El discurso de la Presidenta
Daniel Filmus
IADE
1. Inicialmente reivindicó que una voz femenina interviniera en
2. Inmediatamente criticó con dureza las políticas económicas que producen la “grave crisis económica iniciada en el
3. A partir de estos elementos,
4. Defendió las políticas contracíclicas que viene llevando adelante su país. Políticas que permiten que, a pesar de la crisis global, los objetivos de justicia social continúen siendo el norte de sus preocupaciones. “Fuimos impactados por la crisis, como todos los países. Pero, a pesar de la reducción coyuntural de nuestro crecimiento, estamos manteniendo el nivel de empleo en estándares extremadamente elevados. Continuamos reduciendo la desi-gualdad social y aumentando significativamente el ingreso de los trabajadores.”
5. En este contexto destacó la importancia de la integración regional para enfrentar en forma conjunta los problemas globales privilegiando nuestros intereses y defendiendo irrestrictamente la democracia: “Avanzamos mucho en la integración del espacio latinoamericano y caribeño como prioridad de nuestra inserción internacional. Nuestra región es un buen ejemplo para el mundo. El Estado de Derecho que conquistamos con la superación de los regímenes autoritarios que marcaron nuestro continente está siendo preservado y fortalecido. El Mercosur y
6. A partir de allí su discurso se dirigió a desafiar con coraje el orden internacional establecido. En primer lugar, desalentando el papel militar de las políticas de exterior de los países de
7. También contrariando las visiones norteamericanas se refirió con claridad a la posición frente a Palestina: “Reitero mi discurso del 2011, cuando expresé nuestro apoyo al reconocimiento del Estado Palestino como miembro pleno de las Naciones Unidas”.
8. Volvió a poner en evidencia la desigualdad y el doble standard con el que se analizan los comportamientos de los países desarrollados frente al resto de las naciones, particularmente en el campo de las intervenciones militares: “No podemos permitir que este consejo sea sustituido, como viene ocurriendo, por coaliciones que se forman al margen del derecho internacional y fuera de su control. El uso de la fuerza sin autorización del Consejo es una clara ilegalidad y no puede seguir ganando aires de una opción aceptable”.
9. Criticó con dureza la falta de compromiso de los países centrales respecto del cumplimiento de los Objetivos del Milenio sobre Desarrollo Sustentable: “Esperamos que los países históricamente más responsables del cambio climático y más dotados de medios para enfrentarlo, cumplan con sus obligaciones frente a la comunidad internacional”.
10. El último tema de su discurso estuvo dirigido a plantear uno de los aspectos que más confrontan la visión latinoamericana con los EE.UU.: “Para finalizar, señor presidente, quiero referirme a un país hermano, querido por los latinoamericanos y los caribeños: Cuba... la cooperación con el modelo de Cuba es perjudicada por el embargo económico que hace décadas que golpea a su población. Ha llegado la hora de poner fin a este anacronismo, condenado por la inmensa mayoría de los países de las Naciones Unidas”.
Lo que llama la atención es que, a pesar de haber defendido las políticas económicas heterodoxas, criticado al FMI, justificado el “proteccionismo” y la integración latinoamericana, criticado la política norteamericana hacia Medio Oriente y en particular en el caso de Siria, haber puesto en cuestión el funcionamiento del Consejo de Seguridad de
A esta altura del artículo, considero necesario aclarar a los lectores que estamos hablando de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y no de nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.