Integración sudamericana-árabe

 David Garcia
APAS

El documento consensuado por los 32 mandatarios -los 12 países miembros de la Unasur y los 20 de la Liga de los Estados Árabes- cuenta, entre sus principales puntos, el respaldo al reclamo argentino por Malvinas, como también la reivindicación de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.

Tras largas horas de debate, finalmente los Mandatarios que participaron en Perú de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y Países Árabes (ASPA), consiguieron suscribir la Declaración de Lima.

Entre los puntos más importantes del documento se encuentran el respaldo a Argentina en su reclamo para que Gran Bretaña se siente en la mesa de negociación por la soberanía de las Islas Malvinas, y el pedido para que Palestina sea reconocido como Estado soberano.

En relación a estos puntos, durante su discurso, Cristina Fernández se encargó de hacer referencia a la situación del pueblo palestino, comparándola con la experiencia argentina.

“Sabemos lo que significa la ocupación territorial, sufrimos en las islas Malvinas la ocupación, sabemos lo que es tener un enclave colonial en pleno siglo XXI”, sentenció la Presidenta.

Además, la Mandataria argentina señaló que “en este mundo del siglo XXI es necesario terminar con los últimos vestigios de ocupación colonial”, aunque para eso es necesario, entre otras cosas, “una reforma del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.

Por otra parte, Cristina Fernández dedicó parte de su disertación a la crisis económica que afecta principalmente a la Eurozona, pero cuyos coletazos se sienten en todo el mundo, y afirmó que no se vislumbran soluciones a corto o mediano plazo.

Asimismo, la Jefa de Estado argentina se encargó de advertir sobre “una creciente tendencia de los países causantes de la crisis de volcar sus consecuencias en los países emergentes, que en la última década han sostenido el crecimiento de la actividad mundial”.

Otro de los puntos abordado por la Presidenta fue la crítica -compartida por el resto de los mandatarios- a la Organización Mundial de Comercio (OMC), debido a las restricciones que impone a los productos de países emergentes a la hora de entrar en los mercados de los países desarrollados.

Pedidos de Ecuador

Cristina Fernández no fue la única mandataria que logró el apoyo de los más de 30 países que conforman la ASPA. Quien también logró la adhesión de sus colegas en sus pedidos fue el presidente ecuatoriano Rafael Correa.

Ante el pedido de Ecuador, y tras conseguir el consenso de los participantes, la Declaración de Lima reivindica la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, un tema no menor para Correa debido a que Julian Assange se encuentra asilado en la embajada ecuatoriana en Londres.

En declaraciones a la cadena peruana RPP, Correa se refirió a la actual situación que atraviesa el fundador de WikiLeaks, quien se encuentra desde el 19 de junio en la embajada ecuatoriana, y que recibió el asilo del gobierno de Correa el 16 de agosto.

“La salida para el impasse diplomático por el señor Assange es que se den las garantías de que si va a Suecia no sea extraditado a los Estados Unidos”, afirmó el Jefe de Estado ecuatoriano.

Y agregó que “existe un peligro sobre el señor Assange si es extraditado a Estados Unidos, donde hay senadores que lo quieren acusar con la ley contra el terrorismo que incluye pena de muerte”.

Para Correa, además de la extradición existen otras alternativas para destrabar el caso Assange. Una de las opciones destacadas por el Mandatario ecuatoriano consiste en que un fiscal sueco lleve adelante el interrogatorio en la embajada de Ecuador en Londres.

Otra de las posibilidades señaladas por Correa es que el Reino Unido entregue un salvoconducto para que el fundador de WikiLeaks pueda abandonar la sede diplomática y trasladarse a Ecuador.

Si bien esta última opción ya fue desestimada por el gobierno del Reino Unido, Ricardo Patiño, canciller ecuatoriano cree que la obtención de un salvoconducto no es imposible.

“Diplomáticamente es como un paso adelante, aunque nos hayan dicho que no (al salvoconducto), porque ya expusieron sus argumentos al respecto. Eso nos permite a nosotros presentar nuestros argumentos y en esta semana vamos a contestar al Reino Unido”, explicó Patiño al periódico El Peruano.

Aparte de la reivindicación de la inviolabilidad de las embajadas, la Declaración de Lima condena el intento de golpe de Estado que sufrió Rafael Correa el 30 de septiembre de 2009.

Una vez más, Latinoamérica da sobradas muestras de que, a pesar de las marcadas diferencias que existen entre algunos de sus mandatarios, se constituye como un bloque sólido que no está dispuesto a ser avasallado por nada ni nadie.


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