La Presidenta aprovechó la Asamblea General de la ONU para exponer su decisión: Cristina dio instrucciones de dialogar con Irán

 Martín Granovsky
Pagina/12


Este diario señaló el lunes que la solución del dilema sobre el diálogo con Irán podría estar en el propio discurso de la Presidenta. Y así fue. Ayer Cristina Fernández de Kirchner anunció ante la Asamblea General de la ONU que dio instrucciones al canciller Héctor Timerman de reunirse con su colega iraní para tramitar el interrogatorio que la Justicia argentina quiere realizar a tres ciudadanos de Teherán.
La Presidenta añadió un elemento más. Dijo que si en el diálogo entre Timerman y Alí Akbar Salehi surge una contrapropuesta iraní, la someterá al Congreso, donde están “las fuerzas políticas con representación parlamentaria”, porque “todos deben dar su opinión”. También aclaró que consultará cualquier decisión con los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, producido el 18 de julio de 1994 y aún sin esclarecer. Sergio Burstein, uno de los representantes de los familiares, se mostró de acuerdo con mantener un diálogo directo con Irán. Burstein viajó a Nueva York y expresó su apoyo en declaraciones formuladas en la misma sede de la Organización de las Naciones Unidas, donde también se ocupó de las consultas formuladas por los periodistas extranjeros. Un gigantesco centro de prensa fue montado especialmente para esta sesión de la Asamblea General a metros del edificio principal de la ONU, entre la Primera Avenida y el East River, a la altura de la calle 46 de Manhattan.
Tal como lo reflejan estas mismas páginas, los dirigentes de los judíos argentinos que se organizan comunitariamente en la Delegación de Asociaciones Israelitas de la Argentina (DAIA) y en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) también se mostraron de acuerdo con la decisión y el marco de análisis internacional que expuso la Presidenta en la Asamblea de la ONU.
Las repercusiones fueron inmediatas tras el discurso de Cristina Kirchner y no se extendieron porque al atardecer comenzó el Día del Perdón.
El interlocutor de Timerman, Salehi, tiene un currículum especial como canciller. De 63 años, físico de profesión con posgrado en el Instituto Tecnológico de Massachussets, Salehi llegó al Ministerio de Relaciones Exteriores después de una carrera nuclear. Fue representante iraní en la Agencia Internacional de Energía Atómica con sede en Viena y encabezó el organismo atómico del Estado iraní hasta enero de 2011. La cuestión nuclear, justamente, está en el centro de la discusión mundial sobre Irán que, en el polo más activo de las sospechas sobre una perspectiva nuclear de aplicación bélica, involucra sobre todo a los Estados Unidos y a Israel.
Ya en los últimos nueve meses de su último mandato posible según la Constitución, en su visita a Nueva York el presidente iraní Ahmed Ahmadinejad no hizo esfuerzos por caer simpático a nadie. En una reunión con periodistas dijo que con décadas de vida el Estado israelí “no tiene raíces en la historia” de la región, en especial en comparación con los miles de años de Irán, una alusión a la antigua Persia. Ahmadinejad, que ahora ejerce también la presidencia rotativa del Movimiento de Países No Alineados, el mayor bloque dentro de la Asamblea de la ONU, es conocido por su continua negación del Holocausto.
Sin embargo, parte de la retórica del presidente iraní es compartida por otros presidentes de países con mayoría de población musulmana.
“Algunos miembros del Consejo de Seguridad con derecho de veto eligieron mantenerse en silencio” en relación con el arsenal nuclear israelí mientras que “impiden el progreso científico de otras naciones”. El embajador israelí en Naciones Unidas, Ron Grosor, juntó los temas y dijo que “tres mil años de historia judía ilustran el peligro de ignorar a los fanáticos como el presidente iraní, sobre todo cuando se acerca al momento de contar con armamento nuclear”. El diario The New York Times de ayer consignó declaraciones de Tommy Victor, uno de los voceros de la Casa Blanca, quien remarcó la necesidad de “transparencia” de Irán y dijo que “el compromiso de los Estados Unidos con Israel es inconmovible”. El diario comentó que “la administración Obama subraya que no desea un Irán convertido en un Estado con armas nucleares, pero urgió a Israel a darles más tiempo a la diplomacia y a las sanciones”.
Ahmadinejad completó sus mensajes en los Estados Unidos declarando a la CNN que “nadie da lugar a nacimientos mediante la homosexualidad, porque la homosexualidad hace cesar la procreación”. La ONU dijo en su último informe sobre derechos humanos que los gays en Irán “enfrentan acoso, persecución, castigos crueles e incluso la pena de muerte”.
En su discurso, la Presidenta pareció tomar en cuenta los distintos elementos en juego en el mundo y dentro mismo de los Estados Unidos. Por empezar, inició su mensaje con un “enfático repudio y rechazo al salvaje asesinato de que fuera objeto el embajador estadounidense Chris Stevens en Libia”. Dijo que en Benghazi, donde fue asesinado Stevens por un ataque con cohetes, “residían los principales fundamentalistas islámicos no ya opositores a Khadafi sino opuestos a una convivencia en paz entre diferentes regiones, pertenencias y creencias”.
Recomendó “ocuparse de la diplomacia antes que ocuparse de las armas” y añadió que “fracciones políticas que parecían aliadas de Occidente terminaron siendo enemigos acérrimos de los valores occidentales”. La referencia pareció dirigida al terrorismo fundamentalista que, como en el caso de Al Qaida, comenzó como un instrumento contra la Unión Soviética y con entrenamiento norteamericano para pelear en Afganistán en plena Guerra Fría, a comienzos de los años ’80.
También destacó CFK la “necesidad de reconocimiento al Estado palestino y que Israel viva dentro de sus fronteras tal como eran en 1967”, temas que “son parte del nudo fundamental del problema del Medio Oriente”. Las fronteras cambiaron después de la victoria israelí en la Guerra de los Seis Días del ’67. La referencia presidencial tiene una traducción en la ONU. El 22 de noviembre de 1967, cinco meses después del conflicto, el Consejo de Seguridad emitió la resolución 242 que obliga a Israel a retirarse de los territorios ocupados.
“Para Chris Stevens y su familia ya no habrá primavera árabe sino un invierno eterno”, dijo la Presidenta en otra referencia al embajador asesinado hace dos semanas, un hecho inusual no solo para los Estados Unidos sino para la diplomacia incluso en los conflictos más sangrientos de la historia moderna.
Como todos los temas internacionales, también el asesinato de Stevens se metió de lleno en la campaña electoral que enfrentará en noviembre al presidente Barack Obama con el candidato republicano Mitt Romney. Romney y su candidato a vice, el ultraduro de 42 años Paul Ryan, critican a Obama por supuesta blandura en Medio Oriente.
La Presidenta hizo su anuncio sobre el diálogo con Irán al final del discurso, cuando retomó por tercera vez la noticia de la muerte de Stevens y la relacionó con hechos terroristas como los atentados contra la AMIA en 1994 y contra la embajada de Israel en 1992, “que para los argentinos son una herida abierta”.
Sin acusar a Irán como participante de los atentados, mencionó el pedido de captura internacional para tres ciudadanos iraníes con el objetivo de que contesten preguntas de la Justicia argentina y recordó que antes en la ONU ofreció como alternativa aplicar la doctrina usada con el comando libio acusado de haber volado un avión en Lockerbie y tramitar un juicio en un tercer país distinto de la Argentina e Irán.
Fue en ese punto cuando registró que el 19 el Gobierno recibió un pedido iraní de reunión bilateral para dialogar. Dijo textualmente, poniendo de hecho una condición: “Para dialogar, entendemos, sobre ese tema”.
“Mi país sigue reclamando el diálogo como instrumento universal y decidí instruir al canciller para que tenga lugar aquí en la ONU una reunión bilateral entre ambas cancillerías”, afirmó. “Espero resultados concretos de esa reunión.”
Si hubiera propuestas de Irán para avanzar en un sentido diferente se concretaría la promesa de someter esas ideas al Congreso. Eso, según dijo la Presidenta, más allá de que la Constitución ponga la política exterior como atribución del Poder Ejecutivo. De hecho equivaldría a considerar una contrapropuesta con valor de tratado. Los tratados sí requieren ratificación parlamentaria.
Cristina Kirchner rememoró que, cuando era legisladora nacional durante seis años, integró la comisión parlamentaria de seguimiento de los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel. La actual presidenta tuvo una posición crítica de la investigación que llevó adelante el gobierno de Carlos Menem y el juez federal Juan José Galeano, destituido por iniciativa de Néstor Kirchner por el Consejo de la Magistratura y sometido después a proceso judicial. “Con los familiares de las víctimas me siento particularmente comprometida”, dijo al prometer por qué los consultará.
Sobre el final del discurso indicó que estos temas marcarán el tono de la presencia argentina entre los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad en 2013 y 2014. La encargada de llevar los temas será la recién designada como embajadora en la ONU, Marita Perceval, que espera la aprobación del pliego como representante diplomática por parte de sus ex colegas del Senado.
Página/12 pudo establecer que la propuesta de aceptar el diálogo con Irán fue comentada en la reunión con el presidente egipcio, Mohamed Morsi, que se realizó después del discurso presidencial ante la Asamblea.
El canciller Héctor Timerman, que solo dijo en público que la reunión con Salehi se concretará “en los próximos días”, con lo cual es obvio que es inminente, comentó en rueda de prensa que Morsi invitó a CFK a visitar Egipto. Dijo que ambos presidentes acordaron planes de cooperación en agricultura, ciencia, tecnología y programas nucleares de alcance pacífico. La importancia relativa de Egipto en el mundo árabe y musulmán crece no solo porque Morsi es el primer presidente democrático después de la dictadura de Hosni Mubarak, sino por otros dos motivos. Uno, que hasta asumir fue el líder de la Hermandad Musulmana, islamista. Otro, que declina el poder en la región del principal aliado de Irán, Siria, después de 19 meses de conflictos internos.
Cuando Obama le dijo a Mubarak por teléfono que debía renunciar ante la protesta en la plaza Tahrir de El Cairo, el entonces presidente le respondió: “Usted no entiende cómo funciona esta parte del mundo. Usted es joven”.

En la parte económica del discurso, una frase presidencial provocó el aplauso: “La FIFA tuvo más éxito que el FMI”
La Presidenta dedicó buena parte de su mensaje a la Asamblea General a la crisis económica, que atribuyó a la mala administración financiera, y respondió con ironía a la directora del Fondo Monetario que pidió tarjeta roja para la Argentina. Más tarde un grupo caceroleó frente al Mandarin Hotel.


Joseph Blatter, presidente de la FIFA desde 1998, se lo agradecerá. También el vice, el argentino Julio Grondona. Cristina Kirchner dijo ayer en su discurso en la ONU que “la FIFA tuvo más éxito en organizar los mundiales de fútbol que el Fondo Monetario Internacional en organizar la economía internacional en los últimos 20 años”. Cristina habló antes de volver al Mandarin Hotel de Columbus Circle, contiguo al Central Park, donde a la tarde protestó un grupo de caceroleros argentinos.
La Presidenta respondió a declaraciones formuladas por Christine Lagarde, la francesa de formación norteamericana que dirige el Fondo Monetario Internacional, quien dijo que la Argentina merecía “tarjeta roja” por la calidad de sus estadísticas.
“Mi país no es un cuadro de fútbol”, dijo Cristina. “Y la crisis internacional no es un partido de fútbol sino la peor crisis desde 1930.” Y siguió: “El rol del presidente de la FIFA ha sido bastante más satisfactorio que el rol de la cabeza del Fondo Monetario Internacional”.
El párrafo arrancó aplausos, un hecho inusual en las asambleas generales de la ONU.
Si fue un elogio en sí mismo a la FIFA, no sólo Grondona deberá agradecer la mención a la Federación Internacional del Fútbol Asociado. En la foja de servicios de Blatter figura incluso que fue sospechado de cometer sobornos. No es la única figura controvertida. Marco Aurelio García, consejero internacional de Lula durante ocho años y con el mismo cargo junto a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, dijo que el secretario general de la FIFA Jerome Valcke es un “canalla”. Valcke había expresado dudas sobre la capacidad brasileña de organizar eficazmente el próximo mundial de 2014. La FIFA debió pedir explicaciones al gobierno de Rousseff.
Si el de la Presidenta no fue un elogio absoluto a la FIFA, cualquiera podría tomarlo también, en este sentido: el Fondo se manejó tan mal que hasta es peor que la FIFA.
Cristina recordó que cuatro años atrás, en 2008, habló en la Asamblea General justo cuando se desataba la crisis financiera y caía Lehman Brothers. La Asamblea siempre se realiza en septiembre. En ese mes fue el comienzo de la catástrofe. Cuando la Presidenta, ese mismo año, visitó la sede de Nasdaq en Times Square, los carteles de alta definición por la cantidad de luces led que hoy muestran en lo alto a la agencia china Xinhua revelaban on line la caída de las acciones de las empresas de tecnología más importantes del mundo.
“Al principio parecía una crisis producida solo por las hipotecas de los pobres, por las subprime, pero la crisis de estos últimos años descorrió el velo”, dijo Cristina. “La causante de la crisis global fue la administración financiera de capitales sin ningún tipo de control.”
Razonó que “la crisis de la Eurozona no es más que la crisis de la deuda soberana, cuando los países ya tenían una deuda de porcentajes mayores al 100 por ciento del Producto Bruto Interno y las familias no podían pagar sus deudas”.
En una mención de un hecho actual, puso atención sobre “la represión contra los indignados que reclaman contra las recetas ortodoxas de ajuste”.
Aclaró que no hablaba en esos términos para dar clase sino solo para contar experiencias. “En la Argentina fuimos el conejillo de Indias de las políticas de los ’90 que implosionaron en 2001 cuando se produjo el default porque la Argentina debía el 160 por ciento de su Producto Bruto”, dijo.
Siguiendo la norma según la cual no hay mejor defensa que un buen ataque, evitó darle un toque angelical al Instituto Nacional de Estadística y Censos y se preguntó “por las estadísticas de España, de Grecia, de Portugal, de Italia, que permitieron contraer esos niveles de deuda”. Fue el prólogo para introducir uno de los temas en boga en el mundo actualmente: “¿Cuáles son los controles? ¿Por qué controlan a unos y a otros no?”.
En ese momento apareció la cita del primer discurso de Néstor Kirchner en la Asamblea General, en 2003, cuando dijo que “los muertos no pagan sus deudas”.
“La Argentina reestructuró su deuda y viene pagando rigurosamente los vencimientos”, afirmó. Citó al economista argentino Bernardo Kliksberg, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, según quien en frase presidencial la Argentina “despliega las políticas sociales más importantes de América latina”.
Pidió regular “los grandes movimientos de capitales”, detrás de los que se esconden “formidables transferencias de ingresos”. En esta línea de razonamiento “los únicos perjudicados son millones de personas que pierden esperanza y trabajo”.
“Aspiro a que no pierdan la paciencia, porque cuando además del trabajo la gente pierde la paciencia sobrevienen crisis políticas e institucionales como la que vivimos nosotros en el 2001”, dijo.
Una de las fotos de la España de los últimos días es un cartel que pone, como en la Argentina de hace 11 años, “Que se vayan todos”.
“Querer solucionar los problemas del mundo con las recetas que los provocaron es absurdo”, dijo la Presidenta. Y en probable alusión a las críticas internas señaló que “tenemos que hacer ingentes esfuerzos de acumulación de reservas y diseñar políticas para que no nos transfieran desde países centrales consecuencias de la crisis que atentan contra nuestras economías”.
“Los emergentes debemos estar soportando que nos denuncien como proteccionistas cuando sufrimos el proteccionismo en detrimento de nuestras economías y de la inclusión de millones de ciudadanos”, dijo sobre la guerra comercial y cambiaria de los últimos años.
En otra vuelta de tuerca sobre la presidencia de Kirchner, lanzó la hipótesis de que “para algunos somos un mal ejemplo, porque cuando reestructuramos la deuda sostuvimos que quien tomó el riesgo de poner dólares con una tasa del 15 o 16 cuando se pagaba el 2 por ciento tenía grandes riesgos de que una institución financiera no le devolviera su dinero, y entonces dijimos que si habían arriesgado debían compartir parte de ese riesgo”.
De todos modos, “la Argentina pagó más que la Enron a los accionistas”. En cifras de la Presidenta, de cada 100 dólares la petrolera que quebró en 2001 pagó uno, “y nosotros de cada 100 pagamos 20 o más”.
Para Cristina, que para decirlo se colocó en “militante política”, “el temor más grande es que millones dejen de creer que un sistema democrático puede darles las soluciones”. En su opinión, “los más terribles totalitarismos fueron precedidos por severas crisis económicas que crearon oídos propicios prometiendo cosas que es imposible cumplir”.
Se quejó de que “la crisis de los países desarrollados comienza a trasladarse a los países emergentes que no produjimos la crisis”.
A las seis y media de la tarde, un grupo de argentinos se congregó en Columbus Circle con carteles que decían, en inglés, “No queremos otra Venezuela” o, como en una lista, “No queremos: corrupción, mentiras, adoctrinamiento, inseguridad y reforma constitucional” (ver página 4).
La Presidenta viajará hoy al mediodía a Washington, donde dejará inaugurada la Cátedra Argentina en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Georgetown University, que dirige el historiador Erick Langer. Mañana será el turno de Harvard.