Economistas heterodoxos extranjeros disertarán en un seminario del Banco Central

Tomás Lukin
Pagina12

El poskeynesiano James K. Galbraith y el marxista Anwar Shaikh serán dos de las figuras internacionales en las Jornadas Monetarias y Cambiarias del Banco Central. Durante los ’90, el evento era dominado por economistas neoliberales.

Las tradicionales Jornadas Monetarias y Bancarias del Banco Central que tendrán lugar hoy y mañana abandonan su lógica neoliberal para consolidarse como un espacio de debate para las visiones alternativas de la economía. A diferencia de los años donde el plato fuerte eran miembros del establishment financiero internacional como los presidentes del banco de inversión JP Morgan-Chase y la nacionalizada aseguradora AIG, este año los paneles de discusión estarán monopolizados por prestigiosos economistas heterodoxos como el poskeynesiano James K. Galbraith o el marxista Anwar Shaikh. En el equipo de la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, explican que el eje de las jornadas girará alrededor del rol de los bancos centrales, la relación entre sistema financiero y los procesos de desarrollo, el financiamiento en los países subdesarrollados y la inflación.
El enfoque neoliberal que domina el diseño de los bancos centrales establece que esos organismos deben dedicarse exclusivamente al control de los precios. La reciente reforma de la Carta Orgánica amplió el mandato del BCRA para contemplar, además de ese objetivo, el desarrollo económico con equidad social, el empleo y la estabilidad financiera. “Hay que replantear el rol de los bancos centrales y el sistema financiero. Es necesario rediscutir un escenario conceptual donde la idea de la supremacía del mercado que conduce al bienestar general fracasó. Ese modelo condujo a la ampliación de las brechas distributivas y a una crisis económica profunda. Nuestro objetivo es ver cómo el sistema financiero se pone al servicio del desarrollo y no al revés”, explicó el gerente general del Banco Central, Matías Kulfas.
Desde que desembarcó en el organismo en 2010, los eventos organizados por Marcó del Pont buscaron diferenciarse de sus predecesores. Frente a la necesidad de instalar un nuevo discurso que desplace a las fracasadas concepciones ortodoxas, los tradicionales interlocutores del establishment financiero fueron reemplazados por destacados académicos
heterodoxos que abordaron temas irrelevantes para la visión dominante como la distribución del ingreso y el empleo. Asimismo, el espacio comenzó a desafiar el tradicional rol de los bancos centrales para analizar su función como agentes activos del desarrollo. “Apuntamos a que el Banco Central deje de funcionar como una entidad aislada que está por encima de todo sin compromiso con la producción, el empleo y la distribución del ingreso. Eso se refleja en la reforma de la Carta Orgánica donde se sale de un objetivo único para pasar a pensar que la política monetaria tiene incidencia en el crecimiento y el empleo”, afirmó Kulfas.
Entre los panelistas este año no habrá economistas argentinos ni funcionarios. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien participó de las últimas dos ediciones del evento, está invitada aunque su presencia todavía no fue confirmada. Durante el panel de apertura, Galbraith de la Universidad de Texas y Shaikh de la New School de Nueva York analizarán la crisis actual desde distintos enfoques teóricos opuestos a la teoría dominante. En sintonía con los lineamientos de la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, Jane Knodell, profesora de la Universidad de Vermont, y Valerio Cerretano, investigador de la Universidad Glasgow, ofrecerán una perspectiva histórica del rol de los bancos centrales como agentes del desarrollo económico. Los trabajos de Cerratano evidencian como el Bank of England aplicó políticas de industrialización a través del otorgamiento de crédito directo a ciertos sectores industriales y de garantías para créditos del Tesoro, para los sectores textil, metalúrgico y de construcción naval, una línea de acción que también existió en Alemania, Italia y Japón.
En los pasillos de las Jornadas Monetarias de 2010 y 2011, las dos primeras organizadas por la gestión de Marcó del Pont, abundaron cuestionamientos hacia las credenciales de los panelistas, su falta de experiencia en el sistema financiero y al contenido de sus presentaciones. “Quienes realizan esas críticas están aferrados a paradigmas que fracasaron en todo el mundo, dejando un tendal de ine-quidad, pobreza y recesión. Estos invitados no responden al paradigma dominante y por eso era impensable que participaran en las Jornadas Monetarias”, sostuvo el gerente general del BCRA.
En 2007, durante la gestión de Martín Redrado al frente del BCRA, las jornadas contaron con la presencia de Mario Draghi, entonces titular del Banco de Italia y actual cabeza del Banco Central Europeo. En su presentación, el italiano señalaba “los desafíos” que planteaban el peso creciente de la innovación financiera, los hedge funds y otros elementos que fueron determinantes para el estallido de la crisis. “Es demasiado temprano para pronosticar las consecuencias de esos desarrollos. Los banqueros centrales tendrán que ser humildes sobre las cosas que no conocen y deberán ser creativos y flexibles para enfrentar los cambios”, afirmó entonces Dra-ghi, quien no contemplaba entre las posibilidades de acción una mayor regulación de los mercados financieros. Frente a la continuidad de la crisis y la pobreza de las recetas para resolverla, dos paneles de estas jornadas estarán dedicados a la crisis global y la necesidad de re-regular los mercados financieros, como también los riesgos todavía presentes en el actual contexto internacional. Esas exposiciones estarán a cargo de dos reconocidos economistas, el brasileño Fernando Cardim de Carvalho y el alemán Jörg Bibow.
A diferencia de la visión monetarista de la inflación, donde la emisión de dinero y la demanda son los factores que explican las variaciones de precios, Marcó del Pont rechaza esa visión y ofrece una lectura no convencional sobre sus causas al señalar que “los aumentos de precios tienen su raíz en la oferta y el sector externo”. Con esos lineamientos, mañana durante el último panel realizarán un abordaje crítico de los esquemas de metas de inflación y la independencia de los bancos centrales y la vinculación entre la inflación y el conflicto distributivo desde una visión estructuralista.”.
Voces del pasado

Los eventos y seminarios organizados por los bancos centrales y otras instituciones no sólo ofrecen prestigio a sus anfitriones por las figuras internacionales que aceptan la convocatoria y participan de las jornadas, sino que funcionan como un espacio de legitimación de ideas y políticas económicas. Desde el equipo de Mercedes Marcó del Pont pretenden que las Jornadas Monetarias y Bancarias 2012 representen un giro cualitativo en un evento que lleva más de 30 años, monopolizado por la ortodoxia y el establishment financiero internacional.
En 1981, durante las V Jornadas de Economía Monetaria y Sector Externo organizadas por el BCRA, la presentación de Carlos Rodríguez, economista del CEMA y ex viceministro de Roque Fernández durante el segundo gobierno de Carlos Menem, concluyó que “teóricamente es posible observar un aumento en los salarios reales como consecuencia de una disminución en el grado de protección arancelaria del sector industrial”. Esas conclusiones teóricas ofrecieron respaldo a la política de apertura comercial y financiera que contribuyó activamente al desmantelamiento del entramado productivo del país entre 1976 y 2001. La eliminación de la protección arancelaria no generó aumentos en los ingresos de los trabajadores, sino que convalidó altas tasas de desempleo y un fuerte retroceso en la distribución del ingreso.
Entre 2006 y 2009, gran parte de los expositores que desfilaron por el evento ponderaron el diseño neoliberal de los bancos centrales al defender los esquemas de metas de inflación, donde los organismos persiguen como objetivo excluyente la estabilidad de precios. Uno de esos exponentes fue Erkki Liikanen, el presidente del Banco de Finlandia.
En 2005, el economista John Taylor, de la Universidad de Stanford, aseguró que “en la medida que un número creciente de bancos centrales adhiera al objetivo de estabilidad de precios y siga las políticas adecuadas para alcanzarlo, el resultado será una creciente estabilidad del producto global”. En ese sentido, Taylor planteaba que “el desafío en esta etapa es en qué medida los bancos centrales van a estar dispuestos a hacer los ajustes necesarios cuando aparezcan presiones inflacionarias”.
Sin embargo, no todos los expositores defendían la receta de talle único neoliberal de metas de inflación, como pretendía impulsar el ex presidente del Banco Central Alfonso Prat Gay en 2005. El economista del Cedes Roberto Frenkel advirtió durante su intervención en 2006 que “la política monetaria no puede subordinar un objetivo de nivel de actividad o tasa de crecimiento a la persecución de la meta de la inflación ni instrumentar la tasa de interés ignorando la heterogeneidad, los cambios estructurales y la segmentación de la economía. Debe necesariamente atender objetivos múltiples cuyas prioridades son cambiantes”.