El odio al peronismo

 Por Alberto Daneri*

para Diario Registrado

publicado el 11 y el 19 de octubre de 2021

¿Qué es el amor?

¿Y el odio?

Según Freud, ambas pulsiones están incluidas dentro de todos los ciudadanos de este planeta.

El Partido Radical fue desde la creación del Justicialismo en 1945 su peor enemigo, a pesar de los intentos del fundador Juan Domingo Perón de acordar en diversos momentos históricos.

Es que sus políticas han sido opuestas: aquél ha defendido siempre a los Dueños del Poder, mientras que el peronismo defendió a los pobres e ignorados, a las clases más postergadas.

Por ello, cuando para su última presidencia Perón le ofreció el cargo de Vicepresidente a su adversario Ricardo Balbín, éste se negó.

Después, a la muerte de Perón, hizo un discurso elocuente en el que lo trató de “amigo”, al tiempo que preparaba la caída de ese gobierno unido a los militares, sus “históricos” amigos, según dijo el dictador Jorge R. Videla a revista “Cambio 16”.

En los tres meses restantes de 2021, hay que pagarle a varios acreedores 4.200 millones de dólares.

Macri llevó el 24 o 26 % (según Celac o Indec) de inflación de 2015, al 53,8 % en 2019.

La más alta desde 1991.

Entre enero de 2016 y diciembre 2019 su gobierno sumó una inflación del 297 %.

Y devaluó 500 % la moneda, aumentando alimentos y medicamentos sin cesar.

Los políticos sólo quieren cargos, no importa dónde.

En 2021 Federico Storani, Vicepresidente segundo del Partido Radical está oculto de la política, pero aún marginado, tiene un cargo.

Decía ser progresista y a ocho días de ser nombrado Ministro del Interior en 1999 al subir al gobierno Fernando de la Rúa, reprimió a balazos el desalojo del puente que separa el Chaco de Corrientes, cortado por empleados del Estado para cobrar salarios adeudados.

Hubo 2 muertos y 50 heridos o quizá más.Fue acusado de sobornos, porque el P. Radical del presidente De la Rúa se supone pagó 5 millones de dólares a senadores, para aprobar despidos, con la Ley de Flexibilización Laboral.

Senadores de ambos partidos: algunos juraban ser peronistas.

En 2002 lo acusaron de espiar con la policía a los opositores (es notable el ansia de espionaje que tienen radicales y Macri), de supuesto incumplimiento de los deberes de un funcionario público y de la malversación de fondos.

Y meses después, de la destrucción de documentos implicando a A. de La Rúa, hijo del presidente, en la compra irregular de propiedades, del que sería luego pareja por 10 años de la famosa cantante Shakira.

Político hábil en las sombras, acaba de decir que el gobierno e Alberto Fernández está al caer.

¿Su deseo o el del partido?

Sin lógica alguna, pues su jefe Raúl Alfonsín, afirmó en 2000: jamás un Radical se unirá a la derecha: “El límite es Macri”.

Pero, cuando el votante les dio la espalda, se unieron a Macri.

El gobierno derrota la Pandemia pero la gente olvida y perdió la reciente PASO.

¿Por qué?

La Desigualdad fragmenta a esta sociedad.

Nos sacan esto, lo otro, y por esa “causa” surge una “consecuencia”: algunos salen a la calle, cortan una ruta y los que tienen auto se molestan.

No hay que olvidar entonces que los cortes nacieron siempre de la arbitraria falta de derechos.

Storani lo respondió a balazos, sin memorar que si el Estado me los saca y no ayuda, es justo que salga a protestar y exija cumplir con el art. 14 de la Constitución: tengo derecho a la vida, a la libertad, la propiedad, a comer, a tener un techo.

Los neoliberales creen que, porque tienen un auto nadie debe cortarles una calle; son incultos, ególatras: su paradigma es el aullido del mercado.

Anhelan ser oligarcas o plutócratas, y ni por solidaridad (o no perder lo propio) les preocupa el otro.

Dijo Benito Juárez, el presidente indio liberador de México: “La libertad es el respeto a los derechos ajenos”.

Se oyó en las Paso candidatos que pretenden despedir empleados públicos, o poner presa gente que al quejarse, corta el tráfico.

Y aún sin haber ganado, Vidal quiere presidir la Cámara de Diputados.

La elección definitiva está fijada para el día 14 de noviembre.

¿Si ganan intentarán un gobierno de transición para poner a CFK presa, como solicita el Poder Real?

Dependerá de AF, el profesor socialdemócrata sin reacción 48 horas tras perder; ni pensó en el actual 49 % de pobres y 9 % de indigentes, o que la jubilación mínima es baja pues hay un 45 % de empleados “en negro”; no aportan para ellos ni para los demás.

Y habla soberbio de MI pueblo.

Lo que no dijeron Perón al despedirse (“llevo la palabra DEL pueblo”) ni CFK: “Nuestro proyecto”.

Era lógico un Partido Radical pegado a la ultraderecha Cambiemos para las elecciones de 2019, y volvió a hacerlo para 2021-23.

Lamentablemente, el partido que gobierna hasta 2023, Frente de Todos, cayó en el error usual del  Radical y se redujo el déficit fiscal con ajuste fiscal, para negociar 19 mil millones de dólares de 44 mil que pidió Macri al FMI para pagar deuda y fugarlos; el Frente no dio a 9 millones bajo la línea de pobreza lo esencial que precisan: hay 50 % sin trabajo y la Pandemia encima.

Escribí en junio: el 2, 1 % del PIB subejecutado, 880 mil millones de pesos, debe ir al pueblo en 4 meses.

Y ganar.

¿Por qué?

La sociedad cambió en los últimos sesenta años.

Y nuevas leyes que las mujeres (ver nota “El libre albedrío de la mujer” sobre el derecho al aborto en todo el mundo) desean, se unen a nuevos derechos de los ciudadanos: el matrimonio igualitario; la ley de Identidad de Género; “no binario”, idea argentina con la que estoy en desacuerdo pero respeto: quien no se siente hombre ni mujer, usa pronombres neutros, “elle”; mi generación no lo avala pues el lenguaje, escribí hace ya 25 años en los cuentos de “Matanzas y melancolía”, es útil para que uno seleccione la realidad, y así el lenguaje del pueblo –un pueblo marginado hecho habla- es un personaje más del libro.

Si bien el escritor nace dentro de su tradición literaria- quizá Cervantes, Lope, Calderón, Arlt, Borges -, podría ser creador de nuevas tradiciones desarrollándose contra ella.

Sin buscar cambiar el idioma.

Si el “no binario” no se percibe hombre ni mujer, por ello no debería variar el lenguaje, diría Humboldt.

Claro que cada uno es dueño de escoger y soñar lo que quiere.

Entre 1881 y 1914 emigraron a la Argentina cuatro millones de europeos, y 2 millones de ellos eran italianos.

Accedían a la educación, pero no a otros tibios derechos iniciados en Europa a fines del siglo XIX.

Aquí, los anarquistas italianos fueron en los ´20 perseguidos por el P. Radical, como S. Di Giovanni, el

idealista, periodista, tipógrafo y poeta emigrado, conocido por su lucha contra el fascismo y su campaña de apoyo a Sacco y Vanzetti, culpados y ejecutados (1927, EE.UU.) de un crimen del cual eran inocentes.

Sólo hace 30 años lo admitió EE.UU.

La codicia de las corporaciones es dejar la riqueza en manos de pocos.

El economista David Ricardo, señaló hace dos siglos que el trabajador sólo debe ganar lo necesario para “subsistir y perpetuar su raza”.

Un reaseguro de que volverá al otro día.

En 1916, tras negociarlas con el presidente R. Sáenz Peña, se celebraron las primeras elecciones libres, secretas e inclusive obligatorias para los ciudadanos varones, y se inició, tras 40 años de gobiernos conservadores, el ciclo de tres gobiernos del Partido Radical: 1916-22 con Hipólito Yrigoyen y 1922-28 con Marcelo T. de Alvear; ambos con el apoyo de la clase media al poder político pues mejoró su nivel de vida, que entre 1928-30 decayó por la crisis mundial de 1929 y su Depresión.

Yrigoyen gobernaba y lo hicieron responsable los medios de la Derecha.

Previamente, Yrigoyen fue el responsable mediato de graves hechos sangrientos: la represión de la Semana Trágica (enero de 1919) contra los metalúrgicos de la fábrica Talleres Vasena que dejó 1365 obreros muertos, entre ellos 179 cadáveres de“rusos judíos”, como informó a su país el embajador de EE.UU., ya que se llamaba aquí “rusos” a los judíos.

Y en el Sur del país, la Patagonia Rebelde, otra dura represión militar en el territorio de la provincia de Santa Cruz, entre 1920 y 1921.

Al bajar el precio de la lana tras finalizar la Primera Guerra, los estancieros decidieron despedir a muchos obreros, algunos extranjeros, y redujeron las condiciones laborales.

Surgieron duras huelgas, y al intervenir varias organizaciones sindicales anarquistas que invitaron a obreros a sindicalizarse, fuerzas paramilitares y la Liga Patriótica acudieron a Hipólito Yrigoyen.

La Liga Patriótica estaba integrada por diversos grupos de la derecha, algunos fascistas, y a partir de llegar al poder Hitler en 1933, por nazis de la colonia alemana, que harían actos en el Luna Park proclamando su antisemitismo.

Convirtieron en rutina algunos breves atentados típicos de un país antisemita.

Yrigoyen envió al Sur al Ejército para “normalizar” disputas en 1921 con el coronel H. B. Varela.

Cuando toda negociación fracasó, éste no dudó y reprimió sin piedad, lo cual arrojaría 5 policías y 2 soldados muertos, frente a un número impreciso, casi 1.500 de obreros asesinados.

Esto la sociedad lo ignoraba.

Un grupo de militares corporativistas, netos admiradores del dictador B. Mussolini, aprovecharon las intervenciones de H.Yrigoyen a las provincias, y cierta corrupción relatada por el escritor Roberto Arlt en “La coima”: (“Diosa protectora de todos los comisarios que entran flacos y salen gordos, de todos los magistrados que taponan sus oídos para no oír los alaridos de la justicia”) para asustar con el crack mundial de la Bolsa de 1929, que trajo inflación, la baja del poder adquisitivo de salario y menor gasto público.

Hicieron caer el nivel de vida.

La prensa (los diarios Crítica, El Mundo y El comercio, donde escribía Roberto Arlt) abusó, lo marcó como corrupto.

Se desplazó con ese primer golpe militar (1930) a Yrigoyen.

En el planeta,la Depresión; aquí se iniciaba la Década Infame.

Al coronel B.Varela lo mató, tras un árbol, un joven anarquista.

Yrigoyen, fue acusado de delitos.

Pocos recuerdan que detenido, juzgado y puesto preso.

Después se comprobó que no era corrupto.

Y surgió la Teoría Judicial que luego avalaría golpes de Estado.

Di Giovanni no sólo fue hombre de ideas; también de acción: intervino en atentados con bombas, y si bien no había pena de muerte y tuvo un defensor oficial (el teniente J. C. Franco) fue fusilado en la primera dictadura del país por José F. Uriburu en febrero de 1931: tenía 30 años.

Escribió antes de morir: “A la vida es necesario brindarle la rebelión del brazo y la mente.

Enfrenté a esta sociedad con sus mismas armas, sin inclinar la cabeza, por esto me consideran, y soy, un hombre peligroso”.

AJ. C. Franco, defenderlo le costó la baja, la cárcel, el destierro.

Había asumido a dedo el general José F. Uriburu, al que tras su fracaso, siguió una alianza titulada “Concordancia”: entre el Partido Conservador, el Partido Radical (afirma siempre ser democrático, nunca lo fue) y el Partido Socialista.

Esta alianza espuria gobernó entre 1932 y 1943 con 3 presidentes electos a dedo y Fraude Patriótico.

El general Agustín Justo (1932-38), caracterizado por la represión popular y actos de corrupción en favor de las empresas británicas; Roberto M. Ortiz (1938-40) y Ramón Castillo (1940-43) quien tras morir Ortiz, debió completar su período.

Otro escándalo ya olvidado fue el Pacto Roca-Runciman con el Reino Unido en 1933.

Recordémoslo.

Los británicos adoptaron desde 1932 medidas para favorecer la importación llegada de sus colonias y dominios.

No dieron preferencia a la Argentina.

Por el contrario, bajaron su cupo a cambio de cuantiosas concesiones a las empresas británicas, y negociados que expuso el senador Lisandro de la Torre, ya apodado Fiscal de la Patria, en el duro “debate de las carnes”.

En él, el senador Enzo Bordabehere fue asesinado (3 tiros) en el Senado de la Nación.

Ese Pacto preveía que el 85 % de todas las exportaciones las realizarían los frigoríficos británicos; no se regularían las tarifas de los ferrocarriles (ingleses hasta que los nacionalizó Perón en 1946); no se fijarían derechos en las aduanas sobre el carbón; tendrían un tratamiento especial las empresas británicas con inversiones en el país, y se reducirían los precios de la exportación.

Dado ese escándalo, G. Bretaña fingió denunciar unilateral el Pacto en 1936, y para arribar a un acuerdo Argentina firmó otro tratado, Malbrán-Eden, que fijó fuertes aranceles a la importación de carnes argentinas.

En suma: el país salía castigado al tratar con los extranjeros.

En 1932 el número de desocupados era de 334.000 obreros y el salario (que llegó a $130 en 1929) bajó a $105.

Por la crisis de Wall Street, el hambre se extendió en aquella Década Infame.

El Banco Central (no existía el Banco de la Nación) se fundó, controlado por la Banca extranjera, en la década de 1930, con la entrega del país a los monopolios extranjeros.

Recordemos al Director del Banco Central, M. Redrado, en 2010.

Avalado por la banca extranjera, se opuso a pagar deuda externa con las reservas, aduciendo que era un “organismo independiente del país”.

Luego se negó a renunciar, lo cual finalmente hizo.

En 1933 se sancionó la ley 11.723, que otorgó a trabajadores del sector comercial indemnizaciones y vacaciones pagas.

En 1935, las empresas extranjeras representaban el 50 % de la producción del país, y el restante era cubierto por medianas y pequeñas empresas nacionales.

Entre 1936-43, la población rural que se trasladó migrando a la ciudad de Buenos Aires, pasó de 8.000 a 72.000 personas, una cantidad considerable.

No fue Perón, como lo vituperó la derecha, quien trajo a los “cabecitas negras” a la Capital.

Fue la carencia de mejores empleos ante la esclavitud sufrida en el interior.

Y proveer de trabajadores a fábricas, supliendo a inmigrantes extranjeros.

Las huelgas, a causa de la falta de empleo, llegaron a su punto más bajo en 1934 por la represión a paros, si bien en algunos gremios (bancarios, etc) la jornada laboral se redujo de 48 a 44 horas por el “sábado inglés” (medio día).

Eran empleados de oficinas, llamados de “cuello duro”.

Pero la arbitrariedad de la patronal fijaba condiciones laborales y nulos aumentos.

Amargamente, en 1937 el 60 % de las familias obreras en la ciudad de Buenos Aires vivía en una sola pieza, generalmente de un conventillo (lo cual generó piezas del teatro ya tituladas “grotesco”, provenientes del estilo italiano), con la carencia de condiciones esenciales: el 62 % no tenía baño exclusivo; el 38 % agua caliente y el 20 % ni siquiera la cocina independiente.

En el gobierno de Perón, el decreto 1740 de 1945 generalizó el derecho a gozar de vacaciones pagas a trabajadores de todos los sectores.

Antes, creó en el año 1944 los primeros tribunales del trabajo.

En 1945, con el decreto 33.302, se consagraron por primera vez Estabilidad en el Empleo, el Salario mínimo y Vital y el Sueldo anual complementario (aguinaldo) tras una dura lucha de meses contra la U.I.A. y los dirigentes agrarios.

Similar al Partido Radical, el Partido Socialista odia al peronismo.

Apoyaba con la derecha a la Unión Democrática (dirigida por EE.UU.) que enfrentó a Perón en 1946, y cuando éste cayó en 1955, fue ferviente adherente de la Dictadura de Aramburu, calificando obviamente como “tiranía” al gobierno caído de Perón.

Sus dirigentes, entre ellos Américo Ghioldi, siempre apoyaron a los gobiernos militares y a sus golpes de Estado.

Y su hermano Rodolfo, socialista hasta 1918, pasó al comunismo y apoyó al Proceso de 1976 porque vendía granos a la U.R.S.S. Socialistas dicen que no gobernaron y es falso: en ese período mencionado de la “Concordancia” (1930-43) compartieron el poder 13 años.

Pero salvo la ley de 8 horas de trabajo (que no se aplicó en todo el país: los peones del campo trabajaban 13 horas por un mísero salario de 10 pesos, sus hijos trabajaban gratis y no iban a la escuela) y una ley de vacaciones para los empleados de comercio, nada hicieron a favor de los obreros.

Ejerció Ramón Castillo un gobierno autoritario, dado lo cual era respetado por la derecha nacionalista; disolvió el Consejo Deliberante de Buenos Aires ante denuncias de corrupción.

Y fue cesado por el célebre golpe militar del 4 de junio de 1943.

Motivo: se verificó que Castillo preparaba un fraude electoral de proporciones, e imponer como presidente al aristocrático R. Patrón Costas.

El golpe lo resolvieron apenas un día antes los generales Pedro Ramírez (a quien el radicalismo le ofreció la candidatura a presidente) y Arturo Rawson, quien deseaba serlo.

Contrariamente a lo que algunos historiadores afirman, no intervinieron el general Edelmiro J. Farrel ni el ya coronel Juan D. Perón.

Pero serían los conductores de esa Revolución.

Razón del golpe fue el titulado “Plan de Acción Económica”, presentado al Congreso por Federico Pinedo para fortalecer la incipiente industria argentina y así sustituir importaciones.

Lo paralizaron en el Congreso por las presiones de las empresas extranjeras y argentinas que dominaban casi todos los rubros.

Se obligó a renunciar a Castillo.

Asumió el general Arturo Rawson (duró 3 días) con el apoyo de la oposición (salvo el P.Comunista) y de las embajadas de Gran Bretaña y de EE. UU.

Ambas deseaban que el país abandonara su neutralidad en la Segunda Guerra.

No ocurrió, dada la oposición de E. Farrell y Perón, hasta 1945.

El embajador inglés, David Kelly, escribió que el nuestro era “un país inmigrante sin cohesión social”; y agregó: “El poder está constituido por los grandes estancieros y abogados de las empresas”.

Como hoy, al ver relaciones de dos presidentes de la C. S. de Justicia, nombrados a dedo.

Quizás dirijan el país.

Lo tanteó la C. Suprema el 12 octubre de 1945.

Luego vino el aluvión obrero el 17 de octubre de 1945, y con la elección de febrero de 1946, llegó a presidente Juan D. Perón.

La Iglesia se unió a la Unión Democrática del embajador de EE.UU. Spruille Braden, al Partido Radical y a las izquierdas, opuestas al Justicialismo de Perón.

Tildado de ser fascista, las masas no creyeron esto.

En efecto, el fascismo de Mussolini se basó en su unión con el Rey y con la aristocracia, mientras el Justicialismo de Perón nació por su unión con la clase obrera (escribió las “Veinte verdades”) y su rechazo a la oligarquía y a los terratenientes, pues 620 familias poseían (y poseen) el 61 % de la tierra cultivable.

Pagaban salarios bajos ($ 10) para evitar que los hijos de sus peones fuesen a la escuela primaria.

Pero también, en la década del ´40 (renovadora del tango y su época más gloriosa) se rompió el equilibrio conservador y se logró una mayor participación de las masas en las decisiones.

El coronel Juan Domingo Perón fue el primero en dar voz y luz a los que tituló “descamisados” (como en la R. Francesa) e inició algo inusual: puso en la dista de diputados a 35 obreros.

Exceptuando más tarde a Ubaldini, nunca más hubo un obrero diputado; en 9 años amplió los derechos laborales como nunca se vio en el planeta: ejemplo, la indemnización tras el despido, que hoy busca eliminar el macrismo a pedido de M. Lousteau.

La incorporación de la mujer mediante el voto femenino que Eva Perón instó en 1947 ante burlas machistas de damas de la alta sociedad; ignoraban que en Gran Bretaña regía desde 1929.

Soberanía política, Independencia económica y Justicia social.

Además de estas famosas y aplaudidas Tres Banderas, ¿qué fue el peronismo?

Una Revolución basada en el tiempo y no en la sangre. Así la definió su Conductor.

Nutrida de la lucha de clases contra la aristocracia y sus aliados financieros, y de una construcción colectiva con intervención popular, en especial de la clase obrera.

Era la rebelión contra aquella desigualdad interna implantada por la oligarquía ganadera, y a someterse a un país extranjero, pues (como se dijo y lo refrendaron en la Cámara de los Lores los ingleses) éramos una de sus Colonias.

La sangre la pusieron años los dueños del poder al caer Perón.

Él dijo: “Voy a manejar los puertos y la mercadería”.

Alquiló naves mientras construía nuestra Flota Mercante del Estado.

Y realizó hitos: la nacionalización de los depósitos bancarios, y terminar el Banco de la Nación, para orientar el crédito hacia industrializar el país; o en 1948 la gratuidad de la enseñanza universitaria y también secundaria y la nacionalización de los grandes recursos naturales, con la prohibición de enajenarlos (según el art. 40) de nuestra más progresista Constitución, la de 1949, que proclamaría los derechos de la niñez y la ancianidad.

Por sus avances, tras el Golpe de 1955, un decreto la derogó.

Ningún gobierno posterior (aún los elegidos) buscó reponerla.

Otro ejemplo nítido es esta Pandemia desde 2020, la Covid-19, que lleva a morir a millones.

Al vencer Perón en 1946, envió al Secretario de Salud, Ramón Carrillo (genial neurocirujano, nació pobre, mantuvo a 10 hermanos y murió en el exilio a los 50 años, difamado) a recorrer el país.

Diagnosticó: un tercio estaba “desnutrido”.

Estratega en salud pública, en 1949 creó el Ministerio de Salud y en 8 años 234 hospitales y policlínicos.

Antes construyó, combinado con la Fundación Eva Perón, 21 hospitales con 22 mil camas entre 1946-51.

La población era en 1947 de sólo 15 millones, y en 1955 de 18.

Aún no existía el nido de negocios actual (las prepagas privadas) y envió trenes sanitarios a las provincias para curar en sitios remotos de las provincias.

Carrillo disminuyó la tuberculosis; y el paludismo pasó de 300 mil casos en 1946 a 137 en 1950; también desterró la sífilis, el tifus, etc.

Reconocido como creador de la medicina social, sus principios constituyeron la base de la Organización

Mundial de la Salud al declararla el derecho inalienable de los pueblos; y obliga a los Estados a garantizarla.

Pocos lo hacen.

Ramón Carrillo dijo: “Frente a las enfermedades que generan la miseria, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causa de una enfermedad, son pobres causas”.

Bajó a la mitad la mortalidad infantil y más, el dengue; a los niños aplicó 8 vacunas; cesó la fiebre amarilla y desde 1948 le hizo gratis a todo joven deportista, los análisis y radiografías.

La Pandemia de 2020 desnudó que, para actuales 45 millones de habitantes, la Nación tenía sólo 8.000 camas en hospitales y 2.000 en privadas en la CABA (Buenos Aires y Pcia., para 20 millones) y 60 mil en todo el país, para el resto de 25 millones.

Carrillo las duplicó: de 66 mil a 132 mil. ¿Dónde están ahora?

Perón realizó en 9 años, 76 mil obras públicas, 70 mil de ellas en el interior del país.

Y dejó una memoria histórica.

Además de instalar el aguinaldo, vacaciones pagas y la indemnización por despido, edificó un millón de viviendas y nacionalizar los depósitos evitó la fuga de divisas, medida aún revolucionaria; luego ningún gobierno la restableció.

Redistribuir los ingresos le ganó el mote “demagogo” para lograr votos de la mayoría.

Según los griegos, demagogo es quien apela al marketing y a la desinformación, y dictador quien se justifica y usa falacias, para lograr el poder.

Perón no necesitaba hacerlo, ya lo tenía.

Afin al marketing fue el gobierno previo. Adictos a fake news sus herederos nunca dejan de usarlas para engañar al pueblo.

La soberanía alimentaria conseguida por su gobierno con el I.A.P.I. y sus dos Planes Quinquenales, fue sublime.

Incluía a migrantes internos y externos denigrados como “los negros”, y su educación al haber creado 8.200 escuelas en sólo 8 años.

Los europeos escribían en 1950 que Argentina era la novena potencia mundial y nuestro nivel de vida, igual al de Francia.

El “Derecho colectivo del trabajo” se logró con la Ley 14.250 de 1953; la Ley de más trascendencia en materia de derechos individuales surgió al retornar Perón al gobierno por tercera vez en 1973 (gobernó 10 meses antes de morir) y sancionar la Ley 20.744 de 1974 del Contrato de Trabajo que, con algunas reformas (unas positivas y otras negativas) continúa vigente.

Entre 1946-55 el país mejoró el 280 % a la Marina Mercante.

Al ser los peajes muy bajos, el Estado compraba las cosechas con la Junta Nacional de Granos, las exportaba con el I.A.P.I. y buques de la Flota.

Con el resto de los beneficios, agrandó la industrialización.

En 1955 la Flota era una de las más grandes del planeta y creció el traslado de pasajeros: de 2 millones en 1947, a 18 millones en 1951.

Más tarde, gobiernos derechistas y las cuatro dictaduras, devastaron esta Flota en medio siglo.

Néstor Kirchner en su presidencia (2003-2007) forjaría la ley de Ordenamiento Laboral en 2004, regulando rubros de la ley original 20.744 del Contrato de Trabajo: y las cuestiones de inspecciones laborales y del Derecho Colectivo, al establecer que conflictos colectivos con las patronales se resuelvan con las tareas de negociación más favorables para el trabajador.

***

El presidente actuó con decisión para erradicar la Pandemia del Covid 19, pero la población le votó en contra en las Paso.

Suena inverosísmil.

Hace cuarenta años terminó la dictadura.

Mucha gente sufrió, con razón, por la muerte de esos 30 mil “desaparecidos”.

Ahora la pandemia se llevó de nuestro país a 150 mil, cinco veces más y la mayoría no destila tristeza sino alegría.

Por poder salir de su casa, comer afuera, ir a bailar y a ver ciertos espectáculos, disfrutar de la vida.

Egoísmo puro.

Nadie habla más del Covid, nadie memora que esos 150 mil partieron boca abajo, sufriendo mucho.

En la tele ríen todo el día, pero el Covid no terminó, puede reaparecer.

Fingen ser “transparentes”, republicanos.

Comentan sobre la política y la economía, no hablan de la fragilidad de la vida.

Además, se ve a muchas personas que sólo saben odiar.

Y sobre todo al peronismo, la ideología que favoreció a más individuos en los últimos 75 años.

¿A qué se deben esas décadas de odio, sobre todo del Partido Radical?

Casualmente, gente que también fingió ser “republicana”.

Que anhela un cargo, ganar dinero y ocuparse sólo de sí mismo.

No como en China, donde con el esfuerzo de muchos, en 5 años 100 millones ya no son pobres.

La oposición supone que venció en la elección de noviembre, y desea quitar derechos –como la indemnizaciòn- cuanto antes.

Debería recordar, antes de festejar un triunfo dudoso, aquellos versos de Bertolt Brecht: “No se regocijen por esa derrota/ hombres/ Aunque el mundo se levantó y haya parado/ al que llaman bastardo/ la perra que lo parió está en celo de nuevo”.

Sí, aquel bastardo, el peronismo, puede resucitar nuevamente.

En 1948, la Reforma de la Constitución de 1949 sería forjada por políticos de varios partidos, aunque su ideólogo y “padre” fue el constitucionalista Arturo Sampay, ex radical y miembro de FORJA, que se unió al peronismo.

Desde el inicio, en dicha Convención Nacional Constituyente hubo distancias.

Se buscó convertirla en la “Constitución maldita”.

John W. Cooke, que fue elogiado en la Convención, sería el primer representante de Perón exiliado (los dos tomos de cartas entre ambos son de lectura imperdible) y luego defensor de la revolución cubana, a la que buscó unir al peronismo.

Pero falleció joven, además de que Perón, vigilado por el franquismo, tenía prohibidas las relaciones políticas con Cuba y con todos los países del Este.

Dijo J. W. Cooke: “La despolitización es la continuación de la política antiperonista por otros medios”.

Para él, el peronismo representaba una maldición para la política argentina, y para el país burgués.

La Reforma lo recalcó.

Muchos la maldijeron.

La primera maldición surgió de la Unión Cívica Radical: el 8 de marzo de 1949, la tercera sesión, abandonó la Convención.

Y la segunda maldición, jamás reparada, fue la del 27 de abril de 1956, cuando por un decreto, el gobierno de facto de Pedro E. Aramburu la anuló, y dejaría sin efecto jurídico hasta ahora.

La oposición y el antagonismo entre el Régimen Burgués y el peronismo fueron continuas.

Cooke sostuvo que durante un tiempo, Perón había logrado evitar las rupturas al interior del Movimiento.

Más tarde, ciertas refutaciones brotaron a la luz, rompiendo aquel equilibro entre los sectores antagónicos, que sin duda son la izquierda socialista original y la derecha.

Para Cooke, “eso explica por qué el peronismo sigue como el hecho maldito de la política argentina: su cohesión y empuje es el de las clases que tienden a la destrucción del privilegio: statu quo”.

Lo calificaron con diversas palabras.

El peronismo fue, y es, plebeyo, y además de maldito, peligroso, por “la sensación de temor que inspira la fuerza revolucionaria, la autodefensa ante la posibilidad de que obreros que no se adaptan a pretensiones de sus patrones y de los gobiernos, cuenten con mayor poder y rompan el ordenamiento clasista”

El peronismo plebeyo era así bárbaro para sus detractores, porque fue el único movimiento que podía romper el orden clasista que los favorecía.

Hoy, no.

Porque Perón, desde que surgió en 1947 el F.M.I., se opuso a entrar en él y no endeudó al país; la deuda de 1955 fue ínfima, 57 millones de dólares, pese a crear los Pulqui I y II (aviones a reacción igualados al Mig 15 de la Unión Soviética) e iniciar la industria automotriz.

También se unió a Ibañez, presidente de Chile, y a G. Vargas, de Brasil, para crear el sueño de Bolívar y San Martín: la Patria Grande.

Quien no recorrió el país en los 60/70, ignora su tarea.

Y predijo: “El año 2000 nos hallará unidos o dominados”.

En 2005 se unieron 7 países en Unasur.

En 1949 Perón formó la Flota Mercante del Estado, que llegó a contar con 60 naves, pero en 1960 el gobierno de Frondizi la fusionó y creó ELMA.

Con Perón logró su mayor esplendor, y reunió aquella flota de más de 60 unidades (casi unas 700.000 toneladas de DWT) que regulaban las líneas desde y hacia el norte de Europa, Reino Unido, el Mar Mediterráneo y el mar Báltico, la costa este de Estados Unidos y Canadá, el golfo de México y el Mar Caribe, el Océano Pacífico, Lejano Oriente, África y Medio Oriente.

Prestó servicios al comercio exterior del país hasta la década de 1990, cuando el gobierno que dijo ser “peronista” de Carlos Menem, por consejo de los EE.UU., resolvió su desmantelamiento con la ley 23.696 de la Reforma del Estado.

Lo apoyaron la Unión Cívica Radical y la derecha.

Setiembre de 1951: se reunieron un político radical, Arturo Frondizi y el general retirado Benjamín Menéndez, juntando fuerzas con el capitán Alejandro Lanusse, luego golpista eterno, para derrocar a Perón.

Militares de Campo de Mayo y El Palomar se rebelaron el día 28. J. Perón decretó el Estado de Guerra Interno y llamó a la CGT para que fuera a la Plaza de Mayo.

Él brindó un discurso.

Y los 20 aviones de la base Punta Indio que iban a bombardear la Casa Rosada, abortaron ese intento para no causar una masacre.

Perón cesó a 200 militares, pero al poco tiempo perdonó a los cabecillas, lo cual enojó a Evita.

Compró 5 mil ametralladoras para dárselas a los obreros en caso de un golpe.

Perón las dio a guardar a la Gendarmería, que en 1955 en lugar de cederlas al pueblo lo hizo a golpistas.

Este primer intento de golpe ya revela lo antidemocrático que era el Partido Radical durante ese primer gobierno de Perón.

Cuando éste, frente a los millones de hectáreas improductivas, quiso colocar un impuesto a la “Renta Potencial de la Tierra”, el 16 de junio de 1955 bombardearon a una ciudad abierta, a Buenos Aires, huyendo cobardemente en aviones al Uruguay.

Exhibían la señal CV (Cristo Vence) para asesinar inocentes.

Los muertos (incluso niños) no fueron 308, como se dijo, sino 1.740.

Nunca hubo un juicio ni castigo para ninguno de los 39 militares, y el Partido Radical no criticó este crimen sin igual en el mundo.

Pasaron 65 años, la Iglesia y sus cómplices de la masacre, no han hecho una autocrítica pública.

La celebran.

Murió más gente que en el bombardeo nazi de abril de 1937 a Guernika en la G. Civil de España, inmortalizado por Picasso.

El 18 de setiembre de 1955, tras iniciar el Golpe final, en Mar del Plata 4 cruceros de la Marina al mando el almirante Isaac Rojas antes ferviente peronista, cañonearon la ciudad.

Un sólo avión bombardeó el puerto mientras la gente huía asustada.

Y fue sin aviso, si bien los vencedores mintieron asegurando que advirtieron al pueblo un día antes.

Un crucero, el “9 de julio”, destruyó 9 de 11 tanques de combustible de YPF que proveían a las fuerzas leales, y partió hacia Buenos Aires para destruir los tanques petroleros de Dock Sud y de La Plata, no sin antes amenazar con bombardear la cañería de gas que lo trasladaba desde el sur; y a Buenos Aires.

Sin importar posibles víctimas.

Ante esa amenaza, renunció Perón el 21, ignorando que casas de Mar del Plata quedaron destruidas, y el 23 asumió duro la presidencia el general Lonardi.

Ciertamente, frente al peligro de la una destrucción total, Perón cedió y dejó solo al pueblo, que luego sufriría 18 años de persecución, torturas y despidos.

En el exilio, Perón escribió: “Un movimiento no puede seguir si sus afiliados creen que es una ganga. Hay que reconstruirlo con otra moral, con sacrificio. La masa no será detenida mediante las consignas, sino con la satisfacción de sus necesidades”.

¿Así ocurrió? No, al revés. Los que dijeron luego y dicen aún hoy ser peronistas, tal vez fueron los más corruptos (Menem, E. Duhalde y otros) y “cipayos”, palabra que nombra a soldados habitantes de la India cuando fue colonia inglesa, que servían al invasor, apoyaban a los que ocupaban su país, en lugar de luchar contra ellos.

Desde hace 75 años nosotros tuvimos y seguimos teniendo cipayos que actúan a favor de los EE.UU.

Las dictaduras que gobernaron y cuatro gobiernos opositores no sólo desnacionalizaron a los bancos, cuya Nacionalización había sido esencial para el desarrollo industrial del país, sino que demolieron cientos de obras peronistas.

Se desmanteló la Flota Mercante, también los aviones Pulqui I y II; compraron otros aviones a Gran Bretaña, quemaron colchones y todo lo que tuviese el sello “Fundación Eva Perón”.

A partir de 1956, cuando surgió la poliomielitis, rompieron los pulmotores que hubieran salvado vidas.

El P. Radical aplaudía. Esas muertes cesarían con las vacunas de Salk en 1957 y A. Sabin en 1962.

Venganza.

Evita lo vaticinó en “Mi mensaje”, su libro dictado antes de morir, pesando 38 kilos y poco editado adrede por el falso peronismo de derecha, pues revela secretos: allí aclara la corrupción, ligada a la política, de militares vendepatria; de sindicalistas que olvidan a sus raíces; y sacerdotes anti pueblo.

Le faltó nombrar al P. Radical, que escribía “Viva el cáncer”.

El Partido Radical prefirió no unirse a Perón y sí a Braden, el enemigo.

En 1946, con la Unión Democrática enfrentó a Perón y perdieron.

Tras el golpe de 1955 integró la Junta Consultiva y se dividió en dos: el Intransigente dirigido por A. Frondizi, y el Radical del Pueblo, que dirigió R. Balbín, eterno fracasado.

Incluso el Partido Socialista traicionó sus raíces, y su máximo líder, Alfredo Palacios, que fue el primer diputado socialista de A. Latina en 1904, presentó leyes no votadas a favor de los trabajadores: sábado inglés (trabajar medio día); el descanso dominical; regular el trabajo de mujeres y menores, y estatuto del docente.

Palacios no logró por años quorum forzoso entre legisladores. La mayoría las lograron los gobiernos de Perón.

De allí su odio al peronismo: ¡dijo que robó leyes antes suyas!

Pero logró una en 1913 y otra en 1929.

La primera fue la Ley de la Silla en 1907, que permitía al empleado de comercio su uso.

Palacios fue enemigo acérrimo de Perón en 1946, y luego en todo su gobierno.

Al caer por el golpe de 1955 se integró a la opositora Junta Consultiva, y aceptó ser el Embajador en el Uruguay de la cruel dictadura de Aramburu, que encarcelaba a quien nombraba a Perón o Evita, torturó y fusiló sin juicios.

Frondizi hizo un pacto con Perón (1958); con votos peronistas sería presidente. Prometió seguir políticas inclusivas, legalizar al peronismo; sabía que arrasaría si Perón solicitaba votarlo.

Ganó y no cumplió.

Se alineó con EE.UU. y firmó contratos petroleros opuestos al libro que había escrito.

Y en enero 1959 las exigencias del F.M.I.

El 14 de enero sancionó el Congreso una ley que privatizó el frigorífico Lisandro de la Torre para vendérselo a la CAP, un ente controlado por ganaderos.

Así, habilitaba los despidos y la regulación del precio de la carne.

Entraron en la huelga 1.400.000 trabajadores, para evitar esta entrega a los privados (hecha con corrupción).

Trabajaban 9 mil obreros y era el centro de la vida del barrio de Mataderos.

Ocho mil obreros votaron tomar el establecimiento, quedarse en él por tiempo indeterminado tras cumplir su turno, y pedir a los 32 gremios una huelga general, apoyada por los vecinos.

El 15 de enero se hizo, con una solidaridad y organización que no se volvería a ver en el país.

Un tanque rompió el portón, y dos mil policías reprimieron con gases y tiros mientras estos obreros cantaban el Himno Nacional.

La Gendarmería ocupó el edificio, con 95 detenidos y varios heridos.

La Resistencia pasó al barrio y por varios días la integraron muchos vecinos.

En esas jornadas la policía no pudo entrar al barrrio, ya que les hicieron barricadas, apedreaban a los carros hidrantes y hacían cortes de luz nocturnos para evitar la represión.

Fue similar, en parte, a las dos Comunas francesas de 1848 y 1870.

El gobierno decretó el Plan Conintes (Conmoción interna del Estado) y permitió juicios civiles por tribunales militares, al tiempo que detuvo a varios dirigentes gremiales.

La región de frigoríficos extranjeros (La Plata, Ensenada y Berisso) fue así declarada “zona militar”.

Desde EE.UU., Frondizi dijo que el paro era de comunistas.

Fue levantado el 22 de enero.

Hubo 5 mil despedidos; en 1960 trabajaban sólo 3 mil.

Igual, en 1962, cada día Frondizi soportó un planteo de militares.

En total 33.

En 1962, Frondizi llamó a elecciones el 19 de marzo, y ganó el peronismo en 8 de 14 provincias, incluida la de Bs. As. con A. Framini.

Los militares no lo aceptaron y 10 días después, el 29 de marzo, depusieron a Frondizi.

Mas tarde, mientras parecía gobernar el senador J. M. Guido (un títere de los militares) el 2 de abril de 1963 hubo un amago de golpe de Estado.

Cuando militares sublevados ocuparon las radios y proclamaron desde allí como nuevo presidente al comandante retirado Benjamín Menéndez (el mismo que comandó el intento de golpe de 1951) se produjo algo inusual.

Las calles de Buenos Aires se vieron inundadas de tanques listos a enfrentarse, como el año previo.

Era una lucha entre los “colorados” que rechazaban de plano al peronismo, y los “azules”, dispuestos a pactar mediante el general Onganía.

Tras 30 muertos, Menéndez se retiró.

Y un familiar sería desde 1976 asesino cruel del Proceso, con base en Córdoba.

Otro fue el que firmó la rendición en Malvinas.

Los enfrentamientos más sangrientos fueron en Magdalena, a 100 kms. de Bs. As.

El regimiento de A. López Aufranc fue atacado por aviones de Punta Indio y destruído con bombas de napalm, como en Vietnam.

Al día siguiente L. Aufranc fue a Punta Indio y con tanques la hizo rendir.

Cesó la revuelta. L. Aufranc sería uno de los más ensañados “desaparecedores” del Proceso; suya es la frase: “Mataremos a los indiferentes”.

Se decidió realizar elecciones “democráticas”, y sin pudor el Partido Radical se presentó a las mismas en 1963, pese a estar proscripto el P. Peronista.

Así ganó Illía con el 18 % de votos.

Siempre se lo definió como demócrata, olvidando que integró los comandos civiles que en Córdoba crearon el golpe de 1955.

Illia en 1964 envió por orden militar al canciller Zavala Ortiz (justificó el bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955) al Brasil para detener el avión del “Operativo Retorno” con Perón ya de regreso.

Le prohibieron bajar o continuar.

Y el avión regresó a España.

Durante este gobierno, un diputado Radical, Raúl Alfonsín, justificó en el Congreso el asesinato de dos obreros en 1965: “Cómo quieren que no repriman si festejan el 17 de octubre.”.

¡Habían pasado 20 años y aún no había entendido la importancia de ese hecho histórico!

Pero 18 años después, sedujo a parte del peronismo y se erigió el Presidente en 1983.

Illia realizó el acto nacionalista de enfrentar a los laboratorios de medicamentos de EE.UU.

Esto lo llevó a su caída en 1966, único golpe que lamentan los Radicales, pues apoyaron todos los ejecutados por los militares contra su odiado peronismo.

Bajo su gobierno, el peronismo continuó proscripto en el país.

Onganía tomó el poder.

Pensó gobernar 20 años y erradicar al peronismo.

Según el historiador Alain Rouquié, industriales y la gran patronal sabían el peligro que había representado la rebelión de la clase trabajadora con la toma del L. de la Torre y temían a la anarquía en plena Guerra Fría.

Los Colorados o “gorilas” buscaban proscribir para siempre al peronismo, ya que su acción, creían, abriría las puertas al comunismo.

Y los apoyaron el Partido Radical, empresarios y sindicalistas traidores.

Aún fuera del poder, los radicales iban a “retiros espirituales” (como mi hermano, diez años mayor) del Onganiato, y cuando éste cayó siguieron con Levingston y Lanusse.

Mientras Perón negoció con Lanusse la restitución del cuerpo robado de Evita 17 años antes, y enterrado en Milano, Italia, pensando quizás Lanusse lograr la presidencia con apoyo de Perón, éste nunca le aflojó. Tras ver la mayor expresión de odio hacia su figura.

Fue al abrir el ataúd.

Allí se topó con el cuerpo embalsamado de su mujer, aún en buen estado. Estaba orinado, con cuatro cuchilladas en la frente, una rótula rota, el cuello seccionado a cuchillo, dos cuchilladas en las mejillas y la nariz destrozada.

Fue la otra máxima expresión de odio para con el peronismo.

Gobernaba Lanusse como dictador.

Le ofreció a Perón la real normalización y levantar la proscripción que llevaba 10 años de los partidos políticos, pagarle la pensión que le adeudaban desde 1955 (2 millones de dólares); los aceptó, tenía derecho.

Y levantarle la excomunión (los políticos manejan a la Iglesia ahora, hace tres siglos era al revés) y volver a poner su busto en el Salón Blanco.

A cambio, desautorizar a quienes hacían “acciones violentas en su nombre”.

Respondió: “Yo ya estoy amortizado” (una forma de decir cansado, viejo, enfermo) y “nunca genero la violencia, las condiciones reinantes en el país la desarrollan Si las condiciones de vida cambian, el problema desaparece”.

Aunque Evita respetaba a Héctor Cámpora por su lealtad, Perón le reprochó que dialogaba con todos.

El “tío” Cámpora respondió: “Yo escucho todas las voces, pero no me inclino sino hacia usted”.

Perón lo asombró: “Yo no voy a ser Presidente, otro ocupará mi lugar; yo estaré cerca, a su lado”.

Es lo que hizo en 2019 CFK.

La sociedad, aturdida, olvidó que Perón lo recreó 46 años antes con la fórmula Cámpora-Solano Lima en 1973 (un leal Conservador Popular, me dijo: “Perón me confesó que siempre fue socialista”.

Respondí: “Su obra lo avala, ha sido la de un socialista”)

A Perón no le preocupó que Lanusse dijera que “no le daba el cuero” para retornar, sino que Isabel, y López Rega, le ocuparan la casa de Madrid.

Lo hicieron después, cuando él murió, en el país, para cometer crímenes con la Triple A (Tres Armas Militares)

Perón regresó, le daba el cuero. Amenazado por dos tanques y cañones apuntando al hotel del aeropuerto de Ezeiza en el que paraba (para que volviera a España) decidió ir a la casa que le regalaron en Gaspar Campos.

No se atrevieron a tirar.

Quiso volver, porque es más sencillo variar el curso de un río que el carácter de un hombre.

Ese audaz gobierno, empujado por la juventud quiso realizar demasiadas cosas en poco tiempo; sólo duró 33 días.

Se llamó a elecciones, Perón ganó con el 62 % y en 10 meses de gobierno realizó un gran gobierno a favor de las masas trabajadoras.

Murió el 1 de julio de 1974, tras un viaje al Paraguay, donde soportó discursos bajo la lluvia sin que nadie le diese un paraguas.

Los militares usaban gorras.

La neumonía breve que le siguió fue un asesinato de López Rega, el cabo que llegó a ser Ministro.

Gobernó en base a crímenes y hambrear al pueblo, hasta que los sindicalistas lo expulsaron del país y se refugió en un lugar secreto como cierto “ministro plenipotenciario” .

Volvió con cáncer y se supo donde vivió: en los EE.UU., protegido por la CIA.

Perón acertó al decir en 1963 que se lo había colocado la CIA para vigilarlo.

Si bien un día lo echó, lo aceptó luego por el ruego de su mujer, en quien decía López Rega que encarnaría a Evita.

Decía Perón: “Hasta los más traicioneros se llaman leales alguna vez”.

Erró al tenerlo.

Ese “peronismo” de derecha se tumbó el 24 de marzo de 1976.

Los radicales festejaron esta última dictadura en 1976, pues integraron su plantel con más de 150 intendentes en todo el país.

En aquel año comenzó la Cultura Neoliberal en el país.

¿Por qué casi todos los negocios, ropa y comida que ingieren los jóvenes, celulares y aparatos del hogar, tienen nombre en inglés?

Saben imponer su economía de mercado y su cultura.

Notable es que la Iglesia nunca excomulgó a los 39 pilotos que bajo el signo Cristo Vence bombardearon a su propio pueblo en junio de 1955, ni a los curas que en el Proceso (1976-1983), esperaban para bendecirlos, a los pilotos que volvían de echar desnudos y dormidos a millares de jóvenes al mar.

¿A quién excomulgaron?

A Perón, por haber aprobado el Congreso el divorcio, que un año después, caído Perón, anularon.

Otros lo acusaron de promover la noche del 16 de juio el incendio de dos iglesias.

Volvió Perón al poder en 1973 y fue perdonado.

Desde que (1983) ganó Alfonsín la elección varios lo idolatran por el Juicio a las Juntas de 1985, a sólo 9 miembros.

Cinco fueron condenados y cuatro absueltos.

Dejó a otros miles de asesinos libres.

No se trasmitió por radio ni tevé, lo cual hizo al pueblo ignorar atrocidades cometidas.

Daban 15 minutos sin sonido, 23.30- 23.45 por Canal 7.

Adrede, para silenciarlo.

Alfonsín, con graves problemas económicos y luego inflación desatada (alcanzó el 14 % mensual en 1988 y en 1989 subió al 18 %) dejó impotente una deuda externa impagable y el poder seis meses antes de concluir su mandato.

Tras aquel Juicio a las Juntas pactó en secreto con el fingido peronista Carlos Menem, indultar a los cinco condenados.

Hizo otro pacto con rebeldes que lo intimaban (“carapintadas”) para que la prensa no los criticara.

Así fue.

¿El reembolso?

No censurar a su economía.

Si bien recibió la alta inflación de los militares (343 %), luego cambió ministros de economía, buscó otros caminos y declaró una “economía de guerra”, nunca su inflación logró bajar del 100 % anual. Inventó el Plan Austral, aunque en 1987 congeló tarifas y salarios, soportando 13 paros de los trabajadores en medio de un semi-default.

En 1989 se desató la hiperinflación.

En mayo la inflación fue del 114 %, el déficit fiscal llegó a 14,5 % y de diciembre a diciembre la inflación era un 3.079 %.

En su gobierno la deuda subió un 44 % y llegó a 58. 700 millones de dólares.

Dejó en herencia esta deuda al sucesor Carlos Menem; éste cedió el gobierno peronista al ministro liberal D. Cavallo.

El oportunista Menem cambió su ideología peronista por otra opuesta, se alió con el ultraderechista Alsogaray y ese mundo empresarial, despidió a trabajadores y dejó la jubilación en $ 150 por 10 años.

Durante esa década (1989-99), aplaudido por la derecha, Menem deshizo con ella los derechos esenciales del peronismo, besó al asesino almirante Rojas y privatizaría por 25 mil millones de dólares pagados con bonos subvaluados las joyas de la abuela: ferrocarriles, agua, peajes, agua, luz, etc.

Con “retornos” y cargos. Siglo XVIII: el autor Carlo Goldoni le hace decir a un personaje: “Para conocer a un hombrecito, dale un carguito”.

Algunos acompañantes de Menem están en política hoy.

Todo el que lo hizo fue un traidor al Movimiento.

Lo ayudaba que inflación y deuda crearon una triste sumisión en los sectores populares.

Esta crisis generó condiciones para aceptar como inevitables las reformas estructurales y sociales exigidas por el FMI., los organismos de crédito del exterior, y los economistas neoliberales locales con su prédica ortodoxa.

Volvieron con otro Radical, De la Rúa y la Alianza en 1999; la deuda externa se agrandó con el Megacanje de 30 mil millones de dólares y luego el Blindaje de 40 mil millones.

Por el mismo ministro de Economía, D. Cavallo, llamado por De la Rúa. Así llegó el robo de la Banca de los ahorros en dólares del pueblo, que salió a la calle al grito “¡Que se vayan todos!”.

En 2 años, De la Rúa reprimió, dejó 35 muertos y huyó en su helicóptero.

Hace 18 años que el Radicalismo ataca al “kirchnerismo”, una deriva hacia la izquierda del peronismo, prevista por Perón: “Una generación entrega sus banderas a la que le sigue.En cambio las doctrinas –son la forma de ejecución de cualquier ideología- varían con las circunstancias de su aplicación”.

El hijo de Alfonsín, un defensor del Pro Neoliberal hasta 2019, cambió de piel.

Y en 2021, sin trayectoria progresista es ahora Embajador en España de un gobierno que jura ser peronista.

No actuó como tal y tiene una crisis tras perder las Paso 2021.

Desde 2016, el Partido Radical es socio del Pro (Juntos por el…) un partido de ultraderecha que gobernó hasta fines de 2019.

No obstante esa derrota de 2019 de este partido antipopular, que llevó a cabo políticas endeudadoras del país a 100 años, e hizo descender todos los índices de progreso del período 2003-15, aumentó las tarifas de luz y gas el 2 mil y 3 mil %, amén del agua, etc., no terminó hospitales a los que les faltaba el 5 %.

Bajó salarios y jubilaciones apoyando la desigualdad social y habiendo subido en 2015 con una inflación del 24 %, dejó al país con una de 54 %, aumentó la deuda externa en 120 mil millones de dólares, más 44 mil millones con el FMI

Y ambos siguen siendo socios felices, favoreciendo a las corporaciones y al neoliberalismo financiero.

El Radicalismo nunca cambiará.

¿Por qué esa unión?

El Partido Radical, con consignas progresistas y el candidato Leopoldo Moreau, sufrió en 2003 un desastre electoral con sólo 2,34 % de votos, pues es un país de Derecha.

Comprendió que su ciclo había terminado.

La Guera Fría la ganó el Capitalismo y con la Globalización la clase media que los votaba camina rumbo al fascismo.

En Europa (ejemplo en Grecia, cuando gobernó la izquierda de Syriza) realizaron 14 huelgas generales e igual Alemania la arrodilló y le impuso un recorte salarial y de jubilación, de 200 millones de euros.

Pero a Italia la gobierna un fascista que se planta frente a Merkel y no le tocan el bolsillo.

Temen que Europa (como en Hungría o Austria) gire a la ultraderecha.

El Partido Radical sabe qué piensan sus votantes.

Son los que insultan a “negros”, y a vulnerables.

Para eso vino –a ordenarle al Poder Judicial- el embajador de EE.UU, tras darle el FMI el préstamo inútil a un gobierno que lo dilapidó fugando dólares sin construir una escuela, y había recibido un país en alza, con 5, 9% de desocupados, un tercio de pobres actuales y leve deuda.

Exigen ajuste, aunque era en 2015 el país con más alto salario en dólares de Latinomérica.

Vienen a colonizar el país y esta Patria Grande.

No olvidemos que la esposa de Trump fue a Jujuy, provincia gobernada por un radical, y desde ese allí partieron las armas para el Golpe (y asesinato frustrado) de Evo Morales en Bolivia, el país con mayor progreso en los 10 últimos años.

Detestan a cualquier gobierno que no siga los sermones del Norte y a sus cómplices.

Si bien la mayoría de la población mundial cree en algún Dios, nadie sabe si existe o no, y menos si ve y controla todo como se afirma.

De no ser así, la única fuerza que nos tutela es alguna material, o sea la naturaleza: la tierra, el mar, los océanos, los animales, todo lo físico.

Pero la materia es insensible a la vida de la humanidad: por eso la Pandemia mata de 5 a 100 años o más.

¿Qué le da sentido a la existencia de cualquiera de estos seres que pasan por nuestro lado?

La Solidaridad.

Un partido político al que le sea indiferente el Otro, no es útil al Hombre.

El presidente ha sido más incontinente en su discurso que en los hechos.

La tendencia histórica de Alberto Fernández por evitar varios conflictos concretos, más allá de su discurso irónico o abierto, de intentar conciliar con quienes no quieren hacerlo, de haber iniciado el mandato con un gabinete débil y entregar generosas pautas publicitarias a quienes le hacen periodismo “de guerra”, mientras que la comunicación del gobierno sigue siendo pobre continuando con su usual, excesiva, moderación.

Las medidas anunciadas: declarar servicio público a Internet y volver a colocar, aunque sea por DNU, la Ley de Medios, o rebelarse ante el Poder Judicial desde el día en que asumió y prometió desarmarlo para un “nunca más”, las anularon con la justicia de CABA y la Corte Suprema ante la indiferencia del gobierno.

La llamada Hidrovía (vocablo que no existe) y la extensión del plazo de la concesión, se discutió silencioso y los 14 puertos privados del río Paraná, ignoramos si pasarán al Estado.

Aún no se obtuvo alguna solución que favorezca al país, y a este gobierno que se autodefine Nacional y Popular.

No hay decisión para que la aduana controle los otros puertos vecinos al Paraguay desde donde huyen los dólares, pues los barcos van vacíos y cargan allá lo que llevaron por tierra de aquí, evitando así pagar impuestos.

La minería exporta sin control y luego su falta de liquidación de divisas es menor a lo que enferma su contaminación ambiental.

Nadie plantea una reforma impositiva, como aconsejó la alemana Merkel sobre el patrimonio de los ricos.

Y cínicos que se dicen economistas alegan en la tele que Argentina es el país con más impuestos del mundo.

Nadie les responde.

Lean, brutos.

El total en este país no llega al 19 %, mientras lo superan Portugal, España, Francia, Reino, Unido, Alemania, etc.

Si bien casi todos los oficialismos pierden por efectos de la pandemia, muertos y no trabajo, esta anemia al actuar genera la fortaleza del enemigo.

Una elección de medio término se mide desde el primer conteo por el número de las bancas que se ganan o se pierden en el Congreso.

Aún no se definió.

Pero en esta dramática situación de pandemia, de pobreza y de falta de trabajo, es también un plebiscito donde se evalúa inflexible la acción de un gobierno.

Pierden los oficialismos, lleven meses o dos años como éste.

El alcance nacional le dio 10 puntos de ventaja a la oposición.

Y se menciona a una Pandemia que PASÓ.

No es así, subsiste y los muertos diarios equivalen a un avión grande o mediano, ante el silencio de AF y gobernadores ávidos de ser reelegidos.

La actitud del presidente levantó el ánimo de la oposición y le bajó el propio.

Su retroceso frente a Vicentin, empresa que le debe 300 millones de dólares al Banco Nación (prestados con un llamado telefónico del ex presidente a su director, aunque representa el 20 % del capital del Banco) que se fugaron y 50 millones al Banco Provincia, también idos.

El presidente evitó reaccionar para recuperarlos: primero iba a expropiar a esta empresa, y después un juez no avaló siquiera la intervención, dado que Cambiemos se oponía y el Partido Radical también.

Es inadmisible el silencio de AF ante la propuesta de Vicentin para abonar en 20 años una parte ínfima de lo debido, si bien los deudores siguen protegidos por los medios hegemónicos de comunicación.

Reveló AF indecisión, falta de acción, o hechos que ignoramos.

Hubo algo inesperado: quizá la culpa causó la reciente muerte a dos seres jóvenes del directorio de Vicentin.

Tuvo que publicar su Carta la ex presidenta para informar al pueblo (luego de varias veces en secreto al presidente) que un vocero al que nadie le conocía la voz realizaba operaciones en su contra, para que él lo hiciera renunciar.

Era factible que lo habían colocado como espía y delator los dueños del país para saber lo que hace el gobierno.

La técnica usual de la CIA, que fingiendo que son periodistas, coloca en los países a sus espías.

El pueblo debe enterarse de que en 2021 este gobierno pensó aumentar las tarifas un 35 %, pero CFK se opuso, señaló que no debía ser mayor al 9 % y así fue

La oposición quería el 35.

Pagamos menos por una Vicepresidenta que no habla.

Actúa.

En enero de 2022 el salario mínimo, si sigue a la inflación, ha de ser $ 33.000, pero al cesar CFK su mandato era 45 % más.

No olvidar que en 2019, al perder Macri, el salario fue el 60 % de lo preciso para cubrir la canasta familiar.

Aun así, lo votó parte del pueblo, ese que integra el Partido Radical.

Y piensa poco.

Cambiemos es un Frente con el Partido Radical, que buscó cuatro años que gobernó (2016-19) reducir los mayores beneficios jubilatorios logrados entre 2003-15, reprimiendo una marcha al Congreso, deteniendo a ciudadanos que bajaban del subte y no venían de allí, y acallar a los dirigentes gremiales, que cuando el ex presidente vetó la Ley de Antidespidos lograda ante una multitud de 350 mil personas, no se atrevieron, por sus negocios, a llamar a las bases y se sumieron en el silencio.

Siempre el Partido Radical proscribió las huelgas y organizaciones sindicales (ya desde Yrigoyen) para evitar cualquier estorbo que repercutiera negativamente en los niveles de producción.

Se usó al Partido para beneficios económicos empresariales, por décadas, reduciendo los conflictos laborales o gremiales.

Su acción en las 4 dictaduras posteriores a la caída de Perón en 1955, evidencia un accionar represivo en las fábricas y la persecución de trabajadores y agremiados sindicales, a partir de aportes del sector empresarial, con el plan sistemático que nació con Federico Pinedo con su maxidevaluación de 1956, y continuó no sólo hasta el fin del Proceso en 1983, sino luego.

El Partido Radical domina incluso la Universidad de Buenos Aires, y sus facultades.

La educación, tanto privada como la pública, está al servicio de la clase dominante, dada la penetración de la CIA en la educación de América Latina.

Y así, en la región, la democracia es válida mientras no cambia nada y se somete.

Lanzando odio a los Derechos Sociales e injurias a la igualdad histórica, busca cesar la Solidaridad y la convivencia humana.

Los que estudian allí saben que van hacia la falsedad.

Lo dice otra balada de Bertolt Brecht: “Cada mañana, para ganarme el pan, voy al mercado donde venden las mentiras, y lleno de esperanza hago cola con vendedores”.

Chaneslang se opuso hace siglos: “Si el mal tiene audacia, el bien ha de tener valor”.

El bien que representó Dante, al escribir la “Commedia” en su amada Florencia, al hablarle a los cultos e incultos a la vez, no fue valorado por Florencia, que luego lo echó.

Sin embargo fue feliz en Ravenna, donde murió hace 700 años.

Se cumplen este 2021. Florencia pide sus restos, pero no se los dan porque él no deseó regresar.

Como hace 75 años expulsó de la unión política el P. Radical al peronismo.

Tampoco hemos de volver.

Escribió Marx que la historia se repite dos veces: la primera como tragedia (varios gobiernos radicales) y la segunda como farsa (esa alianza Juntos por el Cambio).

Nunca volveremos.

Los patriotas.

Que se conformen con los traidores que acumula el país: políticos corrompidos, policías adictos al narcotráfico, jueces que defienden en el CIADI a los fondos buitres contra su Patria, periodistas comprados por los medios hegemónicos, y tantos cipayos que, olvidando sus raíces, eligen apilar dinero.

*Nació en Buenos Aires. Su bisabuelo combatió en Sicilia con Garibaldi (quien forjó la unión de Italia) y su padre en una Guerra Mundial. Como escritor, publicó libros de poesía, teatro, cuentos y ensayos. Fue periodista en diarios y revistas y durante 2010-12 columnista en Tiempo Argentino. Dio conferencias sobre literatura italiana (1998-2004) en la Asociación Dante Alighieri. Y sobre otros temas en España e Italia. Tiene obras traducidas a varios idiomas. Obtuvo el Primer Premio Municipal de Buenos Aires; Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; Premio Fondo Nacional de las Artes; Mención de Honor del Premio Tirso de Molina (España, 1994) y Medalla al Mérito Literario de la Unione e Benevolenza de Buenos Aires. En 2013 publicó Presencias interiores (Editorial Catálogos), ensayos sobre escritores italianos y la historia de ese país durante los últimos dos siglos.