25 de febrero de 1994. Masacre Goldstein

Hebrón: 20 años de la Masacre Goldstein

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A las 5:00 de la mañana del 25 de febrero de 1994, en la mitad del mes del Ramadán, un colono judío de Kiriat Arba llamado Baruj Goldstein entró a la Tumba de los Patriarcas ubicada en el centro de la ciudad palestina de Hebrón. Armado con una Galil, abrió fuego en todas las direcciones… En pocos segundos 29 personas fueron asesinadas y 125, heridas. Todos eran palestinos.
Esta masacre dio comienzo a un nuevo capítulo para la ciudad.

El Estado de Israel y las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) respondieron de inmediato imponiendo restricciones sobre la libertad de movimiento de los palestinos, por miedo a retaliaciones que la masacre podría inspirar. Cerraron tiendas y sellaron sus puertas, clausuraron carreteras al acceso de vehículos palestinos y decretaron un toque de queda que duró dos meses. Nadie salía, nadie entraba.
Desde entonces, la situación en Hebrón solo ha ido cuesta abajo: las restricciones de movimiento que empezaron en el 94 han aumentado y se han sofisticado a lo largo de los años, mientras que la Segunda Intifada ayudó a transformar el lugar en una ciudad fantasma. Cerraron 1829 tiendas en el centro de la ciudad, el cual ha sido abandonado por las restricciones de movimiento; el 80% de los palestinos que viven en esta zona se encuentran bajo la línea de pobreza; hay 18 puestos de control del ejército israelí desparramado por la ciudad; 650 soldados de las FDI pasan noche y día cuidando a los menos de 1000 colonos judíos que viven en el corazón de la ciudad palestina.
No hay duda de que en Hebrón, el terrorismo sionista ha vencido.
Como generaciones de soldados antes de nosotros, también nos mandaron a proteger a cientos de colonos que eligieron vivir en el centro de la ciudad palestina más grande de Cisjordania. Durante veinte años, nosotros –soldados de las FDI– hemos preservado la realidad de la clausura de calles y el cierre de negocios que oprime a los residentes palestinos.
Igual que generaciones anteriores de soldados, también creímos que el servicio en las FDI tenía sentido. Pero antes de llegar a Hebrón, nadie nos dijo que teníamos que perseguir niños e impedir que fueran a la escuela porque habían impuesto un toque de queda; que teníamos que parar la violencia de los colonos judíos con nuestros propios cuerpos para que al día siguiente ellos mismos nos dieran órdenes; nadie nos dijo que tendríamos que seguir órdenes pensadas para instaurar la sensación de que estábamos siendo perseguidos por los palestinos. No es lo que nos habían dicho y esto no es lo que dicen hoy en día.
Si Goldstein se levantara de su tumba, ubicada en un parque público de Kiriat Arba, no habría nadie más feliz que él con la realidad de Hebrón. Veinte años después de la Masacre cometida por Goldstein, Hebrón sirve como prueba de que hemos dejado de hacernos cuestionamientos morales. No podemos permitir que el terrorismo triunfe.
 * Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio) es una organización de veteranos israelíes que sirvieron en las FDI desde el año 2000 y tienen como objetivo crear consciencia en la opinión pública sobre la realidad de cada día en los Territorios Ocupados por Israel.
Traducción: América Latina Palabra Viva

Fuente: losotrosjudios.com
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17 años después de la masacre de Goldstein
publicado el 11 de marzo de 2011

Hebron era una de las ciudades mas prósperas de Cisjordania, pero hace más de 17 años Israel ha intentado transformarla en una ciudad paralizada. Una de las principales calles que une el norte y el sur de la ciudad y pasa por los principales mercados tiene prohibido el transito a los palestinos


Hebrón, una ciudad que se niega a desaparecer

Hebron era una de las ciudades mas prósperas de Cisjordania, pero hace más de 17 años Israel ha intentado transformarla en una ciudad paralizada. Una de las principales calles que une el norte y el sur de la ciudad y pasa por los principales mercados tiene prohibido el transito a los palestinos ya sea a pie o en auto, lo cual se suma a otras restricciones que sufren los palestinos en la zona, esto ha llevado al colapso económico del centro de la ciudad. Israel no es ingenuo, sabe que atacar también la economía palestina le garantiza la inviabilidad de la construcción de un Estado Palestino independiente.
Muchos residentes han dejado la ciudad, y la zona se ha convertido en unaciudad fantasma. Pero muchos otros palestinos se han quedado en la ciudad no obstante el brutal régimen de apartheid que Israel les impone. Los colonos israelíes, se pueden mover libremente por la calle pero los palestinos tienen prohibido transitar por ella. Israel empezó a restringir la circulación de los palestinos a lo largo de la calle en 1994., luego de iniciado el proceso de Oslo, este trato a los habitantes palestinos refleja a las claras la interpretación diferente que cada una de las partes ha tenido del mismo acuerdo, así los Acuerdos de Oslo para los palestinos significaban la esperanza de la construcción próxima de un Estado independiente con Jerusalem como su capital mientras para los israelíes significaban más tiempo para colonizar los territorios Palestinos. De esta manera bajo una mascara en busca de "seguridad" luego de la masacre llevada a cabo por el colono israelí Baruch Goldstein quien entró disparando en la mezquita de Hebron y mató allí a 29 Palestinos. Luego de la masacre Israel decidió castigar a los palestinos imponiéndoles aun más restricciones. Al principio, Israel prohibió el comercio palestino y el tráfico de vehículos por parte de la calle Shuhada, y sólo los residentes de esa calle podían entrar con sus vehículos.
Los éxitos de la limpieza étnica en la cuidad y el régimen de apartheid fueren sancionados en el marco del Acuerdo de Hebrón, firmado en enero de 1997. Entonces el control de gran parte de la ciudad, conocido como Zona H1, fue transferido a la Autoridad Palestina. La sección central de la ciudad en la que los asentamientos israelíes se habían establecido, denominada H2, se mantuvo bajo control israelí creando una zona solo para judíos.
Las partes acordaron que Israel volvería a permitir por lo menos la circulación de vehículos palestinos en la calle Shuhada, en la zona H2 hace varios años pero eso se ha cumplido solo ocasionalmente. Cuando la segunda Intifada estalló en octubre del año 2000, el ejército impuso restricciones aun más severas a la circulación en la calle. Ahora, los palestinos tienen prohibido circular a lo largo de toda la calle, e incluso caminar en el tramo comprendido entre los asentamientos de Avraham Avinu y de Bet Hadassah. El ejército también prohíbe el tráfico palestino en las calles adyacentes, creando así una franja contigua de tierra en el centro de Hebrón, desde el asentamiento de Kiryat Arba, en el este hasta el cementerio judío en el oeste. Como resultado de estas severas restricciones, 304 tiendas y almacenes a lo largo de la calle Shuhada han cerrado y las oficinas municipales y gubernamentales palestinas fueron trasladadas a la zona H1. Israel también tomó el control de la estación central de autobuses, convirtiéndola en una base del ejército. Las familias palestinas que siguen viviendo en la zona, para entrar en sus hogares deben hacerlo mediante entradas laterales, ya que no se les permite utilizar las entradas principales de la calle Shuhada. Cuando las entradas laterales no están disponibles, los residentes palestinos no tienen más remedio que subir las escaleras que conducen a los tejados de los edificios. El cierre de la calle Shuhada es un ejemplo de la limpieza étnica y apartheid que Israel impone no solo en el corazón de Hebrón sino en todo el territorio. Esta política ha traído consigo un incumplimiento grave y permanente de los derechos humanos de los palestinos. Pero lo que queda claro es la complementariedad entre un Estado que discrimina, aterroriza, viola leyes internacionales y niega los derechos humanos a los palestinos continuamente y no duda en utilizar a sus ciudadanos como herramienta para llevar a cabo estos actos. De este modo el circuito perverso se da entre un Estado que junto a sus colonos aterrorizan a los palestinos, un tribunal que no aplica la ley de manera igualitaria ysi algún engranaje no funciona siempre estarán a disposición los soldados para llevar a cabo la tarea sucia y aplicar lo inaceptable.
Stopthewall.org , Centro de Información Alternativa