, ingresaba desde 1965 a un periodo de impotencia y represivo.

Esto trajo como consecuencia una alta movilización de sectores sociales, crisis en los partidos tradicionales y una permanente inestabilidad política.

A ello se le agregó la manifestación de la crisis económica y una sensación de ingobernabilidad.

El sistema de los partidos que compartían la escena política, entró en crisis.

El 3 de Octubre de 1968 se produce el golpe de Estado y se instaura el segundo gobierno militar institucional de las Fuerzas Armadas. Movimiento castrense dirigido por Juan Velasco Alvarado y que tuvo dos fases muy definidas: la primera, de transformaciones reformistas.

La segunda, desde 1975 en adelante, como respuesta a la crisis, de claro contenido anti reformista.

El gobierno militar -en su primera fase- quebró el viejo orden oligárquico y recompuso las bases de dominación Desarrolló capitalistamente el país y promovió a su paso una movilización social por, a pesar y contra el modelo corporativo.

El modelo de Velasco llegó a su límite en 1975.

Los movimientos sociales que se organizaron en todo el país y que protagonizaron grandes movilizaciones de masas, enfrentaron al Estado, en un proceso de radicalización.

Las reformas en la propiedad del agro empresarial, así como en los campos de la prensa, educación, por nombrar sólo algunos, determinó una compleja y contradictoria relación entre gobierno y tendencias políticas.

A diferencia de otros gobiernos militares, el velasquismo no ilegalizó a ningún partido político, pero sí hostilizó a alguno de ellos.

Pero el gobierno sí había variado los términos de relación en la representación política: clausura del parlamento y supresión de los procesos electorales.

Con ello dejaba sin carta de juego a los partidos tradicionales que quedaron así desactivados.

Pero el mismo gobierno creó, a pesar y contra las reformas, nuevos espacios de lucha política con agentes sociales vitalizados por las mismas y generadores de acciones de masas nunca antes visto en la historia peruana.

OBRAS DE SU GOBIERNO

- Nacionalizo La BREA y Las PARIÑAS (09 de octubre de 1968).
- Se dio la ley de REFORMA AGRARIA (24 de junio de 1969).
- Se dio la ley general de AGUAS.
- Se dio la ley de comunidades industriales (septiembre de 1970).
- Se EXPROPIARON los DIARIOS (julio 1974).
- Se formulo el “PLAN INCA”.
- Se crearon las empresas de propiedad social.
- Se expropio la industria de la pesca.
- Se dio la ley de REFORMA EDUCATIVA (1972).
- Se dio la ley general de minería.
- Se expropio Cerro de Pasco. Se creó Minero Perú.

- Se creó el ministerio de pesquería (diciembre de 1969); la corporación financiera de desarrollo COFIDE (mayo de 1971); el sistema de apoyo a la movilización social – SINAMOS (JULIO 1971); SIDER PERU (noviembre 1971); el sistema de Defensa Civil (noviembre de 1972).

- Se produjo el Motín de la Guardia Civil (05 de febrero de 1975).- Se suscribió el Acuerdo de Cartagena (pacto andino).

El largo litigio sobre la concesión de la explotación de los ricos yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas a la International Petroleum Company (IPC), subsidiaria de la American Standard Oil Company, fue resuelto finalmente por el gobierno de Belaúnde en agosto de 1968. Sin embargo, la desaprobación general a la firma de este acuerdo obligó al gabinete a dimitir el 1 de octubre y dos días después Belaúnde era depuesto por un golpe militar.

Los derechos constitucionales fueron suspendidos y se constituyó la Junta Militar Revolucionaria encabezada por el general Juan Velasco Alvarado, que fue nombrado presidente.

Su gobierno expropió las instalaciones de la IPC, creando una fuerte tensión diplomática en las relaciones con Estados Unidos.

Las relaciones se deterioraron aún más en febrero de 1969, cuando una cañonera peruana apresó a dos barcos pesqueros estadounidenses por faenar en aguas consideradas jurisdiccionales.

En la década de 1970 el gobierno de Velasco inició radicales reformas del sistema social y económico; las más importantes fueron la expropiación de los complejos agroindustriales de capital extranjero y las grandes haciendas latifundistas, la imposición del control de precios de los productos de consumo básico y del sector servicios, así como una amplia reforma agraria; en 1973 fue nacionalizada la industria de transformación de la anchoveta, que había sufrido un serio descenso en 1972 por una alteración en las corrientes oceánicas; el presupuesto previsto para 1973-1974 se incrementó un 35% para mejorar y diversificar la industria privada.

En junio de 1973, el Banco Mundial concedió al país un crédito de 470 millones de dólares y el Banco Interamericano de Desarrollo le prestó otros 30 millones de dólares.

I. Retorno a la democracia

El 9 de agosto de 1975 el gobierno fue derribado por otro golpe militar, precedido por una serie de huelgas y manifestaciones de descontento popular contra el enfermo presidente Velasco. Al día siguiente juraba como presidente el general Francisco Morales Bermúdez, primer ministro y ministro de la Guerra en el gabinete de Velasco. El nuevo gobierno anunció que el país retornaría a la democracia en 1980; en las elecciones celebradas ese año, Belaúnde Terry fue el vencedor y formó gobierno en el mes de julio bajo una nueva Constitución.

Durante los cinco años siguientes el índice per cápita se vino abajo, creció la deuda externa y aumentaron los enfrentamientos entre la guerrilla y las fuerzas de la contrainsurgencia gubernamental.

En 1985 las elecciones presidenciales dieron la victoria al candidato del APRA Alan García Pérez, que fue incapaz de detener la rápida caída de la economía del país.

24 de diciembre de 1879, durante el gobierno de don Nicolás de Piérola se creó la Secretaría de Fomento, que comprendía los sectores de Obras Públicas, Industria, Comercio y Beneficencia. Posteriormente, el 18 de enero de 1896, la Cámara de Senadores promulgó la ley que creó el Ministerio de Fomento y Obras Públicas, que contenía los sectores de Obras Públicas, Industria y Beneficencia.

El 25 de enero de ese año se expidió la Resolución Suprema nombrando al Ingeniero Eduardo López de Romaña, ex Presidente de la República, primer Ministro de Fomento y Obras Públicas.

El Ministro despachaba en una oficina de Palacio de Gobierno, posteriormente fue trasladado a un local donde hoy se levanta el Palacio Municipal.

En 1910 se dispuso su traslado permanente al Palacio de la Exposición, donde compartía las instalaciones con el Concejo Municipal de Lima; con el tiempo este local resultó insuficiente y se albergó en el edificio ubicado en la avenida 28 de julio, el cual fue construido expresamente para la Exposición Minera, Industrial y Agrícola en 1924.

El sábado 26 de setiembre de 1925 fue inaugurado el edificio que ocupó durante casi 80 años, contando con la concurrencia del presidente de la República de aquel entonces, Augusto B. Leguía.

En ese entonces se desempeñaba como Ministro de Fomento y Obras públicas el Dr. Pedro José Rada y Gamio, quien inició su discurso con la frase "Señor presidente de la República, venía a inaugurar este edificio monumental destinado al funcionamiento del Ministerio de Fomento, centro que irradia, en los ramos de su actividad, el progreso del país, obra de vuestras sorprendentes facultades de estratega, y del empuje inmensurable de vuestro excelso corazón, de patriota".

Durante el gobierno del Gral. De División EP Juan Velasco Alvarado, el Ministerio de Fomento y Obras Públicas cambió de nombre por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

La ley orgánica fue publicada el 25 de marzo de 1969, según el Decreto Ley Nº 17271; el 1º de abril de ese año, entró en funcionamiento con el propósito de apoyar a los demás sectores mediante el transporte y las comunicaciones.

Según el Decreto Ley Nº 25491 publicado el 11 de mayo de 1992, se fusionó el sector Vivienda y Construcción, denominándose desde ese entonces Ministerio de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción, asignándosele mediante Decreto Ley Nº 25862 la misión de planificar, formular, dirigir, coordinar y evaluar las políticas relacionadas al sector en armonía con los planes de desarrollo del país.

Finalmente, el 10 de julio del 2002 se aprobó la Ley Nº 27779 en la cual se aprobaba la separación del sector Transportes y Comunicaciones del sector Vivienda y Construcción y la modificación de la organización de los ministerios.

Posteriormente estas disposiciones fueron modificadas y precisadas con la Ley Nº 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, que estableció 15 ministerios entre los que figuraba el Ministerio de de Transportes y Comunicaciones, cuya función es integrar interna y externamente al país, para lograr un racional ordenamiento territorial vinculado a las áreas de recursos, producción, mercados y centros poblados, a través de la regulación, promoción, ejecución y supervisión de la infraestructura de transportes y comunicaciones.

En diciembre del 2005 el MTC varió de domicilio.

El edificio ubicado en el cruce de las avenidas Zorritos con Tingo María, que anteriormente ocupaba la empresa Electro lima, lo alberga en la actualidad.

Este moderno local brinda mayores comodidades a los usuarios y trabajadores del Ministerio ya que cuenta con amplias instalaciones, mejor infraestructura, áreas verdes, estacionamientos y lo más resaltante, es que el Ministerio por fin cuenta con un edificio propio

GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE LA FUERZA ARMADA (3 DE OCTUBRE DE 1968-28 DE JULIO DE 1980)

EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE JUAN VELASCO ALVARADO (1968-1975)

Al asumir la Fuerza Armada el gobierno de la Nación, emitió un manifestó en el que explica las causas por las cuales adoptó esa determinación.

Reforma Agraria

El gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, inició un proceso rápido de reformas.

Empezó con la Reforma Agraria, expropiando más de 7 millones de hectáreas, e impuso un sistema colectivo de tendencia a los campesinos, mediante las SAIS y las CAPS, que fracasaron.

Petróleo: Compensación para la IPC - Rossi asesinado - nacionalizaciones - armas soviéticas

Crea un organismo de control, denominado SINAMOS. Termina con el problema de la IPC (International Petroleum Company ["Compañía de Petróleo Internacional"]), pagando a la ESSO Standard (propietaria de la IPC), una compensación de sus bienes.

En esta época es asesinado el magnate pesquero ingeniero Luis Banchero Rossi. Se toma el control de la Industria Pesquera y Conserva. Son intervenidas algunas Universidades Nacionales.

Se compra gran cantidad de armamento soviético.

[Iniciativa escolar en Ayacucho - festival de 150 años de la batalla de 1824 - obras en Huamanga - Pacto Andino en Cartagena]

En la región de Huamanga se produce, el movimiento "por la gratuidad de la enseñanza", en 1969, que resume el momento de mayor importancia del Frende de Defensa del Pueblo.

El Decreto 006 emitido por el gobierno velasquista proponía elevar el nivel de la educación mediante el pago de una mensualidad, de parte de los alumnos aplazados en su promedio final anual. (p. 119)

Por el sesquicentenario en 1974 de Batalla de de Ayacucho [de 1824] se realizan obras de infraestructura y planificación urbana; para completar el festejo se tuvo la visita de cerca de una docena de jefes de Estado que participaron de la celebración.

"Ayacucho, barriada de Caracas" fue la fase acuñada con ironía por los estudiantes de entonces para resumir, un poco exageradamente, la construcción de obras con dinero del gobierno venezolano y del Estado peruano.

La construcción de obras como el Centro Cultural Simón Bolívar, la carretera asfaltada a Quinua, la "reconstrucción" del pueblo de Quinua, el frigorífico zonal, el restaurante "Agallas de Oro", el monumento a Bolívar y el obelisco en las Pampas de Quinua corresponden a este período.

El 29 de agosto de 1975, el general francisco Morales Bermúdez se pronuncia en Tacna, con el apoyo de todas las regiones militares, depone a Velasco dando fin a la primera fase.

También en esta época se inicia el Pacto Andino integrado por los países de la Cuenca del Pacífico, y por la cual se suscribió el "Acuerdo de Cartagena".

La Reforma Agraria, fue la transformación más revolucionaria del gobierno de Juan Velasco.

No sólo porque destruyó para siempre el antehistórico régimen feudal de explotación servil del hombre andino, sino porque también nacionalizó y cooperativizó las empresas agroindustriales azucareras de la costa Norte del Perú.

Las tierras agrícolas tanto de la sierra como de la costa fueron expropiadas, pagándolas a sus poseedores, gamonales y capitalistas. Mientras que el ganado fue pagado en efectivo, lo que permitió que pudieran invertir en otras ramas de la economía, como la industria.

Esta Reforma Agraria, entonces, no destruyó esas clases sociales, sólo las desplazó de la producción agraria o agroindustrial a la Industria.

El 24 de junio de 1969, cuando en el cementerio de Juliaca en horas de la tarde era enterrado Néstor Cáceres Velásquez, uno de los principales precursores de la Reforma Agraria, el general Velasco desde Lima, con voz ronca pero firme, promulgó la histórica ley de Reforma Agraria.

Para algunos sectores sociales, vinculados con el gamonalismo provinciano, se trató de una medida completamente injusta porque se privaba de su propiedad a los "sacrificados" hacendados del país.

Sin embargo, fue una de las transformaciones más justas ejecutadas en toda la historia del Perú, ya que el origen de la propiedad de los gamonales, no es otro que el saqueo que hicieron los invasores españoles de las llamadas "tierras del inka", convirtiéndolas en haciendas de miles de Has.

Y acrecentadas a costa de la sistemática expropiación de las tierras de las comunidades andinas, con la complicidad del poder judicial colonial y criollo.

La lamentable equivocación de la de Reforma Agraria estuvo en introducir un modelo cooperativo extraño a la realidad comunera de los Andes.

Se formaron CAP (Cooperativas Agrarias de Producción), SAIS (Sociedades Agrícolas de Interés Social) y ERPS (Empresas Rurales de Propiedad Social), que no sólo fueron manejadas, saqueadas y descapitalizadas por sus administradores criollos y mestizos corrompidos, sino que no fueron acogidas con el necesario entusiasmo y compromiso de sus asociados andinos, ajenos a su funcionamiento.

Si las tierras expropiadas a los hacendados de la sierra, se hubieran entregado a las comunidades andinas, el éxito de la Reforma Agraria hubiera sido rotundo, como exitosa es la producción de subsistencia que heroicamente resiste, hasta hoy día, en los Andes.

A pesar del descalabro de las empresas creadas por la Reforma Agraria, la desaparición de las anticuadas e injustas relaciones serviles en la sierra peruana, es un logro social sin precedentes en nuestra historia y que sólo por ello se justifica esa transformación.

La Reforma Agraria fue complementada con el inicio de grandes proyectos de irrigaciones en la costa, para ampliar nuestra frontera agrícola; como es el caso de la Irrigación Majes en Arequipa.

REFORMA EMPRESARIAL

Los ideólogos del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, conscientes de que el sistema capitalista permite la explotación del hombre por el hombre, diseñaron y ejecutaron una reforma empresarial que disminuyó esas inhumanas relaciones, implementando un sistema de participación en las utilidades y gestión de las empresas.

Para ello se creó las comunidades industriales, o laborales.

Por ley se estableció que los trabajadores debían adquirir hasta e149% de las acciones de las empresas en las que trabajaban.

Además debían tener un porcentaje de representantes en el directorio de las empresas para participar con voz y voto en la gestión empresarial.

Y sembrando el futuro de la democracia social de participación plena, se crearon las Empresas de Propiedad Social, que en su condición de autogestionarias, contaron con el apoyo técnico y financiero del estado.

Los trabajadores eran los absolutos propietarios de sus empresas y las utilidades repartidas entre todos ellos, eliminando cualquier forma de explotación humana.

REFORMA BANCARIA

Como los bancos guardaban el dinero del pueblo, pero sólo lo prestaban a los ricos; su intermediación, era uno de los orígenes de las grandes desigualdades económicas.

Además de las desiguales oportunidades para realizar cualquier actividad económica.

A lo que se sumaba los altos intereses al préstamo de capital por los bancos comerciales, que obviamente tenían como única finalidad la de la ganancia.

Por otra parte el Banco Central de Reserva, que debía conducir la política monetaria del país, por su debilidad económica y financiera, era remplazado en sus funciones por los bancos privados, especialmente extranjeros.

A lo que había que agregar que las divisas, producto de las ganancias empresariales dentro del país, se fugaban en busca de otros mercados o lugares de inversión extra nacionales.

Frente a esa situación el Gobierno Revolucionario desarrolló una reforma bancaria que nacionalizó y estatizó gran parte de la banca privada, creó bancos de fomento con bajos intereses para impulsar determinadas actividades económicas, especialmente agrícolas, mineras y de la construcción.

Estableció el control de cambios, para que en el país sólo circulara la moneda nacional y otras medidas complementarias para que los dólares no salieran con facilidad al exterior.

REFORMA MINERA

La reforma minera logró que el estado controlara la producción, refinado y comercialización de los minerales, que cuando eran explotados por empresas extranjeras por el sistema de concesiones, no representaban mayores utilidades para el pueblo peruano.

Expropió y nacionalizó explotaciones mineras manejadas por empresas transnacionales como la de Cerro de Pasco Corporation y la Compañía Minera Marcona Minig.

Y creó una gran empresa estatal que llamó Minero Perú, la que asumió la gestión minera nacional, manejando importantes explotaciones mineras del país.

Su política petrolera, con la construcción del Oleoducto Peruano, que trajo el "oro negro" de la selva hasta la costa, no sólo superó nuestra condición de importadores de hidrocarburos, sino que pasamos a ser exportadores.

Creó la sólida empresa estatal Petróleos del Perú (Petroperú), que asumió la refinación petrolera, la distribución y comercialización de combustibles y lubricantes, fomentando la producción nacional y dando ganancias al estado.

 Incentivó y financió la prospección minera y petrolera, especialmente en la selva peruana. Inclusive otorgando concesiones a empresas extranjeras, pero dentro de nuevas condiciones, que no sólo velaban por la soberanía nacional, sino por sus ganancias económicas, ya que en algunos casos la actividad minera debía ser mixta, con la participación obligada de las empresas estatales, para mantener el control de la actividad, además de obtener ganancias de los recursos nacionales agotables.

REFORMA DE LA PESQUERÍA

En el Perú, por nuestra gran riqueza ictiológica, se había alcanzado un crecimiento desmesurado, dando lugar a una pesca desordenada, irracional y depredadora para la producción de harina de pescado, llegando a ser los primeros productores del mundo.

No obstante, la pesca extranjera por concesiones y las inversiones también foráneas succionaban nuestra riqueza marina, sin que los peruanos alcanzáramos los suficientes beneficios de ella.

Se creó el ministerio de pesquería para dirigir y orientar al sector y crear los organismos necesarios para la producción y comercialización, tanto de la harina de pescado como de la pesca de consumo humano, que a pesar de nuestra riqueza, era desaprovechada.

Se estatizó las empresas pesqueras, formando la gran empresa estatal Pesca Perú. Pero la pesquería peruana ya había bajado su productividad y rentabilidad, posiblemente por una extracción depredadora.

Hizo respetar el mar territorial dentro de las 200 millas, autorizando y regulando la pesca de naves extranjeras.

Impulsó la pesca para el consumo humano e invirtió en la infraestructura de puertos y frigoríficas, además de cámaras y fábricas de conservas. Se creó la EPSEP (Empresa Pública de Servicios Pesqueros), que entre otras actividades producía enlatados. Además, promovió la investigación pesquera realizada por el IMARPE, Instituto del Mar.

REFORMA DE LA VIVIENDA

Considerando el gran crecimiento urbano de las principales ciudades del Perú, por el aumento de las migraciones del campo a la ciudad, que desembocaba en la tugurización y la creación de viviendas precarias en las zonas marginales; se creó el Ministerio de Vivienda.

Se les cambió el nombre despectivo de "barriadas" por el de "Pueblos Jóvenes" y se desarrollaron amplios programas para dotarlos de los servicios básicos de agua, desagüe y electricidad.

Además de investigar y crear programas para abaratar los materiales de construcción y adecuarla a los climas de cada región, propiciando la construcción de viviendas económicas.

Se orientó el crédito exclusivamente para las viviendas económicas, fomentando su construcción; lo mismo que de servicios comunales.

REFORMA EN TRANSPORTES Y COMUNICACIONES

La infraestructura del transporte y su equipamiento eran anticuados e ineficientes al interior del país. Y en lo que se refiere al transporte aéreo y marítimo, dependía de empresas extranjeras, con la consiguiente pérdida económica del estado peruano.

Se concentró en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones todos los servicios y programas relacionados al transporte, creándose la compañía aérea de bandera, AEROPERÚ y la Compañía Peruana de Vapores.

Se creó de igual manera ENAPU, la empresa encargada de la administración de los puertos. Lo que permitió que el estado tuviera un control directo del transporte por considerarlo estratégico.

En lo referente a la radiodifusión, que siempre fue manejada por grupos de poder económico y políticos, el Gobierno Revolucionario desarrolló una política orientada a su control para asegurar el desarrollo socioeconómico del país y contribuir a la integración nacional y la defensa y seguridad nacionales.

Las comunicaciones internacionales estaban monopolizadas por la transnacional ITT (International Telefhone and Telegraph) que manejaba nuestras comunicaciones de acuerdo a sus intereses económicos.

La política estatal para desarrollar los servicios públicos de comunicaciones se basó en integrarlas en un solo sistema nacional eficiente, seguro y económico de propiedad del estado.

Puso la radiodifusión y la televisión al servicio de la educación, cultura, recreación e información.

Se crearon nuevas empresas de radiodifusión estatal y se modernizaron las existentes.

Se normó la programación de las emisoras radiales y de televisión estableciendo la obligatoriedad de un porcentaje de programas de cultura y arte nacionales y los principales medios propalaban noticias tanto en castellano como en quechua.

Además se prohibieron expresiones extranjeras alienantes. Con todo ello se crearon las condiciones para la defensa de la identidad cultural, especialmente andina.

REFORMA EDUCATIVA

En un país como el Perú, en el que se prohibía el voto a los numerosos analfabetos, la educación pública era una herramienta para mantener ignorante a la mayoría de la población, facilitando su explotación.

Para un gobierno revolucionario, la educación estaba entre las primeras prioridades. Debía hacerse una profunda reforma educativa que lograra liberar al hombre para la creación de una nueva sociedad.

Los nuevos objetivos de la educación estaban orientados a transformar la estructura de la educación creando un sistema humanista que permitiera exaltar la dignidad del hombre, haciéndolo reconocer su derecho a la educación sin discriminación alguna.

La educación entonces se orientó al trabajo para alcanzar la plena realización del hombre.

Se tuvo un criterio educativo flexible, adecuado a las necesidades de la población de las diversas regiones del país.

Se enfatizó la necesidad de lograr la gratuidad de la enseñanza, sostenida totalmente por el estado y de acuerdo a las posibilidades económicas se buscó la dignificación del magisterio, asegurando su formación y continuo perfeccionamiento, con una situación económica que progresivamente fue acorde con su elevada misión.

La reforma educativa por la oposición de un magisterio politizado no pudo aplicarse

Debidamente, pero alcanzó algunos frutos.

Se impulsó la educación técnica orientando al trabajo a los jóvenes desde la secundaria a través de las ESEP.

Se dio una nueva ley universitaria que a pesar de sus aportes modernizadores, fue sistemáticamente por los estudiantes y profesores.

VERDADERA LIBERTAD DE PRENSA

Uno de los temas más controvertidos y conflictivos en el proceso revolucionario fue el relacionado con la libertad de prensa y las radicales medidas que se tomaron.

Se partió del análisis (expuesto en el "Plan Inca") de que en el país no existía libertad de prensa sino de empresa; que los órganos de prensa estaban en manos de familias y grupos de poder; que con ellos se corta, silencia o destaca la información de acuerdo a los intereses de sus dueños; que se atenta impunemente contra la moral y el honor de las personas e instituciones y finalmente, que se permite que los extranjeros tengan la propiedad y gestión de órganos de prensa.

Frente a esa situación los militares revolucionarios se propusieron y ejecutaron dos objetivos:

1) Una prensa auténticamente libre, que garantice a todos los peruanos la expresión de sus ideas, respetando el honor de las personas y la moral pública;

2) Los órganos de prensa estarán exclusivamente en poder de organizaciones representativas de la nueva sociedad.

Con la nueva legislación de la prensa y la expropiación de los periódicos de sus monopólicos propietarios, el Gobierno Revolucionario tomó una de las más drásticas medidas que fueron rechazadas por los grupos afectados, quienes recibieron el respaldo de organismos internacionales que protegen a los empresarios.

Con la prensa libre de la manipulación de la oligarquía e intereses extranjeros, el ataque sistemático contra el gobierno, no sólo desapareció sino que se volcó a favor de las medidas revolucionarias.

No obstante, las personas que asumieron la dirección de los periódicos no fueron desde el principio las instituciones representativas del país; sino intelectuales y personalidades vinculadas al régimen, lo que produjo efectos contraproducentes.

Cuando se inició la transferencia de los medios de prensa a las instituciones, ya fue muy tarde. Aprovechando la enfermedad del general Velasco que desembocó en la amputación de una pierna, los militares traidores dirigidos por el imperialismo norteamericano empezaron a conspirar.

REIVINDICACIÓN HISTÓRICA

El Gobierne Revolucionario precisamente terminó con el pronunciamiento militar del felón (traidor) de la historia, general Francisco Morales Bermúdez el 29 de agosto de 1975, cuando el ejército peruano estaba listo en Tacna para la recuperación militar de los territorios de Arica y Tarapacá.

De acuerdo al derecho internacional, las guerras ganadas no dan derecho a los botines, ni la reparación de gastos de guerra, que suelen pagar los vencidos, tiene que ser con la mutilación de territorio.

Por eso y por una serie de vicios cometidos en la suscripción y cumplimiento por ambas partes, los tratados de Ancón y de Lima son nulos.

Y por lo tanto, los territorios de Arica y Tarapacá están ilegalmente secuestrados por Chile y el deber de los verdaderos patriotas es recuperarlos.

Velasco Alvarado y su equipo de militares estrategas y geopolíticos trazaron el plan del siglo, obviamente por su carácter secreto no pudo incluirse en el Plan Inca, pero finalmente, algunas manos extrañas dándole la forma de una novela de ficción política lo publicaron en un periódico de circulación nacional.

Independientemente de la veracidad de esa información, el nivel militar que el Gobierno Revolucionario alcanzó, superando significativamente el poderío de Chile, sólo podía tener una finalidad: la recuperación militar de nuestros territorios del Sur.

Finalmente, para que no quede ninguna duda, los golpes militares de las últimas décadas se dieron en Lima y con la participación de la división blindada (tanques) y si el de Morales Bermúdez se hace en Tacna es porque estaba la blindada para respaldar el golpe.

¿Qué hacía la división blindada del Perú en la frontera con Chile?

De no haber mediado el golpe traidor de Morales Bermúdez, que derrocó al general Juan Velasco y salvó a Chile, el Gobierno Revolucionario hubiera recuperado Arica y Tarapacá.

LA FARSA DE LA SEGUNDA FASE

Cuando Francisco Morales Bermúdez derrocó al general Juan Velasco Alvarado, no se atrevió a decir que el proceso revolucionario paraba, sino lo contrario, que continuaba.

Es decir, realmente nunca hubo una "segunda fase" de gobierno revolucionario.

Todo lo que hizo Morales Bermúdez desde el día golpe militar hasta el término de su gobierno, no fue otra cosa que desmantelar las reformas realizadas por Juan Velasco Alvarado para luego convocar a una Asamblea Constituyente y a elecciones generales.

Morales Bermúdez con apoyo del imperialismo norteamericano modificó las leyes que amparaban las reformas y volvió a convertir al Perú en un sirviente de esa potencia opresora.

Y lo peor, dio su golpe militar en el preciso momento en que el Perú iba a redimir Arica y Tarapacá.

VISIÓN HISTÓRICA DEL VELASQUISMO

Después de 30 años de haber sido interrumpido el proceso revolucionario dirigido por el general Juan Velasco Alvarado, por la contrarrevolución de Francisco Morales Bermúdez, uno de los mayores traidores de la historia, sus logros y realizaciones se agigantan.

Sólo al comparar el gobierno del general Velasco con los de Morales, Belaunde, García y Fujimori, salta a la vista la diferencia.

No sólo la población pobre tuvo mejores niveles de vida, sino los servicios sociales, tales como la salud y educación, estuvieron a su alcance.

Fue el momento de mayor dignidad patria, después de siglos de dominación y explotación colonialista española y de sus descendientes los criollos.

No sólo por su posición internacional soberana, sino por las reivindicaciones históricas y la defensa de la verdadera cultura peruana, la andina.

El Gobierno Revolucionario logró capitalizar miles de millones de dólares con la creación e implementación de grandes empresas nacionales como PETROPERU, PESCA PERÚ, MINERO PERU, ENAFER PERÚ, ENAPU, AEROPERU, COMPAÑÍA PERUANA DE VAPORES, ENTEL PERÚ, SIMA, EPSEP, entre muchas otras, que eran eficientes y por lo tanto rentables.

Durante el infausto gobierno de Alberto Fujimori, con el cuento de las privatizaciones, remató muy por debajo de sus precios reales casi todo el patrimonio que con Velasco había logrado el Perú.

¿Y qué hizo ese miserable gobierno con el producto de la venta?

Ninguna inversión, ninguna obra social o pública, nada de eso.

Sólo pagó la deuda externa, cubrió el déficit fiscal y lo sobrante fue el botín de su gobierno.

Por eso, decenas de generales, algunos Comandantes Generales del Ejército, tenían cuentas en bancos extranjeros con millones de dólares.

Ahora están en el penal de San Jorge, aunque les corresponde el paredón, por traición a la patria en tiempo de guerra.

Mientras que el general Velasco, al igual que generales dignos y patriotas como Mercado Jarrín, Montagne Sánchez, Graham Hurtado, Fernández Maldonado, Leónidas Rodríguez, Tantaleán Yaniní, después de haber tenido el poder en sus manos durante siete años, regresaron a sus hogares para vivir sus últimos años con sus modestos sueldos de militares en retiro.

Lo mismo podemos decir de los asesores civiles del gobierno revolucionario: Carlos Delgado Olivera, Alberto Ruiz Eldredge, Héctor Cornejo Chávez, Augusto Zimmerman Zavala, Virgilio Roel Pineda, Róger Cáceres Velásquez, Ángel de las Casas Grieve, Arturo Valdez Palacio, Alfonso Benavides Correa, no hay ningún indicio de que se enriquecieran con el poder.

Con el paso de los años y el sucesivo fracaso de los gobiernos que hemos tenido que soportar, mucha gente que vivió la época del velasquismo, espera ansiosamente un nuevo gobierno revolucionario y nacionalista.

El Perú necesita ahora otro Juan Velasco Alvarado.

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